Re: [Pensamientoautonomo] Aquellos barros trajeron estos lod…

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Autore: esceptikuz
Data:  
To: lista por una ronda de pensamiento autonomo entre sujetos de los movimientos argentinos
Oggetto: Re: [Pensamientoautonomo] Aquellos barros trajeron estos lodos
Ismael, yo leí sólo una vez el artículo (y me gustó mucho) que mandé a
esta lista, pero no entiendo bien a donde apunta tu escrito que comparto
casi al 100 %. Me parece que estás ¿aclarando? algunas cuestiones que el
artículo no logra abordar, pero desde el mismo plano, un@ mism@...
(también leí sólo una vez lo que escribiste)

Creo que el artículo de Taller A destroza el partido y la concepción de
la toma del poder en favor de los movimientos y las personas.

saludos!


ismael yamel escribió:
> Estimado Esceptikuz: te adjunto algunas reflexiones acerca del escrito que me llega a través de la Ronda, a fin de debatirlo e intentar dar un pasito más.
> Te saludo cordialmente, Ismael.
>
> --- El dom 16-nov-08, esceptikuz <esceptikuz@???> escribió:
>
>
>> De: esceptikuz <esceptikuz@???>
>> Asunto: [Pensamientoautonomo] Aquellos barros trajeron estos lodos
>> Para: pensamientoautonomo@???
>> Fecha: domingo, 16 de noviembre de 2008, 3:38 pm
>> *Aquellos barros trajeron estos lodos
>>
>> La izquierda latinoamericana vuelve a tener un rol
>> político indiscutible.
>> Rol que se expresa electoralmente. En la década de los
>> 80' 60 millones de
>> latinoamericanos eran gobernados por la izquierda; hoy son
>> más de 260
>> millones. Ello es más significativo porque sucede
>> después de ser derrotada
>> en sus intentos revolucionarios de «izquierda armada».
>> Sucede a pesar de
>> sufrir directamente la represión durante años y, en
>> algunos casos, décadas
>> de dictaduras feroces. Hoy esa izquierda guerrillera,
>> partidaria del foco
>> guevarista, jerárquica y clandestina; más
>> antiimperialista que
>> anticapitalista; con objetivos donde primaba la liberación
>> nacional; con
>> prácticas estalinistas en el interior de las
>> organizaciones partidarias,
>> escondidas detrás de la compartimentación, que significó
>> expulsión de
>> discrepantes e incluso, en algunos casos, como fue el del
>> poeta salvadoreño
>> Roque Dalton, su ejecución; retorna siendo parte de los
>> nuevos gobiernos de
>> izquierda y en otros integrando la fuerza mayoritaria.
>>
>> Esta izquierda que no pudo conquistar el poder político
>> con las armas, su
>> objetivo estratégico; lo logra décadas más tarde,
>> después de años de cárcel,
>> de muertos y desaparecidos, por medio de procesos
>> electorales y de
>> complicadas, y a veces contradictorias alianzas políticas,
>> éticamente
>> imposibles de comprender, y explicadas generalmente por el
>> funcional
>> argumento de la «acumulación de fuerza».
>>
>> Esta izquierda administradora del poder político y
>> continuadora de los
>> lineamientos económicos del capitalismo global, no es
>> capaz de hacer
>> autocrítica de su militancia pasada; de la utilización y
>> manejo de los
>> movimientos de base de acuerdo a los intereses partidarios,
>> habiendo
>> jerarquizado y separado lo político de lo social; de haber
>> debilitado a los
>> movimientos quitándole a sus mejores militantes
>> reclutándolos para su
>> aparato militar. Pues sí, construyó un aparato militar,
>> con todo lo que eso
>> significa, para oponerlo a otro aparato, al ejército y
>> las fuerzas
>> represivas del Estado. Una institución contra otra
>> concebidas con las mismas
>> formas y mismas jerarquías. Esta posición permitió a los
>> ideólogos, que
>> intentan hoy justificar el terrorismo de estado, pergeñar
>> la «teoría de los
>> dos demonios». Eran tan iguales que, en algunos países,
>> las fuerzas de la
>> guerrilla pasaron a integrar el ejército nacional.
