[Pensamientoautonomo] Tunizia - Vale la pena leerlo debido a…

Delete this message

Reply to this message
Autor: jchueco
Data:  
A: pensa
Assumptes nous: [Pensamientoautonomo] Desde Sancris
Assumpte: [Pensamientoautonomo] Tunizia - Vale la pena leerlo debido a la falta de información
Tunisia

Probablemente no te habías enterado cuando ibas de vacaciones y
llegabas al aeropuerto que llevaba el nombre del presidente Zine El
Abidine Ben Ali.

Desde el pasado domingo ese nombre ha desaparecido, igual que el
dictador. Sin esperar a ninguna decisión administrativa los operarios
lo han desmantelado.
Hoy el aeropuerto lleva el nombre de Mohamed Bouazizi .

Mohamed Bouazizi no era ningún respetable miembro de la élite política
alabado por las instituciones financieras más importantes del mundo,
era simplemente un joven de 26 años que estaba harto de ellas.

Era un graduado universitario informático sin trabajo que se puso a
vender verduras y frutas sin licencia, y que en protesta por la
confiscación policíal de su improvisado y honrado medio de
subsistencia, se roció con gasolina y se prendió fuego.

Murió el 4 de enero a consecuencia de sus graves quemaduras. Cinco mil
personas asistieron a su funeral al día siguiente.

No fue el único en inmolarse; otro joven desempleado de Sidi Bouziz se
subió a un poste de electricidad, gritó “¡No a la miseria, no al
desempleo!”, tocó los cables y se electrocutó instantáneamente.

Ni tampoco es Túnez el único país del Magreb donde esto ha sucedido.
Seis jóvenes también intentaron inmolarse frente del Ministerio de
Trabajo, en Rabat, Marruecos pocos días después.

Pero no se trata de una espontánea explosión de disturbios juveniles
en respuesta al suicidio de Mohamed Bouazizi, como los medios lo están
presentando.
El descontento de la población se extiende a todo el país y es
generalizado en todos los sectores de trabajadores, no sólo en los más
pobres. Por ejemplo, los abogados se declararon en huelga el 6 de
enero para protestar contra los malos tratos a los que son sometidos
por la policía.

El suicidio de Mohamed Bouazizi sólo fue el detonante del
acrecentamiento de una crisis que ya había comenzado en Túnez mucho
antes.

La rebelión actual empezó en la provincia de Sidi Bouziz, una región
rural interior empobrecida y discriminada de la «sociedad del
bienestar».
Luego se fueron sumando otras extendiéndose a todo el país hasta
llegar a la capital Túnez y luego las ciudades de Tabarka Jendouba en
el noroeste
El dictador declaró el estado de emergencia nacional; el ejército se
desplegó en lugares estratégicos de la ciudad y en los suburbios.

Se cerraron todas las escuelas y universidades.

Se limitó el suministro de productos básicos (azúcar, harina, leche
etc.) a las poblaciones rebeldes.

Se implantó el toque de queda desde el anochecer hasta la madrugada,
pero la resistencia continuó en las ciudades de Ettadhamen e Intilaka
donde el pueblo luchó durante toda la noche a pesar del toque de queda
y de los disparos de la policía y las fuerzas especiales.

Se prohibieron las reuniones públicas.

Hubo detenciones masivas y amenazas de demandas judiciales.

Hamma Hammami fue secuestrado de su casa por las fuerzas especiales.
Era miembro del PCOT , Partido Comunista de Túnez oficialmente
prohibido, que ya había sido encarcelado y torturado anteriormente.

Las “fuerzas de seguridad” fueron autorizadas a disparar contra
cualquiera que se negase a obedecer las órdenes, cosa que ya estaban
haciendo antes.
Se prohibió filmar en los hospitales.

El resultado en poco menos de un mes fue oficialmente de 21 muertes.
Una cifra inverosímil porque según un representante del sindicato
local, al menos 50 personas murieron durante una sola noche de
disturbios en la ciudad de Kasserine. Los policías dispararon en el
funeral de un manifestante que habían matado el día anterior con
francotiradores apostados en las terrazas. Agentes de policía vestidos
de civil irrumpieron en las tiendas y casas y las fuerzas especiales
de Ben Ali violaron a mujeres jóvenes según Radio Kalima.

