Los palestinos llevan la lucha a
sus ocupantes: 20 tiendas de campaña que estremecieron a Israel
Jonathan Cook
CounterPunch
Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens
NAZARET Cuanddo la dirigencia palestina obtuvo el estatus de observador
(no miembro) de las Naciones Unidas en noviembre, numerosos escépticos a
los dos lados de la lÃnea divisoria cuestionaron qué beneficios
prácticos devengarÃan los palestinos. Los incrédulos todavÃa no han
callado.
El Presidente de la Autoridad Palestina Mahmud Abas ha hecho poco para
sacar provecho de su éxito diplomático. Ha habido vagas amenazas de
âaislarâ a Israel, declaraciones indecisas de âno excluirâ una
presentación ante el Tribunal Penal Internacional y una declaración de
bajo perfil de la Autoridad Palestina sobre el nuevo âEstado de
Palestinaâ.
En un momento en el que los palestinos esperaban un hito en su lucha por
la liberación nacional, las dirigencias de Fatah y Hamás parecen tan
mutuamente abstraÃdas en sà mismas como siempre. La semana pasada
estaban dirigiendo sus energÃas hacia una nueva vuelta de conversaciones
de reconciliación, esta vez en El Cairo, en vez de concentrarse en la
intransigencia israelÃ.
En su lugar, un grupo de 250 palestinos comunes y corrientes tuvieron que
mostrar cómo la idea de un âEstado de Palestinaâ podrÃa obtener un
significado práctico. El viernes, establecieron un campamento de carpas
que querÃan convertir en una nueva aldea palestina llamada Bab al-Shams,
o Puerta del Sol.
El domingo, mostrando cuánto se inquieta Israel ante semejantes actos de
resistencia popular palestina, el primer ministro israelà Benjamin
Netanyahu ordenó que una incursión matutina expulsara a los ocupantes,
a pesar de que sus propios tribunales habÃan emitido una orden de no
innovar durante seis dÃas contra la orden de âevacuaciónâ del
gobierno.
De un modo fascinante, los activistas no solo rechazaron la actitud
cautelosa de sus propios dirigentes sino que también prefirieron copiar
las tácticas de los colonos de la lÃnea dura.
Primero declararon que estaban creando âhechos sobre el terrenoâ,
después de explicar que es el único lenguaje que Israel usa o
comprende. Entonces seleccionaron el lugar más polémico imaginable para
Israel: el centro del corredor E-1, 13 kilómetros cuadrados de terreno
sin urbanizar entre Jerusalén Este y la ciudad-colonia estratégica de
Israel de Maale Adumim en Cisjordania.
EE.UU. habÃa aplazado la acción de Israel, comprendiendo que la
consumación del E-1 señalarÃa al mundo y a los palestinos el final de
la solución de dos Estados. Pero después de la votación de la ONU
Netanyahu anunció planes de construir otras 4.000 viviendas para colonos
en el lugar como castigo a la impertinencia de los palestinos.
La comparación entre los activistas de Bab al-Shams y los colonos no
deberÃa llevarse demasiado lejos. Una diferencia obvia es que los
palestinos estaban construyendo en su propia tierra, mientras Israel
está violando el derecho internacional al permitir que cientos de miles
de colonos judÃos se instalen en Cisjordania.
La reacción de Israel con respecto a cada grupo tenÃa que ser
diferente. Está especialmente claro en relación con lo que el propio
Israel llama los âpuestos avanzados ilegalesâ, más de 100
microcolonias, similares a Bab al-Shams, establecidas por colonos de la
lÃnea dura desde mediados de los años noventa, después de que EE.UU.
prometiera que no autorizarÃa ninguna nueva colonia.
A pesar de la obligación de desmantelar los puestos avanzados, los
sucesivos gobiernos israelÃes han permitido que prosperen. En la
práctica, dÃas después de que las primeras caravanas aparecieran en lo
alto de un cerro en Cisjordania, los funcionarios israelÃes conectaron
los âpuestos avanzadosâ a la electricidad y el agua, construyeron
rutas de acceso y revisaron el recorrido de los autobuses para
incluirlos. La propagación de colonias y puestos avanzados ha estado
llevando inexorablemente a la anexión de facto a Israel de la mayor
parte de Cisjordania.
En marcado contraste, todo acceso a Bab al-Shams fue bloqueado en unas
horas tras la colocación de las carpas y al dÃa siguiente Netanyahu
ordenó que el lugar se declarse zona militar exclusiva. En cuanto
terminó el Sabat judÃo, los soldados se concentraron alrededor
del campamento. Temprano en la mañana del domingo invadieron el
lugar.
Es obvio que Netanyahu temÃa permitir cualquier demora. Los palestinos
comenzaron a utilizar redes sociales durante el fin de semana para
planificar manifestaciones masivas ante los bloqueos de las carreteras
que conducÃan al campamento.
Por fútiles que parezcan los esfuerzos de los activistas en esta
ocasión, el campamento indica que los palestinos comunes y corrientes
tienen más posibilidades de encontrar caminos imaginativos para
inquietar a Israel que la reaccionaria dirigencia palestina.
La alta funcionaria de la OLP Hanan Ashrawi alabó a los activistas por
su âinstrumento no violento altamente creativo y legÃtimoâ de
proteger tierras palestinas. Pero el hecho de que los funcionarios de la
AP, incluido Saeb Erekat, no llegaran al lugar antes de que fuera
acordonado por un anillo de seguridad israelà solo aumentó la
impresión de una dirigencia demasiado lenta y falta de imaginación para
reaccionar a los eventos.
Al establecer Bab al-Shams, los activistas demostraron visiblemente la
naturaleza de apartheid del régimen de Israel en los territorios
ocupados. Aunque es poco probable que un breve campamento cambie la
dinámica del conflicto, muestra a los palestinos que hay maneras para de
ellos mismos lleven la lucha a Israel.
Después de la incursión israelÃ, uno de los organizadores del
campamento, Mohammed Khatib subrayó elocuentemente el aspecto más
importante. âAl establecer Bab al-Shams, declaramos que ya basta de
demandar nuestros derechos al ocupante, desde ahora los tomaremos
nosotros mismosâ.
Ese es, por supuesto, el gran temor de Netanyahu. Se informa de que el
escenario que más preocupa a sus funcionarios es que ese tipo de acción
popular pueda ser infecciosa. Si los palestinos ven que la resistencia
popular no violenta, a diferencia de una diplomacia interminable, ayuda a
despertar al mundo ante su suerte, puede haber más Bab al-Shams y otras
sorpresas para Israelââ a la vuelta de la esquina.
Un pensamiento semejante fue precisamente lo que condujo al procurador
general de Israel, Yehuda Weinstein, a justificar la violación de la
orden judicial de Netanyahu sobre la base de que el campamento
âcausarÃa protestas y disturbios con implicaciones nacionales e
internacionalesâ.
Lo que muestra Bab al-Shams es que los palestinos comunes y corrientes
pueden llevar la lucha por el âEstado de Palestinaâ a Israel e
incluso volver los propios métodos de Israel contra él.
Jonathan Cook ha obtenido el Premio Especial de Periodismo Martha
Gellhorn. Sus últimos libros son: â Israel and the Clash of
Civilizations: Iraq , Iran and the Plan to Remake the Middle Eastâ
(Pluto Press) y âDisappearing Palestine : Israel âs Experiments
in Human Despairâ (Zed Books). Su nueva página en Internet es:
www.jonathan-cook.net
Fuente:
http://www.counterpunch.org/2013/01/14/how-20-tents-rocked-israel/