[pensamientoautonomo] Slavoj Žižek: El filósofo de la anarqu…

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Autor: Fernando Mario Gargano
Data:  
A: Bettina Lucía Fratta, Lista por una ronda de pensamiento autónomo, Enrique B.
Assumpte: [pensamientoautonomo] Slavoj Žižek: El filósofo de la anarquía
Reenvío interesante nota a Žižek, habla de cosas que hemos discutido. Sobre
todo con una dosis de realismo, no por eso claudicante.

F.G.


Slavoj Žižek: El filósofo de la anarquía
VÍCTOR LENORE 1 ABR 2011 <http://elpais.com/tag/fecha/20110401>
Se nutre por igual de Rousseau, Kafka o David Lynch. El venerado pensador
de la era pospop visita el Festival de las Letras de Bilbao con sus
provocativas reflexiones.
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Una vez pregunté a un amigo filósofo cuál era la importancia de Slavoj
Žižek en el pensamiento contemporáneo. Su respuesta fue esta: "¿Recuerdas
aquel episodio de *Los Simpson* en el que Bart se presenta a delegado de
clase? Su contrincante, el típico alumno aplicado, siente que va a perder y
recurre a la campaña negativa usando el eslogan 'Con Bart llegará la
anarquía'. Simpson contraataca haciendo suya la frase '¡Con Bart llegará la
anarquía!'. Algo parecido pasa con Žižek". El profesor esloveno tiene un
discurso adictivo donde se mezclan política, psicoanálisis, lucha de
clases, taquillazos de Hollywood y algún chiste grueso. Una estrategia
efectiva para devolver la filosofía al público masivo que podremos
comprobar el jueves 7 de abril en su visita al Festival Internacional de
las Letras que organiza AlhóndigaBilbao.

*"No soy un ingenuo, ni un utópico; sé que no habrá una gran revolución"*

*EP3.* En su libro *El acoso de las fantasías* (1997) explica que los
medios audiovisuales pueden emborronar nuestra percepción de la realidad.
¿Qué opina de la aparición de la redes sociales?

*Slavoj Žižek.* Muchos se quejan de que Twitter o Facebook son comunidades
artificiales, sucedáneos de la interacción humana cara a cara. Yo celebro
estas comunidades artificiales; te permiten escapar de tu lugar asignado en
la sociedad. Imagina vivir en un país como Arabia Saudí. Yo me sentiría
liberado usando Twitter.

*EP3.* Muchos medios atribuyen a estas redes un papel importante en
movimientos de protesta actuales. ¿Está de acuerdo?

*S. Z.* Me interesan más otras cosas. Por ejemplo, los conceptos de posible
e imposible. Hoy cualquiera con dinero puede viajar al espacio, cada mes
anuncian descubrimientos contra algún tipo de cáncer, incluso se habla de
avances para alcanzar la inmortalidad. Al mismo tiempo, en cada telediario,
salen políticos y economistas explicando que no hay dinero para mantener la
Seguridad Social. Vivimos una época que promueve los sueños tecnológicos
más delirantes, pero no quiere mantener los servicios públicos más
necesarios.

*EP3.* ¿Qué postura toma frente a esto?

*S. Z.* No estoy en contra del capitalismo en abstracto. Es el sistema más
productivo en la historia. Me considero comunista, aunque el comunismo no
sea ya el nombre de la solución, sino el del problema. Hablo de la lucha
encarnizada por los bienes comunes. Las corporaciones intentan privatizar
los recursos naturales, la biogenética o los conocimientos. El capitalismo
actual se mueve hacia una lógica de *apartheid,* donde unos pocos tienen
derecho a todo y la mayoría son excluidos.

*EP3.* Su último libro, *Living in the end times* (2010), explora nuestra
negativa a aceptar que el mundo está al borde del colapso. ¿Qué nos impide
tomar verdadera conciencia?