>>
>> TODO CAMBIAâEUR¦
>>
>> Lo nuevo en estas dos últimas décadas, tras la hecatombe
>> de los gobiernos
>> militares que aplicaron la «doctrina de la seguridad
>> nacional» para intentar
>> la implantación de un nuevo orden económico, ha sido las
>> explosiones que han
>> producido la emergencia de inesperados, variados e
>> impredecibles movimientos
>> sociales en América Latina. Algunos de ellos han
>> resistido los ajustes
>> neoliberales y los recortes de las libertades públicas.
>> Estas resistencias,
>> además, dificultaron la aplicación de los planes de
>> reestructura capitalista
>> y fueron deslegitimando lo que se llamaba «pensamiento
>> único». Abrieron
>> brechas por las que han surgido nuevas formas para pensar y
>> cambiar el
>> mundo.
>> Los movimientos lograron hacer retroceder privatizaciones,
>> han hecho caer
>> varios presidentes y, en el caso boliviano, han producido
>> acciones
>> insurreccionales que podían haber llevado a formas
>> organizativas de
>> autogobierno apoyadas en las comunidades y en la
>> autogestión.
>>
>> Estos movimientos, con un protagonismo social importante al
>> igual que las
>> organizaciones sociales que sobrevivieron a las dictaduras
>> militares, en los
>> últimos años han tenido dificultades, han perdido
>> espacios de acción, han
>> sido relegados y en algunos casos subordinados o cooptados
>> por los nuevos
>> gobiernos. Sin embargo no todo se ha perdido; los
>> acontecimientos calaron
>> profundo, hubo cambios que abrieron caminos, se crearon
>> nuevas formas de
>> actuar, nuevas sensibilidades, etc.
>>
>> No hay gobiernos «buenos» que apoyen y sean favorables a
>> movimientos
>> sociales que buscan su libertad, que construyen
>> autónomamente su sentido de
>> vida, que pelean por la emancipación social. Esto, por
>> supuesto, no quiere
>> decir que no haya diferencias entre un gobierno u otro, no
>> es lo mismo una
>> dictadura o un gobierno de derecha que uno progresista o de
>> «izquierda».
>> Pero, en definitiva, los gobiernos y los estados no pueden
>> permitir la
>> existencia de realidades que ellos no controlen o
>> administren, que se pongan
>> por fuera, en otro lado.
>> Es bueno recordar que la situación de América Latina se
>> enmarca en la misma
>> inestabilidad en la que se encuentra el capitalismo global.
>> Invasiones,
>> tropas de ocupación, militarización de territorios ricos
>> en materias primas
>> estratégicas como petróleo, agua, alimentos (Paraguay, la
>> triple frontera de
>> Argentina, Paraguay y Brasil, el «Plan Colombia»),
>> presiones de distinto
>> tipo e incluso la posibilidad de cambio de fronteras como
>> sucedió en la ex
>> Yugoslavia, están al orden del día y cuentan con la
>> instrumentación
>> logística de Estados Unidos y las fuerzas represivas
>> «nacionales».
>>
>> CONQUISTAR EL ESTADO, CONQUISTAR EL PODER
>>
>> Los teóricos marxistas de la «izquierda estadocentrista»
>> señalan en estos
>> nuevos gobiernos, surgidos entre 1999 y 2006, dos grupos:
>> uno de «izquierda»
>> y otro de «centro». En el primero se ubicarían
>> Venezuela, Bolivia, Ecuador y
>> Nicaragua. Estos gobiernos serían antiimperialistas,
>> aunque sea sólo
>> declarativamente, y opuestos al neoliberalismo. En el
>> segundo grupo
>> encontraríamos a Argentina, Brasil, Chile y Uruguay que
>> tendrían una
>> posición más tibia respecto al neoliberalismo, más
>> mediadora y sólo
>> pretenden mitigar la pobreza que ha producido los embates
>> del capitalismo
>> neoliberal.
>>
>> Los gobiernos de «izquierda» se enfrentarían a duras y
>> combativas burguesías
>> y empresas transnacionales que siempre se han negado a
>> repartir, aunque sea
>> mínimamente, las riquezas producidas por las clases
>> subalternas. Los
>> capitalistas no quieren aceptar de ninguna manera ver
>> recortados ninguno de
>> sus privilegios que mantienen desde hace siglos. Menos aún
>> en la actualidad,
>> donde sus márgenes de ganancia se han visto reducidos y ha
>> sido necesaria la
>> reubicación de los aparatos extractivos e industriales, y
>> los sistemas de la
>> especulación del capitalismo financiero ya no produce las
>> ganancias de
>> antaño.
