LIBERTAD A YANINA GONZÁLEZLa compañera Yanina hoy se encuentra cumpliendo un
arresto domiciliario. Estuvo detenida en
la Unidad 33 de la Plata durante un año y tres meses. Su hija Lulú, una niña de
apenas dos años, fue asesinada a golpes por su padrastro. La única detenida es Yanina acusada de no
cuidar de su hija, de no ser garante de los derechos de la niña. Mientras tanto
el asesino aún sigue libre, con una causa abierta por homicidio de dudosa
investigación. La Dra. Carballido Calatayud
de la Fiscalía de Violencia de Género de Derqui nunca investigó el caso
seriamente.
Yanina fue acusada y encarcelada cuando estaba
embarazada de 6 meses, dio a luz en la cárcel a su hija Tiziana y actualmente
está esperando la fecha de su juicio detenida por una acusación falsa y sin
ninguna prueba.
Yanina -como tantas mujeres- padeció toda la vida humillación, desprecio, hostigamiento, todo tipo
de violencia y abandono de su familia. Sumado a esto ella padece un retraso
madurativo. Estos y otros
factores le impidieron evaluar y dimensionar lo que iba sucediendo ante sus
ojos y sobre su cuerpo; provocándole un estado de parálisis que le impidió
hacer lo necesario para salvar la vida de su hija y cuidar de sí misma. El
sistema que la exprime fue desde siempre indiferente con ella, y hoy la condena por ser mujer, pobre, madre y analfabeta.
La reacción
social ante la conducta de Yanina tiene como base el prejuicio y la ignorancia
que reza: “Una madre siempre debe defender a los hijos”. En sintonía resulta
tragicómico saber que se la acusó oficialmente de no ser garante de los
derechos de su niña, mientras que ella vivía violencia sistemática, tortura
cotidiana y continua durante meses, y estaba en un estado de mayor
vulnerabilidad por su embarazo. El ejercicio de la ciudadanía restringida que tienen
la mayor parte de las mujeres en el mundo era y es para ella una utopía
inexistente. Solo fue reconocida en su carácter de ciudadana para ser detenida.
La cárcel para Yanina fue un dar satisfacción a la moralina e hipocresía
social, que exigía de esta mujer una conducta ética (defender a sus hijos) que
el colectivo machista es incapaz de sostener.
Por esto
afirmamos que Yanina es víctima también de la violencia
institucional: El Estado es cómplice de estas situaciones por omisión; por no
desarrollar políticas públicas efectivas que aborden situaciones de violencia
en la pobreza extrema, que garanticen las mínimas condiciones de vida digna a
miles de familias. Hay un Estado que debía garantizar su escolaridad y la
excluyó, un Estado que debía velar por su seguridad social y la de su hija,
garantizarle el sistema de salud, defenderlas del maltrato. Hay un sistema
judicial que por no evitar el crimen de su hija le
ha negado el derecho de asistir a su entierro. Que invisibiliza su condición de
víctima de violencia aun interviniendo desde una fiscalía especializada en
violencia de género. Ninguno de sus funcionarios la vió, ni la escuchó, pero sí
pudieron decidir su detención.
Sin cuestionar por completo el sistema, es imposible terminar con el
maltrato infantil y la violencia de género. Los sectores populares nos seguimos
organizando y luchando todos los días por un cambio social profundo, por una
sociedad justa, libre de violencia, con respeto y equidad.
Por todo esto
exigimos:
¡Libertad a
Yanina González!
¡Justicia por Lulú!
¡Basta de
violencia a las mujeres!
Centro Comunitario Gallo Rojo – Red El Encuentro
COLECTIVO PERMANENTE DE
LUCHA POR LAS MUJERES PERSEGUIDAS REFUGIADAS PROCESADAS Y PRESAS.