Fines de la semana pasada culminó la décima realización del Congreso
de la Psicología de la Liberación en la ciudad capital de Venezuela,
Caracas. En todos los coloquios, en todos los encuentros, en la
Asamblea final, quedó claro que el adjetivo de social resulta ser un
agregado a las formulaciones de Ignacio Martin Baró, tan poco
reconocido, quien resumía simplemente como psicología de la
liberación, es decir un cuestionamiento a los contenidos de la
disciplina como tal.
Fueron tres días de presentaciones, talleres, quien se interese traje
todos los trabajos digitalizados. Se realizó en la Universidad Central
de Venezuela, universidad estatal autónoma, es decir que elije sus
propias autoridades, de corte antichavista, algo así como un síndrome
Cobos.
El espíritu del anterior IX Congreso en Chiapas circuló fuertemente
entre los asistentes, en los pasillos, en las rondas finales de cada
presentación y en la Asamblea final de todos ellos, donde se definió
que Colombia sea la sede del próximo XI Congreso en una zona de
comunidades.
Quienes más hemos batallado en ésto, participación de las comunidades,
superación del academicismo, organización misma del congreso
asamblearia, con menos presentaciones y más tiempo para cada una, con
participación general y asambleas participativas sin exigencias de
tiempo, opino que el espíritu de los tiempos, hemos quedados
comprometidos por que este próximo colombiano reedite este estilo.
Julio Chueco