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"Israel", Palestina y el derecho a tirar piedras
José Steinsleger
La Jornada 2013/05/08
Dos buenas noticias, y dos malas. De las buenas: 1) Palestina y
Venezuela suscribieron un acuerdo para el reconocimiento de
certificados, títulos, o diplomas de educación universitaria para los
ciudadanos de ambos países; 2) en su portal de Internet Google sustituyó
la mención "territorios palestinos" por la de "Palestina" para designar
a Gaza y Cisjordania.
De las malas: 1) la entidad neocolonial llamada "Israel" recibió de
Alemania otro submarino nuclear (el quinto), con capacidad de
transportar ojivas nucleares con un alcance de mil 500 kilómetros; 2) el
ejército de "Defensa" israelí anunció que ya no utilizará fósforo blanco
en Gaza pues da "mala imagen"; 3) en el aeropuerto de Tel Aviv los
turistas "sospechosos" deberán facilitar la contraseña de sus
computadoras.
La primera de las buenas noticias amerita puntos suspensivos, pues en
todo lo que Google (o Wikipedia) "informan" acerca de la subregión, los
sionistas son buenos y los palestinos malos. En cambio, la primera de
las malas confirma "in nuce" la deuda intelectual del fundador del
sionismo Teodoro Herzl (1860-1904), con lo escrito en 1807 por el
filósofo Johann Gottlieb Fichte (1762-1814): "el alemán es para el
extranjero como el espíritu a la materia, como el bien al mal".
La segunda de las malas suena más hipócrita que la segunda de las
buenas. ¿Recuerda usted si la entidad sionista admitió en alguna ocasión
el uso de fósforo blanco en el campo de concentración a cielo abierto
más grande del mundo? (Gaza). Hoy lo admite y, de paso, anuncia que las
fuerzas "de Defensa" (sic) emplearán “…una nueva munición que contiene
únicamente gas y crea el mismo efecto” (sic). Ahora: si usted desea
apreciar la "mala imagen" que causa el uso de fósforo blanco, remítase a
972 magazine.
La tercera de las noticias malas sintoniza con la creciente
fascistización en los aeropuertos del mundo, donde millones de pasajeros
consienten que se les meta un dedo en el culo por razones de
"seguridad". Y el que disienta será tachado de "terrorista",
"antisemita" o "negacionista" del "holocausto" (judío, claro). Mas no de
los que niegan la existencia de los palestinos. Esto es muy legal y
propio de los que piensan "distinto".
Por ejemplo, y con motivo del 65 aniversario de una aberración
geopolítica, el historiador judío Ilan Pappe rescató un lacrimoso
comentario del presidente Shimon Peres, último guerrero del sionismo
histórico que en la chochez absoluta declaró al periódico israelí
Maariv, redactado íntegramente en hebreo:
“Recuerdo cómo empezó todo –dice Peres–: todo el Estado de Israel es un
milímetro de Medio Oriente entero. Un error estadístico, tierra estéril
y decepcionante, los pantanos en el norte, el desierto en el sur, dos
lagos, uno muerto y un río subvalorado. Sin recursos naturales, aparte
de la malaria. Aquí no había nada. Y ahora ¿tenemos la mejor agricultura
del mundo? Esto es un milagro: una tierra construida por la gente”
(14/4/13).
¿Dónde, exactamente, ubicar a "Israel"? ¿En la Biblia o en ese
"milímetro" inhóspito en el que "no había nada"? El periodista español
Javier Couso se hizo la pregunta cuando en medio de un partido de
baloncesto entre el Maccabi de Tel Aviv y el Real Madrid, le oyó decir
al entrenador español que el Maccabi era “…una de las canchas más
temibles de Europa” (sic).
Couso descubrió que la Euroliga depende de la Confederación Europea de
Baloncesto (FIBA), integrada por 51 países de los que sólo uno, Turquía,
comparte territorio en Europa y Asia. Y la entidad llamada "Israel" (que
al parecer queda en Medio Oriente), forma parte de la FIBA como si tal
cosa. De ahí, concluye Couso, la esquizofrenia israelí: "residir en
tierra árabe, y pensar en occidental con alma judía, mente estadunidense
y cuerpo europeo".
Que no sería el caso de israelíes con huevos (u ovarios), como Amira
Hass, a quien los sionistas le han echado el ojo por pedir que en las
escuelas palestinas se enseñe a "resistir la ocupación". ¿Cómo? Tirando
piedras. De hecho, el artículo de Amira en el periódico liberal Haaretz
se titula “La sintaxis interna del lanzamiento de piedras palestino”.
Ciudadana israelí, Amira vive desde hace 20 años en los territorios
palestinos ocupados. Y el artículo de Amira se publicó coincidiendo con
las jornadas de enfrentamiento en Cisjordania provocados por la muerte
de un preso palestino cuyo cáncer fue diagnosticado tarde, y tratado
sólo con analgésicos.
Días de luto renovado en que el servicio de noticias Yahoo daba cuenta
de un "impresionante" vuelo de aves en cielo israelí: "el vuelo
caprichoso de pájaros estorninos que arribaron en parvada y fascinaron a
los pobladores de la región. Estas aves tienen un cuerpo esbelto con
plumaje negro de reflejos verdes y morados y pintas blancas".
En la ocasión, fueron aves. Y en otras son bombas de racimo
multicolores contra el pueblo que hace 3 mil años cometió el error de
nacer en la "tierra prometida", sin documentos, sin historia, sin nada.