Re: [Pensamientoautonomo] Aquellos barros trajeron estos lod…

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Autore: ismael yamel
Data:  
To: lista por una ronda de pensamiento autonomo entre sujetos de los movimientos argentinos
Oggetto: Re: [Pensamientoautonomo] Aquellos barros trajeron estos lodos

Estimado Esceptikuz: te adjunto algunas reflexiones acerca del escrito que me llega a través de la Ronda, a fin de debatirlo e intentar dar un pasito más.
Te saludo cordialmente, Ismael.

--- El dom 16-nov-08, esceptikuz <esceptikuz@???> escribió:

> De: esceptikuz <esceptikuz@???>
> Asunto: [Pensamientoautonomo] Aquellos barros trajeron estos lodos
> Para: pensamientoautonomo@???
> Fecha: domingo, 16 de noviembre de 2008, 3:38 pm
> *Aquellos barros trajeron estos lodos
>
> La izquierda latinoamericana vuelve a tener un rol
> político indiscutible.
> Rol que se expresa electoralmente. En la década de los
> 80' 60 millones de
> latinoamericanos eran gobernados por la izquierda; hoy son
> más de 260
> millones. Ello es más significativo porque sucede
> después de ser derrotada
> en sus intentos revolucionarios de «izquierda armada».
> Sucede a pesar de
> sufrir directamente la represión durante años y, en
> algunos casos, décadas
> de dictaduras feroces. Hoy esa izquierda guerrillera,
> partidaria del foco
> guevarista, jerárquica y clandestina; más
> antiimperialista que
> anticapitalista; con objetivos donde primaba la liberación
> nacional; con
> prácticas estalinistas en el interior de las
> organizaciones partidarias,
> escondidas detrás de la compartimentación, que significó
> expulsión de
> discrepantes e incluso, en algunos casos, como fue el del
> poeta salvadoreño
> Roque Dalton, su ejecución; retorna siendo parte de los
> nuevos gobiernos de
> izquierda y en otros integrando la fuerza mayoritaria.
>
> Esta izquierda que no pudo conquistar el poder político
> con las armas, su
> objetivo estratégico; lo logra décadas más tarde,
> después de años de cárcel,
> de muertos y desaparecidos, por medio de procesos
> electorales y de
> complicadas, y a veces contradictorias alianzas políticas,
> éticamente
> imposibles de comprender, y explicadas generalmente por el
> funcional
> argumento de la «acumulación de fuerza».
>
> Esta izquierda administradora del poder político y
> continuadora de los
> lineamientos económicos del capitalismo global, no es
> capaz de hacer
> autocrítica de su militancia pasada; de la utilización y
> manejo de los
> movimientos de base de acuerdo a los intereses partidarios,
> habiendo
> jerarquizado y separado lo político de lo social; de haber
> debilitado a los
> movimientos quitándole a sus mejores militantes
> reclutándolos para su
> aparato militar. Pues sí, construyó un aparato militar,
> con todo lo que eso
> significa, para oponerlo a otro aparato, al ejército y
> las fuerzas
> represivas del Estado. Una institución contra otra
> concebidas con las mismas
> formas y mismas jerarquías. Esta posición permitió a los
> ideólogos, que
> intentan hoy justificar el terrorismo de estado, pergeñar
> la «teoría de los
> dos demonios». Eran tan iguales que, en algunos países,
> las fuerzas de la
> guerrilla pasaron a integrar el ejército nacional.
>
> TODO CAMBIA…
>
> Lo nuevo en estas dos últimas décadas, tras la hecatombe
> de los gobiernos
> militares que aplicaron la «doctrina de la seguridad
> nacional» para intentar
> la implantación de un nuevo orden económico, ha sido las
> explosiones que han
> producido la emergencia de inesperados, variados e
> impredecibles movimientos
> sociales en América Latina. Algunos de ellos han
> resistido los ajustes
> neoliberales y los recortes de las libertades públicas.