*S. Z.* Nos gustan las respuestas sencillas. En vez de pensar sobre la
estructura del sistema, nos refugiamos en cuestiones morales. El
anticapitalismo es muy popular entre las grandes estrellas de Hollywood.
Todos están en contra de alguna compañía que explota niños o que contamina
el medio ambiente. Hacen estas cosas para calmar su conciencia individual.
Me opongo por completo a lo que suele llamarse estilo de vida ecologista.
Hablo de la gente que recicla, tiene paneles solares y compra comida
orgánica. Leí hace poco un informe que demuestra que si todos siguiéramos
esas pautas de consumo provocaríamos una catástrofe, ya que los artículos
ecológicos son mucho más caros de producir.

*EP3.* ¿Cuál es la alternativa?

*S. Z.* La solución que ofrecían era que la mayor parte posible de la
humanidad viviera apiñada en grandes ciudades. Así, todos los servicios
serían más baratos. El sueño de todos de la casita en el campo o en las
afueras puede acabar en cataclismo.

*EP3.* ¿Hay que replantearse todo?

*S. Z.* Hay que ser más hedonistas. El problema es que no nos centramos en
lo que realmente nos satisface. Estamos atrapados en una competición
malsana, una red absurda de comparaciones con los demás. No prestamos
suficiente atención a lo que nos hace sentir bien porque estamos
obsesionados midiendo si tenemos más o menos placer que el resto. En estos
casos extremos, me gusta recurrir a los clásicos. Por ejemplo, Rousseau. Él
veía el egoísmo como algo saludable. El único límite que ponía es que no es
legítimo preferir el bien propio si causa un mal a otros. Los capitalistas
actuales son fanáticos religiosos que defienden sus beneficios aunque
traigan la ruina para millones de personas.

*EP3.* ¿Qué movimientos sociales sigue?

*S. Z.* No está todo tan mal como pintan mis libros. Me han sorprendido las
revueltas en el norte de África. Europa nunca ha creído que los árabes
fueran capaces de hacer una revolución democrática a gran escala,
independiente de valores religiosos. Ahora mismo estoy en Londres y tenemos
una huelga masiva en la educación superior. El Plan Bolonia es una
catástrofe. La derecha quiere suprimir las humanidades. En vez de
pensadores, quieren convertirnos en expertos que cumplan los encargos que
las élites plantean. Me parece importante defender que los grandes
problemas nos conciernen a todos. La derecha debería estar en contra del
Plan Bolonia. Convertir la Universidad en una empresa es mucho más
peligroso para Europa que el fundamentalismo islámico.

*EP3.* Ha dicho que si pudiera viajar en el tiempo escogería el siglo XIX
para poder ser alumno de Hegel.

*S. Z.* Él demostró que cuando persigues una cosa se puede convertir en la
contraria. En Occidente queremos libertad y dignidad, pero estamos
dispuestos a abolirlas en nombre de esa misma búsqueda. Otro ejemplo:
tenemos más poder que nunca sobre la naturaleza, pero nunca hemos estado
más expuestos a catástrofes ecológicas.

*EP3.* ¿Cuál es el objetivo de sus libros?

*S. Z.* Me encanta una anécdota, seguramente apócrifa, de la Primera Guerra
Mundial. Un puesto militar alemán escribe un telegrama a sus aliados
austriacos: "Aquí la situación es seria, pero no catastrófica". La
respuesta dice : "Aquí la situación es catastrófica, pero no seria". Esta
última frase define nuestra época. Nos cuesta tomar en serio la debacle a
la que nos enfrentamos. No soy un ingenuo, ni un utópico; sé que no habrá
una gran revolución. A pesar de todo, se pueden hacer cosas útiles, como
señalar los límites del sistema. Muchos sabemos que unas cuantas reformas
no van a sacarnos del atolladero.

*EP3.* Es conocida su habilidad para explicar el concepto más denso con una
metáfora de la cultura popular. ¿Qué contenidos pop le interesan más ahora?
*S. Z.* Me gustan las nuevas teleseries. *Los Soprano* o *Mujeres
desesperadas* me parecen demasiado pretenciosas. *The Wire,* en cambio, fue
un diálogo con los espectadores sobre problemas urbanos. En realidad mi
favorita es *Héroes.* Trata de un grupo de marginados, cada uno con un
poder distinto, que se unen para fabricar una sociedad alternativa. Hay que
encontrar nuevas formas de conciencia