Algo se está moviendo en México. Julio
----- Mensaje reenviado de martapina@??? -----
Fecha: Wed, 20 Apr 2011 00:51:59 -0500
De: "Marta Piña" <martapina@???>
Responder-A: listaaccion@???
Asunto: [listaaccion] RV: [Enlace_Mexico] Mexicanos Rechazan la
Guerra de Calderón
Para: listaaccion@???
Asunto: [Enlace_Mexico] Mexicanos Rechazan la Guerra de Calderón
Mexicanos Rechazan la Guerra de Calderón
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Posted on: 18/04/2011 - by Alfredo Acedo/
boletin del programa de las americas
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El reloj de la Torre Latinoamericana marca las 17:00 del 6 de abril
cuando la congregación variopinta que llena la explanada de Bellas
Artes grita no más sangre y fueras a Felipe Calderón. No es un lugar
usual de encuentro para iniciar una manifestación, pero esta marcha ha
sido convocada por poetas y artistas, amigos, discípulos, hombres y
mujeres lectores de los versos y artículos de Javier Sicilia, quienes
piensan que la poesía y el arte triunfarán sobre la muerte.
El poeta y luchador social, tras el asesinato de su hijo Juan
Francisco Sicilia Ortega y seis de sus compañeros, el 28 de marzo en
Cuernavaca, lanza un manifiesto ?Carta abierta a los políticos y a los
criminales? en el que condena la guerra de Calderón, ?mal planteada,
mal hecha, mal dirigida, que ha puesto al país en estado de
emergencia?, y llama a la ciudadanía a manifestarse por paz y justicia.
Su carta ha sido un poderoso catalizador para la movilización de una
sociedad harta de tanta violencia. ?Estamos hasta la madre porque los
políticos sólo tienen imaginación para la violencia, para las armas,
para el insulto y, con ello, un profundo desprecio por la educación,
la cultura y las oportunidades de trabajo honrado y bueno, que es lo
que hace a las buenas naciones; estamos hasta la madre porque esa
corta imaginación está permitiendo que nuestros muchachos, nuestros
hijos, no sólo sean asesinados sino, después, criminalizados, vueltos
falsamente culpables para satisfacer el ánimo de esa imaginación;
estamos hasta la madre porque otra parte de nuestros muchachos, a
causa de la ausencia de un buen plan de gobierno, no tienen
oportunidades para educarse, para encontrar un trabajo digno y,
arrojados a las periferias, son posibles reclutas para el crimen
organizado y la violencia?.
A través de las redes ciudadanas del estado de Morelos el poeta
convoca a una marcha nacional el 6 de abril, a las 5 de la tarde, del
monumento de la Paloma de la Paz al Palacio de Gobierno en Cuernavaca.
E invita a replicar la movilización en las ciudades y municipios del
país: ?Si no somos capaces de eso para obligarlos a ustedes, señores
políticos, a gobernar con justicia y dignidad, y a ustedes, señores
criminales, a retornar a sus códigos de honor y a limitar su
salvajismo, la espiral de violencia que han generando nos llevará a un
camino de horror sin retorno?.
La marcha empieza precedida por un debate en la web sobre la
inutilidad de las marchas. Predomina la voz de quienes también están
hasta la madre de los que piensan que todo es inútil y sólo queda
contemplar el derrumbe del país como convidados de palo. Hay que
marchar, informarse, discutir, organizarse, encarar desde la sociedad
a las mafias políticas y a los criminales, no quedarse sin palabra.
Por eso, No más sangre, ni un muerto más, es la divisa de esta marcha
que arranca ?simultánea a muchas más en el país? rumbo al Zócalo de
la Ciudad de México. Y el ingenio asoma junto a la indignación en cada
cartulina, lona, manta, volante, pancarta:
?¡Ya basta! (la paloma de Picasso levanta una vez más su vuelo).? ?¡No
más pinche guerra, hoy debe acabar!? ?200 mil litros de sangre
derramados por Calderón y sus sicarios.? ?La guerra de Calderón es el
holocausto de los jóvenes.? ?Yu Es Ei ? para tus armas, no te hagas
güey.? ?14 mil huérfanos en Ciudad Juárez, más de 300 niños
asesinados.? ?Los asesinos están en Los Pinos.?
Investigadores del instituto Nacional de Antrpología e Historia llevan
un mensaje directo: ?Cuando ustedes (los campeones del empleo y de
las manos limpias) hablan del crimen organizado, millones de mexicanos
sabemos que ustedes son el crimen organizado, junto con los dueños de
los medios de comunicación y sus testaferros autollamados
comunicadores? .