> Estas resistencias,
> además, dificultaron la aplicación de los planes de
> reestructura capitalista
> y fueron deslegitimando lo que se llamaba «pensamiento
> único». Abrieron
> brechas por las que han surgido nuevas formas para pensar y
> cambiar el
> mundo.
> Los movimientos lograron hacer retroceder privatizaciones,
> han hecho caer
> varios presidentes y, en el caso boliviano, han producido
> acciones
> insurreccionales que podían haber llevado a formas
> organizativas de
> autogobierno apoyadas en las comunidades y en la
> autogestión.
>
> Estos movimientos, con un protagonismo social importante al
> igual que las
> organizaciones sociales que sobrevivieron a las dictaduras
> militares, en los
> últimos años han tenido dificultades, han perdido
> espacios de acción, han
> sido relegados y en algunos casos subordinados o cooptados
> por los nuevos
> gobiernos. Sin embargo no todo se ha perdido; los
> acontecimientos calaron
> profundo, hubo cambios que abrieron caminos, se crearon
> nuevas formas de
> actuar, nuevas sensibilidades, etc.
>
> No hay gobiernos «buenos» que apoyen y sean favorables a
> movimientos
> sociales que buscan su libertad, que construyen
> autónomamente su sentido de
> vida, que pelean por la emancipación social. Esto, por
> supuesto, no quiere
> decir que no haya diferencias entre un gobierno u otro, no
> es lo mismo una
> dictadura o un gobierno de derecha que uno progresista o de
> «izquierda».
> Pero, en definitiva, los gobiernos y los estados no pueden
> permitir la
> existencia de realidades que ellos no controlen o
> administren, que se pongan
> por fuera, en otro lado.
> Es bueno recordar que la situación de América Latina se
> enmarca en la misma
> inestabilidad en la que se encuentra el capitalismo global.
> Invasiones,
> tropas de ocupación, militarización de territorios ricos
> en materias primas
> estratégicas como petróleo, agua, alimentos (Paraguay, la
> triple frontera de
> Argentina, Paraguay y Brasil, el «Plan Colombia»),
> presiones de distinto
> tipo e incluso la posibilidad de cambio de fronteras como
> sucedió en la ex
> Yugoslavia, están al orden del día y cuentan con la
> instrumentación
> logística de Estados Unidos y las fuerzas represivas
> «nacionales».
>
> CONQUISTAR EL ESTADO, CONQUISTAR EL PODER
>
> Los teóricos marxistas de la «izquierda estadocentrista»
> señalan en estos
> nuevos gobiernos, surgidos entre 1999 y 2006, dos grupos:
> uno de «izquierda»
> y otro de «centro». En el primero se ubicarían
> Venezuela, Bolivia, Ecuador y
> Nicaragua. Estos gobiernos serían antiimperialistas,
> aunque sea sólo
> declarativamente, y opuestos al neoliberalismo. En el
> segundo grupo
> encontraríamos a Argentina, Brasil, Chile y Uruguay que
> tendrían una
> posición más tibia respecto al neoliberalismo, más
> mediadora y sólo
> pretenden mitigar la pobreza que ha producido los embates
> del capitalismo
> neoliberal.
>
> Los gobiernos de «izquierda» se enfrentarían a duras y
> combativas burguesías
> y empresas transnacionales que siempre se han negado a
> repartir, aunque sea
> mínimamente, las riquezas producidas por las clases
> subalternas. Los
> capitalistas no quieren aceptar de ninguna manera ver
> recortados ninguno de
> sus privilegios que mantienen desde hace siglos. Menos aún
> en la actualidad,
> donde sus márgenes de ganancia se han visto reducidos y ha
> sido necesaria la
> reubicación de los aparatos extractivos e industriales, y
> los sistemas de la
> especulación del capitalismo financiero ya no produce las
> ganancias de
> antaño.
