¿Quién carajos dijo que las utopías son irrealizables o que lo imposible
no pueden hacerse posible?
Pedro Echeverría V.
1. Mi queridísimo compañero Juan Castro Soto, junto con Álvaro López,
encabezan un maravilloso proyecto en el norte de Veracruz, en Espinal de la
zona indígena totonaca, con participación comunitaria, que le han llamado:
«Mercado Alternativo y Economía Solidaria; el objetivo es contrarrestar la
crisis económica del sistema capitalista y neoliberal. El proyecto es
impulsado por asociaciones civiles como el Centro de Investigación
Intercultural para el Desarrollo (Ciides), la Red Unidos por los Derechos
Humanos (rudh), alumnos y docentes de la Universidad Veracruzana
Intercultural (uvi) y busca que los productores y demandantes de servicios
consuman los productos de la región. Esta propuesta, que han comenzado a
poner en práctica con todo cuidado y observando detenidamente sus
resultados, es tan interesante e importante que ha comenzado a causar
reacciones negativas de la burguesía alarmada de la región.
2. Consiste en poner en circulación una moneda comunitaria, cuyo nombre es
Túmin (significa dinero en Totonaca) que equivale a un peso mexicano y hay
denominaciones de 5t, 10t y 20t, mismos que comenzaron a circular en
septiembre de 2010 entre 50 comerciantes; hasta la fecha ya suman 80 dueños
de establecimientos que creyeron en mercado alternativo que no depende de
los gobiernos sino de los ciudadanos que buscan solucionar dificultades en
la economía de su pueblo. Juan Castro Soto, presidente del proyecto, ha
dicho que no se trata de sustituir la moneda mexicana y agregó que «mientras
el peso se fuga a las grandes tiendas que acaparan el comercio en otros
pueblos o ciudades, el Túmin se recicla y es autosustentable». La moneda
«alternativa» nunca se va de la comunidad pues sólo se acepta entre los
participantes. «Es un circuito cerrado donde la gente siempre tiene dinero
para comprar» detalla el díptico de diez ideas sobre la economía solidaria.
3. Los mas ricos comerciantes y negociantes del estado, pensando solamente
en sus ganancias, sin reflexionar, y acostumbrados a controlar económica y
políticamente a los indígenas, campesinos y gente pobre de la región, han
puesto el grito en el cielo pensando en que podría ser una experiencia
comunista o socialista (que por cierto tanto en Veracruz, Estado de México,
Michoacán y Sinaloa se registraron ensayos de ayuda mutua, luego magonistas,
desde antes de la Revolución Mexicana de 1910-17) que buscaban que las
comunidades trabajaran y consumieran de manera colectiva con el fin de que
los humildes trabajadoras tengan confianza y seguridad en sus vidas. Con
toda seguridad gobierno y los más ricos, buscarán estrangular ese proyecto
comunitario que según han declarado: podría ser una bonita utopía, pero
que viola todas las normas del derecho mexicano y hasta a la cárcel deberían
parar los creadores.
4. Los compañeros profesores universitarios, habitantes y pequeños
comerciantes, artesanos y prestadores de servicio que participan en el
proyecto regional son: alimentos preparados, carnes, corte de pelo y
belleza, frutas, verduras, Internet, computación, médicos, farmacias,
panaderías, tortillerías y servicios como hotel, costura, carpintería,
asesoría jurídica, plomero, entre otros, están conscientes en que es un
experimento que se irá reformando y adaptando a las necesidades de la
población y que muy bien puede traer buenos resultados para la comunidad de
Espinal y para toda la región. ¿Qué otras experiencias de este tipo hay en
México? Varios cientos se desarrollan en otras tantas comunidades con
enormes dificultades porque el sistema capitalista las aplasta usando
cualquier pretexto. Pero sin duda, la más conocida es la que practican los
zapatistas en siete municipios autónomos de Chiapas bautizados como Los
Caracoles.
5. El trabajo comunitario es intenso. Sus directivos y dirigentes tienen que
visitar comercios, hablar detenidamente con cada uno de sus dueños,
convencerlos del proyecto y orientar a los habitantes acerca de cómo se debe
proceder. Muchos profesores y estudiantes de la universidad veracruzana son
miembros de las diferentes comunidades del estado y son ellos quienes en
reuniones y asambleas analizan a fondo la problemática con el fin de poder
explicársela a la comunidad. Debemos estar pendientes de lo que suceda en
esa región de Veracruz, conocer muy bien esa experiencia comunitaria cuyo
único objetivo es que la población pobre, explotada y sin trabajo construya
directamente su vida. Pero también exigir que el gobierno y los empresarios
respeten al pueblo, a sus dirigentes y profesores que luchan denodadamente
por la instrumentación de ese proyecto. Más aún, debemos apoyarlos.
6. Recuerdo que desde que era niño me mal enseñaron que utopía quiere decir
irrealizable (incluso en los diccionarios se repite esa frase); que Tomás
Moro era su creador y hablaba de una sociedad ficticia, es decir en ningún
lugar, pero ya Platón la definió como sociedad idealizada hace más de dos
mil años. Luego estudiando a Marx y a Engels, en su Socialismo utópico y
socialismo científico, me encuentro a los llamados socialistas utópicos:
Saint Simon, Charles Fourier y Robert Owen que pusieron proyectos en
práctica que se convirtieron en interesantes ensayos socialistas que por una
u otra causa no pudieron funcionar durante mucho tiempo. Por su parte, lo
anarquistas como seres activos- no dejaron nunca de poner en práctica
acciones comunitarias que desnuden el autoritarismo del Estado capitalista y
pongan en actividad a las masas. Aunque las experiencias han sido diferentes
han ido por el mismo camino.
7. Las Juntas de Buen Gobierno instaladas en Chiapas en agosto de 2003, así
como el proyecto Marcado Alternativo y Economía Solidaria que se ha
empezado a poner en práctica en el norte de Veracruz, son experiencias
comunitarias que están naciendo desde abajo, que nos enseñan que Otro mundo
es posible, es decir, que las ideas toman cuerpo en la materialidad cuando
prenden en la gente. Espero que la izquierda radical mexicana se de cuenta
de los cambios que se dan a diario con la participación de las comunidades y
que la socialdemocracia, preocupada sólo por lo electoral, también comprenda
que tiene la obligación de apoyar los movimientos sociales para extender su
influencia política. ¿Qué piensan los movimientos sociales y el sindicalismo
acerca de estas propuestas, como la de Veracruz, que ayudan a desnudar las
prácticas capitalistas y contribuyen a la movilización de la población?
http://pedroecheverriav.wordpress.com