>> Mientras tanto, los gobiernos de «centro» estarían en
>> una posición (frente a
>> una burguesía) más «dialogante», ya que históricamente
>> el liberalismo y el
>> populismo han impulsado políticas de reparto de riqueza
>> que ha permitido
>> sobre todo la creación de clases medias que han
>> constituido un mercado
>> interno importante y han sido amortiguadoras de los
>> enfrentamientos sociales
>> (humanismo capitalista), salvo en los cortos periodos de su
>> radicalización.
>>
>> Para estos teóricos la posibilidad de estos nuevos
>> gobiernos de salir del
>> neoliberalismo es la de reconstruir los estados. «Los
>> estados han sido
>> duramente castigados por las políticas neoliberales» y
>> concluyen en que: «no
>> hay democracia que funcione de la mano de un Estado en
>> descomposición».
>> Según esta idea los nuevos gobiernos vienen a recuperar a
>> los estados
>> debilitados, replanteando con fuerza la idea de Estado
>> soberano. Atilio
>> Boron replantea, también, el modelo soviético de un
>> Estado con planificación
>> centralizada de la economía y desarrollo del mercado
>> interno.
>>
>> Parece que lo más importante no sería la reconstrucción
>> comunitaria
>> superando la fragmentación social producida por el
>> capitalismo actual, sino
>> la de salvar estados que inevitablemente seguirán
>> fragmentando y atacando
>> los vínculos sociales y las prácticas que se pongan por
>> afuera suyo, fuera
>> de su control.
>> Pero no hay duda que las nuevas gobernabilidades, en todos
>> los casos, buscan
>> el fortalecimiento de un Estado debilitado y un papel más
>> activo en relación
>> al mercado y a los organismos internacionales.
>> John Holloway, discrepando con la posición
>> «estadocentrista», afirma: «Decir
>> que el Estado es un proceso equivale a decir que canaliza
>> la actividad
>> social de cierta manera, de una forma que la reconcilia y
>> la integra en la
>> reproducción del capital. Entrar en contacto con el Estado
>> significa ser
>> empujados a canales dirigidos hacia la reconciliación con
>> el capital».
>>
>> Pero la derecha neoliberal latinoamericana no se atemoriza
>> fácilmente, por
>> eso ha organizado en Rosario, Argentina, un conclave para
>> ver cómo recupera
>> los gobiernos y lleva nuevamente al continente por la
>> senda, sin ninguna
>> amortiguación, de las políticas de saqueo diseñadas por
>> el capitalismo
>> global.
>>
>> LAS NUEVAS GOBERNABILIDADES FORTALECEN AL ESTADO
>>
>> La izquierda latinoamericana llega al gobierno en medio de
>> un proceso donde
>> la representación política está entrando en crisis como
>> consecuencia de la
>> profunda deslegitimación que se produce por el fracaso de
>> los gobiernos
>> dictatoriales por la secuela de corrupción, destrucción
>> del entramado social
>> y conculcación de todas las libertades liberales y
>> burguesas.
>> Consecuentemente se enfrenta, como consecuencia a una
>> conciencia surgida del
>> enfrentamiento a los gobiernos dictatoriales, a un nuevo
>> protagonismo social
>> que no acepta ser representado. Pero también la izquierda
>> latinoamericana se
>> desliza encima de una ola de cambios, de gobernabilidades
>> progresistas en la
>> región, que crea expectativas y esperanzas en amplios
>> sectores de las clases
>> subalternas. Esperanzas que, a poco de caminar, tampoco
>> serán la primera vez
>> en ser traicionadas.
>>
>> La crisis neoliberal y de los partidos gobernantes de
>> derecha es el
>> resultado de su propia deslegitimación y también de
>> décadas de luchas
>> sociales. En el caso de los pueblos indígenas, son más de
>> 500 años de
>> dominación y resistencia cultural. De estas luchas se
>> produce el surgimiento
>> de fuerzas de izquierda y progresistas que tomando
>> parcialmente las banderas
>> de estos movimientos los canalizan hacia políticas
>> estatales, a políticas
>> electorales para ganar el gobierno.