> Mientras tanto, los gobiernos de «centro» estarían en
> una posición (frente a
> una burguesía) más «dialogante», ya que históricamente
> el liberalismo y el
> populismo han impulsado políticas de reparto de riqueza
> que ha permitido
> sobre todo la creación de clases medias que han
> constituido un mercado
> interno importante y han sido amortiguadoras de los
> enfrentamientos sociales
> (humanismo capitalista), salvo en los cortos periodos de su
> radicalización.
>
> Para estos teóricos la posibilidad de estos nuevos
> gobiernos de salir del
> neoliberalismo es la de reconstruir los estados. «Los
> estados han sido
> duramente castigados por las políticas neoliberales» y
> concluyen en que: «no
> hay democracia que funcione de la mano de un Estado en
> descomposición».
> Según esta idea los nuevos gobiernos vienen a recuperar a
> los estados
> debilitados, replanteando con fuerza la idea de Estado
> soberano. Atilio
> Boron replantea, también, el modelo soviético de un
> Estado con planificación
> centralizada de la economía y desarrollo del mercado
> interno.
>
> Parece que lo más importante no sería la reconstrucción
> comunitaria
> superando la fragmentación social producida por el
> capitalismo actual, sino
> la de salvar estados que inevitablemente seguirán
> fragmentando y atacando
> los vínculos sociales y las prácticas que se pongan por
> afuera suyo, fuera
> de su control.
> Pero no hay duda que las nuevas gobernabilidades, en todos
> los casos, buscan
> el fortalecimiento de un Estado debilitado y un papel más
> activo en relación
> al mercado y a los organismos internacionales.
> John Holloway, discrepando con la posición
> «estadocentrista», afirma: «Decir
> que el Estado es un proceso equivale a decir que canaliza
> la actividad
> social de cierta manera, de una forma que la reconcilia y
> la integra en la
> reproducción del capital. Entrar en contacto con el Estado
> significa ser
> empujados a canales dirigidos hacia la reconciliación con
> el capital».
>
> Pero la derecha neoliberal latinoamericana no se atemoriza
> fácilmente, por
> eso ha organizado en Rosario, Argentina, un conclave para
> ver cómo recupera
> los gobiernos y lleva nuevamente al continente por la
> senda, sin ninguna
> amortiguación, de las políticas de saqueo diseñadas por
> el capitalismo
> global.
>
> LAS NUEVAS GOBERNABILIDADES FORTALECEN AL ESTADO
>
> La izquierda latinoamericana llega al gobierno en medio de
> un proceso donde
> la representación política está entrando en crisis como
> consecuencia de la
> profunda deslegitimación que se produce por el fracaso de
> los gobiernos
> dictatoriales por la secuela de corrupción, destrucción
> del entramado social
> y conculcación de todas las libertades liberales y
> burguesas.
> Consecuentemente se enfrenta, como consecuencia a una
> conciencia surgida del
> enfrentamiento a los gobiernos dictatoriales, a un nuevo
> protagonismo social
> que no acepta ser representado. Pero también la izquierda
> latinoamericana se
> desliza encima de una ola de cambios, de gobernabilidades
> progresistas en la
> región, que crea expectativas y esperanzas en amplios
> sectores de las clases
> subalternas. Esperanzas que, a poco de caminar, tampoco
> serán la primera vez
> en ser traicionadas.
>
> La crisis neoliberal y de los partidos gobernantes de
> derecha es el
> resultado de su propia deslegitimación y también de
> décadas de luchas
> sociales. En el caso de los pueblos indígenas, son más de
> 500 años de
> dominación y resistencia cultural. De estas luchas se
> produce el surgimiento
> de fuerzas de izquierda y progresistas que tomando
> parcialmente las banderas
> de estos movimientos los canalizan hacia políticas
> estatales, a políticas
> electorales para ganar el gobierno.
