Re: [pensamientoautonomo] Aportes para una (auto)crítica de …

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Autor: Fernando Mario Gargano
Data:  
A: Lista por una ronda de pensamiento autónomo
Assumpte: Re: [pensamientoautonomo] Aportes para una (auto)crítica de las prácticas horizontales, autónomas y anticapitalistas. (Versión 1.0)
Hola Emilio. ¿para qué la síntesis?
¿todo se puede decir en dos palabras? Es una invitación a reflexionar,
aunque tome el tiempo que tome...
Leelo si podés, se lee rápido y habla de cosas que vivimos...
Saludos!



El 26 de junio de 2013 21:33, ><))))º> <emiliovitale@???> escribió:

> muy largo el texto.. síntesis?
> é_
>
>
> El 24 de junio de 2013 16:30, Fernando Gargano <
> garganofernando@???> escribió:
>
>>
>>
>>
>> *Aportes para una (auto)crítica de las prácticas*
>> *horizontales, autónomas y anticapitalistas.*
>> (Versión 1.0)
>>
>> *Introducción*
>>
>> Quienes escribimos este texto hemos transitado y transitamos
>> construcciones que promueven la autonomía del capital, la búsqueda de
>> horizontalidad, las prácticas asamblearias y la crítica al burocratismo,
>> entre otros rechazos resumidos en la idea de la autogestión. La intención
>> de este texto es aportar a la autorreflexión sobre un extenso arco de
>> prácticas que, con los mismos principios mencionados, han registrado un
>> devenir difuso y poco problematizado. También pretende ser una invitación
>> abierta a repensarnos, recapitulando sobre las situaciones a las que hemos
>> arribado.
>>
>> Entendemos que las prácticas que alentamos en los distintos lugares en
>> los que participamos no se hallan en auge en términos de potencia y número.
>> El impulso que diciembre de 2001 significó en cuanto a la autoorganización
>> popular declinó al tiempo que la delegación en las instituciones del estado
>> capitalista recuperó su normalidad y legitimidad. Esto nos hizo más
>> vulnerables frente a las políticas de los distintos gobiernos y aumentó la
>> dispersión.
>>
>> Hemos constatado que cuando nos enfrentamos con obstáculos no encontramos
>> lo mejor de nosotros para superarlos, pocas veces los tomamos como
>> problemas a resolver. Creemos que si cooperamos y asumimos nuestros errores
>> y debilidades, y damos lugar al intercambio crítico vamos a estar más
>> fuertes y potentes.
>>
>> *¿Por qué ocuparnos hoy de hacer una autocrítica a nuestras prácticas?*
>> * *
>> Porque compartimos una perspectiva sobre lo estatal, al menos enunciada
>> como la construcción que no tiene como objeto al estado en tanto
>> institución a la cual arribar o asaltar, y promovemos una fuerte crítica a
>> las relaciones mercantiles de producción.
>>
>> Porque entendemos que no podemos atribuir enteramente a la lógica del
>> capitalismo -ni a la acción del kirchnerismo o la izquierda partidaria- el
>> estado de dispersión y debilidad en el que se encuentran las iniciativas
>> que se emparentan con los principios mencionados.
>>
>> Porque nos hacemos cargo de un recorrido común del que tenemos algo para
>> decir, sabiendo que existe una acumulación colectiva de experiencias en la
>> que nos amparamos. Nos negamos a despreciar las vivencias comunes y
>> rechazamos la idea de dejar que las experiencias colectivas que van
>> surgiendo tengan que empezar siempre de cero, recorrer y sufrir una y otra
>> vez errores ya cometidos en los movimientos sociales. Queremos asumir la
>> responsabilidad de nuestra presencia allí donde estamos. No queremos que el
>> devenir de ámbitos de coordinación o de los colectivos particulares quede
>> librado a las imposiciones de la coyuntura.
>>
>> Porque no creemos que intentar tener una postura política clara, mediante
>> debates fraternales para arribar a conclusiones provisorias entorpezca la
>> apertura hacia nuevas preguntas, sino que es un paso necesario para poder
>> avanzar.
>>
>> Porque sabemos que no puede haber resistencia de espacios y prácticas que
>> busquen cierta autonomía, en soledad y sin cooperación. No es una tarea
>> ajena enfrentar la dispersión y hemos aprendido que es grato y necesario
>> encontrar pares en los difíciles caminos que abordamos.
