[Pensamientoautonomo] Superhéroes y heroínas

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Autor: fernando gargano
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Para: asambleadesalojos, pensamientoautonomo
Asunto: [Pensamientoautonomo] Superhéroes y heroínas





Superhéroes y heroínas

La relación de devoción que
pudimos ver en estos días, entre “el pueblo” y “su lider muerto” parece indicar
que esa forma de transitar la política, que se cocinó lentamente, oponiéndose a
Menem y luego a la Alianza,
al desguace del país al son de la globalización capitalista fue parcialmente derrotada.

Aquella forma que irrumpió en
el 2001 y se fortaleció durante el proceso asambleario entretejiendo
fuertemente diversos movimientos sociales con pautas igualitarias y de
participación, con pautas de antagonismo, parece hundida en la utopía.

El personalismo más extremo se ha desbordado a sí mismo fundando un nuevo mito,
relegando al olvido a aquellos sueños de autogobierno de la multitud activa.



Aun nos duele la muerte de
Mariano Ferreyra, baleado entre la multitud, como uno más casi “sorteado”
azarozamente por el destino cuando otra muerte irrumpe en el espacio político.

Si todos somos iguales, por
qué tendría que doler que se haya muerto el diputado Kirchner -que tan poco fué
al trabajo en el Congreso, comparado con los que trabajamos hasta los feriados
para llegar a fin de mes- más que cualquier muerte cotidiana.

Los monopolios mediáticos del
gobierno nos impusieron el llanto y la veneración.

Puedo decir lo que me pasa: me
entristece y me desconsuela, enlazando mi dolor con la muerte de Mariano y el
estado de salud de Elsa. Pienso en esa mujer que queda sola, que toque el otro
lado de la cama y no haya nadie o de ahora en más desayune con la radio mirando
la otra silla vacía, moqueando, recordando.

En eso está tan sola como la mamá de Luciano Arruga por ejemplo, o la compañera
de Fuentealba. Ella es una más y por eso mismo querible o respetable, pero es
el adversario.



Duele también que estas figuras del poder nos hayan ganado, y que del reclamo y
el ejercicio de la participación masiva, de la gente en la calle protagonista,
asamblearia y deliberante, ocupante e insurgente, se pasó a ver de nuevo todo
como espectadores, desde la puesta en escena del bicentenario hasta la mirada y
el adiós, despues de una ordenada e interminable cola popular, al
"padre"... o la mirada desde el cesped de un estadio a los popes
sindicales, o la mirada sobre lo que hay que pensar y decir a través de los
medios: nunca creando.

Duele que estos movimientos del poder generen figuras irreemplazables, de las
que todo depende, y que cuando caen se llevan todo al piso como si se colgaran
del mantel. Comen y no dejan comer. Juguemos a que muere Chávez y tendremos una
idea.



Hagamos un juego mas cercano:
imaginemos que una voz de la cordura le diga a Cristina que “ya está”,
olvidemos por un rato que nos dejan el país lleno de glifosato y sin gas, con
las aguas cordilleranas contaminadas y el pago realizado de las deudas odiosas
del pasado, olvidemos eso y pensemos que su aporte al país está cumplido y le
deseamos lo mejor para una vejez tranquila, disfrutando de sus hijos como
seguramente no lo hizo durante su vida política, o de sus nietos cuando
lleguen. Tiene fortuna y una linda casa, ¿no es la voz de la cordura la que
tendría que decirle que llegó a lo máximo que puede llegar alguien que ama a su
país, y ya puede retirarse a casa vencido su período presidencial? Comparandola
con algunos antecesores, hasta merece mas respeto para el futuro -ese que no
merecen Menem o De La Rua
por ejemplo. Alguien de su partido podría decirle lo mismo, que en ocho años ya
han formado cuadros militantes para que cualquiera tome la posta. Pero eso no
pasará.

No. Ya sabemos que eso no es verdad, entonces le van a pedir que siga.

La política que se impuso
necesita de héroes y heroínas, de sacrificios, de seres superiores que mañana
serán nombres de calles. Y espectadores. Muchos espectadores.



Hay una batalla por librar y
es desmentir que en el 2003 se abrió un proceso de participación en una nueva
política. Los repollos no paren movimientos sociales, y hubo un antes que se
intentó desarticular, que está vivo en las resistencias del mundo del trabajo,
en la defensa del medioambiente frente al saqueo, en las rebeldías y las
construcciones críticas de los estudiantes, en los sueños en primera persona
del plural.

Fernando Gargano