Boletin de La Fogata - Año IX - 18-02-2009

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Author: boletin.org
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To: pensamientoautonomo
Subject: Boletin de La Fogata - Año IX - 18-02-2009



La Fogata


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                      La Fogata, Marzo 2001 - Marzo 2009, 8 años..











"NUESTROS SUEÑOS, NO CABEN EN SUS URNAS"







La moral, la tragedia ateniense y la ética
(Primera y
segunda parte)


Algo sobre el papel del individuo en la historia


Por Luis Mattini
Para La Fogata
 

Propongo un breve examen sobre el
papel de los seres humanos en la historia y dentro de ella el papel del
individuo, aclarando que este examen deviene fundamentalmente de nuestra
experiencia militante
 

Aclaración:
Para evitar las antiestéticas consecuencias literarias en castellano de ese
feminismo beato, de claro signo anglo sajón, que, trasladado a nuestra lengua,
confunde un elemento gramatical llamado "género" , femenino y masculino, con
otras acepciones de esa palabra, como ser los géneros sociales, biológicos o
tejidos, aclaro que en todos los casos me refiero a seres humanos: mujeres y
varones. Prometo poner mi buena voluntad no usando el vocablo genérico "hombre",
pero mi buen gusto se niega a escribir "la persona y el persono"; " el ser
humano y la sera humana" o ese absurdo adefesio de cambiar la muy latina
letra "o" por el signo arroba en las palabras en posición gramatical genérica.
("todos, "muchos" "amigos" , "nosotros", etc)

Bien, terminada esta aclaración,
digamos que yo empecé a militar a los quince años cuando de un modo casual,
casual en lo que hace a mi concretura, me topé con gusto con la idea de que
éramos agentes de la historia. La adquirí de inmediato con enorme entusiasmo,
porque esa idea funcionó como un fortísimo estimulante, casi diría una
justificación venida desde cierta trascendencia, al impulso vital que, no se
sabe desde dónde, nos empujaba hacia el compromiso militante. Y cuando nuestros
padres, tíos, vecinos o compañeros de trabajo nos preguntaban, respondíamos de
diversas maneras, plenos de pasión y satisfacción por "el hacer", argumentando
que militábamos porque no tolerábamos la injusticia social, que nos dolía el
sufrimiento de los niños, que el mundo debía ser cambiado; pero en última
instancia nos decíamos agentes de la historia. O sea un rol predeterminado, una
especie de mandato.

Insisto, hoy a más de cincuenta años
de esas cosas, estoy seguro que eso era sólo un argumento para darnos derecho a
actuar y coraje para enfrentar las oposiciones. Porque el impulso estaba signado
por la potencia del deseo, entendiendo éste como la tendencia de cualquier
cuerpo a realizar sus potencialidades. Si era el cuerpo el que pensaba y hacía,
era el cerebro el que debía justificar esa acción, esa manifestación del deseo.
En ese aspecto éramos inmanentes con justificación trascendente. Nos movíamos
por fuertes impulsos del deseo interno pero lo argumentábamos con la
trascendencia externa de la historia como una determinación. Para jugar con las
palabras, se podría decir que en teoría aceptábamos la trascendencia pero en la
acción concreta nos movíamos en la inmanencia.

La prueba de ello fue que nosotros,
en los hechos, no hemos respetado las supuestas "leyes de la historia" que
dictaba la postura trascendente, idealista o materialista; o sea las
"condiciones" para actuar, no aceptábamos la afirmación que para poner fin a la
injusticia había que esperar la maduración de las condiciones, el "desarrollo de
las fuerzas productivas". Así, por ejemplo, de hecho, en nuestra práctica,
compartimos sin saberlo, el sano criterio feminista, —el modelo más acabado de
la inmanencia que les hace rechazar el papel que pretende adjudicar a las
mujeres la visión trascendente—, de plantear la reivindicación "aquí y ahora".
Sin embargo, contradictoriamente, en nuestro discurso trascendente sosteníamos
que la mujer debía esperar la liberación del proletariado, por ser el sujeto
histórico que, al liberarse a sí mismo, liberaría a toda la humanidad. Por
suerte el feminismo no escuchó este discurso trascendente y, por el contrario lo
rechazó en teoría y en práctica; así cotidianamente siguen cosechando, con
altibajos pero en sentido creciente, cada vez más conquistas.