Por el cambio de horario, el sol aún quema la piel mientras siguen
llegando jóvenes y contingentes del SME, círculos obradoristas,
integrantes de la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal,
mujeres con manojos de flores que demandan el fin de los feminicidios
y demás crímenes en Ciudad Juárez. Una señora comenta que su hermana
por temor a la violencia ya no quiere salir ni a las tortillas,
mientras un aroma de flores blancas inunda el aire. ?Las gardenias
huelen riquísimo. Los claveles no, pero aguantan más, aunque su tallo
es quebradizo?, explica la mujer.
Se calcula en 10,000 la asistencia a la marcha en la capital; en
Cuernavaca más de 40,000 se unen a Javier Sicilia con las mismas
demandas. Hay marchas en Culiacán, Hermosillo y en ciudades de 21
estados del país. Muchos salen a manifestarse en Monterrey a pesar de
los riesgos en ese lugar.
A las 17:20 la columna avanza, bloquea el eje central y pronto llena
la calle 5 de Mayo. Una docena de machetes representa al pueblo de
Atenco. Los jóvenes gritan por escuelas y trabajo; quieren hospitales
no quieren militares.
En los quioscos de periódicos, Proceso marca la pauta: ?¡Estamos hasta
la madre!? reza su portada y anuncia la carta a los políticos y
criminales de Javier Sicilia en interiores. El Chamuco aborda el pacto
de los medios encabezado por el duopolio televisivo como el ?acuerdo
para la tapadera de la violencia? y una enorme calaca cubre la cara de
Calderón. Incluso Letras Libres exhibe un arma de fuego y una mancha
de sangre, mientras en Milenio la DEA justifica la violencia en México.
Cuando parece que la columna va a terminar, a la entrada de 5 de Mayo,
por el eje central, se acercan nuevos contingentes. Desde las aceras
mucha gente observa con seriedad pero sin animadversión o rechazo.
Algunas miradas parecen traslucir una convicción: esta marcha es
necesaria como preludio de acciones que den un vuelco a la situación
límite a la que el país ha sido llevado.
Al llegar al Zócalo la columna rodea los plantones del SME y los
mineros y ocupa los espacios disponibles. Frente al Palacio Nacional
la multitud corea: Aplaudan, aplaudan, no dejen de aplaudir que el
pinche gobierno se tiene que morir. Pero ?Juárez no debe morir?. Ante
el número 40,000 formado por tres fémures y cuatro cráneos
descarnados, los estudiantes proponen ?Parar las balas con cultura y
educación?. La cifra es el cálculo de los muertos en la guerra contra
el narcotráfico.
Casi veinte performanceros de la UNAM yacen sobre las baldosas. Cuatro
o cinco encapuchados, con casacas militares, los tirotean,
rematándolos. Uno de ellos me apunta con su fusil de cartón en sus
manos ensangrentadas. Bang, me dispara. Muevo la cabeza hacia atrás
como sacudida por el impacto. En calidad de espectadores mediáticos
promedio, las personas vemos escenas de violencia todos los días al
punto de la insensibilización. El joven orador advierte: ?Ahora cada
uno de nosotros está en riesgo de morir por el fuego cruzado y las
?bajas colaterales? de esta guerra, y las marchas no serán suficientes
para detenerla. Tenemos que pensar bien cómo parar la carnicería. Un
paro nacional es la propuesta?.
Son las 18:15 y el zócalo está lleno en lo posible. El mitin inicia
subrayando la singularidad de la marcha que cristaliza una rabia
largamente contenida. Desde la tribuna se emiten poemas, no tanto
discursos.
Sí son nuestros muertos y no es nuestra guerra. ?Allá vienen los
muertos tan solitos, tan mudos, tan nuestros, engarzados bajo el cielo
enorme del Anáhuac, caminan, se arrastran, con su cuenco de horror
entre las manos, su espeluznante ternura.
?Se llaman los muertos que encontraron en una fosa en Taxco, en
parajes alejados de Chihuahua, esparcidos en parcelas de cultivo,
tirados en la Marquesa, colgando de los puentes, sin cabeza, en
terrenos ejidales, a la orilla de la carretera, en coches abandonados,
en San Fernando, los sin número que destazaron y aún no encuentran,
las piernas, los brazos, las cabezas, los fémures de muertos disueltos
en tambos.
?Se llaman restos, cadáveres, occisos, los muertos a los que madres no
se cansan de esperar, a los que hijos no se cansan de esperar, los
muertos a los que esposas no se cansan de esperar, imaginan entre
subways y gringos.
?Se llaman chambrita tejida en el cajón del alma, camisetita de tres
meses, la foto de la sonrisa chimuela? Fragmentos del poema leído por
su autora María Rivera.