Entre los muertos hubo niños, mujeres y ancianos. Vídeos difundidos en
Internet mostraron que casi todas las víctimas fueron alcanzadas por
tiros de precisión en el pecho o en la cabeza. No fueron accidentes,
los tiradores dispararon a matar.

Pero la población continuó a pesar de las bajas. La oposición al
gobierno se extendió incluso al ejército, el general Rashid Ammar fue
destituido por negarse a cumplir las órdenes y fue reemplazado por
Shabir Ahmad, jefe de los servicios secretos.

Finalmente el presidente tuvo que abandonar el país con el rabo entre
las piernas. Salió con diversos destinos a medida que pasaban las
horas. La yincana pasó por Malta, Francia, Dubai y otra media docena
de países, para finalizar a medianoche del viernes en la ciudad
portuaria de Jedda en Arabia Saudí6.
Te preguntarás ¿cómo es posible que suceda esto en un país próspero,
tranquilo y turístico? Incluso probablemente conoces a alguien que ha
estado y te ha contado que «Túnez no parece africano». Pero los
turistas nunca se enteran de lo que sucede en los países que visitan,
aborregados en sus hoteles con desayuno continental.

Es lógico que te hagas la pregunta de por qué Túnez ha sido presentado
como modelo de desarrollo y bienestar por los medios de desinformación.

Santiago Alba Rico en un articulo de ayer analizaba la cobertura que
los grandes medios españoles, El País, El Mundo, ABC han dado a Túnez
el año pasado; las noticias eran casi todas sobre el turismo o el
mundial de balonmano. En Google solo 3 enlaces sobre la huelga de
hambre y la tortura a presos en Túnez.

Nada estropeaba las vacaciones sugiriendo que el país era una
dictadura incluso después de que se produjera la rebelión de diciembre
2010.

Pascual Serrano analizaba el artículo de El País (14-1-2011), según el
cual Ben Alí no era calificado de dictador sino de “presidente”,
“mandatario”. El día anterior, la agencia Efe y el diario Público
seguía dirigiéndose a Ben Alí como presidente, nunca como dictador”.

Ramy Brahem en un artículo reproducido en la página de Michel Collon
9, ha denunciado como los medios extranjeros han distorsionado la
visión de los acontecimientos mediante una sarta de mentiras:
- "Es sólo un movimiento social, no un levantamiento"
- "Ben Ali ha llevado a las mujeres la emancipación, y la educación al pueblo"
- "Estas revueltas fueron causadas principalmente por el alto
desempleo y el alto coste de los productos básicos"
- "Francia defiende a Ben Ali, porque él lucha contra el islamismo"

Las causas de la rebelión en Túnez
Te preguntarás entonces ¿cuál es la causa de la rebelión en Túnez?
Como siempre no hay que buscarla porque igual que sucede con las
enfermedades: nunca hay una sola causa. Ninguna tomada aisladamente
puede explicar lo sucedido. Hay una constelación de causas que forman
una masa crítica en un momento dado y surge la rebelión.

Te invito a examinar algunas de ellas, sin pretender que sean todas,
pero antes hagamos un breve repaso a la historia de Túnez.
Breve repaso a la historia de Túnez

Túnez originariamente procede de la esfera del colonialismo francés
junto con Argelia, Marruecos, África occidental y oriental, Somalia
francesa y Madagascar.

Tras la independencia en 1957 de la colonización francesa que había
durado 75 años, el gobierno de Habib Bourguiba, nacionaliza parte de
lo que había sido robado y construye una economía social controlada en
un 80% por el Estado.
Algo inaceptable para las instituciones financieras globalistas y las
multinacionales. El Banco Mundial, intervino rápidamente con la
colaboración de las élites locales ofreciendo su "ayuda" para detener
la nacionalización de la economía y en especial recuperar el control
de los fosfatos. En 1960 es ya uno de los principales acreedores de
Túnez y la independencia real se asfixia ahogada en los préstamos del
Banco Mundial.

