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Auteur: nodo solidale
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À: infopalestina.mx
Sujet: [Infopalestina.mx] Por qué no ha habido una "primavera palestina"?

¿Por qué no ha habido una "primavera palestina"?

14 de julio, 2012

Por Ben White*
Traducción: María M. Delgado


Desde que los levantamientos en Túnez y Egipto
provocaron un terremoto en la región hace 18
meses, los analistas se han preguntado sobre la
ausencia de una "primavera palestina". Es útil
intentar explicarlo, ya que puede dar luz sobre
problemas claves del proceso de paz, hoy en coma.

Hasta cierto punto, la pregunta "¿Por qué no hay
una primavera palestina?" puede ser respondida
con una sola palabra: Oslo. Los acuerdos de Oslo,
firmados en 1993, establecieron un paradigma por
el cual la lucha palestina por el retorno y la
descolonización se convirtió en una fachada de
soberanía, concesiones en cuentagotas y gestión de la ocupación.

Esto, a su vez, ha marcado el comportamiento y el
rumbo de actores políticos claves en los
territorios ocupados. La Autoridad Palestina
(ANP), por ejemplo, pasó de un enfoque
revolucionario a uno de autonomía "interina"; y,
con el tiempo, se convirtió en una entidad
institucionalizada que existe para su propio
beneficio. Los dirigentes de la ANP no sólo no
representan a la mayoría de lxs palestinxs en el
mundo, sino que están desconectados incluso de la
gente a la que gobiernan: sus pases VIP y sus
intercambios de correspondencia diplomática están
en marcado contraste con las necesidades de las
familias de los presos o de los campesinos expulsados de su tierra.

Otra consecuencia de Oslo ha sido la
"profesionalización" de las ONGs y el importante
rol que estas organizaciones han tenido en
alentar ciertas formas de organización y marginar
o deslegitimar otras. Tal como se señaló hace una
década, "la ausencia de base social de las ONGs y
su enfoque en asuntos de desarrollo y gobernanza
las hacen incapaces de organizarse a nivel de
masas." Su profesionalización ha creado un
mercado que compite por financiamiento (marcado
por las prioridades de los donantes) y ha
implicado "la exclusión de un público más amplio
que participe en la definición de prioridades y agendas nacionales".

La ANP y las ONGs (tanto internacionales como
locales) han contribuido al surgimiento de "una
amplia franja de opinión pública y de intereses
materiales vinculados al mantenimiento del status
quo, ya sea por temor a lo que el cambio podría
traer o simplemente por no creer en la
posibilidad de un cambio positivo". Esto incluye
a los grandes comerciantes, a quienes dependen
económicamente de la ANP y a quienes tienen
permisos para trabajar en las colonias israelíes
y/o dentro de Israel. Este amplio grupo
constituye "una base sólida para no alterar el status quo".

Hay otros problemas también. Los palestinos
enfrentan obstáculos físicos para construir una
estrategia de resistencia unificada, ya sea las
colonias israelíes, los puestos de control, las
redes de carreteras segregadas y el Muro. También
está el sistema burocrático de "permisos" que
separa a Gaza de Cisjordania, a ésta de Jerusalén, etc.

La fragmentación física va más allá, por
supuesto, y hace que los palestinos enfrenten
distintas realidades y experimenten una variedad
de regímenes legales en lugares tan diversos como
el Negev, Silwan, el Valle del Jordán o los
campos de refugiados en Líbano. Esto crea
prioridades inmediatas distintas, que hacen
difícil articular una estrategia más allá de lo local.

Un factor adicional en Cisjordania es la actitud
intolerante de la ANP hacia el disenso y la
protesta pública. Los gobernantes de Ramalla no
son sólo un obstáculo para una "primavera
palestina"; para algunos, son el adversario. En
Gaza, Hamas tampoco ha sido inmune a los peligros
de convertir al poder en un fin en sí mismo.

El su último informe mundial sobre los derechos
humanos, Amnistía Internacional critica tanto a
la ANP como a Hamas por maltratar a los detenidos
y reprimir la libertad de expresión. La baja
tolerancia hacia el disenso en los medios o en
las manifestaciones públicas son un ejemplo de
las violaciones a los derechos humanos que, según
el Centro Palestino para los DDHH, "están
motivadas por la actual división política, al
parecer como reacciones mutuas de cada lado hacia el otro."

Si agregamos a esto la falta de un programa
político que represente las aspiraciones
nacionales palestinas, así como el vacío de
liderazgo resultante del conflicto entre Fatah y
Hamas, no cabe duda que la movilización es un desafío grande.

Pero eso no quiere decir que no pasa nada. Los
palestinos se movilizan, pero su movilización es
descentralizada y dispar: la energía está ahí,
pero no se hace evidente de forma inmediata. Hay
múltiples hilos de activismo en juego, algunos de
los cuales apuntan directa o indirectamente a
desafiar los obstáculos que enfrenta la resistencia al colonialismo israelí.

Hasta ahora, la acción masiva en los territorios
ocupados está inhibida por una serie de factores.
Pero eso no quiere decir que todo está quieto; y
como sabemos tanto por la historia palestina como
por los acontecimientos recientes en la región,
las cosas pueden cambiar de un momento al otro.

* Ben White es un periodista independiente,
escritor y activista británico especializado en
Palestina / Israel. Es autor de "Apartheid
Israelí: Una guía para principiantes" (2009) y
‘Los palestinos en Israel: segregación,
discriminación y democracia" (2011). Sus
artículos han sido publicados en The Guardian, Al
Jazeera, The Electronic Intifada, New Statesman,
Salón, Christian Science Monitor, Middle East
International, etc. Su blog: http://www.benwhite.org.uk


Publicado originalmente en The Guardian