[Pensamientoautonomo] Material de discusión (la misma)

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Szerző: jchueco
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Quien se anime a la lectura total encontrará lo más definitorio o
radical en los último párrafos. Julio
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¡Empresarios del mundo. uníos!

El presidente "progresista" Mujica y el derrotero claudicante del
nacionalismo antiimperialista
Mariano Schlez
Razón y Revolución
www.razonyrevolucion.org
La Haine
http://www.lahaine.org/



"¡Jugála acá!, que no te la van a expropiar, ni te van a doblar el
lomo con los impuestos", arengó el presidente electo frente a cientos
de los empresarios más poderosos del mundo. ¿Quién buscaba, casi
desesperadamente, despegarse del comunismo expropiador y combatir su
estrategia? ¿Acaso el ultraderechista Álvaro Uribe? ¿Tal vez el Jefe
de Gobierno de la ciudad de Buenos Aires, Mauricio Macri? Nada más
lejano. Quien desde el estrado conmovía los corazones burgueses era
José "Pepe" Mujica, ex dirigente del Movimiento de Liberación Nacional
Tupamaros (MLN-T), que acaba de ser elegido presidente del Uruguay.
Como ya pocos dudan del carácter abiertamente burgués de la "nueva
izquierda", la importancia del hecho radica en las enseñanzas que los
revolucionarios debemos extraer de él. Es decir que el discurso de
Mujica nos plantea, una vez más, un balance del derrotero del programa
nacionalista antiimperialista, que aún levantan numerosas
organizaciones de izquierda.

"No te la van a expropiar."

Para presentar su programa de gobierno, Mujica organizó el encuentro
"Los empresarios en el proyecto nacional: desarrollo y reducción de la
pobreza", eligiendo como escenario el Hotel Conrad, de Punta del Este.
A ese ámbito, tan propicio para los negocios, llevó a 1.500
empresarios, políticos y periodistas de Latinoamérica y el mundo.

En su discurso no se anduvo con vueltas. Se diferenció abiertamente
del chavismo, llamando a la burguesía a explotar obreros uruguayos,
sin miedo a que su propiedad y su rentabilidad sean puestas en juego
por el Estado. También los tentó comentándoles uno de los principales
logros del Frente Amplio, la profunda desmovilización de las masas,
invitándolos a vivir en su país, donde "un presidente puede caminar
tranquilo por la calle". (1)

Luego, Mujica apeló al manual del liberal ortodoxo para "encandilar" a
los empresarios, asegurando que lo que define a un burgués no es su
capital, sino su "espíritu". Obsecuente como pocos, aseguró que "ser
inversor no es tener plata sino coraje de riesgo, que es otra
historia". Claro que, al igual que los Kirchner y el resto del
progresismo actual, intentó despegarse del desprestigiado sector
financiero, apelando a los buenos capitalistas industriales: "Este es
un país cuya característica negativa más penosa ha sido,
históricamente, la bajísima tasa de inversiones [.] Hemos preferido
sacarla [a la plata] para afuera, colocarla en un banco. Es parte de
una historia nacional [.] Nunca apostamos mucho a emprender". Además
de reducir a la ausencia de una burguesía nacional emprendedora todos
los problemas nacionales, no se olvidó de culpar al pueblo uruguayo
por su miseria, afirmando que si el país no supo crecer "la
responsabilidad fue nuestra". Por lo que llamó a los inversores a
poner en movimiento sus capitales, "no en una timba ciega", sino en un
país seguro, debido a que el gobierno cumpliría su tarea fundamental:
"aminorar en todo lo posible los márgenes de riesgo y ofrecer
estabilidad". Y, una vez más, invocó al credo burgués más elemental,
señalando que el éxito de los obreros dependerá de su capacidad para
aprovechar las opciones que la burguesía le ofrecería, debido a que
"el partido se juega en el campo del talento". (2)

Para justificar la completa apertura de los mercados uruguayos al
capital internacional, Mujica dijo que su objetivo principal era
resolver las "deudas sociales, y sueños por concretar [.] [que] serían
meras quimeras si la economía no funcionara". Lo que ninguna
contradicción tendría con el enriquecimiento de unos pocos, debido a
que "la riqueza es hija del circuito del trabajo [.] Para tener
recursos económicos necesitamos empresas que prosperen, que puedan
pagar impuestos, que generen riqueza". (3) Y como "los que crean la
riqueza, son los empresarios, los emprendedores" (4), ¡que mejor que
traer a muchos de ellos para enriquecer al Uruguay! Para combatir la
pobreza, Mujica llamó a la burguesía a enriquecerse, ya que "si
queremos aumentar los impuestos sobre la misma masa de riqueza,
estamos fritos, porque matamos la gallina de los huevos de oro". En
cambio, como su propuesta comprende que "el trabajo es inversión", no
dudó en convocar a los principales inversionistas que vayan a
"trabajar" al Uruguay. (5)