Con profunda indignación algunos oradores repudian el discurso de que
el principal flagelo de este país es el narcotráfico; definen al
ejecutivo federal como impulsivo pero pusilánime; piden su renuncia.
Legalizar las drogas sería parecido a la expropiación del petróleo, en
tanto acto de dignidad que opta por los ciudadanos, no por la guerra y
el imperio.
Otros recuerdan a Javier Sicilia como quien ha enseñado de qué se
trata el oficio de poeta y cómo ver el mundo desde la poesía,
anteponiendo los valores humanos a la usura y la codicia. Lamentan su
voto de silencio poético y se suman a su llamado a la lucha.
En el micrófono, un prolífico y reconocido narrador e historiador
dice: ?Me llamo Paco Ignacio Taibo, soy escritor y estoy aquí por las
mismas razones que ustedes.? Y cuenta la anécdota de una joven de
Azcapotzalco a quien escuchó decir que los verdaderos ninis son los
que están en el gobierno porque ni gobiernan ni nos representan.
?Vámonos preparando porque nos va a costar mucho trabajo echar a los
ninis que nos gobiernan?, concluye su breve discurso.
?¿Qué es lo que sigue??, le pregunto a PIT II.
?Lo que sigue es cantar el Himno Nacional e irnos a preparar y
convocar la siguiente y la siguiente y la siguiente. Sólo nosotros
podemos parar esto. Las cosas están empeorando, deshacen una banda el
lunes y el martes se rehace. Esto nunca debió iniciarse sin depurar a
las policías infiltradas por el narco. Así toda la primera fase de la
lucha la dirigió el mismo Chapo (Guzmán), Pero Calderón vive en
Disneylandia. Y México ahora está viviendo en el infierno.?
Al terminar el acto, pregunto lo mismo a Daniel Giménez Cacho, actor
de importante trayectoria en el cine nacional. ?No sé, no soy
adivino?, responde, para ganar tiempo, ?pero creo que lo que sigue es
apoyar el plan que propone Javier Sicilia, realizar más
manifestaciones, ir al plantón que el poeta instala en Cuernavaca. A
Radio Bemba el actor declara que de México le duele la impunidad, la
sordera, la falta de esperanza, el racismo, el clasismo y la búsqueda
del dinero a toda costa.
Gabriela Barajas, joven empleada, dice que le da miedo salir a la
calle y ya no regresar. Propone tomar conciencia de la realidad del
país y buscar la unidad.
La marcha ha revivido los reclamos no sólo contra la violencia sino
contra las otras calamidades que asuelan a la sociedad mexicana, como
la falta de acceso a educación y salud de calidad y la avaricia de
gobernantes y grandes empresarios.
La única forma de salir de este laberinto es la educación, dice
Victoria Núñez, estudiante de sociología. Una educación que haga que
la gente se cuestione. ?Nos han quitado la filosofía, la lógica, las
artes, todo lo que nos hace pensar y ser nosotros mismos. Los planes
educativos atacan la socialización y promueven el individualismo. Hay
que ir a las acciones para recuperar lo perdido, no quedarnos sólo en
plática y diálogo?, sostiene.
Fabiola De Nutella, profesionista, me dice que lo primero es tener
claro el objetivo del movimiento y no olvidar que los gobernantes son
nuestros empleados que deben rendirnos cuentas y vivir sin
privilegios. Por ejemplo, deben usar el ISSSTE y no cargarnos sus
costos de medicina privada carísima.
En el asta bandera al centro del zócalo no hay lábaro patrio, que
debería estar a media altura, en señal de luto por tantos muertos.
Pero en la base, al final del acto, hay centenares de flamas que
ondean como minúsculas banderas con el viento del atardecer. Hay
lágrimas, sollozos, llanto incontenible, flores blancas, recuerdos y
propuestas formando una gran ofrenda. Ahí están las níveas gardenias y
los claveles albinos que portaban en el pelo y en las manos miles de
manifestantes.
?Algunos padres son poetas? Todos los hijos son poesía.? ?Calderón,
entiende, mis hijos no habitan en búnker?. Otros mensajes hacen
referencia al reciente pacto entre algunos medios promovido por el
gobierno que establece la auto-censura en la cobertura de la
violencia, como si la realidad pudiera cambiarse mediante un giro de
criterio editorial. Abundan las críticas al papel alienante del
duopolio televisivo: ?Iniciativa México es el cártel de la
desinformación?.
Hay también un mensaje de marcador sobre cartulina: ?Felipe, ¿y si uno
de los jóvenes asesinados se apellidara Calderón Zavala, seguirías con
tu guerra??
Alfredo Acedo es director de comunicación social y asesor de la Unión
Nacional de Organizaciones Regionales Campesinas Autónomas México.
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