>> Así las nuevas gobernabilidades aparecen como gobiernos
>> más estables. Son la
>> afirmación de la democracia representativa a la que
>> refuerzan con alguna
>> variante participativa y consultiva. Prestan mayor
>> atención a los
>> movimientos a los cuales hacen alguna concesión buscando
>> nuevos pactos
>> sociales para lograr la calma social. Pero estas políticas
>> reproducen la
>> formaâEUR"estado que muchos movimientos habían cuestionado o
>> puesto al menos en
>> discusión.
>>
>> Para los propios partidos de la izquierda gobernante, la
>> nueva situación
>> es consecuencia de una acumulación de fuerzas, en función
>> de una estrategia
>> de poder, que en el caso de Uruguay, según sus propios
>> voceros, comienza al
>> final de los años 50 y que finalmente les permite
>> conquistar el gobierno en
>> el 2005.
>> Estos gobiernos de «izquierda» encuentran países con
>> profundas
>> fragmentaciones en distintos ámbitos: cultural, étnico,
>> económico, derechos
>> humanosâEUR¦
>>
>> En el plano de la integración regional e internacional las
>> nuevas
>> gobernabilidades están planteando políticas, en algunos
>> casos diferentes; al
>> extremo tal que han logrado conjuntamente bloquear el
>> proyecto
>> norteamericano de creación del ALCA y han dificultado la
>> aplicación del Plan
>> Colombia. Alternativamente Chávez esta impulsando el ALBA
>> con el apoyo de
>> Morales, Correa, Ortega y Castro y, por otro lado, el resto
>> de los otros
>> gobiernos integran el MERCOSUR y no faltan también los que
>> afirman la
>> necesidad de un multilateralismo en las relaciones
>> comerciales. Pero estas
>> diferencias no significan, en un principio, opciones
>> opuestas, sino que se
>> inscriben en el modelo general de recuperación de
>> instrumentos de
>> reconstrucción de los aparatos estatales.
>> Países como Brasil, Argentina, Venezuela, Uruguay han
>> saldado completamente
>> su deuda con el FMI, mientras que a Bolivia y Nicaragua el
>> propio Fondo les
>> canceló la deuda. Este organismo, emblemáticamente
>> vinculado con las
>> políticas imperialistas en la región, no ha visto todas
>> las cancelaciones
>> con la misma preocupación. En el caso de Brasil y Uruguay
>> mantienen un buen
>> relacionamiento con el FMI.
>> Productores de materias primas estratégicas (petróleo y
>> gas) han renegociado
>> los contratos, en el pasado leoninos, con las
>> multinacionales extranjeras
>> poniéndoles límites y nuevos condicionamientos. Las
>> privatizaciones de
>> empresas públicas en algunos casos dieron marcha atrás.
>>
>> Estos países han creado bancos regionales de desarrollo
>> como el Banco del
>> Sur, acuerdos de producción y distribución de energía y
>> colaboración en
>> materia de salud y educación.
>> En política de derechos humanos los gobiernos de
>> Argentina, Uruguay y Chile
>> están llevando adelante distintos juicios contra militares
>> y civiles
>> acusados de asesinatos, torturas y desapariciones durante
>> las pasadas
>> dictaduras militares que han posibilitado que terminen
>> condenados algunos de
>> los culpables, desresponsabilizando de esta manera al
>> sistema que exigió (al
>> igual que ahora exige gobiernos de izquierda) dictaduras,
>> torturas,
>> asesinatos. Si bien es necesario aclarar que en Uruguay,
>> vergonzosamente,
>> aún sigue vigente la llamada Ley de Impunidad que
>> garantiza a los violadores
>> de los derechos humanos no ser juzgados por delitos
>> cometidos durante la
>> dictadura salvo que el presidente, por su decisión, los
>> deje afuera de esa
>> ley, que es lo que ha sucedido en algunos casos.
