Ultra-ortodoxos israelíes: eternos religiosos y ahora también nacionalistas
http://www.palestinalibre.org/articulo.php?a=36570
Los judíos ortodoxos son un cuarto de la
población en Israel y, según los últimos estudios
demográficos, son el grupo que más rápido está
creciendo en el país. A primera vista es fácil
dividirlos en dos grupos: los Haredi y Hasidic, y los ortodoxos modernos.
2011-12-02 06:11:55 / Fuente: Mikaela Levi,
Centro de Información Alternativa (AIC)
Los primeros respetan a raja tabla las mismas
costumbres y normas desde hace siglos; los mismos
trajes y sombreros negros, los mismos peinados y
las mismas barbas. Los segundos, adaptaron las
tradiciones a los nuevos tiempos. A estos últimos
se los puede distinguir en la calle sólo por sus
kipás y las cuerditas color crudo que cuelgan
desde la cintura y que provienen del talit (una
suerte de túnica que visten todos los ortodoxos)
que utilizan debajo de la ropa moderna y occidental.
Lo de la ropa no es sólo un detalle. La filosofía
misma de los ortodoxos modernos es integrarse a
los nuevos tiempos y a la sociedad moderna. Ellos
también fueron, en Israel, los que se sumaron en
mayor número a la ideología nacionalista y,
actualmente, al campo nacionalista más duro. Sin
embargo, en los últimos años los israelíes
empezaron a ver una presencia más grande de los
otros ortodoxos, los ultra-ortodoxos, como se los
suele llamar, en los parques, los negocios, en
los asentamientos y hasta en el ejército.
Un informe publicado en 2010 por la ONG Crisis
Group sostiene que a finales de los noventa, el
entonces (y actual) primer ministro Benjamin
Netanyahu comenzó a facilitar viviendas
subsidiadas a las comunidades ultra-ortodoxas al
este de la Línea Verde, en los territorios
palestinos ocupados. Un buen ejemplo es Betar
Illit, una colonia en las afueras de Belén, cuya
población Haredi aspira a construir una comunidad
pura y respetuosa de las tradiciones y las reglas
ultra-ortodoxas. En 2007, el censo indicaba que
unas 35 mil personas vivían en el asentamiento,
pero según la proyección demográfica de los
últimos años, podría alcanzar los 100 mil habitantes en apenas 13 años.
Estas poblaciones colonas ultra-ortodoxas son
mayormente jóvenes. Según el diario Haaretz, en
2007 dos tercios tenía menos de 18 años. Se trata
de adolescentes que nacieron allí o en Israel y
que, a pesar del rechazo y la desconfianza de
muchos de sus padres, están interesados en
integrarse al supuesto "Estado judío" y, más aún,
de comenzar a tomar las riendas políticas del
país. Por eso, empezaron a enrolarse cada vez más
en el ejército, la institución integradora por excelencia en Israel.
Según un estudio realizado por las IDF y
publicado en noviembre de 2011 por la agencia de
noticias palestinas Maan News, entre 2010 y 2011
la presencia de colonos en el servicio militar
creció exageradamente. Pasó del 45,8 por ciento
al 61 por ciento. Aunque no hay cifras que
demuestren que los ortodoxos están haciendo la
diferencia, vale destacar que el estudio de las
IDF no considera colonos a todos aquellos que
viven en Maale Adumim y otros asentamientos en
las afueras de Jerusalén, la mayoría de ellos
"colonos económicos" no ortodoxos. Para el Estado
israelí estos gigantescos asentamientos son
"suburbios" y pertenecen a la "indivisible"
ciudad de Jerusalén, ocupada en 1967 y anexada ilegalmente en los ochenta.
Esta radicalización de los colonos
ultra-ortodoxos ganó fama mundial con la
creciente violencia que los habitantes palestinos
viven día tras día en la ciudad de Hebrón y sus
alrededores. Las piedras dieron paso a las
pistolas, y las pistolas a las ametralladoras
automaticas. Hoy día parecen milicias, milicias
lideradas y aconsejadas por rabinos.
En una colonia cercana a la ciudad palestina de
Nablus, en el norte de Cisjordania, dos rabinos
demostraron este nuevo tipo de liderazgo
ultra-ortodoxo y nacionalista. A finales de 2009
los rabinos Yitzhak Shapira y Yosef Elitzu
escribieron en su libro "La Torah del rey: leyes
sobre la vida y la muerte entre los judíos y las
naciones": "Hay razones para matar a los niños si
existe evidencia de que, al crecer, nos dañarán;
en ese caso los ataques deben ir directamente
contra ellos y no contra los adultos". Y agregan:
"Incluso existe causa para matar a los bebés de
gentiles que no violan las siete leyes otorgadas
por Dios a Noé por la futura amenaza que causarán
si son criados por gente malvada como sus padres."
Los casos de rabinos ultra-ortodoxos colonos que
incitan a sus alumnos de las yeshivas (muchas de
ellas financiadas por el Estado israelí) a atacar
a la población palestina en Cisjordania, aparecen
de vez en cuando en la prensa israelí. A pesar
del repudio que en general suelen generar en la
sociedad, o al menos en una buena parte de ella,
aún no han provocado reacciones políticas o cambios concretos.
Por el contrario, el único cambio político que se
está viendo en los últimos años es un giro de la
élite política hacia la derecha y el
conservadurismo religioso. El partido Shas, de
origen sefaradí, es un buen ejemplo de este nuevo
clima político. Son ultra-ortodoxos, representan
a uno de los sectores mas conservadores de la
sociedad israelí, y representan la defensa más
encarnada de la expansión, legalización y anexión
de los asentamientos en Cisjordania.
"Donde haya necesidad de viviendas, allí
intentaremos ayudar, sea en los asentamientos en
ambos lados del Muro o en la Ciudad de David y el
Barrio Musulmán en Jerusalén. Apoyaremos el
crecimiento natural", explicó en abril de 2009 el
ministro israelí de Asuntos Religiosos, Yaakov
Margi, en una entrevista con la ONG Crisis Group.
Y las de Shas no son sólo promesas políticas
vacías. Apenas unos meses antes, un parlamentario
de esa formación, Nissim Zeev, había decidido
instalarse en la casa de una familia
ultra-ortodoxa en Hebrón para evitar que los
soldados israelíes pudieran ejecutar la orden de
desalojo, dictada por la Justicia.
Hoy Shas forma parte del gobierno de Benjamin
Netanyahu y tiene una voz determinante en las
políticas de colonización en los territorios
palestinos ocupados y, también, en la relación
diplomática con la Autoridad Palestina. Recientes
sondeos indican que cada vez más comunidades
ortodoxas israelíes se suman al campo de los
extremistas que rechazan de plano cualquier
negociación de paz que incluya una retirada de
los asentamientos o, inclusive, un congelamiento
de la construcción en esas colonias.
Centro de Información Alternativa (AIC), Jerusalén.