Ya aceptando el compromiso racional
con el determinismo histórico, nos obstante, nos subdividíamos en dos
tendencias: aquellos que creían que la historia la hacían personas determinadas
y aquellos que sosteníamos que la historia era obra de las masas, del pueblo.
Los primeros eran proclives a lo que yo llamo "visión conspirativa de la
historia" Para ellos todo dependía del talento de los grandes hombres y en
consecuencia también el mal dependía de la maldad de los gobernantes, tiranos o
corruptos.

Plejanov, el padre de marxismo ruso,
tiene un interesante trabajo "El papel del individuo en la historia" en el que,
partiendo de que la historia la hacen los pueblos, las masas, señala cuál es el
mérito y los atributos que deben tener los dirigentes y su relación de ida y
vuelta con las masas. En ese sentido el libro de Plejanov fue nuestro manual.
Sobra agregar que la literatura marxista es riquísima en este tema.

No así en lo específico de la visión
conspirativa de la historia, pues suele ser una postura eminentemente emocional,
probablemente irracional que se refleja en los hechos, a veces incluso en
individuos que aceptan formalmente la teoría de Plejanov. Ocurre que esta
concepción surge cuando ciertos hechos no tienen explicación, contradicen la
teoría. Por ejemplo: la caída de los dirigentes que aborta una acción
revolucionaria; entonces la visión conspirativa sugiere que tiene que ser la
obra de un traidor. Esta visión es realmente aguda cuando atribuye las
limitaciones de los revolucionarios a maniobras insidiosas del enemigo, o sea
literalmente cuando el enemigo conspira dentro de la organización. Insisto, este
punto de vista es nefasto porque ubica siempre el mal fuera de nosotros y por lo
tanto impide el aprendizaje, la corrección. Porque recíprocamente todo dependerá
de la genialidad del dirigente o del agente enemigo. Una mirada atenta nos
indica que este punto de vista tiene cierta raíz monárquica y explica la
transformación de los revolucionarios en el poder en una especie de nueva
nobleza, gobernantes eternos, como en caso de algunos asiáticos, incluso en
Cuba, el recambio de los cuadros por herencia familiar.

Esa visión conspirativa se expresa
también en frases hechas, consagradas como verdades absolutas, como ser. "Un
traidor puede con cien valientes". O la expresión popular "Seguro que hubo una
cantada". "Todo hombre tiene su precio" O sea, los problemas no se derivan de
una correlación de fuerzas, de mayor o menor talento de las partes en lucha, de
circunstancias, incluso de determinado grado de azar, sino de traiciones o
genialidades. En ese sentido conspirar es casi mala palabra, significa actuar
traidoramente. Nosotros, en cambio, llamábamos "métodos conspirativos", a los
métodos para moverse en la clandestinidad cuya esencia era aparentar distinto a
lo que se era. Las condiciones de un actor, de un farsante, eran beneficiosas
para un clandestino pues podía disimular mejor.

Este es el planteo del asunto:
Intento no presentar las cosas en blanco sobre negro, sino ver que todos tenemos
alguna brizna de esa concepción. Dicho de otra manera, todos los humanos tenemos
al menos algunas briznas de idealismo o materialismo, de búsqueda de la
trascendencia y actuar con la inmanencia, de conspiradores, de sentimientos
egoístas y altruistas; lo único que nos define y establece las diferencias
esenciales es "el hacer".

Y el tema no sería digno de demasiada
preocupación si sólo se tratara de unos individuos aislados con visiones
conspirativas, sino de que este aspecto está más extendido de lo sospechado y
cobra más cuerpo a medida que la tarea emancipatoria de hace mas difícil, dicho
de otra manera, frente a la amenaza de derrota.