> Así las nuevas gobernabilidades aparecen como gobiernos
> más estables. Son la
> afirmación de la democracia representativa a la que
> refuerzan con alguna
> variante participativa y consultiva. Prestan mayor
> atención a los
> movimientos a los cuales hacen alguna concesión buscando
> nuevos pactos
> sociales para lograr la calma social. Pero estas políticas
> reproducen la
> forma–estado que muchos movimientos habían cuestionado o
> puesto al menos en
> discusión.
>
> Para los propios partidos de la izquierda gobernante, la
> nueva situación
> es consecuencia de una acumulación de fuerzas, en función
> de una estrategia
> de poder, que en el caso de Uruguay, según sus propios
> voceros, comienza al
> final de los años 50 y que finalmente les permite
> conquistar el gobierno en
> el 2005.
> Estos gobiernos de «izquierda» encuentran países con
> profundas
> fragmentaciones en distintos ámbitos: cultural, étnico,
> económico, derechos
> humanos…
>
> En el plano de la integración regional e internacional las
> nuevas
> gobernabilidades están planteando políticas, en algunos
> casos diferentes; al
> extremo tal que han logrado conjuntamente bloquear el
> proyecto
> norteamericano de creación del ALCA y han dificultado la
> aplicación del Plan
> Colombia. Alternativamente Chávez esta impulsando el ALBA
> con el apoyo de
> Morales, Correa, Ortega y Castro y, por otro lado, el resto
> de los otros
> gobiernos integran el MERCOSUR y no faltan también los que
> afirman la
> necesidad de un multilateralismo en las relaciones
> comerciales. Pero estas
> diferencias no significan, en un principio, opciones
> opuestas, sino que se
> inscriben en el modelo general de recuperación de
> instrumentos de
> reconstrucción de los aparatos estatales.
> Países como Brasil, Argentina, Venezuela, Uruguay han
> saldado completamente
> su deuda con el FMI, mientras que a Bolivia y Nicaragua el
> propio Fondo les
> canceló la deuda. Este organismo, emblemáticamente
> vinculado con las
> políticas imperialistas en la región, no ha visto todas
> las cancelaciones
> con la misma preocupación. En el caso de Brasil y Uruguay
> mantienen un buen
> relacionamiento con el FMI.
> Productores de materias primas estratégicas (petróleo y
> gas) han renegociado
> los contratos, en el pasado leoninos, con las
> multinacionales extranjeras
> poniéndoles límites y nuevos condicionamientos. Las
> privatizaciones de
> empresas públicas en algunos casos dieron marcha atrás.
>
> Estos países han creado bancos regionales de desarrollo
> como el Banco del
> Sur, acuerdos de producción y distribución de energía y
> colaboración en
> materia de salud y educación.
> En política de derechos humanos los gobiernos de
> Argentina, Uruguay y Chile
> están llevando adelante distintos juicios contra militares
> y civiles
> acusados de asesinatos, torturas y desapariciones durante
> las pasadas
> dictaduras militares que han posibilitado que terminen
> condenados algunos de
> los culpables, desresponsabilizando de esta manera al
> sistema que exigió (al
> igual que ahora exige gobiernos de izquierda) dictaduras,
> torturas,
> asesinatos. Si bien es necesario aclarar que en Uruguay,
> vergonzosamente,
> aún sigue vigente la llamada Ley de Impunidad que
> garantiza a los violadores
> de los derechos humanos no ser juzgados por delitos
> cometidos durante la
> dictadura salvo que el presidente, por su decisión, los
> deje afuera de esa
> ley, que es lo que ha sucedido en algunos casos.
>
> En estos países la lucha por «Verdad y Justicia» fue
> llevada adelante
> durante años, en soledad y en difíciles condiciones, por
> familiares y
> organizaciones de derechos humanos. Hoy los gobiernos de
> izquierda han
> logrado neutralizar y cooptar muchas de esas organizaciones
> abanderándose
> con la política de los derechos humanos.