>>
>> En estos países la lucha por «Verdad y Justicia» fue
>> llevada adelante
>> durante años, en soledad y en difíciles condiciones, por
>> familiares y
>> organizaciones de derechos humanos. Hoy los gobiernos de
>> izquierda han
>> logrado neutralizar y cooptar muchas de esas organizaciones
>> abanderándose
>> con la política de los derechos humanos.
>> Sin embargo la represión sigue actuando contra los
>> movimientos, deteniendo,
>> juzgando y condenando; y no faltan los asesinados por las
>> fuerzas
>> represivas. Se continúa promoviendo la criminalización y
>> judicialización de
>> los que luchan por sus derechos, de los que no se dejan
>> trampear por estos
>> gobernantes. Esto es evidente en Chile, Argentina, Uruguay,
>> VenezuelaâEUR¦
>>
>> LAS POLÃ?TICAS SOCIALES
>>
>> Los estados en las nuevas gobernabilidades disponen de
>> recursos, que antes
>> no existían y que son producto de la coyuntura favorable
>> del alza de los
>> precios internacionales de las materias primas, para
>> financiar programas de
>> apoyo a los sectores más pobres. Programas recordamos que
>> son promovidos por
>> el Banco Mundial y toda la gama de organismos
>> multinacionales de créditos.
>> Todos estos gobiernos de distinta manera están
>> desarrollando políticas
>> públicas de lucha contra la pobreza y la marginalidad en
>> el trabajo, la
>> educación y la salud. Estas políticas son el buque
>> insignia, el programa
>> estrella, en la búsqueda de nuevos consensos sociales, y
>> de la manifestación
>> del intento de restauración de estados
>> "nacionales" confiables para la
>> inversión de capitales.
>> En el área andina estas políticas de lucha contra la
>> pobreza se vienen
>> llevando adelante desde los gobiernos anteriores a través
>> de planes para el
>> desarrollo y la participación comunitaria promovidos y
>> financiados
>> directamente por el BID. Con estas políticas los gobiernos
>> han logrado
>> neutralizar los movimientos, cooptarlos e integrarlos a las
>> instituciones
>> sociales en algunos casos («Lula» da Silva nombró
>> ministro de trabajo al
>> principal dirigente sindical opositor).
>>
>> Si bien han aumentado los beneficios sociales otorgados a
>> los más pobres, en
>> general se continúa con una política económica para
>> atraer los capitales de
>> las transnacionales.
>>
>> NUEVAS GOBERNABILIDADES Y MOVIMIENTOS
>>
>> En toda América latina los gobiernos anteriores aplicaron
>> las recetas
>> neoliberales con consecuencias graves que sumieron a
>> amplios sectores de las
>> poblaciones en la miseria más atroz. Los de abajo no
>> tuvieron más remedio
>> que aprender a organizar su supervivencia para continuar
>> con sus vidas. Pero
>> además organizaron su rebeldía que se expresaron en
>> importantes movimientos
>> en todo el continente como el «caracazo» en Venezuela,
>> zapatistas en México,
>> los indígenas en Ecuador, cocaleros y guerras del agua y
>> del gas en Bolivia,
>> los Sin Tierra en Brasil y «piqueteros»y fábricas
>> recuperadas en Argentina,
>> movimiento mapuche en Chile...
>> Algunos piensan que la existencia de estos gobiernos de
>> izquierda con mayor
>> sensibilidad social les da a los de abajo posibilidades de
>> fortalecerse y de
>> lograr conquistas hasta ahora inalcanzables con los
>> gobiernos de derecha.
>> Esto puede ser cierto a corto plazo, pero a la larga todos
>> los gobiernos,
>> incluidos aquellos que quieren lograr un mejor reparto
>> social,
>> inevitablemente tienden a manejar, conquistar e
>> institucionalizar los
>> movimientos de base. Las políticas sociales de las nuevas
>> gobernabilidades
>> tienen mayor capacidad para arrastrar atrás de sí a los
>> movimientos al
>> adueñarse de sus banderas y hacer efectivas algunas de sus
>> reivindicaciones.
>> Desembarcan con sus funcionarios y técnicos sociales,
>> muchos de ellos
>> militantes sociales, encuestando, numerando, registrando,
>> neutralizando y
>> controlando. Pero sobre todo impulsando un nuevo estilo de
>> trabajo social
>> donde estimulan organizaciones sociales participativas y
>> "autónomas". Las
>> incitan a que actúen dentro del Estado, reconociéndoles
>> representación
>> institucional, cooptando así movimientos que pasan a
>> definir y vestir estos
>> gobiernos como «populares».