El necolonialismo europeo vuelve a lucrarse con la industria tunecina
con sus corolarios habituales: duplicación de la tasa de desempleo,
disminución de la escolarización y aumento de las desigualdades. Como
consecuencia natural también aumenta el descontento y la represión. En
1978 una llamada a la huelga general de la UGTT (Union Générale des
Travailleurs Tunisiens) es ahogada en sangre con un saldo de 200
muertos y más de un centenar de heridos.

En 1987, un "golpe de Estado sanitario" destituye a Burguiba. Ben Ali,
que entonces es Ministro del Interior, consigue que siete informes
médicos lo declaren senil y se convierte en el segundo presidente de
Túnez... hasta ahora.
El nuevo gobierno se apresuró a vender 204 empresas del amplio sector
público creado por el anterior gobierno y a poner en práctica las
reformas que exigían las corporaciones financieras.

Con 75 años Zine el-Abidine Ben Ali lleva atrincherado en el poder 24
años. Es el Presidente de la República, también es el presidente del
partido dominante: Reunión Constitucional Democrática (RCD), designa a
todos los funcionarios, secretarios generales del buró político y sus
secciones federales.
Oficialmente Túnez sigue siendo una República pero los partidos de la
oposición como el comunista están prohibidos.

Su gobierno ha mostrado su apoyo al Estado sionista de Israel, incluso
invitando al criminal de guerra Ariel Sharon en 2005, a pesar de que
Israel bombardeó Túnez un año antes de que tomara el poder, en 1986
cuando acogía la OLP de Yaser Arafat.

Esta no era la primera revuelta que se producía en Túnez contra su
dictadura. En enero de 2008, en Redeyef, volvió a haber
levantamientos, hubo huelgas durante meses, y la ciudad fue sitiada
por la policía. Un balance de cuatro muertos, doscientos detenidos y
condenas en juicios sumarísimos. El periodista Fahem Boukaddous fue
condenado por filmarlos y actualmente se encuentra todavía en prisión.

El asunto era doblemente importante porque en la región de Gafsa están
las minas de fosfatos, y Túnez es el segundoexportador mundial de
fosfatos, después de Marruecos.

Pero esta información no fue importante para los grandes medios de
comunicación que la ignoraron y siguieron hablando del turismo y de
los deportes.
En un libro sobre los hechos «Il mare di mezzo», la periodista
italiana Gabriele del Grande10 describe el terrorismo de estado
tunecino, las cárceles secretas donde desaparecen los opositores y los
emigrantes.

En resumen Túnez lleva más de 20 años siendo una dictadura «muy
democrática» cuyas consecuencias puedes ver en los factores que han
motivado la revuelta:
1- El aumento del paro
Túnez tiene casi 10 millones de personas, la mitad es menor de 25 años.
El número de graduados supera el de Argelia y Marruecos juntos pero no
es cierto que esto se deba al régimen actual como se ha dicho.
Se debe a que bajo la presidencia de Bourguiba, el anterior gobierno
aumentó el presupuesto destinado a la enseñanza hasta un 30% y las
mujeres tuvieron derecho a educación y al voto.

Con el gobierno actual por el contrario el sistema educativo gasta el
7,2% del PIB, se ha privatizado y deteriorado, además de proporcionar
estudios inútiles con expectativas cada vez más ilusorias.

La tasa de desempleo de los graduados, oficialmente es de 23,4%, pero
de hecho es un 35%. En comparación con Argelia, donde el desempleo de
los graduados afecta a más de 20%, contra un 10% del presentado
oficialmente.

El deterioro creciente del empleo ha hecho que un millón de jóvenes
tunecinos se hayan visto obligados a emigrar a Europa, sobre todo a
Francia, pero también a Italia y Alemania.

Pero a pesar de ser importante el paro no lo es todo.

Los rebeldes gritan "A quién le importa el desempleo, queremos que Ben
Ali sea detenido".

En una gran concentración en el centro de Túnez varios miles de
personas reiteraron su determinación inquebrantable para detener a Ben
Ali y su clan mafioso y afirmaron que la rebelión no se aplacará antes
de conseguirlo.12

2- El aumento de las desigualdades sociales
Según el Banco Mundial entre 1996 y 2007, Túnez cuadruplicó su
producto interno bruto (PIB) per cápita. Pero ya sabemos que el
producto interno bruto o el producto nacional bruto son algunos de los
parámetros absurdos que los economistas manejan para embrutecer a la
gente.

