Respuesta a Indianismo y pachamamismo de Pablo Stefanoni
Hugo Blanco
martes 11 de mayo de 2010
Inicia el artículo deslindándose de la estúpida evaluación que de la
Cumbre de Cochabamba hizo la derecha, parecía que haría un análisis de
la reunión, pero por lo visto el racismo anti-indígena lo encegueció y
no hay ninguna evaluación seria.
Veamos lo que de esa reunión dice Silvia Ribeiro, investigadora,
periodista y coordinadora de campañas en temas ambientales en Uruguay,
Brasil y Suecia. Conferencista internacional sobre esos temas y que ha
seguido las negociaciones de diversos tratados ambientales de la ONU:
La convocatoria a esta cumbre rebasó todas las expectativas, tanto en
número (35,000) como en contenido, convirtiéndose en un hito histórico
en el debate internacional sobre la crisis climática. Ante las
maniobras de los gobiernos poderosos en Copenhague, Bolivia convocó a
las bases de las sociedades del mundo a manifestar sus posiciones y
plantearlas a los gobiernos. Ambas cosas sucedieron en forma
contundente. También se afirmaron las redes e interacciones entre los
movimientos
Se creó sí, una base común para la comprensión, el análisis crítico y
las estrategias frente a la crisis climática, enriquecida por diversas
perspectivas desde muchas culturas, pueblos, organizaciones temáticas
y sectoriales del continente y el mundo. El Acuerdo de los Pueblos en
Cochabamba refleja esto (
www.cmpcc.org).
Un analista serio debiera haber comenzado precisamente evaluando las
conclusiones de la reunión: El Acuerdo de los Pueblos que menciona
Ribeiro, Stefanoni no hace eso, el único comentario que hizo de dicha
reunión en otro artículo suyo es: poco provechosa sería la cumbre si
sólo sirviera para confirmar la (merecida) popularidad internacional
de nuestro Presidente y para hacer anticapitalismo emotivo en una
multitudinaria catarsis colectiva.
Stefanoni dice: Muchos de los errores oficiales en la cumbre no son
ajenos a haberle entregado a los pachamámicos la temática del cambio
climático
¿Quién les entregó? Morales luego de su correcta intervención en
Copenhague, que precisamente concordaba con el sentimiento de los 100,
000 que protestaban ante la inacción de los gobiernos, fue el único
presidente que convocó a la cumbre no sólo a los indígenas sino a la
población mundial.
Nadie ha entregado a los indígenas la temática del cambio climático,
son ellos quienes día a día vienen luchando y muriendo como en Bagua,
Perú, en defensa de la Madre Tierra y contra la contaminación
ambiental que produce la acción de las grandes empresas
multinacionales. En estos momentos los indígenas ecuatorianos han
pasado a la oposición al Socialismo del Siglo XXI de Correa por su
política extractivista. Pero estas batallas ecologistas no tienen
importancia para el autor, no igualan al ecologismo civilizado: En
Europa hay mucha más conciencia del reciclado de basura (incluyendo
los plásticos) que en nuestro país, donde en muchos sentidos está todo
por hacer, y un ecologismo informado -y técnicamente sólido- parece
mucho más efectivo que manejar el cambio climático desde una supuesta
filosofía originaria.
Concordamos con las críticas de los compañeros de la mesa 18 a la
continuación del extractivismo que practica el gobierno boliviano,
ellos precisamente le critican por no se ser, en palabras de
Stefanoni, un pachamamista consecuente.
Entre otras cosas Stefanoni dice Yo nunca vi, pero quizás me
equivoque, un bloqueo por el "vivir bien".
En el Perú las batallas mencionadas en defensa del medio ambiente, son
dadas por el buen vivir en contra de la escuela que nos da el
capitalismo de ganar más dinero en el menos tiempo posible, hace
poco una mujer combatiente declaró: no voy a comer oro.
El discurso pachamámico, en este y otros puntos, no hace más que
llevar los debates al terreno de la filosofía, una disciplina digna
del máximo respeto excepto cuando se la usa como coartada para no
abordar los problemas candentes que debemos enfrentar.
Estamos de acuerdo en no usarlo como coartada, pero tenemos derecho a
usarlo para defender a Pachamama, no ha de ser Stefanoni quien nos
ordene abandonar nuestro modo indígena de ver el mundo que por
supuesto no es el suyo. Tenemos derecho a mantener y desarrollar
nuestra identidad así como él tiene el derecho a mantener su visión
del mundo.
El debate sobre la descolonización no puede dejar de lado la tensión
entre la supervivencia del gueto (bajo la forma de la preservación de
la identidad y la cultura ancestrales o de las teorías del indio
buen agricultor
En primer lugar hablemos del gueto, La gran mayoría de los indígenas
no somos ni queremos ser un gueto. (Por supuesto que hay excepciones
que sí tienen ese espíritu racista al revés, como Felipe Quispe
mencionado con respeto por el autor). El partido Pachacuti de Ecuador
admite gringos en sus filas, con tal de que estén de acuerdo con su
programa. En el Perú nos consideramos parte del movimiento popular.