>>
>> Las nuevas gobernabilidades necesitan controlar los
>> movimientos, pues ellos
>> son creadores de incertidumbre social porque con sus
>> reivindicaciones
>> cuestionan la naturaleza y estructura de los estados en
>> reconstrucción y
>> espantan a los inversores.
>>
>> EL ABAJO QUE SE MUEVE
>>
>> Los movimientos de los pueblos originarios o indígenas son
>> seguramente uno
>> de los rasgos más sobresalientes de estos tiempos. Tal vez
>> ellos están
>> llevando adelante el proceso de descolonización que en
>> estos países nunca se
>> concluyó. Se han enfrentado duramente a las
>> transnacionales del petróleo en
>> Ecuador y Colombia.
>> En Chile y Argentina los mapuches han resistido a las
>> empresas madereras y
>> de celulosa. En Chile han sido duramente criminalizados
>> aplicándoles la Ley
>> Antiterrorista (legislada por Pinochet) por parte del
>> gobierno de la
>> socialista Bachelet. El movimiento de lucha del pueblo
>> Mapuche es contra las
>> multinacionales que se adueñan de las tierras indígenas
>> para desarrollar los
>> agro-negocios, por la autonomía y la gestión comunitaria
>> del territorio sin
>> la ingerencia del Estado chileno.
>>
>> En Bolivia la lucha por el agua y por el gas y por la
>> nacionalización de los
>> hidrocarburos ha visto a las comunidades indígenas y
>> campesinas en primera
>> fila cuando en octubre del 2003 derribaron a un gobierno y
>> entre mayo y
>> junio del 2005 estuvieron a un paso de tirar al presidente
>> Rodríguez y de
>> organizar un autogobierno, pero Morales y su partido el
>> MAS, negocian y
>> logran que el movimiento insurgente acuerde una tregua con
>> el gobierno,
>> quedando así nuevamente abierta la vía electoral que
>> llevara al aymará Evo
>> Morales a la presidencia de Bolivia. La reivindicación de
>> la nacionalización
>> del gas y el petróleo, el plantear la soberanía sobre
>> estas industrias
>> organizadas según el modelo centralizado estatal
>> significa hacer entrar
>> otra vez al parlamentarismo y al Estado como interlocutores
>> validos en el
>> conflicto.
>>
>> En Ecuador los pueblos originarios promueven un estado
>> multicultural y
>> multirracial. En el caso de Ecuador ya los pueblos
>> indígenas en el pasado
>> han hecho alianzas en este sentido con partidos y
>> candidatos a gobiernos que
>> después los traicionaron. Tal vez sea posible la
>> construcción de un nuevo
>> estado donde quepan las culturas indígenas siempre que no
>> se cuestione el
>> mercado capitalista.
>> Los aymará en Bolivia proponen el autogobierno de las
>> comunidades,
>> reivindican la construcción de la «nación aymará»
>> oponiéndola a la idea de
>> conquistar el Estado.
>>
>> El movimiento piquetero en Argentina ha sido debilitado e
>> integrado
>> mayoritariamente en las políticas gubernamentales desde el
>> gobierno de
>> Kirchner. El grupo numéricamente más importante dirigido
>> por D'Elía son
>> actualmente los piqueteros y grupo de choque del gobierno.
>> En esta situación
>> de gran confusión provocada por una política
>> gubernamental que presta mayor
>> atención a la asistencia a las clases más pobres,
>> llegando incluso a suceder
>> que un Movimiento de Trabajadores Desocupados vinculado a
>> una organización
>> anarquista terminó trabajando electoralmente para
>> Kirchner, pasándose con
>> armas y bagajes al lado de las instituciones. Sin embargo
>> algunos sectores
>> piqueteros, fábricas recuperadas, asambleas vecinales
>> continúan afirmando
>> sus vínculos y construyendo autónomamente su vida,
>> produciendo y
>> comercializando de otra manera, autogestionariamente.
