Autor: Profesor J Data: Dla: Lista por una ronda de pensamiento autónomo CC: dangelomarcela@fibertel.com.ar, contacto@signosdeltopo.com.ar, liberatorias@lists.riseup.net, eugenialara@yahoo.com, raqueldisenfeld@yahoo.com, rednoalatrata@gruposyahoo.com.ar, asambleademujeres@yahoo.com.ar, ccgallorojo@gmail.com, gaconder@hotmail.com, luciayflores@hotmail.com Temat: [pensamientoautonomo] ¿La libertad del deseo o el deseo de la libertad?
¿La libertad del deseo o el deseo de la libertad?
Por Jaime Yovanovic (Profesor J)
El deseo de la libertad es una aspiración racional que hasta puede dibujar
la forma y contenidos de dicha «libertad», por ejemplo los anarquistas
tienen una determinada figura de la libertad, los cristianos otra y los
marxistas, otra, cada uno aspira a su libertad e intenta sobreponer al otro
su noción, ya que es la correcta y la otra está equivocada. La libertad del
deseo es la expresión plena, natural e instintiva del deseo, sólo que en
esta sociedad el deseo se va construyendo culturalmente, ya que no te dejan
opciones, no existen las opciones, salvo las que te ponen por delante los
encargados de abrir las puertas que van a conducir hacia la realización de
sus intereses, por lo que también están prisioneros del interés, que por su
vez se reproduce culturalmente. Así el laberinto está hecho y nos hacen
recorrerlo buscando la salida que no tiene.
El pájaro prisionero no desea la libertad, sino que se arroja contra los
barrotes porque lo impulsa su ser alado, por lo que la libertad en este
caso no es un lugar a donde ir, sino el desarrollo o expansión del ser, que
se va acondicionando hasta llegar a aceptar o subordinar las rejas y se
queda quieto, cohibiendo su ser y babando, como el perro de Pavlov, cuando
le tocan la campanilla, de allí que las ideologías son como las campanillas
pavlovianas y así se explica que los chinos lleven a los artistas e
intelectuales a sumergirse en las minas y campos para adquirir conciencia
proletaria que haga que las personas sigan subordinadas al poder, los
religiosos te hagan cantar en los ritos, los troskistas te hagan leer a su
portavoz, etc. Cada mirada se reproduce en contradicción con las otras,
buscando caminos de realización dentro de los esquemas ya establecidos. Al
pájaro, o pajarón, le meten campanilla por donde se pueda.
Por eso nos convencen que somos seres individuales, cuando el ser humano,
aún cuando cada uno es un individuo de la especie, no deja de formar parte
de un ser, que es el común, la humanidad, que por su vez la han separado de
la naturaleza, nos han desnaturalizado, y en esta fase histórica de la
propiedad, el patriarcado y el poder, nos mantienen cuidadosamente
separados y enfrentados a unos contra los otros con diferentes pretextos,
por ejemplo que uno puede tener una mayor estatura ética que otros y el
deber ser se impone al ser. Sólo que ese deber ser tiene innumerables
propuestas, que son las ideologías, paradigmas y partidos, con lo que se
refuerza la separación y la oposición de unos y otros. Para rematar nos
dicen que hay que progresar y desarrollarnos, con lo que justifican el
ataque depredador contra la madre tierra y más nos desnaturalizan con
nuevas y tecnológicas campanillas.
Para la expresión del deseo, o las ganas, o sea, para la expresión de la
libertad del ser, hay que reconstruir el ser común, naturalizarnos
nuevamente, volver a nuestra matriz de la comunidad y del resto de lo
natural, volver a la raíz. Pero ello no puede hacerse por opción, ya que el
espacio de la razón está manejado por la racionalidad instrumental. El
pájaro aunque domesticado, conserva su ser alado y sabrá aprovechar
cualquier resquicio para abrir sus alas y realizarse, volar y volar, sin
dirección escatológica, es decir sin una finalidad como nosotros, que
estamos poseídos por las finalidades, los objetivos a lograr, por donde nos
meten el progreso y la «realización personal», los fundamentos de la
división y los obstáculos para la reconstrucción del común. Los pájaros van
a construir sus nidos, como los castores construyen diques, no por órdenes
o acuerdos racionales, sino por el instinto, cuya realización es su
libertad plena.