Porque, lo repito de otro modo, la
visión conspirativa de la historia lo explica todo y deja a los sobrevivientes
la conciencia tranquila. "Yo hice las cosas bien, pero me traicionaron". La
teoría del "entorno" que consiste en pensar que las "fallas" de los dirigentes,
se deben a su "entorno", una especie de cortesanos que los aisla del mundo real.
Eso fue claro en los Montoneros con respecto a Perón.

A propósito de tal, me distraigo un
momento del tema central para recordar que en la discusión sobre los años
setentas por parte de protagonistas sobrevivientes, testigos de época y
descendientes de ambos, se verifica la presencia de esta visión conspirativa de
la historia. Esto es, creer que no triunfamos culpa de traiciones sin analizar a
fondo las causas en cada momento y en su conjunto. Creer que Montoneros fracasó
porque fue un grupo fomentado inicialmente pro la CIA es tan absurdo como cuando
el envidioso de Virgilo Expósito dijo por radio que Gardel era un producto de
Broadway.

El otro extremo es la muy
racionalista idea de que si las cosas se piensan correctamente y se planifican
con justeza , siempre tienen que salir bien. Si no salen bien, no es porque el
oponente fue más sagaz o talentoso, porque hubo circunstancias, sino por que se
hicieron mal. El racionalismo consiste en creer que siempre se puede saber a
priori mediante el razonamiento analítico previsible, o sea que el cerebro puede
conocer antes que el cuerpo. Creer que se puede aprender a nadar antes de
meterse en el agua.

Esto que se ve sin alarma en la vida
cotidiana, durante el desarrollo más o menos "normal" de las cosas, cobra
carácter, a veces de tragedia, en las situaciones agudas, de extremo
enfrentamiento y riesgos de vida. Tragedia sí, a veces tragedia, en el sentido
ateniense del concepto. Tragedia es cuando los hechos se precipitan sin arreglo
a las mentadas "condiciones objetivas" y se juega el destino del "factor
subjetivo", entendiendo éste como la voluntad del individuo.

El caso de la acción del Che en
Bolivia es paradigmático, sobretodo porque detrás de ese ejemplo nos movimos
toda una generación. Porque la experiencia del guevarismo confirma la afirmación
de Nietzsche en el sentido que los atenienses tenían un sentido de alegría de lo
trágico. La mayoría de los que participamos recordamos aquellos tiempos como los
años mas felices de nuestra vida a pesar de la derrota y las dolorosas pérdidas
Visto desde hoy, con la distancia que da el tiempo y los acontecimientos
posteriores, es casi indiscutible que el proyecto de iniciar "uno, dos, tres,
muchos vietnams" no se correspondía con las mentadas condiciones objetivas.
Dicho de otra manera, se podía prever la derrota. De hecho muchos la previeron y
por eso no se comprometieron y hoy en día nos refriegan ese acierto preventivo
como una hazaña del intelecto. Claro que prever la derrota es siempre mucho más
fácil que prever la victoria.

Ocurre que quienes se vanaglorian de
haber "acertado" con su crítica al foquismo de Guevara, olvidan y se desligan de
toda responsabilidad en la vergüenza de la guerra de Vietnam. Olvidan el
discurso del Che en Argelia donde condena a los países socialistas porque han
abandonado a Vietnam a su suerte. Desde el punto de vista de la moral,
entendiendo por esta, la conducta ordenada por La República de Platón, que el
movimiento emancipatorio progresista adquirió acríticamente, aceptando ese
"deber ser" moral; desde ese punto de vista, digo, la oposición al foco de
Guevara era correcta, porque el foco significaba poner en peligro todo lo ganado
por el progreso de las diversas revoluciones. Particularmente a partir de la
rev. rusa incluyendo la rev. cubana. Repito, desde la visión moral…otra cosa
será desde la ética. Porque lo que da un carácter trágico a los hechos, es que
el foco de Guevara se correspondía a una respuesta ética aunque la razón
indicara que la derrota sería inevitable. Y así fue, sobran todos lo traidores
de esa gesta para explicar la derrota. Fue tragedia ateniense, que intuía la
política como el arte de lo imposible porque para hombres como el Che, no
existía otra posibilidad que la imposibilidad. La ética lo hacia concebir su
destino unido a la comunidad, expresada en este caso en el crimen de Vietnam,
perpetrado por los EE.UU, pero a la vez permitido por el resto del mundo
ordenado, como dije antes, según el modelo de la república de Platón: esto es
cada cosa en su lugar y un lugar para cada cosa. Por eso, esa misma ética
implicaba que, de no actuar, asumía al menos parte, pequeña, claro, pero
suficiente como para compartir la responsabilidad del crimen.

