[Pensamientoautonomo] La guerra contra los pueblos indigenas

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Szerző: esceptikuz
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Címzett: Pensamiento Autonomo
Tárgy: [Pensamientoautonomo] La guerra contra los pueblos indigenas

*La reciente matanza de indígenas amazónicos llevada a cabo el día 5 de
junio pasado por el Estado peruano confirma que en América Latina los
estados nacionales mantienen una guerra contra los pueblos indígenas que
habitan sus territorios. ¿Cuándo comenzó esta guerra?*

La pregunta admite varias respuestas. Una afirma que dio inicio cuando
los europeos invadieron el territorio y comenzaron una guerra de
conquista, dando origen a un régimen colonial que aún persiste, a pesar
de las sucesivas guerras de independencia. Otros dirán que es con el
surgimiento de los estados nacionales donde comienzan las guerras contra
los pueblos indígenas, para imponerles las ideas liberales, con el
propósito de fraccionar sus tierras comunales, imponiéndoles al mismo
tiempo la organización política representativa como única forma de
gobierno. La última dirá que comenzó con el neoliberalismo, que vio en
sus territorios una reserva de recursos naturales con carácter de bienes
comunes que los colocaba fuera del mercado, mismos que deberían ser
convertidos en propiedad privada para que pudiera circular libremente en él.

Cualquiera que sea la respuesta a esa interrogante, lo cierto es que
desde el siglo XVI hasta el siglo XIX, los invasores primero y después
los estados nacionales agredieron brutalmente a los pueblos indígenas
con el propósito de destruirlos, al grado de que a los más fuertes no
les quedó otro camino que resistir, dando lugar a lo que los
historiadores han denominado guerra de castas, aunque no faltan quienes
con más propiedad afirman que se trató de una segunda conquista. En
México fueron verdaderas declaraciones de guerra del ejército federal
contra los pueblos indígenas. Aún en el año 2000 las autoridades del
pueblo seri andaban buscando algún documento que levantara la
declaración de guerra que Porfirio Díaz había declarado en su contra,
sin que se encontrara por ningún lado.

Las guerras las perdieron los pueblos, dando origen a un colonialismo
interno que las revoluciones agrarias del siglo XX no lograron poner
fin, porque no participaron en los pactos mediante los que se les dio
por terminadas; así, los herederos de los conquistadores siguieron las
mismas políticas de aquéllos y en algunos casos las profundizaron,
aunque con otras formas que no las hicieran tan evidentes. Fue así como
idearon el indigenismo como política de Estado.

A finales del siglo XX y principios del XXI, el antagonismo se ha
profundizado y los administradores de los estados reaccionan con
violencia cuando el cuestionamiento a sus políticas las exhibe como
inviables para mantener el modelo mercantil como único modelo de vida.

Un recuento de la represión oficial contra los pueblos indígenas, tan
sólo en los nueve años del presente siglo, mostraría que ha dejado más
muertos que en aquellos estados que sufren alguna invasión imperial, o
de los que formalmente se encuentran en guerra civil. Acteal, en el
estado de Chiapas; Aguas Blancas, en Guerrero, Agua Fría en Oaxaca, son
monumentos a la ignominia de esa represión; pero desgraciadamente estos
hechos sangrientos no suceden sólo en México: la represión igual se da
desde Guatemala, contra los pueblos mayas, hasta Chile, contra los
mapuches. Apenas en meses pasados lamentamos la represión gubernamental
contra la minga indígena colombiana que buscaba defender los territorios
indígenas y los recursos naturales, y ahora una concentración pacífica
de indígenas en Perú pidiendo la derogación de leyes que permitían
arrebatarles los suyos, es reprimida brutalmente, dejando decenas de
muertos, heridos y desaparecidos.

Ninguno de estos actos de represión es un caso aislado. Detrás se
encuentra la decisión de los pueblos indígenas de defender sus recursos
naturales, sustento de su vida y futuro como pueblos; pero también la de
las trasnacionales de apoderarse de ellos para convertirlos en mercancía.

Hasta ahora los gobiernos nacionales han jugado del lado de estas
últimas de diversas maneras: modificando los marcos jurídicos que
conviertan los bienes comunes en propiedad privada, generando políticas
que liberalizan la apropiación de esos bienes y poniendo las represivas
a su servicio para sofocar el descontento.

Frente a tanta agresión, la sociedad reacciona, se moviliza, protesta.
Ahora mismo la sociedad peruana y la internacional exige que los
responsables de la matanza en el Amazonas peruano sean destituidos y
procesados por esos crímenes, pero no se ve por ningún lado el mecanismo
jurídico para que pueda lograrlo. Mientras se idea uno, no olvidemos que
las matanzas son parte de la guerra contra los pueblos indígenas, y si
queremos que ya no se repitan, no podemos quedarnos callados.

Francisco López Bárcenas

www.jornada.unam.mx/2009/06/18/index.php?section=opinion&article=018a2pol
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