La bienvenida al hijo pródigo

Mujica organizó el evento junto a la Cámara de Comercio Argentino
Uruguaya, la Unión de Exportadores y la Cámara de la Construcción.
Entre los principales asistentes se encontraban representantes de
Petrobras, PDVSA, Mercedes Benz, Sancor, el grupo Werthein (accionista
de Telecom) y Bulgheroni. (6) Los más entusiasmados fueron los
empresarios argentinos. Carlos Ávila, dueño de Torneos y Competencias,
aseguró que el discurso de Mujica le "pareció un poema". Igual de
conforme quedó el presidente de Fiat, Cristiano Rattazzi, que señaló
que "acá se respetan las instituciones y las transiciones; en la
Argentina no está tan claro". No se quedó atrás Martín Eurnekian
(Aeropuertos Argentinos 2000 y Aeropuerto Internacional de Carrasco),
quien calificó a Mujica de "genial", caracterizando que fue "un
discurso prometedor [.] queda claro que se van a respetar las normas y
que las puertas están abiertas a los inversores". (7) Asimismo, Héctor
Méndez, presidente de la Unión Industrial Argentina (UIA) reconoció
que "da un poco de envidia [.] el día que perdamos la esperanza,
tendremos que venir a vivir a Uruguay". (8) Hasta Pancho Dotto,
Graciela Borges, Marcelo Longobardi y la madre del "mediático" Ricardo
Fort, Martha, salieron encantados con la arenga liberal del futuro
mandatario.

Los empresarios uruguayos, aunque menos sorprendidos, tampoco
escamotearon elogios. El presidente de Buquebus, Juan Carlos López
Mena, aseguró que Uruguay encontró "el rumbo de la confiabilidad, la
transparencia y la seguridad jurídica". Para el titular de Petrobras,
Irani Varela, Mujica dijo "lo que todo empresario quería escuchar", al
reconocer "que los empresarios son un motor importante para el país".
A su vez, Rubén Scarone (Grupo Ras) aseguró que "seremos fieles
custodios de sus palabras".

También vivó a Mujica el millonario Alexander Vik, por "abrirse al
mundo, basar todo en el trabajo, en vivir, arriesgar y generar
riquezas para todos [.] es la forma de salir adelante y poder atender
a los pobres gracias a un país libre y rico".

No se quedaron afuera del evento los funcionarios del gobierno. Para
el ministro de industria, Raúl Sendic (hijo de Raúl "Bebe" Sendic, el
viejo líder del MLN-T), "no hay antecedentes en Uruguay que un
gobierno electo de una señal de convocatoria al empresariado y a la
inversión tan fuerte como esta". Por su lado, el presidente del Banco
de la República, Fernando Calloia, destacó el acierto de informar a
los empresarios de que no se iban "a fijar impuestos expropiatorios
sobre las utilidades". Hasta la oposición no pudo disimular su
coincidencia con el futuro gobierno. El ex presidente Julio María
Sanguinetti señaló que no se escuchaba algo así desde las décadas de
1980 y 1990: "nos congratula que se hable de la economía de mercado,
de las economías abiertas, de la competitividad internacional, el
cumplimiento de los contratos. Todo eso hasta hace muy poco tiempo era
el Consenso de Washington y el Estado neoliberal".

A su vez, otro ex mandatario, Luis Lacalle, aseguró que "nos alienta
porque es una posición empírica que reconoce que no hay empleo sin
capital, sin inversión nacional o inversión extranjera". Hasta el
senador Pedro Bordaberry (hijo del ex Presidente Juan María
Bordaberry), aseguró que "es muy bueno que Mujica hable del
liberalismo, es muy importante y valiente que haya dicho que primero
viene la inversión y después el trabajo. Fue fuerte [.] Son cosas que
nunca pensé que las iba a escuchar".

Completaron el cuadro de claudicación absoluta frente al capital, los
aplausos de los dirigentes de las centrales obreras (PIT-CNT),
Castillo, Reed y Castellano.

¿La traición de Mujica?