>>
>> El chavismo en Venezuela es un movimiento impulsado desde
>> el gobierno y
>> tiene como líder máximo al propio presidente. Ese ya es
>> su límite de
>> nacimiento, un cordón umbilical que lo une fuertemente al
>> Estado. «Que la
>> gente asuma el poder» esa es la idea de Chávez según
>> escribe entusiasmado el
>> libertario estadounidense Michael Albert. ¿Pero qué
>> significado puede tener
>> esa propuesta cuando es hecha por quien ejerce realmente el
>> poder, el mismo
>> que construye el partido único PSU, para dirigir los
>> destinos de la
>> «revolución bolivariana», y de quien él es el líder
>> máximo. Un poder popular
>> diagramado desde arriba por los funcionarios del gobierno
>> sólo puede servir
>> a fortalecer el poder de los funcionarios, de Chávez y del
>> Estado. Es que el
>> socialismo del siglo XXI está inspirado en ese espejismo
>> denominado
>> socialismo cubano.
>>
>> «El poder tiene necesidad de disminuir nuestra potencia de
>> actuar para,
>> precisamente, ejercer su poder sobre nosotros» No hay
>> mejor manera para
>> hacer perder el poder hacer de los movimientos que
>> integrarlos al espacio
>> del gobierno, institucionalizando las nuevas formas de
>> participación nacidas
>> en la base del chavismo.
>> Chávez quiso afirmar su poder, no el poder popular, por
>> medio de un
>> referéndum que el propio movimiento chavista boicoteó.
>> Por eso es necesario
>> diferenciar a Chávez del movimiento que lo apoya.
>> Los Sin Tierra de Brasil vinculados en su surgimiento a las
>> comunidades
>> eclesiásticas y políticamente al PT, hoy están
>> parcialmente distanciados del
>> partido de Lula a partir de posiciones distintas respecto a
>> la Reforma
>> Agraria y al cultivo de los transgénicos.
>>
>> El MST es seguramente uno de los movimientos más poderosos
>> de América
>> Latina, pero es también el más estructurado y vertical.
>> Eso tal vez venga de
>> mezclar las posiciones de la iglesia progresista y una
>> izquierda marxista
>> bastante ortodoxa que mira con expectativas hacia la
>> construcción de un
>> estado popular.
>>
>> Un movimiento muy combativo y participativo en su base, en
>> sus campamentos y
>> en las ocupaciones de tierra, pero que deja de serlo en la
>> medida que se
>> sube en la estructura, ya que se rige por el centralismo
>> democrático.
>> El movimiento zapatista ha sido el que más han influido en
>> estos tiempos en
>> el movimiento libertario y también el que más ha incidido
>> en la búsqueda de
>> un cambio en el pensamiento emancipatorio en
>> Latinoamérica. Sin embargo la
>> última etapa de los zapatistas de mirar, no hacia abajo
>> como han hecho hasta
>> ahora, sino que con la otra campaña, han recorrido México
>> mirando hacia
>> abajo y a la izquierda. Ello los ubica en un espacio
>> político, el de la
>> izquierda radical, más o menos ortodoxa y leninista, donde
>> se repiten las
>> políticas que los mismos zapatistas han venido criticando.
>> Además el
>> ubicarse no abajo sino abajo y a la izquierda es seguir
>> manteniendo una
>> categoría vinculada a la forma estado que sirve para
>> seguir reproduciéndolo.
>>
>> También en México el movimiento indígena y popular de
>> Oxaca organizado en el
>> APPO (Asamblea Popular de los Pueblos de Oxaca) y en un
>> movimiento aún más
>> amplio conocido como la Comuna de Oxaca, han sido los
>> protagonistas de la
>> resistencia contra el gobernador Ulises Ruiz que es la
>> expresión de años de
>> corrupción y represión. Ya el oxaqueño Flores Magón
>> había encontrado en las
>> comunidades indígenas el fundamento de sus propuestas
>> libertarias.