>>
>> *Flaquezas y debilidades para repensar*
>>
>> En los últimos tiempos y en diversas situaciones hemos esbozado,
>> elaborado y planteado, o recogido y aceptado las siguientes críticas:
>>
>> a) Existe un desprecio por la “encarnadura real” del estado contra el que
>> se pelea, de lo que han surgido intervenciones políticas que no tuvieron en
>> cuenta los propios límites. Esto lleva a una derrota permanente producida
>> por la ilusión de la posibilidad de autonomía absoluta y la elección
>> unilateral de las formas de lucha o resolución de los conflictos. Esta
>> falta de estrategia se vuelve peligrosa frente a un estado que no duda en
>> aplicar la violencia como forma de resolverlos, como pasó en los últimos
>> tiempos, como pasará siempre. Cuando los conflictos emergen solemos
>> encontrar entre nosotros cierto fetichismo o cosificación del estado,
>> encontrándolo en un edificio, la reja de una plaza, un funcionario
>> universitario, un gobernante o el patovica de la puerta, sin entender ni
>> cuestionar las relaciones sociales subyacentes ni tener en cuenta los
>> lugares políticos efectivos de su resolución.
>>
>> b) En el plano constructivo, se plantean situaciones ideales como si se
>> pudiesen eludir las relaciones mercantiles del presente, como si el estado
>> y el mercado no existiesen en toda la sociedad y no nos atravesaran. Así,
>> impera el sentimiento y la creencia de poder realizar “la autonomía del
>> capital” aquí y ahora, o en la huida de la ciudad “mercantilizante” hacia
>> comunidades libres, huertas ecológicas o emprendimientos autogestivos que
>> se creen desligados del mercado, o simplemente grupos de reflexión
>> escindidos de la cotidianeidad y generadores de un autodespliegue de
>> conceptos que no dan cuenta de las prácticas. No dudamos de las buenas
>> intenciones de quienes pretenden “alejarse del capitalismo”, pero
>> sostenemos que para transformar la sociedad hace falta algo más que
>> discusiones abstractas y actos individuales.
>>
>> c) Nos parece que hay una apropiación del sentido liberal de la
>> autonomía, que se traduce en posiciones individualistas y en no pensar
>> propuestas políticas que sean universalizables, o que puedan ser asimiladas
>> en forma masiva. No creemos que la automarginación genere algún tipo de
>> cambio en las prácticas generalizadas sino apenas una exterioridad que nos
>> recluye al sectarismo. Para nosotros es un desafío encontrar vasos
>> comunicantes con el grueso de la sociedad.
>> Se cae frecuentemente en el vicio de tomar una reivindicación
>> parcializada y elevarla a eje estratégico central, contribuyendo a la
>> fragmentación; no creemos tener la verdad, y no queremos automarginarnos de
>> las luchas sociales sólo porque éstas no se den en los términos “puros” que
>> nosotros imaginamos. Como contrapartida, sí entendemos que hay que
>> encontrar permanentemente una buena relación entre los particularismos y
>> las cuestiones generales.
>>
>> d) Hemos encontrado un desprecio por la formación y la discusión política
>> que se puede leer fácilmente en las frases que se repiten desde hace más de
>> una década sin salir del consignismo o de un grado de generalidad tan
>> grande que carecen de efectividad. Se asume un lugar de enunciación de una
>> irreal pureza ideológica que impide la posibilidad de una acción articulada
>> en los ámbitos de lo cotidiano, como consecuencia se generan
>> microcolectivos en un ilusorio éxodo constante.
>> A la vez, encontramos que no hemos podido fundar espacios de reflexión
>> ligados a las prácticas, y abundan intentos teoricistas presos de la
>> externalidad a los procesos. Muchas veces cayendo en una especie de
>> colonialismo de esos mismos procesos obturando la posibilidad de
>> problematizar y salvar los obstáculos. Claramente es una forma de
>> idealismo: se va a los procesos con una idea, con un bagaje conceptual, sin
>> ninguna predisposición a contrastar lo pensado. La originalidad y el
>> elitismo parecen ser fines en sí mismos sin lugar para la crítica y la
>> revisión.
>>
>> e) Nuestros espacios también han generado lazos de poder basados en una
>> fuerte afectivización y sacralización de los vínculos personales políticos,
>> que redundan en liderazgos encubiertos, valorización desigual de las
>> palabras en función de relaciones de amistades y de pertenencia. Esto ha
>> dado lugar a que la crítica política muchas veces fue tomada como ataque a
>> las personas, o a la inversa, se han venerado afirmaciones vacías y
>> relegado al silencio otras voces en función de quién sea el emisor. Este
>> problema ha trascendido las cuestiones individuales llegando a jerarquizar
>> a unos colectivos sobre otros. El efecto y resultado fue que hemos sufrido
>> escisiones, abandonos y prácticas expulsivas.