El discurso de Mujica causó sensaciones ambivalentes. Mientras que la
burguesía y sus intelectuales celebraron sus palabras, algunos
sectores de la izquierda oriental se lamentaron profundamente por una
nueva "traición" a la lucha revolucionaria. Como señaló Ernesto
Herrera, del Colectivo Militante: "Esta capitulación de miles de
cuadros y militantes de la izquierda, tiene todo el significado de una
derrota política. En el sentido de una derrota estratégica del
horizonte democrático radical, popular, antiimperialista,
revolucionario, surgido en las luchas sociales y políticas de los años
'60". (9)

Asimismo, dos de los principales referentes del liberalismo argentino,
Mariano Grondona y Daniel Hadad, saludaron el derrotero de Mujica:
Grondona concluyó que "la racionalidad económica [.] ya no pertenece
solamente a quienes siempre la acogieron [.] sino también a quienes
vienen de la izquierda militante" (10); y Hadad afirmó que este nuevo
Mujica "liberal" nada tiene "que ver con el guerrillero [.] [del]
siglo pasado". (11) A pesar de que ambas impresiones valoran de manera
antagónica el suceso, una caracterización de fondo las une: la idea de
que Mujica "cambió" y que su política es cualitativamente diferente de
la que llevó adelante en la década de 1970.

Sin embargo, la realidad es distinta: el programa tupamaro ya
contenía, en gérmenes, las posiciones actuales de Mujica y el Frente
Amplio. De poco nos serviría, para hacer un balance correcto, traer al
debate el heroísmo de los militantes setentistas, su convicción para
dar la vida por sus ideales o su valor para tomar las armas por la
revolución. Lo que debemos evaluar es el objetivo político que guió a
los compañeros de aquellos años, es decir, su programa.

En resumidas cuentas, al igual que los Montoneros argentinos, el MLN-T
combatió por la liberación nacional, planteando como tarea prioritaria
del Movimiento la derrota del imperialismo, al que caracterizaban como
el principal responsable de la opresión de los pueblos
latinoamericanos. (12)

Es decir que su programa tenía como objetivo la realización de tareas
burguesas, a saber, la liberación nacional. El principal antagonismo,
entonces, no es entre clases, sino entre el imperio y la nación, por
lo que se habilitaba la posibilidad de un frente con las burguesías
nacionales que, en teoría, tendrían intereses opuestos a las
extranjeras. Lo que había que eliminar no era la explotación. Además
de no ser una organización marxista leninista, sino más bien
nacionalista reformista, impulsó la necesidad de crear Movimientos
que, a diferencia de los partidos revolucionarios, desarmaron a la
clase obrera al privilegiar la unidad por sobre el programa. Con la
excusa de sumar compañeros a la causa y no ser "sectarios", el
movimientismo se convirtió en oportunismo, liquidando el programa
revolucionario en post de la creación de un "frente amplio" que avance
en la gestión del Estado burgués.

Y esto, aunque es más evidente para quienes pudimos observar su
derrotero en el largo plazo, también fue señalado por sus compañeros
de lucha. Hacia 1972, el propio Santucho, al señalar la importancia
del debate teórico y programático al interior de la Junta de
Coordinación Revolucionaria (JCR), (13) remarcó que "la mayor afinidad
ideológica y política del PRT era con el MIR, ya que se trataba de
'partidos marxistas leninistas, en franco proceso de proletarización y
no de movimientos de liberación, de corte nacionalista progresista'",
como el MLN-T. (14) Como vemos, de poco sirven los balances actuales
que, limitándose al carácter armado de las organizaciones político
militares de la década de 1970, relegan sus diferencias programáticas.
Si todos fueran "guerrilleros" o "foquistas", difícilmente podamos
explicar el derrotero antagónico de los viejos aliados: mientras que
el PRT fue aniquilado, el MLN-T terminó gestionando el Estado burgués.
(15)

Hecho que no tuvo que ver con ninguna "traición", sino, como venimos
diciendo, con la naturaleza de su programa político. Esto es
reconocido por los propios militantes tupamaros: Eleuterio Fernández
Huidobro, a fines de la década de 1990, reconocía que, lejos de una
transformación sustantiva, la política frenteamplista era una
consecuencia lógica del programa de "liberación nacional" del MLN-T:
"mi organización matriz (el MLN), elaboró y publicó en 1998, para un
Congreso del MPP [Movimiento de Participación Popular], su concepción
de Liberación Nacional y por ende de política de alianzas [...] De
modo que nadie puede llamarse a sorpresa ni a engaño [...] En nuestra
teoría de Liberación Nacional, su fuerza motriz, social y política es
el Pueblo [...] Para nosotros Pueblo es el conjunto social de todos
aquellos individuos y sectores de un país [...] cuyos intereses o
concepciones se oponen al imperialismo o, mirado desde la positiva,
son partidarios de la nación [...] el concepto Pueblo surge
meridianamente claro: los obreros, los trabajadores en general, los
intelectuales y estudiantes, los pequeños burgueses y hasta los
burgueses que tengan intereses a favor de la patria y por ende contra
todo imperialismo". (16)