Dicho directamente: el foco de
Guevara fue la respuesta ética a la guerra de Vietnam, recogida después por el
Mayo Francés — "seamos realistas, pidamos lo imposible"— y la llamada nueva
izquierda en el mundo. Esa ética es la que heredamos , y la diferencia actual
pasa por los que la abandonaron y los que no la abandonamos aún a riesgo de no
salir de la tragedia.

Volviendo al tema central del este
trabajo, recordemos que, respecto a la derrota del Che, siempre se habló de "la
traición de Monje" Pues, me tomo la licencia poética de hablar en subjuntivo con
un toque de potencial , y digo, hoy no cabe dudas que aún si Monje hubiera
cumplido con lo pactado brindando el apoyo total del Partido Comunista de
Bolivia, la gesta del Che hubiera sido derrotada de todos modos, simplemente
porque el capitalismo habría salido de sus crisis con una mayor capacidad
creativa que el socialismo. Por otra parte hoy podemos confirmar que aquello que
llamamos socialismo, fue como lo definiera el mismo Lenin, una forma de
capitalismo de Estado.

Tratando de lograr una síntesis de lo
que pretendo mostrar, repito, mostrar, no demostrar, digamos que al contrario de
la versión conspirativa de la historia que le atribuye a ciertos individuos,
genios, talentos, artistas o traidores, un grado inaudito de omnipotencia, los
hechos indican que en tanto y cuanto acción real inmanente, los seres humanos no
logran la conducción consciente de sus actos, la resultante de una empresa
propuesta será por lo común inesperada, más aún una revolución. De allí la
sabiduría del gran Víctor Hugo cuando afirmaba que toda revolución es una
gigantesca improvisación. El talento de los protagonistas consiste en aprovechar
toda la potencialidad de esa enorme improvisación.




La moral, la
tragedia ateniense y la ética
(Segunda parte)



Los límites de la conciencia


Sobre la primera parte de este texto, una
buena amiga que tuvo acceso al manuscrito me comentó lo siguiente

"el texto es excelente, entrador,
polémico, me hace sentir que me llevarás a alguna parte ... y esa parte me
genera una gran curiosidad ..."
 

Sencilla pero aguda crítica pues
reveló la falta de completud del texto. Entonces yo me pregunto ¿qué falta? Me
respondo: llegar a donde iba y entonces aparece la pregunta verdadera: ¿hacia
dónde voy? En realidad voy al final para encontrar el origen. ¿Por que me
interesa el origen si estoy ya cansado de escribir sobre el pasado? Pues porque
quizás saber como fue el origen nos inspire para saber cómo hay que hacer hoy.
Atención, dije "nos inspire" no estoy diciendo que vamos a encontrar la fórmula.
Buscamos inspiración.

Porque hay que recordar que crecimos
en la lucha social, en el sindicalismo y en la política con una creencia
poderosa: el papel de la conciencia. Estábamos convencidos de que cuando el
individuo es consciente, lucha, se defiende, ataca, busca soluciones, etc. Lo
contrario de la conciencia es la inconciencia o, mas simple, la no conciencia.
La tarea militante era entonces, de acuerdo a este credo, crear conciencia,
porque las transformaciones sólo la pueden hacer las masas. La tarea del
militante era muy parecida a la de un maestro. ¡Las veces que habremos bregado
que todo militante es un maestro cuya misión era despertar conciencia! Los
sacerdotes del tercer mundo, insufribles docentes, espantaron a la Real Academia
de la Lengua con la verbalización del sustantivo conciencia transformado en el
verbo "concientizar".