En primer lugar porque no consideran cómo se reparte ese dinero.
Cuando lo examinas te encuentras con que en Túnez el 10% más rico de
la población recibe un tercio de los ingresos, mientras que el 30% más
pobre debe conformarse con menos del 10% del PIB.

El aumento de los impuestos para los trabajadores asalariados ha
agravado esta situación ya de por si escandalosa.

En segundo lugar porque las diferencias entre lo que es productivo y
lo que es contraproductivo brillan por su ausencia. Por ejemplo: el
aumento de gastos sanitarios en enfermedades o accidentes laborales
hacen subir esos productos brutos de lo que debería deducirse que nos
encontramos mejor cuantos más haya.

Una brutalidad incoherente que hasta un niño puede entender.

3- El aumento de las desigualdades regionales
El desarrollo económico es muy desigual con los fosfatos en el centro
y con las industrias del turismo en la costa, dejando el norte y el
sur especialmente abandonado.

Por ejemplo, según un reciente estudio, el 25% de los varones y el 44%
de las mujeres con estudios universitarios están desempleados en Sidi
Bouziz, situado en el centro de Túnez.

4- La crisis económica
A pesar de que según el Banco Mundial entre 1996 y 2007, Túnez duplicó
sus exportaciones de bienes y servicios (sin que el beneficio
repercutiera en la población general) el ritmo se ha ralentizado en
los últimos años.

La caída del turismo internacional, que es casi un «monocultivo» en la
costa de Túnez ha sido un desastre. Las empresas de servicios
representaban el 43,2% del PIB en 2007.

Al aumento de precios de los productos, de los alimentos y del
petróleo hay que sumarle la mala cosecha de 2010 como colofón.

5- La escandalosa corrupción de la clase dominante
No es cierto que las “revelaciones” de Wikileaks en diciembre hayan
jugado ningún papel en la situación actual. Como es habitual, no dicen
más que lo que todo los tunecinos ya sabían. El cable divulgado del
antiguo embajador norteamericano en Túnez Robert F. Gode describe el
lujoso tren de vida del yerno del presidente y posible sucesor,
Mohamed Sakhe el-Matri, a la vista de todos. Que la mitad de los
negocios en Túnez tienen que ver con la familia del presidente y su
clan es también un hecho conocido.

Todo el mundo sabe que el clan familiar Ben Ali controla casi todos
los sectores económicos y los conglomerados financieros-industriales
en el país. Es públicamente notorio que el clan está formado por tres
familias principales interrelacionadas:

La familia del presidente
La familia Mabrouk El (un hijo está casado con la hija del presidente)
La familia Trabelsi (Belhassen Trabelsi, es el hermano mayor de la
esposa de Ben Ali).
Leyla Trabelsi, la segunda esposa del dictador es incluso objeto de
mofa pública.
“La primera dama, es casi la reencarnación de Imelda Marcos de
Filipinas, pero en vez de zapatos, Madame Leila colecciona casas,
propiedades inmobiliarias y cuentas bancarias” .14

Se calcula que el clan con la complicidad del Banco Central, ha sacado
del país unos 18 mil millones de dólares, el equivalente de la deuda
Túnez.

6- La difusión cada vez mayor de todos estos hechos a pesar de la censura
La pérdida del control de la información por parte del ministerio de
información, que más bien debería llamarse ministerio de propaganda,
es otro factor.

El aumento del acceso a Internet y las cadenas de televisión árabes
por satélite han roto progresivamente la dictadura informativa mucho
antes de que existiera Wikileaks.

Desde el año 2000 el primer grupo de ciberactivistas de Túnez Takriz
(TAkRIZ (تكريز), algo así como "estar
hasta los cojones") ha ido creciendo hasta alcanzar actualmente un
millón de visitantes por día.

A pesar de la censura en Internet, Youtube y Dailymotion son
inaccesibles y hay páginas de Facebook que están bloqueadas, los
hackers consiguieron saltarla.

Desde el exterior el grupo de hackers «Anonymous» ha bloqueado el
acceso a la bolsa de valores y el sitio del Ministerio de Asuntos
Exteriores.

La falsa imagen de «anarquía»
La imagen de anarquía y saqueos que han difundido los medios es falsa,
como lo fue la misma imagen que dieron en Haití.