>>
>> f) Se producen identificaciones ficticias y consignistas con procesos
>> nunca abordados críticamente y mistificados, ajenos a nuestras realidades,
>> generando falsas identidades y obturando la posibilidad de asumir
>> identidades genuinas, que den cuenta de lo que somos y abra puentes de
>> integración entre quienes viven situaciones similares. Hemos demostrado
>> gran capacidad y disposición a movernos en situaciones solidarias pero no
>> hemos sabido construir dispositivos que nos nucleen en torno a problemas y
>> obstáculos cotidianos propios.
>> Estas falencias se manifiestan en un constante recomenzar, no hemos
>> logrado algún tipo de acumulación o construcción que se traduzca en
>> contrapoder –para nombrar de alguna manera a las posibilidades crecientes
>> de poder hacer o de desenvolver algún tipo de fortaleza a nivel local. En
>> cambio encontramos situaciones de movimiento constante, de desarraigo
>> perpetuo que es buscado como si fuera un fin en sí mismo; queremos
>> problematizar esta concepción de las luchas porque necesitamos poner en el
>> orden del día la discusión del poder, del sujeto y del propio dominio
>> estatal capitalista. Entendemos que en este tiempo de reflujo de las
>> prácticas anticapitalistas es necesario defender y dar contenido a los
>> espacios que constituyen nuestra red; habitarlos y persistir es una de las
>> posibilidades además de valorar y desplegar las riquezas con que las que ya
>> contamos.
>> * *
>> *¿Cómo intentamos producir una propuesta anticapitalista actual?*
>>
>> Creemos, como muchos, que los problemas de la sociedad en la que vivimos
>> no pueden ser resueltos en el marco del capitalismo. Mientras no se alteren
>> las relaciones de producción y su correlato en las formas de organización
>> social, va a continuar la profunda desigualdad que vemos a diario. Pero
>> también entendemos que la tensión por la reproducción del estado y el
>> capital sucede continuamente, cada minuto de nuestras vidas, y que por eso
>> nuestra lucha no puede ser en un mañana lejano, sino que tiene que ser
>> constante. Entendemos que esta lucha no ocurre únicamente en términos
>> discursivos ni en ámbitos específicos extrapolados de la cotidianeidad.
>> Queremos aclarar la ociosa distinción entre discursos y prácticas que
>> parece asomar aquí. Las palabras y los discursos *son* prácticas *
>> también.* Lo que estamos afirmando apunta a sostener esos *discursos
>> practicados* en efectivas intervenciones de la corporalidad militante, *
>> además.* Entendemos que la intervención corporal militante no sólo es
>> necesaria como *acción*, sino también como instancia reflexiva que nos
>> permita vislumbrar los límites de nuestros *discursos.*
>> ¿Cómo hacer para no refugiarnos en una supuesta pureza ideológica
>> abstracta? ¿Cómo eludir ser arrastrados acríticamente por las coyunturas?
>>
>> Encontramos necesario plantear sin ambigüedades tres tesis fuertes de las
>> que no podemos escapar: 1) El estado es la forma que toma una relación
>> específica: la que existe entre capital y trabajo. 2) Esa relación
>> históricamente determinada se da en el contexto de la forma capitalista de
>> producir la vida social. 3) Ninguna postura que critique la dominación
>> estatal puede abstraerse de estas condiciones en las que necesariamente se
>> da toda lucha contra el estado.
>>
>> Pensamos que no nos queda otra variante que habitar cierta tensión, como
>> lugar fértil para la acción política. Estamos inmersos en relaciones
>> sociales que no elegimos ni consentimos, de las que no podemos fugarnos:
>> las relaciones de poder atraviesan todos los espacios sociales. Sin embargo
>> creemos que es posible llevar una práctica anticapitalista y de
>> desestructuración en cada uno de ellos.
>> Queremos proponer llevar adelante dos *líneas de intervención*, que
>> vemos como indisolubles y estériles si no son practicadas simultáneamente
>> en los mismos lugares donde intervenimos:
>>
>> - Una de ellas pertinente al ámbito de la creación, donde intentamos
>> generar procesos de relaciones comunitarias, horizontales, autónomas, que
>> experimenten en la construcción de una nueva sociedad. Donde se pongan en
>> juego otras relaciones afectivas y otros modos de sociabilidad y de
>> subjetivación, y obviamente profundizar los ya existentes aspirando a un
>> compromiso más generalizado.