> Sin embargo la represión sigue actuando contra los
> movimientos, deteniendo,
> juzgando y condenando; y no faltan los asesinados por las
> fuerzas
> represivas. Se continúa promoviendo la criminalización y
> judicialización de
> los que luchan por sus derechos, de los que no se dejan
> trampear por estos
> gobernantes. Esto es evidente en Chile, Argentina, Uruguay,
> Venezuela…
>
> LAS POLÍTICAS SOCIALES
>
> Los estados en las nuevas gobernabilidades disponen de
> recursos, que antes
> no existían y que son producto de la coyuntura favorable
> del alza de los
> precios internacionales de las materias primas, para
> financiar programas de
> apoyo a los sectores más pobres. Programas recordamos que
> son promovidos por
> el Banco Mundial y toda la gama de organismos
> multinacionales de créditos.
> Todos estos gobiernos de distinta manera están
> desarrollando políticas
> públicas de lucha contra la pobreza y la marginalidad en
> el trabajo, la
> educación y la salud. Estas políticas son el buque
> insignia, el programa
> estrella, en la búsqueda de nuevos consensos sociales, y
> de la manifestación
> del intento de restauración de estados
> "nacionales" confiables para la
> inversión de capitales.
> En el área andina estas políticas de lucha contra la
> pobreza se vienen
> llevando adelante desde los gobiernos anteriores a través
> de planes para el
> desarrollo y la participación comunitaria promovidos y
> financiados
> directamente por el BID. Con estas políticas los gobiernos
> han logrado
> neutralizar los movimientos, cooptarlos e integrarlos a las
> instituciones
> sociales en algunos casos («Lula» da Silva nombró
> ministro de trabajo al
> principal dirigente sindical opositor).
>
> Si bien han aumentado los beneficios sociales otorgados a
> los más pobres, en
> general se continúa con una política económica para
> atraer los capitales de
> las transnacionales.
>
> NUEVAS GOBERNABILIDADES Y MOVIMIENTOS
>
> En toda América latina los gobiernos anteriores aplicaron
> las recetas
> neoliberales con consecuencias graves que sumieron a
> amplios sectores de las
> poblaciones en la miseria más atroz. Los de abajo no
> tuvieron más remedio
> que aprender a organizar su supervivencia para continuar
> con sus vidas. Pero
> además organizaron su rebeldía que se expresaron en
> importantes movimientos
> en todo el continente como el «caracazo» en Venezuela,
> zapatistas en México,
> los indígenas en Ecuador, cocaleros y guerras del agua y
> del gas en Bolivia,
> los Sin Tierra en Brasil y «piqueteros»y fábricas
> recuperadas en Argentina,
> movimiento mapuche en Chile...
> Algunos piensan que la existencia de estos gobiernos de
> izquierda con mayor
> sensibilidad social les da a los de abajo posibilidades de
> fortalecerse y de
> lograr conquistas hasta ahora inalcanzables con los
> gobiernos de derecha.
> Esto puede ser cierto a corto plazo, pero a la larga todos
> los gobiernos,
> incluidos aquellos que quieren lograr un mejor reparto
> social,
> inevitablemente tienden a manejar, conquistar e
> institucionalizar los
> movimientos de base. Las políticas sociales de las nuevas
> gobernabilidades
> tienen mayor capacidad para arrastrar atrás de sí a los
> movimientos al
> adueñarse de sus banderas y hacer efectivas algunas de sus
> reivindicaciones.
> Desembarcan con sus funcionarios y técnicos sociales,
> muchos de ellos
> militantes sociales, encuestando, numerando, registrando,
> neutralizando y
> controlando. Pero sobre todo impulsando un nuevo estilo de
> trabajo social
> donde estimulan organizaciones sociales participativas y
> "autónomas". Las
> incitan a que actúen dentro del Estado, reconociéndoles
> representación
> institucional, cooptando así movimientos que pasan a
> definir y vestir estos
> gobiernos como «populares».
