[Pensamientoautonomo] ¿Efemérides?

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Autor: fernando gargano
Data:  
A: pensamientoautonomo
Assumpte: [Pensamientoautonomo] ¿Efemérides?

¿Efemérides?



El
19 de diciembre del año 2001 el presidente de los argentinos declaró el
estado
de sitio (contra buena parte de los argentinos), una medida
tremendamente
excepcional que sólo se utiliza por una grave amenaza exterior o por un
caso de
conmoción interior. Inmediatamente, buena parte del pueblo –uso esa
palabra en
una generalización bien aplicada por la amplísima heterogeneidad de
aquella
multitud- se levantó y salió a la calle. Desarmados, o armados con
cacerolas y
otros pacíficos elementos ruidosos formamos verdaderos ríos humanos
gritando un
sentimiento destituyente que señalaba un “ya basta”: ¡que se vayan
todos!, ¡que
renuncie la corte suprema del poder judicial!; se pasó a deliberar en
primera
persona en asambleas autogestivas que mandaban al diablo a la
representación
vigente del momento, en una intención constituyente de algo nuevo nunca
vista
en la historia. Se cuestionó al sistema financiero general que tantos
males
causó a los trabajadores y trabajadoras del país rechazando de plano su
cabeza
y símbolo, el FMI. Fuimos protagonistas, nos levantamos. Hicimos
historia de
manera activa.

El
25 de mayo del 2010 los argentinos vimos un espectáculo grandioso y casi
perfecto, tremendamente profesional y fastuoso. Nos recordaban un
nacimiento de
la patria con fecha y hora, con hitos y próceres debidamente
seleccionados, para
el festejo se actualizaron panteones y se reeditaron o destrabaron
viejas
alianzas. Sutilmente, no faltaron los enemigos nuevos. Se invitó al
pueblo a
ser espectador de una interpretación. En un sentimental aviso televisivo
esa
interpretación recordaba aquellos hechos nombrados un párrafo atrás, una
década
atrás pero con otro color. Cuando en las calles habíamos dicho “nos
levantamos”,
ahora el locutor aseguraba “nos caímos”. Una pequeña diferencia de punto
de
vista, de situación.



Es
evidente que se está reescribiendo la historia, y pronto nuevos textos
escolares serán prescriptos para nuestros niños y niñas, ¿es la historia
la que
está en los libros, en la televisión, en los salones de bustos o en los
nombres
de las calles? Puede hablar de tradición un pueblo al que le cambian los
próceres según el resultado de las periódicas elecciones, que acepta y
repite
nombres de calles, monumentos o ciudades manchados de sangre india,
criolla o
extranjera.

¿Es
que antes del 25 no había patria? ¿No fue un verdadero proceso
autogestivo la
recuperación del país ante las invasiones inglesas unos años antes de
1810? ¿No
es del mismo tono protagónico, en primera persona, el matiz que
caracterizaba
las acciones litoraleñas u orientales? Bartolomé Zapata acompañado de 52
gauchos reconquistó Gualeguay para afianzar la autonomía criolla frente
al
imperio, ¿alguien lo conoce? ¿tiene calle? Castelli hizo un discurso
profundamente libertario en el Alto Perú pero el naciente estado
argentino lo
condena como reprueba a Belgrano por crear una bandera, Artigas generó
un genuino
proyecto de independencia y autonomía, pero no lo dejaron llegar al
Congreso de
Tucumán. Hoy Roca sigue siendo billete y monumento y mañana lo serán
Menem o
Cavallo o Fernández o Carrió, llegado el caso. Así es la historia de los
estados, pero no la nuestra, la de los pueblos, la del trabajo.



La
propaganda oficial coquetea con sus políticas inclusivas hacia los
pueblos
originarios, ¿no sería mas digno dejarles sus tierras y sus destinos en
paz
antes que incluirlos en la redistribución de la pobreza? ¿Cuántos de
nuestros
hijos conocerán El Calafate o Las Leñas? ¿Esa la patria también? ¿Será
suelo
patrio también el arruinado por el glifosato? No alcanzan las preguntas.

Una
pintada libertaria decía que cuando el estado se prepara para matar se
hace
llamar patria, y nuestros corazones cuando miran a la patria ven el
barrio, los
abuelos, los juegos, nuestros pagos, nuestros paisanos, el fútbol, las
costumbres, nuestros trabajos y los de nuestros abuelos, nuestras
narraciones,
los territorios que se entremezclan con los del país vecino como mismas
las
costumbres de unos y otros. Aquel diciembre dejó una treintena de
muertos, este
mayo ni siquiera los nombró. Quizás sea bueno intentar ser
protagonistas, hacer
y escribir la historia por nosotros mismos; los espectáculos son lindos,
pero
son eso, espectáculos. Cuando al otro día nos levantamos para ir a
trabajar la
película se acaba, y somos nosotros los que nos gastamos las manos. Ahí
tenemos
un nosotros con el que identificarnos. Quizás sea otra forma de
delimitar
quienes somos la patria y quienes el estado.

Fernando Gargano    


                                             
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