Pero a lo largo de los años
ocurrieron dos fenómenos que nos hacen revisar estas ideas: uno: muchas personas
adquirieron la conciencia y no asumieron el compromiso militante; dos: muchas
personas se sumaron a la militancia con escasísima conciencia y la fueron
adquiriendo en la lucha.

La segunda observación es: ¿tiene que
ver la conciencia con la educación concretamente con la alfabetización? Su
correlato ¿es más conciente un alfabetizado que un analfabeto? La respuesta en
base a nuestra experiencia concreta es ambigua, puede ser tanto uno como otro,
es decir hubo gente que se sumó en un acto de conciencia, digamos "bien pensado"
y gente que se sumó en un arranque espontáneo y en la lucha adquirió la
conciencia. Pero en este punto es necesario levantar el ángulo de análisis
aunque sea como referencia: uno de los pueblos más analfabetos de Europa hizo la
revolución rusa y uno de los pueblos más alfabetizados creó el nazismo.


Para abreviar este camino adelanto la
siguiente observación, tanto la experiencia histórica como la observación
militante muestran que la conciencia es condición necesaria pero insuficiente.
Luego que no existe un concienzómetro y que la relación de la conciencia con la
educación es relativa. Un sencillo razonamiento indica que adquirir conciencia
debería ser más fácil a un alfabetizado porque puede utilizar los instrumentos
de instrucción. Pero la misma experiencia indica que detrás hay un condición
social que actúa en los individuos sin perjuicio de alfabetizados o no. A esto
hay que agregarle el concepto marxista de clase, las categoría explotación y
opresión, las que estipulan que el papel en la producción influye, condiciona,
la conciencia, porque está determinada por el sujeto histórico.

Va de suyo que no pretendo ser
original con estas inquietudes. No son nuevas, tan viejas como la militancia y
el viejo Lenin tiene todo un tratado sobre la conciencia, a la que define como
"el espejo subjetivo de la realidad". Además de los pensadores, la psicología se
ocupa del asunto. En fin….pero lo que me motiva es que sobre el tema no se sabe
lo que no se sabe: O mejor dicho la mayor ignorancia es creer que se sabe.


Por ejemplo: recuerdo en uno de los
tantos actos electorales de los últimos tiempos, un viejo, viejo de edad digo,
un intelectual del P.C. de alrededor de setenta años, soltó soltura y desparpajo
una frase de manual leninista: que las elecciones servían para medir "el grado
de conciencia de la clase obrera" Este caballero repetía una frase que en su
juventud le había escuchado a Lenin, y en su larga trayectoria política en el
Partido no se le ocurrió verificar la vigencia de semejante postulado. En ese
momento la mayor parte de la clase obrera de Argentina votó e Menem. Recordemos
cómo había sido antes: 1973 ganó Cámpora en nombre de Perón; fue un voto contra
la dictadura de Lanuse; meses después ganó Isabelita con Perón moribundo, fue un
voto contra Cámpora y la aventura montonera; en 1983 Alfonsín barrió; la clase
obrera volvió a votar positivamente contra la dictadura. y luego votó a Menem,
el hombre que desarmó el Estado de Bienestar. Después se votó a la insufrible
clase media que tuvo la virtud de facilitar el argentinazo del 19 y 20 de
diciembre. De esos hechos emergió la pareja real Kirchner, la caricatura de los
Montoneros. Caramba que sufre altibajos la conciencia de la clase obrera
argentina.

¿Sólo en Agentina? Ni hablar de lo
que son los actos electorales en los países de tradición politizada como Italia,
donde se alternan los gobiernos de izquierda y de derecha, por ejemplo. Ni
hablar de ese nuevo invento llamado "voto castigo" sumun del orgasmo del Estado
de Derecho.

Es evidente que las elecciones, al
menos ahora, no sirven como concienzómetro.

Y también queda a la vista que la
conciencia es condición necesaria pero insuficiente. Ello significa que hay un
sentimiento ¿qué dije? ¿sentimiento? Pero la conciencia no es sentimiento, es
pensamiento.

¡Pues ahí esta el rastro de lo que
buscamos!.

Lo que impulsa a la acción no es un
pensamiento sino un sentimiento.