>
> Las nuevas gobernabilidades necesitan controlar los
> movimientos, pues ellos
> son creadores de incertidumbre social porque con sus
> reivindicaciones
> cuestionan la naturaleza y estructura de los estados en
> reconstrucción y
> espantan a los inversores.
>
> EL ABAJO QUE SE MUEVE
>
> Los movimientos de los pueblos originarios o indígenas son
> seguramente uno
> de los rasgos más sobresalientes de estos tiempos. Tal vez
> ellos están
> llevando adelante el proceso de descolonización que en
> estos países nunca se
> concluyó. Se han enfrentado duramente a las
> transnacionales del petróleo en
> Ecuador y Colombia.
> En Chile y Argentina los mapuches han resistido a las
> empresas madereras y
> de celulosa. En Chile han sido duramente criminalizados
> aplicándoles la Ley
> Antiterrorista (legislada por Pinochet) por parte del
> gobierno de la
> socialista Bachelet. El movimiento de lucha del pueblo
> Mapuche es contra las
> multinacionales que se adueñan de las tierras indígenas
> para desarrollar los
> agro-negocios, por la autonomía y la gestión comunitaria
> del territorio sin
> la ingerencia del Estado chileno.
>
> En Bolivia la lucha por el agua y por el gas y por la
> nacionalización de los
> hidrocarburos ha visto a las comunidades indígenas y
> campesinas en primera
> fila cuando en octubre del 2003 derribaron a un gobierno y
> entre mayo y
> junio del 2005 estuvieron a un paso de tirar al presidente
> Rodríguez y de
> organizar un autogobierno, pero Morales y su partido el
> MAS, negocian y
> logran que el movimiento insurgente acuerde una tregua con
> el gobierno,
> quedando así nuevamente abierta la vía electoral que
> llevara al aymará Evo
> Morales a la presidencia de Bolivia. La reivindicación de
> la nacionalización
> del gas y el petróleo, el plantear la soberanía sobre
> estas industrias
> organizadas según el modelo centralizado estatal
> significa hacer entrar
> otra vez al parlamentarismo y al Estado como interlocutores
> validos en el
> conflicto.
>
> En Ecuador los pueblos originarios promueven un estado
> multicultural y
> multirracial. En el caso de Ecuador ya los pueblos
> indígenas en el pasado
> han hecho alianzas en este sentido con partidos y
> candidatos a gobiernos que
> después los traicionaron. Tal vez sea posible la
> construcción de un nuevo
> estado donde quepan las culturas indígenas siempre que no
> se cuestione el
> mercado capitalista.
> Los aymará en Bolivia proponen el autogobierno de las
> comunidades,
> reivindican la construcción de la «nación aymará»
> oponiéndola a la idea de
> conquistar el Estado.
>
> El movimiento piquetero en Argentina ha sido debilitado e
> integrado
> mayoritariamente en las políticas gubernamentales desde el
> gobierno de
> Kirchner. El grupo numéricamente más importante dirigido
> por D'Elía son
> actualmente los piqueteros y grupo de choque del gobierno.
> En esta situación
> de gran confusión provocada por una política
> gubernamental que presta mayor
> atención a la asistencia a las clases más pobres,
> llegando incluso a suceder
> que un Movimiento de Trabajadores Desocupados vinculado a
> una organización
> anarquista terminó trabajando electoralmente para
> Kirchner, pasándose con
> armas y bagajes al lado de las instituciones. Sin embargo
> algunos sectores
> piqueteros, fábricas recuperadas, asambleas vecinales
> continúan afirmando
> sus vínculos y construyendo autónomamente su vida,
> produciendo y
> comercializando de otra manera, autogestionariamente.