Una niña, Anaís, con 9 o 10 años me preguntó para qué estamos en el mundo,
con lo que supe que ya había comenzado clases de religión, y hube de
explicarle que no hay un para qué, sino un por qué, que estamos en el mundo
por amor y nuestro destino es vivir, como las aves, las abejas y las
flores, cuyo fundamento es la vida misma, y que cuando comprenda para qué
están la flores y los pájaros, entenderá para qué está ella en el mundo. No
había manera de explicarle aún que el mundo somos nosotros y los demás
seres vivos, que somos uno sólo, que somos parte de la vida y del
entretejido interactivo de la madre tierra y del cosmos, que eso lo
entienden sin academicismos las comunidades mapuche con sus cantos y bailes
junto al canelo. Faltará mucho en esta sociedad para que entienda que la
espiritualidad es una relación profunda entre los diferentes factores que
hacen la vida y que el patriarcado instaló la idea de los «espíritus» como
entes, trastocando la espiritualidad en una especie de antropomorfismo
funcional.
Pero, si no podemos avanzar hacia la reconstrucción del ser común por vías
lógico-racionales, lo que sería mantenerlo prisionero dando vueltas como el
perro mordiéndose la cola, entonces habrá que descubrir otra manera para
que se comunique el instinto, el ser gregario que tenemos arrinconado por
el cancerbero de la cultura de reproducción del no-ser. De allí la
importancia de lo local, lo barrial, donde las miradas puedan tejer nuevos
flujos de sensibilidades y afectos, la amistad, la vecindad, la simpatía,
el respeto, el amor, que todos tenemos cubierto por la ceniza volcánica del
biopoder y la biopolítica, que conducen nuestros cuerpos en direcciones de
articulación relacional superficial marcadas por el uso o beneficio propio
que podemos sacar de los demás, mientras el sistema nos saca a todos,
independientemente de si disfrutamos o no esa succión de la potencia. He
ahí la importancia de conseguir que algunos aspectos conductuales de la
cotidianeidad del encierro hogareño, puedan practicarse en el espacio de la
gran familia del barrio o de la cuadra, o de la manzana, si miramos
atravesando los muros interiores que quiebran el gran patio central que nos
une o nos podría unir.
Las aproximaciones corporales permiten la expresión libre del instinto
gregario, que duda cabe, a diferencia del grupo que acuerda vivir juntos y
antes de tres meses están agarrándose unos con los otros. De allí la
importancia del entrecruzamiento de múltiples actividades humanas
compartidas, donde el arquitecto o constructor pueda aprender con varios
vecinos a que el barro es el mejor material para armar el hábitat, donde el
especialista o estudiante de salud pueda aprender junto a los vecinos que
la mejor medicina es el equilibrio entre las personas y de ellas con la
naturaleza, dejando poco a poco la química farmacéutica sustituyéndola con
plantas medicinales que pueden cultivar en el barrio junto a las flores y
tomates que los niños pueden sembrar aprendiendo a amar lo natural. Así el
profesional o el estudiante de pedagogía, de ingeniería, nutrición,
derecho, cualquiera carrera puede contribuir a los procesos de aproximación
corporal generando verdaderas escuelas que nutrirán sus requerimientos
académicos y permitirán el rescate de las vocaciones escapando de los
incentivos materiales de éxito monetario, así como saber o aprender que
esos espacios compartidos son otra escuela para los niños, que en la medida
que se multipliquen de barrio en barrio, será como hacer otro mundo, o sea,
cambiar el mundo ya no en y desde el poder central, sino desplegando la
potencia y las capacidades de lo humano y natural en cada lugar, como dice
Galeano: mucha gente pequeña haciendo cosas pequeñas en lugares pequeños,
he ahí lo global mirado desde la gente.
En la recuperación del ser común está el despliegue de las alas, he ahí la
libertad donde el deseo y el instinto podrán soltarse como diques rotos que
dejan volar las toneladas de amor que tenemos comprimido y que en el fondo,
tenemos muchos deseos de expresar, por lo que partimos de la base que yo,
tú, el y nosotros, estamos todos esperando esa oportunidad del abrazo y la
mirada intensa. Vamos, que te esperan, listos para acogerte.
Te invitamos a nuestro Trabajo Voluntario de Verano a tejer con esta mirada
junto a los vecinos de los cerros damnificados de Valparaíso, durante el
tiempo que puedas, a partir del 09 de enero hasta el 22 de febrero del
2015. Puedes ver mayores informaciones en el féisbuc, grupos «travol2015» y
«proyecto fenix valparaiso». Solicita comunicación con el encargado de tu
región o de tu país para coordinar detalles, en
travol.barrial.autonomo@???
También puedes solicitar el volante del TraVol, que van 10 en una hoja,
para reproducir y distribuir simultáneamente en muchos pequeños lugares el
día 17 de diciembre, o conversar con nosotros en el correo de la
Universidad Libre, la desuniversidad, donde indisciplinamos las disciplinas
para traerlas de vuelta a los ritmos de la madre tierra unlibre@???
Recibe un fuerte abrazo lleno de calor, optimismo y esperanza.