Ese sentimiento se llama deseo.
Entendiendo a este, como fue expuesto en la primera parte, no como una
tentación, no como un sentido de poseer, de posesión, sino como el impulso del
cuerpo que busca desarrollar toda la potencialidad. Y aquí me llega el
comentario de mi amigo Miguel que me recuerda lo que escribe Leibniz "a veces
podemos obtener o hacer lo que deseamos, pero nunca podemos desear lo que
deseamos"; es decir, las personas no son el "motor" de sus deseos, la cosa
pasa por asumir o no lo que nos constituye y atravieza como deseo.

¿Será muy místico decir que el origen
del deseo es misterio?

El deseo es, en primer lugar, sed de
creación.

Interesante; ahora me surge la
siguiente reflexión: el deseo es corporal, no racional, la conciencia es
cerebral, racional. El deseo es la voluntad, la decisión, la acción; la misión
de la conciencia, en cambio, es determinar cómo será esa acción. ¿Será muy
esquemático inferir que la conciencia, como bien racional se corresponde más con
la moral (la que indica el "deber ser") y el deseo como impulso vital del cuerpo
se corresponde con la ética? (Me temo que los expertos en filosofía me agarren a
los cascotazos.)

Pero aun a ese riesgo saco la
conclusión siguiente: la fuerza vital del deseo activa la conciencia y la depura
de la moral y la impregna de ética.

Digamos al pasar que podemos resumir
la ética diciendo que es la fidelidad al deseo.

Y la conclusión sobre la época
actual: sobra conciencia y sobra moral (por algo se la pasan marchando y
parodiando a los setentistas, sin ver por donde pasa el sujeto activo)


Insisto en las marchas porque es casi
la a única actividad militante, o bien toda militancia está presente allí.
Paradójicamente el Che marchó mucho más después de muerto que cuando estaba
vivo. Poca gente sabe que el Che no fue el militante estudiantil clásico, casi
no se le conoce actividad de ese tipo. Casi no se conoce petitorio estudiantil
con la firma de Ernesto Guevara. Muchacho de bajo perfil, sin dudas.

¿Y nosotros? Pues claro, a veces
marchábamos para solidarizarnos con determinado movimiento en lucha. Pero nunca
hicimos una marcha para peticionar algo al gobierno. Nosotros no peticionábamos.
Lo tomábamos, pués.

¿Será que las marchas actuales están
muy influidas por el criterio televisivo que lo que no se ve no existe? Tengo
para mi que las marchas actuales es la muestra de cómo la izquierda ha sido
captada por el criterio que la política es espectáculo. De allí la importancia
mayor a la fanfarria—carteles, gorritos, uniformes, banderitas, etc— que a la
acción de una marcha.

Sea como fuere el abuso del marcheo
indica que es una forma central de hacer política. Y en la marcha se verifica lo
dispuesto en la republica de Platón, cada cosa en su lugar, nadie puede salirse
del cuadro; el "sistema" parece haber incorporado el marcheo como manera de
control social, sobre todo como manera de sostener la iniciativa. Salirse de la
marcha sería como salirse del sistema. Cuando digo salirse de la marcha, quiero
decir, inventar otra cosa.

La marcha es, entonces, la expresión
mayor de conciencia de la izquierda actual, por lo tanto su expresión moral. Y
desgraciadamente refleja plenamente su pobreza espiritual.

Pero, por otra parte no se puede
llevar adelante acciones políticas transformadoras si no se intenta al menos
capturar la iniciativa. Iniciativa para romper lo dispuesto en la república de
Platón, para romper la iniciativa del Poder. No puede haber creatividad sin
iniciativa y viceversa, no puede haber iniciativa sin creatividad. Claro para
asumir iniciativa y creatividad, además se necesita una gran cuota de coraje. El
riesgo es que esa iniciativa se transforme en sentido ateniense de la Tragedia.
Vimos como eso ocurrió con la formidable iniciativa de los revolucionarios en la
guerra de Vietnam.

Para blanquear la metáforas lo diré
claro: Iniciativa es rebeldía, y el Poder no perdona la rebeldía, la falta de
coraje es no atreverse a la rebelión.