>
> El chavismo en Venezuela es un movimiento impulsado desde
> el gobierno y
> tiene como líder máximo al propio presidente. Ese ya es
> su límite de
> nacimiento, un cordón umbilical que lo une fuertemente al
> Estado. «Que la
> gente asuma el poder» esa es la idea de Chávez según
> escribe entusiasmado el
> libertario estadounidense Michael Albert. ¿Pero qué
> significado puede tener
> esa propuesta cuando es hecha por quien ejerce realmente el
> poder, el mismo
> que construye el partido único PSU, para dirigir los
> destinos de la
> «revolución bolivariana», y de quien él es el líder
> máximo. Un poder popular
> diagramado desde arriba por los funcionarios del gobierno
> sólo puede servir
> a fortalecer el poder de los funcionarios, de Chávez y del
> Estado. Es que el
> socialismo del siglo XXI está inspirado en ese espejismo
> denominado
> socialismo cubano.
>
> «El poder tiene necesidad de disminuir nuestra potencia de
> actuar para,
> precisamente, ejercer su poder sobre nosotros» No hay
> mejor manera para
> hacer perder el poder hacer de los movimientos que
> integrarlos al espacio
> del gobierno, institucionalizando las nuevas formas de
> participación nacidas
> en la base del chavismo.
> Chávez quiso afirmar su poder, no el poder popular, por
> medio de un
> referéndum que el propio movimiento chavista boicoteó.
> Por eso es necesario
> diferenciar a Chávez del movimiento que lo apoya.
> Los Sin Tierra de Brasil vinculados en su surgimiento a las
> comunidades
> eclesiásticas y políticamente al PT, hoy están
> parcialmente distanciados del
> partido de Lula a partir de posiciones distintas respecto a
> la Reforma
> Agraria y al cultivo de los transgénicos.
>
> El MST es seguramente uno de los movimientos más poderosos
> de América
> Latina, pero es también el más estructurado y vertical.
> Eso tal vez venga de
> mezclar las posiciones de la iglesia progresista y una
> izquierda marxista
> bastante ortodoxa que mira con expectativas hacia la
> construcción de un
> estado popular.
>
> Un movimiento muy combativo y participativo en su base, en
> sus campamentos y
> en las ocupaciones de tierra, pero que deja de serlo en la
> medida que se
> sube en la estructura, ya que se rige por el centralismo
> democrático.
> El movimiento zapatista ha sido el que más han influido en
> estos tiempos en
> el movimiento libertario y también el que más ha incidido
> en la búsqueda de
> un cambio en el pensamiento emancipatorio en
> Latinoamérica. Sin embargo la
> última etapa de los zapatistas de mirar, no hacia abajo
> como han hecho hasta
> ahora, sino que con la otra campaña, han recorrido México
> mirando hacia
> abajo y a la izquierda. Ello los ubica en un espacio
> político, el de la
> izquierda radical, más o menos ortodoxa y leninista, donde
> se repiten las
> políticas que los mismos zapatistas han venido criticando.
> Además el
> ubicarse no abajo sino abajo y a la izquierda es seguir
> manteniendo una
> categoría vinculada a la forma estado que sirve para
> seguir reproduciéndolo.
>
> También en México el movimiento indígena y popular de
> Oxaca organizado en el
> APPO (Asamblea Popular de los Pueblos de Oxaca) y en un
> movimiento aún más
> amplio conocido como la Comuna de Oxaca, han sido los
> protagonistas de la
> resistencia contra el gobernador Ulises Ruiz que es la
> expresión de años de
> corrupción y represión. Ya el oxaqueño Flores Magón
> había encontrado en las
> comunidades indígenas el fundamento de sus propuestas
> libertarias.