Lecciones de batalla

La burguesía aprendió rápidamente de los Lula y los Mujica. Como
señaló Grondona, "no importa en definitiva de dónde vienen nuestros
líderes regionales, sino hacia dónde se han encaminado". Es decir que,
poco atentos a su pasado y a su discurso, concentran su atención en el
programa concreto que llevan adelante.

Así como ellos aprendieron, también nosotros debemos sacar las
enseñanzas del caso. Y no podremos hacerlo si seguimos caracterizando
que la "conversión [.] del antiguo guerrillero tupamaro" se dio en los
años de la "democracia liberal", como concluyeron numerosos compañeros
de la izquierda uruguaya. (17) A pesar de que sus propios dirigentes
se han encargado de señalar la coherencia programática entre 1970 y la
actualidad, como señalábamos allá por el 2006, muchos caracterizan que
existió una "transformación" de los Tupamaros, de revolucionarios
socialistas en funcionarios serviles al imperialismo. Quienes así
razonan, confunden radicalización táctica (la lucha armada) con
programa revolucionario (el socialismo). Llevándose por impresiones
superficiales, no llegan al balance correcto para la izquierda: el
paso de una táctica armada a una electoralista no debe esconder que el
núcleo del problema se encuentra (y se encontraba) en el programa que
guió al movimientismo tupamaro, es decir, su lucha por la liberación
nacional, lo que implicó una alianza con fracciones de burguesas. Por
lo que los militantes de izquierda debemos aprender que cualquier
lucha que, con la excusa de la "unidad de la izquierda", abandone la
discusión programática y troque a la clase obrera por el "pueblo", al
Partido por el "movimiento", al capitalismo por el "imperialismo", a
la Revolución por la "liberación", en síntesis, al socialismo por el
nacionalismo, nos llevará a una nueva y aplastante derrota.

Notas

1 El País, 15/2/2010.
2 Clarín, 10/2/2010.
3 C5N, 10/2/2010.
4 Perfil, 13/2/2010.
5 La Nación, 11/2/2010.
6 Infobae, 10/2/2010.
7 El País, Montevideo, 11/2/10.
8 El País, 15/2/2010.
9 Herrera, Ernesto: "Mujica encandiló a los empresarios.Todas las
garantías al capital", en http://www.lahaine.org/index.php?p=43330.
Herrera es militante del Colectivo Militante.
10 La Nacion, 14/2/2010.
11 Perfil, 13/2/2010.
12 La evolución programática del MLN-T, desde su primer documento de
1967 hasta 1975, puede consultarse en www.cedema.org/ver.php?id=122.
13 La Junta reunía al Partido Revolucionario de los Trabajadores
(PRT-ERP) argentino, al Movimiento de Izquierda Revolucionario (MIR)
chileno, al Ejército de Liberación Nacional (ELN) boliviano y al MLN-T
uruguayo.
14 Mattini, Luis: Hombres y mujeres del PRT-ERP, De La Campana, La
Plata, 2003, p. 377.
15 Para una profundización sobre este punto puede consultarse De
Santis, Daniel: Entre Tupas y Perros, Ediciones ryr , Bs. As., 2009 y
Grenat, Stella: "De revolucionarios y (peligrosos) conversos", en
Razón y Revolución, n° 15, Bs. As., 2006, pp. 225-227.
16 Citado en Grenat, Stella: "Santucho tenía razón. El debate por las
papeleras de Fray Bentos y la 'traición' de Tupamaros", en El Aromo,
abril de 2006.
17 Es el balance actual del Colectivo Militante, que sigue al
realizado, en 2005, por el ex tupamaro Jorge Zabalza. Véase Herrera,
Ernesto: "El Pepe fue un revolucionario. Crítica por izquierda al
triunfo de la izquierda", en Question, 1/12/2009; y "¿Pa'qué
sobrevivimos?", Carta de Jorge Zabalza a Eleuterio Fernández Huidobro,
8/10/05 ( http://www.lahaine.org/index.php?p=10307), extraído de
www.brecha.com.uy.