Por supuesto ha habido violencia por parte de la población pero no ha
sido indiscriminada. Por ejemplo en Monastir, fue la sede del partido
del dictador, el RCD, y las propiedades de su clan mafioso las que
fueron quemadas.

La lista de sectores saqueados por el clan mafioso del dictador
incluye: la banca, el sector inmobiliario, la industria, la
distribución de automóviles, los medios de comunicación, la telefonía
móvil, los transportes, las compañías aéreas, la construcción, las
grandes cadenas de supermercados, la enseñanza privada, etc... Así que
hay donde escoger.

Pero son las propias fuerzas de seguridad y los miembros de la guardia
personal del dictador quienes han cometido los actos graves de
vandalismo y pillaje según la estrategia clásica de sembrar el caos
para justificar la represión y la ley marcial en nombre de la
seguridad. El general Alí Sariati, exjefe de la seguridad del
presidente, acaba de ser detenido acusado de organizarlos cuando
trataba de huir a Libia.

“Los tunecinos lo saben: son milicias armadas de sicarios, fieles al
ex-dictador, con instrucciones para imponer el caos y aterrorizar a la
población”.

Por el contrario, lo que se están viendo son ejemplos de
autoorganización y solidaridad.

Frente a posibles ataques, los habitantes de los barrios formaron
comités de defensa populares y construyeron barricadas que no dejan
atravesar a quienes no sean de la zona, como informó Trinidad Deiros
desde Túnez.

En todas partes, los ciudadanos y las ciudadanas tratan de organizar
su propia defensa, en coordinación, a menudo, con el ejército, miles
de comités populares de defensa de los ciudadanos se organizan para
defender a la población19.

Ayer mismo Alma Allende en Rebelión nos daba un testimonio directo de
lo que está sucediendo en los barrios populares de la capital.

“ Los jóvenes se han adueñado de la ciudad. Literalmente es suya. Son
muchísimos, algunos apenas adolescentes; han defendido sus barrios
durante la noche y ahora prosiguen su lucha contra la dictadura
mediante ordenadísimos retenes que, cada ochocientos metros, detienen
a los coches y los registran, especialmente los taxis, porque se sabe
que los utilizan los esbirros de Ben Ali para asaltar los barrios y
transportar armas. Hay algo festivo en el aire y algo solemne en los
gestos y es completamente lógico: son libres de estar juntos y de ser
muchos y tienen además una misión … dueños de la calle, se ponen a
pensar más bien en la protección de sus familias, en el bienestar de
sus vecinos, en el destino de su país. Los que asaltan y saquean,
ahora que no tienen poder, son los policías de Ben Alí; y los jóvenes,
sus antiguas víctimas, ahora que pueden elegir, escogen la generosidad
y la organización... esos jóvenes, dueños de la calle, educados,
dignos, importantes, conscientes de su valor, a los que se teme y a
los que se deja esta noche de nuevo colaborar en la defensa de la
ciudad ... en Túnez hay una revolución...”

La revolución Tunecina revela 4 grandes fraudes
1- Es importante destacar que Túnez era considerado el país modelo de
África según las instituciones económicas y financieras globalistas.
Con un crecimiento medio del 5% durante la década pasada, el Fondo
Monetario Internacinal ponía al país como ejemplo exitoso de sumisión
a su política.
El Foro Económico Mundial para Africa lo declaró “el más competitivo”
del continente, por encima de Sudáfrica.

El Banco Mundial (con sede en Washington) en su informe Doing Business
2009, que mide de “la eficacia de las reformas para limpiar el
ambiente de negocios”, otorgó a Túnez una puntuación de siete sobre
diez, posicionándolo en el puesto 73 de 188 países examinados (por
delante Marruecos y Argelia)21.

La actual revuelta de la población tunecina deja claro que no está de
acuerdo con las evaluaciones que esgrimen estas grandes instituciones
capitalistas. Revela que son una sarta de sandeces desconectadas del
bienestar real de la gente y se fundamentan en un enorme fraude.

2- El partido del presidente, RCD, (Rassemblement Constitutionnel
Démocratique) pertenece a la Internacional Socialista, a pesar de ser
un régimen abiertamente dictatorial.