> En Uruguay, los movimientos visibles son nada más que
> estructuras
> verticales, sin vida. Las fuerzas que hubo en algún
> momento en esas
> estructuras, fueron ahogadas por los requisitos de la
> legalidad, legalidad
> que los integrantes mismos aceptaron corriendo tras la
> zanahoria de la
> democracia participativa y las facilidades que promete el
> «progresismo», que
> por cierto no son gratuitas. Estas fuerzas se diluyeron en
> los pasillos del
> poder, más ocupadas en perseguir permisos legales, en
> integrarse al sistema
> que en construir sus propias realidades. Pero, mas allá de
> intencionalidades
> el aparato burocrático de los movimientos sociales, sigue
> funcionando y
> reproduciéndose por inercia. Sin embargo existe, también,
> un movimiento
> invisible, disperso e impredecible, que partiendo de sus
> realidades y sus
> deseos, busca esa autonomía y crea desde la diferencia,
> las realidades que
> desea; haciéndose cargo de la alimentación, la
> educación, la salud,
> esquivando la legalidad para poder tener dónde vivir,
> donde hacer crecer
> alimentos... viviendo día a día la aventura (en mayor o
> menor grado) de
> construir juntos esa realidad que nos posibilite vivir más
> libre y
> sanamente.
>
> NUEVOS CONTEXTOS, NUEVAS CAPACIDADES
>
> Una mirada crítica hacia los movimientos, hacia su
> fragilidad, no implica un
> juicio negativo. Pues de esa fragilidad, de la crisis de
> referentes, de las
> incertezas nace ese deseo de creación, de la búsqueda de
> nuevos sentidos
> para nuestras vidas.
> Los movimientos no son puros, son heterogéneos, híbridos,
> son mezclas de
> diferencias con distinto tipos de impurezas, pero de esas
> mezclas, de ese
> mestizaje es de donde pueden nacer las trasformaciones. De
> lo homogéneo, de
> lo puro, no hay más que repeticiones, nunca creaciones.
>
> Sin embargo, algunos movimientos de base en América Latina
> siguen
> impregnados por esa lógica leninista de que la política
> partidaria es una
> instancia superior de la política, separando lo social de
> lo político,
> afirmando de esta manera su rol de correa de trasmisión de
> decisiones
> tomadas en instancias superiores, y cuando no es así,
> muchos de ellos no
> van mas allá de reivindicaciones corporativas o de
> practicas clientelares.
> La crisis de la representatividad y del vanguardismo no
> desemboca
> automáticamente al desarrollo de acciones autónomas y en
> la
> autoorganización. Dentro de los nuevos grupos de la
> izquierda radical,
> muchos reivindican instrumentalmente la autonomía de los
> organismos de base,
> pero es una autonomía construida al servicio de una
> estrategia de poder. Se
> juega con el concepto de independencia de clase y
> autonomía confundiendo
> como si fuera lo mismo. En Uruguay en los años '60 y
> '70 la independencia
> de clase significaba la independencia del Estado, de los
> gobiernos de turno,
> y de los partidos burgueses; pero no de los partidos y
> grupos de izquierda.
> Y esa es la autonomía que se intenta hacer pasar.
>
> La estrategia de poder implica la acumulación y ¿cuál es
> el lugar por
> excelencia, según esa estrategia, de la acumulación
> política sino el partido
> o la organización política?
> Para los movimientos sociales, no solo aquellos que se
> limitan a hacerle
> solicitudes al Estado en una actitud subalterna; sino sobre
> todo para
> aquellos que no quieren quedar atrapados en las redes de
> las instituciones
> estatales, parece claro que no se puede seguir peleando
> igual que antes de
> estos gobiernos, como si no hubiera sucedido nada. No todo
> es igual y esta
> situación actual, que es más compleja, hace necesario la
> invención de nuevas
> formas que eviten tanto la cooptación como la
> marginalización de los
> movimientos, ¿o será que justamente debemos fomentar la
> marginalidad misma,
> en el sentido de que estamos en los márgenes de un sistema
> del cual queremos
> salir?
>
> Un contexto nuevo que nos exige y desafía a la creación
> de nuevos conceptos
> y prácticas, de otras nuevas capacidades.*
>
> Revista Alter - Taller A (Uruguay)
>
> extraído de la revista Ekintza Zuzena
>
> www.nodo50.org/ekintza/
> _______________________________________________
> Pensamientoautonomo mailing list
> Pensamientoautonomo@???
> https://www.autistici.org/mailman/listinfo/pensamientoautonomo



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