>> En Uruguay, los movimientos visibles son nada más que
>> estructuras
>> verticales, sin vida. Las fuerzas que hubo en algún
>> momento en esas
>> estructuras, fueron ahogadas por los requisitos de la
>> legalidad, legalidad
>> que los integrantes mismos aceptaron corriendo tras la
>> zanahoria de la
>> democracia participativa y las facilidades que promete el
>> «progresismo», que
>> por cierto no son gratuitas. Estas fuerzas se diluyeron en
>> los pasillos del
>> poder, más ocupadas en perseguir permisos legales, en
>> integrarse al sistema
>> que en construir sus propias realidades. Pero, mas allá de
>> intencionalidades
>> el aparato burocrático de los movimientos sociales, sigue
>> funcionando y
>> reproduciéndose por inercia. Sin embargo existe, también,
>> un movimiento
>> invisible, disperso e impredecible, que partiendo de sus
>> realidades y sus
>> deseos, busca esa autonomía y crea desde la diferencia,
>> las realidades que
>> desea; haciéndose cargo de la alimentación, la
>> educación, la salud,
>> esquivando la legalidad para poder tener dónde vivir,
>> donde hacer crecer
>> alimentos... viviendo día a día la aventura (en mayor o
>> menor grado) de
>> construir juntos esa realidad que nos posibilite vivir más
>> libre y
>> sanamente.
>>
>> NUEVOS CONTEXTOS, NUEVAS CAPACIDADES
>>
>> Una mirada crítica hacia los movimientos, hacia su
>> fragilidad, no implica un
>> juicio negativo. Pues de esa fragilidad, de la crisis de
>> referentes, de las
>> incertezas nace ese deseo de creación, de la búsqueda de
>> nuevos sentidos
>> para nuestras vidas.
>> Los movimientos no son puros, son heterogéneos, híbridos,
>> son mezclas de
>> diferencias con distinto tipos de impurezas, pero de esas
>> mezclas, de ese
>> mestizaje es de donde pueden nacer las trasformaciones. De
>> lo homogéneo, de
>> lo puro, no hay más que repeticiones, nunca creaciones.
>>
>> Sin embargo, algunos movimientos de base en América Latina
>> siguen
>> impregnados por esa lógica leninista de que la política
>> partidaria es una
>> instancia superior de la política, separando lo social de
>> lo político,
>> afirmando de esta manera su rol de correa de trasmisión de
>> decisiones
>> tomadas en instancias superiores, y cuando no es así,
>> muchos de ellos no
>> van mas allá de reivindicaciones corporativas o de
>> practicas clientelares.
>> La crisis de la representatividad y del vanguardismo no
>> desemboca
>> automáticamente al desarrollo de acciones autónomas y en
>> la
>> autoorganización. Dentro de los nuevos grupos de la
>> izquierda radical,
>> muchos reivindican instrumentalmente la autonomía de los
>> organismos de base,
>> pero es una autonomía construida al servicio de una
>> estrategia de poder. Se
>> juega con el concepto de independencia de clase y
>> autonomía confundiendo
>> como si fuera lo mismo. En Uruguay en los años '60 y
>> '70 la independencia
>> de clase significaba la independencia del Estado, de los
>> gobiernos de turno,
>> y de los partidos burgueses; pero no de los partidos y
>> grupos de izquierda.
>> Y esa es la autonomía que se intenta hacer pasar.
>>
>> La estrategia de poder implica la acumulación y ¿cuál es
>> el lugar por
>> excelencia, según esa estrategia, de la acumulación
>> política sino el partido
>> o la organización política?
>> Para los movimientos sociales, no solo aquellos que se
>> limitan a hacerle
>> solicitudes al Estado en una actitud subalterna; sino sobre
>> todo para
>> aquellos que no quieren quedar atrapados en las redes de
>> las instituciones
>> estatales, parece claro que no se puede seguir peleando
>> igual que antes de
>> estos gobiernos, como si no hubiera sucedido nada. No todo
>> es igual y esta
>> situación actual, que es más compleja, hace necesario la
>> invención de nuevas
>> formas que eviten tanto la cooptación como la
>> marginalización de los
>> movimientos, ¿o será que justamente debemos fomentar la
>> marginalidad misma,
>> en el sentido de que estamos en los márgenes de un sistema
>> del cual queremos
>> salir?
>>
>> Un contexto nuevo que nos exige y desafía a la creación
>> de nuevos conceptos
>> y prácticas, de otras nuevas capacidades.*
>>
>> Revista Alter - Taller A (Uruguay)
>>
>> extraído de la revista Ekintza Zuzena
>>
>> www.nodo50.org/ekintza/
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