Morales invitó a todo el mundo a venir a la reunión (desgraciadamente
muchos de los europeos que estuvieron en Copenhague no pudieron
hacerlo porque las cenizas del volcán islandés impidieron los vuelos),
El mejor ejemplo son los mayas de Chiapas que declararon Somos
indígenas, estamos orgullosos de serlo, queremos que nos respeten como
indígenas. Nos consideramos hermanos de todos pobres de México y del
mundo. Recordemos que la primera reunión internacional para debatir
Contra el neoliberalismo, por la humanidad, mucho antes que los
Foros Sociales Mundiales, se realizó en el barro de Chiapas ante el
llamado de los indígenas zapatistas, a ella asistieron representantes
de 70 países.
Sobre el indio buen agricultor , por supuesto que es así, tenemos
una herencia milenaria acerca de cómo cultivar resguardando el suelo,
la agricultura indígena no practica el monocultivo asesino del suelo
ni usa agroquímicos que también matan el suelo, como sí lo hace la
agroindustria moderna que además usa transgénicos y ha descubierto la
maravilla del terminator, que es una semilla que no sirve para la
reproducción. La agricultura indígena practica, entre otras cosas, los
cultivos asociados y la rotación de cultivos, que conservan el suelo.
El proceso de cambio es demasiado importante para dejarlo en manos de
los pachamámicos
¿Quién quiere eso? El movimiento indígena, que lucha por el cambio,
llama a todo el pueblo a que se incorpore a esa lucha.
La pose de autenticidad ancestral puede ser útil para seducir a los
turistas revolucionarios en busca del "exotismo familiar"
latinoamericano
.. pero no parece capaz de aportar nada significativo
en términos de construcción de un nuevo Estado, de puesta en marcha de
un nuevo modelo de desarrollo, de discusión de un modelo productivo
viable o de nuevas formas de democracia y participación popular.
su generalidad filosófica no da ninguna pista sobre la superación
del capitalismo dependiente, el extractivismo o el rentismo, ni sobre
la construcción de un nuevo Estado
La comunidad indígena existe en cualquier país americano con población
indígena, Bolivia, Chile, Honduras, México, EEUU, Canadá.
El espíritu de dicha comunidad es que es la colectividad quien manda
(esto no excluye que haya comunidades deformadas por el entorno
capitalista que les rodea). Es, en pequeño, un organismo de poder
político, en lucha y convivencia con el poder del sistema.
Las luchas contra el sistema la fortalecen como organismo de poder.
Eso viví personalmente en La Convención, Cusco, durante la lucha por
la tierra. Eso vimos el año pasado luego de la masacre de Bagua,
cuando la policía tenía miedo de entrar a muchas comunidades
selváticas que eran regidas por el gobierno comunal. Ese
fortalecimiento vemos ahora en Ecuador como producto de la tensión que
existe entre los indígenas y el socialismo del siglo XXI. En el
Cauca, Colombia, a pesar del ataque del gobierno, los paramilitares y
las FARC, la organización indígena se da a niveles superiores de la
comunidad, están organizados conjuntos de comunidades.
El mejor ejemplo son los indígenas de Chiapas, donde hace más de 16
años los indígenas se gobiernan a sí mismos en forma colectiva,
auténticamente democrática, mediante las Juntas de Buen Gobierno en
que sus componentes practican la rotatividad y no ganan sueldo, El
Ejército Zapatista de Liberación Nacional, compuesto también por
indígenas, no participa del gobierno, sus miembros están impedidos de
ser miembros de las juntas, su función es resguardar a las poblaciones
indígenas de los ataques del mal gobierno.
Los indígenas no toman el poder, lo construyen en forma
auténticamente democrática desde abajo, no lo llaman socialismo
porque el gobierno socialista de Chile encarcelaba mapuches usando
las leyes de Pinochet, y, en Ecuador, como dijimos, están en lucha con
el Socialismo del Siglo XXI. Más tarde o más temprano se enfrentarán
en Bolivia con el gobierno del Movimiento al Socialismo, que todavía
no es el gobierno democrático indígena, sino un gobierno
antimperialista intermediario entre la oligarquía y la población
indígena y boliviana en general, algo parecido a los gobiernos de
Ecuador y Venezuela.
Esperamos que la población no indígena también participe en la
construcción de la nueva sociedad, nos alegra la existencia de
fábricas recuperadas en Argentina, probablemente hay otros ejemplos.
El uso del lenguaje pachamámico por organismos de gobierno y ONGs, que
lo usan para frenar el movimiento y otros fines, no invalidan el
espíritu indígena, la cosmovisión indígena, el lenguaje indígena, la
lucha indígena.
El marxismo-leninismo también fue usado en la Unión Soviética para
masacrar a la vanguardia obrera, lo que no invalida el marxismo ni el
leninismo. Los gobiernos neoliberales llamados democráticos, no
invalidan la democracia.