Pero no te extrañes lo mismo sucede con el Partido Nacional
Democrático del dictador egipcio Hosni Mubarak fiel colaborador del
gobierno sionista de Israel igual que el tunecino.

Es oportuno recordar que en este club de decadentes partidos
socialdemócratas también se encuentran el Partido Socialista Obrero
Español (PSOE), el Partido Socialdemócrata de Alemania (SPD), el
Partido Laborista Británico (Labour Party), el Partido Socialista
Francés, el Partido Obrero de Suecia, el Partido Radical
Socialdemócrata, el Partido Por la Democracia y el Partido Socialista
de Chile, etc.

Todos ellos están afectados en mayor o menor grado de una grave
senilidad. Es evidente para todo el mundo y no sólo para los
tunecinos, que padecen una grave pérdida de los supuestos valores
socialistas de los que sólo les queda el nombre.

El gobierno y los medios de comunicación serviles invocaron el mantra
habitual de los fundamentalistas islámicos o "terroristas", pero no
hay ninguna prueba de que hayan desempeñado un papel significativo en
el actual conflicto 23.
3- La Unión Europea y particularmente Francia apoyaron durante todos
estos años al régimen de Ben Ali disculpando su carácter evidentemente
dictatorial con la excusa de la guerra contra el terrorismo. Francia
estableció una estrecha cooperación en materia de “seguridad”.
Seguridad para sus empresas que actualmente siguen dominando la
economía de Túnez.

Pero hace unos días el presidente Nicholas Sarkozy, rechazó que el
avión del dictador aterrizara en suelo francés. Esto significa
probablemente que le ha retirado su apoyo. Naturalmente también
significa que prepara una solución de recambio (o ya la tenía
preparada antes) que proporcione una mayor ilusión de democracia para
seguir protegiendo el capital de sus empresas y que todo siga como
siempre.

La lucha contra el terrorismo justifica una vez más el apoyo a
regímenes dictatoriales para seguir manteniendo el beneficio de las
multinacionales.
4- No deja de ser paradójico el hecho de que el dictador Zine
el-Abidine Ben Ali haya acabado en Arabia Saudí. Después de haberse
distinguido por su lucha contra el Islam, contra los tunecinos que se
dejaban crecer la barba y especialmente contra el derecho a llevar
velo de las mujeres, ha acabado siendo acogido en el país que practica
el Islam más intolerante y discriminatorio con las mujeres.

No debe sorprenderte esto pues los dirigentes de Túnez y de Arabia
Saudí son fieles aliados de las multinacionales y los magnates
occidentales representados por los gobiernos títeres de Francia y
Estados Unidos.

Una prueba más de que la “lucha de civilizaciones” al igual que la
“guerra contra el terrorismo” es un fraude para encubrir la lucha para
seguir robando impunemente los recursos de cualquier país.

El hecho de que estos fraudes emerjan a la conciencia pública es un
paso fundamental y esperanzador, como lo es que en muchas grandes
ciudades en Europa como en Marsella y Bruselas se hayan organizado
manifestaciones en apoyo a la lucha de la población gente. Son también
esperanzadores los testimonios que nos llegan de cómo se ha
autoorganizado la población, especialmente los jóvenes, para defender
sus barrios de la violencia de las “fuerzas del orden.”

Hace 2 años el estratega y fundador de la Comisión Trilateral Zbigniew
Brzezinski advertía que.

"Por primera vez en la historia casi toda la humanidad está
políticamente activa, políticamente consciente y políticamente
interactiva... Esta es una realidad totalmente nueva. No lo ha estado
durante la mayor parte de la historia humana hasta los últimos cien
años. la mayoría de la gente sabe lo que generalmente ocurre, lo que
generalmente sucede - en el mundo, y están conscientes de las
inequidades mundiales, de las desigualdades, de la falta de respeto,
de la explotación. La humanidad ahora está políticamente despierta y
agitada."

Túnez es un buen ejemplo de ello.

Esta revolución inesperada puede extenderse a otros países de la
región, como ya ha empezado a suceder en Argelia. En realidad
prácticamente todas las poblaciones de África tienen tantos o más
motivos de descontento con sus élites gobernantes que los tunecinos