>> - La otra faceta consiste en construir espacios de contrapoder y
>> organización popular que den respuesta política en enfrentamientos claros
>> con las clases hegemónicas y sus representantes, cuestionando tanto los
>> mecanismos de poder vigentes como las propias estructuras esclerosadas de
>> resistencia, y en ese camino que nos faciliten lograr cierta unidad o
>> encuentro con otros sectores aspirando a conquistas mínimas para mejorar
>> nuestra calidad de vida y garantizar nuestro desenvolvimiento social.
>>
>> En cada hospital en el que peleamos para mejorar las condiciones de
>> atención, los planes de trabajo, nuestros salarios; en cada escuela en la
>> que intervenimos para que se pongan en práctica pedagogías emancipadoras o
>> lógicas de trabajo distintas estamos llevando adelante una lucha contra la
>> enseñanza estatal o tensionando los resultados. En cada universidad cuando
>> peleamos los contenidos, las formas de organización, cuando cuestionamos
>> los dispositivos de aprendizaje o la forma de producir saberes; en cada
>> barrio en el que impulsamos proyectos comunitarios y autogestivos estamos
>> atacando el modelo de vida individualista y consumista que nos propone el
>> capital. Cuando intentamos resolver nuestros problemas laborales con
>> independencia y bajo otras reglas de intercambio, o cuando peleamos para
>> resistir una ley adversa o necesitamos que se sancione otra que refuerce
>> nuestros derechos; aun cuando construimos sin mirar al estado como norte,
>> estamos peleando contra él cuando contraponemos un plan al uso que a través
>> de él las clases dominantes hacen de los recursos producidos por los
>> trabajadores. Tenemos una voz y una mirada particular que merece ser oída
>> en otros espacios.
>>
>> Solidariamente con las críticas esbozadas arriba, creemos que la doble
>> propuesta de intervención expresada, encontraría eco rápidamente en
>> compañeros y compañeras que lean estas líneas y compartan alguno o todos
>> los principios de acción resumidos en la idea de autogestión. Sin embargo
>> creemos también que, dadas las críticas también esbozadas, a cierta
>> subjetividad liberal-autonomista presente en nuestros colectivos, quizá
>> sólo la primera tenga condiciones de realización. Creemos que para que
>> podamos desarrollar la segunda línea de intervención es necesaria cierta
>> dosis de subjetividad antagonista, que le ponga el cuerpo y no sólo las
>> palabras, a una paciente construcción antagónica con las relaciones
>> sociales imperantes en los lugares cotidianos que habitamos, más allá de
>> las explosiones coyunturales. Asimismo pensamos que la condición para
>> mantener una intervención más acá del éxodo hacia un paraíso de
>> subjetividades hermanadas, es la práctica incansable, respetuosa y férrea a
>> la vez, de una crítica y autocrítica a lo que hacemos a cada paso,
>> recogiendo las experiencias ya transitadas de forma consecuente y
>> alimentándola con las perspectivas de lo nuevo que no cesan de aparecer.
>>
>> En resumen: en la pelea por el plan para la sociedad y en las continuas
>> acciones que contraponen un mundo alternativo al actual se juega en tiempo
>> presente el carácter de nuestras prácticas, oponiéndonos en la medida de lo
>> posible a la reproducción del capital. Por esto mismo queremos abrir el
>> juego a la discusión colectiva, que nos brinde herramientas superadoras.
>> Creemos que hay personas y colectivos, que están en la misma búsqueda que
>> nosotros en distintos ámbitos. En el barrio, en las escuelas, en las
>> universidades, en los sindicatos, en todos los ámbitos de la vida, somos
>> muchos quienes luchamos por transformar la sociedad en un sentido
>> anticapitalista. Por supuesto que no tenemos ninguna garantía que el camino
>> sea fácil. Pero también, cooperando, confiamos en ser capaces de generar
>> una alternativa que perdure en el tiempo y que efectivice cada día la lucha
>> por una nueva sociedad. Ese camino es tan deseable como necesario.
>>
>>
>> Junio de 2013.
>>
>> *Raúl G, Fernando G, Paula V, Iván G, Paula A, Marta G, Bettina F.*
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