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Autor: Mujeres Libres
Data:  
A: pensamientoautonomo@inventati.org
Assumpte: [pensamientoautonomo] FW: Educación, Género y Violencia, Texto introductorio









---------- Mensaje reenviado ----------
De: Eliana Mariela <unamariposanegra@???>
Fecha: 11 de agosto de 2013 22:19
Asunto: Fwd: Educación, Género y Violencia, Texto introductorio
Para: comadmbpji@???









Primera actividad:




Educación y Abuso Sexual Infantil, 17 de Agosto, 15 hrs., Biblioteca Popular José Ingenieros, R. Velasco 958.


Educación, Género y Violencia
Texto introductorio

¿Por qué una intervención docente con perspectiva de género?
Esta serie de tres actividades invitan a pensar, cuestionar las prácticas docentes de intervención en las aulas, o en diferentes espacios, en relación a los estudios contemporáneos de género. Vimos necesario introducir conceptos en términos generales para ubicar y dimensionar la necesidad de tener este tipo de formación.

La construcción del género
Si bien las relaciones patriarcales y los géneros femeninos/masculinos anteceden al desarrollo del capitalismo, las posibilidades materiales de las mujeres en cuanto a su autonomía quedaron reducidas significativamente con el advenimiento de este tipo de relaciones de producción. La naturalización en el imaginario social de lo femenino como lo débil, lo secundario, delicado, lo sentimental, el cuidado; y la figura masculina asociada a lo racional, el protagonismo, lo fuerte, son parte de la construcción ideológica que permite que se reproduzcan este tipo de relacionamiento político entre individuos que deja en el plano de la vulnerabilidad a recibir distintos tipos de violencias a las mujeres trabajadoras y a las minorías sexuales.
La familia, primero, la escuela, la iglesia, los lugares de trabajo, son los lugares de producción y reproducción de esa forma desigual de relacionamiento, los lugares que se encargan de seguir sosteniendo el mismo sistema de dominación sin cuestionamientos. Son los lugares de la vida cotidiana, en donde se naturalizan los golpes, los insultos, las obligaciones y derechos desiguales para cada uno.

Desde la infancia nos enseñan determinados tipos de comportamiento, nos van configurando los gustos. Esos prototipos, esos modelos a seguir son separados en géneros: masculino y femenino. A partir de ahí, es que existe en el imaginario colectivo un ideal de hombre y un ideal de mujer.

Es así que se establecen roles sociales a las personas y pautas de comportamiento según el género asignado: femenino, o masculino, ya que se conocen 5 sexos biológicos. Todo lo que esté por fuera de eso será condenado por la sociedad, tanto por hombres como por mujeres ya que ambos han sido criados bajo los mismos parámetros, porque no se encontrará atado a la “normalidad”, y por lo tanto, seguirá manteniendo, con resistencia a la transformación, los lazos de dominación de unos sobre otras.



La construcción del género en la escuela

Desde el jardín son numerosas y sistemáticos los intentos por generar una identificación en las/os niñas/os con un tipo de genero. Mencionaremos algunos recursos simbólicos que son utilizados cotidianamente. La división del rosa y celeste es uno de ellos.

En la primaria los juegos de ellas están relacionados con el cuidado del hogar y en sus primeros pasos a la maternidad. Los juegos para ellos son las herramientas de trabajo. Para ellas maquillaje, para ellos armas.

En la secundaria se practican los deportes que excluyen a las mujeres como el fútbol. Las danzas están más asociadas a las características de lo femenino. En tanto, los uniformes y guardapolvos están diferenciados así como las filas de formación de cada una/o.


La construcción de la subjetividad de la sumisión/opresión
Un sistema de dominación tiene dos vías para seguir funcionando. Uno a través del consenso, en la que necesita del consentimiento, la sumisión, y la aprobación de las victimas de esa opresión, un justificativo. Son los argumentos que necesita el Patriarcado como sistema político de dominación para seguir perdurando en el tiempo.

La idea de que la mujer es más débil, por lo tanto necesita de la protección, está atada a su padre primero, que luego la entregará a su esposo. Este le marcará el camino que debe seguir, las tareas que deberá desempeñar. Él, es la autoridad en el hogar, y como tal debe ser respetada.

Cuando esta forma deja de funcionar existe un disciplinador, un corrector de esa rebelión: un aparato represivo, que permita el sostenimiento a través del miedo de esa relación de supremacía. En entonces cuando se pasa al uso de la fuerza o la intimidación.

Para que una relación de autoridad sea efectiva, en necesario que el que detenta el poder tenga herramientas cotidianas que le permitan que la victima siga en ese estado de sumisión sin cuestionar su situación. El Patriarcado nos ha hecho creer que no somos controladoras de la situación de dominación en la que vivimos, nos culpabiliza, y llegamos al punto tal de creer que es imposible producir un cambio en esas relaciones.
Esto en el contexto en que no hay alternativas materiales que estén al alcance de alguien que esté sufriendo violencia. Desde la sociedad y las instituciones la violencia no se corta, si no que se sigue perpetuando.

Educación, Género y Capitalismo
Son pocos los sectores del mercado laboral en el que predomina el género femenino. Uno de ellos es la enseñanza docente. La cantidad de mujeres docentes se relaciona proporcionalmente según el nivel de enseñanza. Es en los niveles primarios y luego en el secundario en que las mujeres se sienten interpeladas a la vocación de la enseñanza de niñas/os y jóvenes.
En este sentido es necesario introducir el concepto de la división sexual del trabajo. Para desarrollarse, históricamente el capitalismo necesitó además de la división técnica y social del trabajo, la división sexual del mismo. La construcción histórica, cultural y social de dos géneros opuestos se encuentra en la base de la reproducción de la dominación social de la clase trabajadora. Es así que las mujeres quedan dentro de los sectores más vulnerables y con menos posibilidades económicas, culturales y de participación política.
La docencia es, a su vez, uno de los sectores más postergados salarialmente, y objeto de la precarización laboral con aulas cada vez más llenas, y estudiantes con diferentes problemáticas sociales que dificultan la enseñanza de los contenidos de los programas educativos. Todo esto ocurre a pesar de que se sigue teniendo a la escuela como la segunda institución más importante en la formación de los individuos en la sociedad.
La división sexual del trabajo trajo consigo la diferenciación entre trabajo productivo e improductivo, distinción entre el trabajo asalariado y el no remunerado. Las relaciones capitalistas invisibilizan el aparato productor que mantiene en pie a la población y que permite que se siga perpetuando. Amparados en la división de las esferas públicas y privadas, que terminó de definirse a principios del siglo XIX, dejó a la casa como el mundo de la mujer, y al mundo como lugar del Hombre.
Por lo tanto, pasamos a definir que el poder político no solo se disputa en lo gremial, en la esfera de lo público. En ese sentido lo personal es esencialmente político