*En Colombia la producción de cocaína aumentó porque también lo hizo el
mercado en Estados Unidos y en años recientes el precio de la cocaína cayó
36 %, resultado del aumento de la oferta y no de una reducción de la
demanda.*
*
*
¿Quién le ha dado el derecho (a Estados Unidos) para incluir o excluir a los
que cumplen o incumplen compromisos en la lucha internacional contra el
narcotráfico? Nadie tiene ese derecho y si alguien lo tuviera sería la ONU.
Ésta fue la respuesta de Hugo Chávez a la inclusión de Venezuela en un
memorando de la Casa Blanca al Departamento de Estado que lista a los países
que no cooperan en la lucha antinarco.
El documento, además, promueve una mayor intervención y ocupación de
Centroamérica con el pretexto de que la guerra sin cuartel de México y
Colombia obligó al narco a replegarse hacia Honduras, Costa Rica y
Nicaragua, por primera vez incluidos en la lista de grandes productores o
plataformas del narcotráfico en el mundo.
Como se esperaba ya, el gobierno de Laura Chinchilla, de Costa Rica, que
autorizó la presencia militar de Estados Unidos en su territorio, ofreciendo
inmunidad a soldados y oficiales de ocupación que incurrieran en rupturas a
la ley penal internacional, encabeza una iniciativa centroamericana para
presionar a Estados Unidos en pos de más ayuda contra el narco.
El memorando también se usa en el caso de Venezuela, con fines
político-electorales. Su sesgo oportunista, unilateral y parcial, junto a la
cada vez más notoria participación de Estados Unidos en todos los niveles de
la estructura y dinámica del narcotráfico, desautorizan la retórica de su
guerra antinarco/crimen o sea, lo que en la guerra sicológica y política se
conoce como historia de cobertura, la mampara que encubre campañas
antipopulares y diseños de intervención y ocupación
policial/militar/empresarial de zonas clave por su posición geográfica o por
sus recursos.
No es casual que sean militares, Hugo Chávez o el coronel Sued Castro Lima,
de la Fuerza Aérea de Brasil, quienes, entre otros, llamen la atención sobre
el fenómeno: Estados Unidos se erige como juez de otros, mientras ejerce el
dominio abrumador y es el principal beneficiario de los magnos negocios
derivados del narcotráfico y el crimen organizado. Castro Lima (
http://www.adital.com.br) muestra lo insostenible del argumento de fachada
de combate al narcotráfico de la Casa Blanca: En Colombia la producción de
cocaína aumentó porque también lo hizo el mercado concentrado en Estados
Unidos y en años recientes el precio de la cocaína cayó 36 por ciento
resultado del aumento de la oferta y no de una reducción de la demanda.
Esos y otros datos indican que a nivel internacional Estados Unidos se
perfila como la principal narcopotencia: es gran productor de mariguana y
los más de 7 millones de adictos a la cocaína que la consumen en su
territorio, constituyen el mayor mercado del orbe. Además se sabe que 70 por
ciento del dinero se lava ahí, significando, dice Castro Lima, ... que las
mafias que operan en su territorio dominen 90 por ciento del lucro del gran
negocio, que queda en manos de las mafias de Estados Unidos.
En Afganistán la producción de opio desapareció entre 1996-2001 porque el
Talibán consideró a la droga antiislámica: hoy, con la invasión y ocupación
de Estados Unidos, las transacciones ilícitas florecen y la región produce
70 por ciento del opio del mundo.
En nuestra región la industria armamentista de Estados Unidos es
beneficiaria de doble vía de esta guerra sui géneris: Estados Unidos es el
principal abastecedor (al 90 por ciento) de armas a los cárteles que operan
acá ¡y a los ejércitos que los combaten! duplicando así exportaciones y
beneficios. Al norte, los dólares; al sur, los muertos.
Castro Lima acierta al decir que la intención es aplastar los movimientos
populares o revolucionarios que surgen en América Latina y la intimidación o
neutralización de iniciativas regionales tipo UNASUR. También lo es
debilitar cualquier expresión de jurisdicción estatal, sea en Canadá, México
o Venezuela, que interfiera con el fluido acceso de Estados Unidos y sus
socios a negocios o recursos vitales como electricidad, gas y petróleo.
Es en el territorio de la narcopotencia y no en Colombia, México,
Centroamérica o el Amazonas, donde, en palabras de Castro Lima ... debería
trabarse el principal combate contra el narcotráfico.
John Saxe Fernández / La Jornada
http://argentina.indymedia.org/news/2010/09/751479.php
__._,_.__