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¿Quién es Samer Issawi?por Meritxell
Verdaguer
Samer Issawi es palestino de Issawya, Jerusalén. Tiene 33 años. El 18
de octubre de 2011 fue liberado tras haber pasado más de 10 años en
cárceles israelíes. Issawi fue uno de los 1.027 prisioneros liberados en
el intercambio con el soldado Gilad Shalit. Nueve meses más tarde, el 7
de julio, fue arrestado de nuevo acusado de haber vulnerado las
condiciones de su excarcelación. Hoy suma 191 días en huelga de hambre
para exigir su libertad, con una salud muy deteriorada. Su corazón late
lentamente en una habitación aislada en la clínica de la prisión de
Ramala, a pocos kilómetros de Tel Aviv.
Para poder sentir lo mismo que Samer, nos unimos a la huelga de hambre
por un día, explica en Gaza la organizadora de una huelga de hambre de
24 horas seguida por unas 3.000 personas en todo el mundo, Malaka
Mohammed , y una de las activistas palestinas que están difundiendo el
caso de Issawi. Las movilizaciones se han esparcido rápidamente,
especialmente en Palestina. En Gaza, los familiares de los presos y las
diferentes organizaciones de apoyo se concentran cada lunes en una haima
donde también hay espacio para Samer Issawi y cuatro presos más en huelga
de hambre. En Issawya, el barrio de Samer Issawi, el ejército ha
destrozado hasta 14 veces la jaima dedicada a Samer, y en Ramala,
Cisjordania, un grupo de ocho personas se sumaron a la huelga de hambre,
en solidaridad, durante nueve días .
Sus familiares no tienen permitido visitarlo a la cárcel, ni siquiera
ahora que su estado de salud es delicado. Sólo puede recibir visitas de
su abogado, Jawad Boulos. Su hermana, Shireen Issawi, que durante los
últimos meses se ha convertido en su voz, comentaba por teléfono: El
pasado miércoles recibió la visita de su abogado y le dijo que dejaba
también de beber agua. Shireen describió su estado como crítico: Su
temperatura oscila entre 39 y 41 grados, su pulso es más que débil, le
duelen los riñones, no ve bien, sus músculos están erosionados, su
sistema nervioso ha dejado de trabajar correctamente y tiene a menudo
dolor de cabeza.
Es difícil creer que alguien pueda seguir con vida después de 191 días
sin comer [el artículo fue publicado el pasado 31 de enero, Issawi lleva
ahora 197 días sin comer]. No es una huelga de hambre clásica, explica
su abogado. Y añade: Samer ha tomado vitaminas y azúcar, pero nunca por
vía oral, por vía venosa. Desde el punto de vista médico no se considera
comida, y desde el punto de vista legal, no se considera que haya roto la
huelga de hambre. Ahora mismo Samer está en ayuno absoluto.
El fiscal pide para Issawi 20 años de prisión, o lo que sería lo mismo,
lo que le queda por cumplir de su primera condena por la que pasó 10 años
encarcelado, acusado de formar parte de la cúpula de un grupo armado
vinculado al Frente Democrático para la Liberación de Palestina. Issawi
fue arrestado de nuevo por incumplir una de las condiciones de su
liberación: no salir de Jerusalén. El ejército israelí lo capturó en una
zona cerca de la ciudad. No sabemos qué es Jerusalén para nosotros. El
régimen israelí cambia las fronteras cuando le apetece , opinó su padre
en la web de información sobre Oriente Medio, Mondoweiss. Hasta el
momento, Issawi fue trasladado dos veces al juzgado para la declaración,
pero en ambas ocasiones se le negó hablar y pospusieron la fecha para la
vista. Ni siquiera abrieron su carpeta, apunta Shireen. La próxima cita
es el día 5 de febrero.
Hay cuatro presos palestinos más en huelga de hambre en cárceles
israelíes. Aymen Sharawna, como Issawi, fue liberado en el intercambio
con Shalit, y fue arrestado otra vez el 21 de enero de 2012. Comenzó una
huelga de hambre el 1 de julio de 2012 y la abandonó después de 180 días,
el 3 de enero de 2012, agarrándose a las promesas israelíes para la
resolución de su caso, que no han llegado y que lo han vuelto a la huelga
de hambre. Tres prisioneros más, Jafar Azzidine, Yousef Yassin y Tarek
Qaadan, llevan 65 días en ayuno voluntario después de haber sido
arrestados el 22 de noviembre bajo detención administrativa, lo que
significa que han sido encarcelados sin cargos ni juicio. El apoyo a los
presos también es castigado en Palestina y en los últimos días han sido
detenidos algunos activistas. La represión también llega a la familia de
Issawi a quien el ejército israelí, según su hermana, cortó el agua
durante dos semanas. Shireen Issawi fue detenida durante 24 horas y
permaneció bajo arresto domiciliario durante 10 días, después de haber
acompañado a Samer al juzgado.
En las cárceles israelíes los palestinos han protagonizado decenas de
huelgas de hambre en las que han participado miles de presos. La última
huelga de hambre colectiva fue en abril de 2012, cuando ayunaron durante
77 días al menos 1.200 prisioneros políticos. La huelga terminó cuando el
Servicio Israelí de Prisiones aceptó las demandas de detener las
detenciones administrativas y el aislamiento, entre otros. Pero, según el
grupo de apoyo a los prisioneros Addameer, Israel no cumplió nunca el
acuerdo.