Rebelión en serio muchachos, no
rebeldes folclóricos tipo Castells

¿Qué falta entonces para cobrar
iniciativa?

Dicho de otra manera ¿Por qué la
izquierda no sale del pozo?

Pues está claro, se puede oler en el
aire: falta deseo, por eso se aprecian griteríos, y consignas racionales, trajes
vistosos, intentos de murgas, pero muy poca pasión.

Sobra conciencia, sobre todo
conciencia de que el deseo nos haga caer en otra Tragedia. Conciencia del riesgo
de pagar caro la rebeldía, contra la democracia representativa por la democracia
plena.

Dicho de otra manera: sobra miedo,
miedo a la Tragedia.

Porque en el fondo, creemos en el
Estado de Derecho y no hemos aprendido de los griegos a jugar con los Dioses, es
decir a disfrutar la Tragedia. Claro, en tiempos de los atenienses no existía el
Estado de Derecho, este es un invento de la burguesía europea para regular la
democracia que inventaron los atenienses.

Curioso, los guevaristas tampoco
creímos en el Estado de Derecho y sí en la democracia, pero no como sustantivo
sino como verbo; no como institución de representantes sino como práctica
presente.

Por eso sobra la conciencia y la
moral. Por eso las marchas son tan ordenadas, tan al estilo de la República de
Platón o sea, repito, paradigma del Estado de Derecho, transformador de la
democracia en "representativa".

Falta acción y la acción no surge de
la representación ni de la conciencia, surge del deseo presente, no
re-presentado.



La compleja
      relación entre gobiernos y movimientos  

      ¿Autonomía o nuevas formas de dominación? 


Raúl Zibechi
Programa de las Américas  
www.ircamericas.org

A fines de 2008 se cumplieron diez años del triunfo electoral de Hugo Chávez (6
de diciembre de 1998), que inauguró un nuevo período caracterizado por la
emergencia de gobiernos progresistas y de izquierda en América del Sur. Su
llegada al gobierno fue el resultado de un largo proceso de luchas de los de
abajo, que desde el Caracazo de febrero de 1989—la primera gran
insurrección popular contra el neoliberalismo—hicieron entrar en crisis el
sistema de partidos, sobre el que se había apoyado la dominación de las elites
durante décadas.   

En los años siguientes llegaron al gobierno siete presidentes que sintetizan los
cambios en el escenario político-institucional hasta completar ocho de diez
gobiernos en esa región: Luiz Inacio Lula da Silva en Brasil, Néstor y Cristina
Kirchner en Argentina, Michelle Bachelet en Chile, Tabaré Vázquez en Uruguay,
Evo Morales en Bolivia, Rafael Correa en Ecuador y Fernando Lugo en Paraguay.
Estos gobiernos fueron posibles, en mayor o menor medida, por la resistencia de
los movimientos al modelo neoliberal.   

En algunos casos, no obstante, este cambio en las alturas fue consecuencia de
una larga acumulación electoral (notablemente Brasil y Uruguay), mientras en
otros países fue fruto de la acción de movimientos sociales que fueron capaces
de destituir a los gobiernos y partidos neoliberales (Bolivia, Ecuador,
Venezuela, en parte Argentina). A una década del comienzo de este proceso es
hora de hacer un breve balance de lo ocurrido:   

Más allá de las diferencias entre estos procesos, tienen algo fundamental en
común: la recuperación de la centralidad del Estado, convertido en sujeto de los
cambios.   

La marginación de los movimientos que en la década de 1990 y a comienzos de 2000
eran los protagonistas centrales de la resistencia al modelo neoliberal.   

La contradicción dominante pasó a ser entre los gobiernos y las derechas, un
cambio que arrastró a los movimientos hacia un torbellino estatista del que una
porción fundamental aún no se ha podido evadir.   

Existen algunas tendencias, aún dispersas, que apuntan a la recuperación de los
movimientos sobre nuevas bases y en base a nuevos temas y formas de
intervención.   

El ocaso de la década "progresista" como proceso de cambios sociales, políticos
y económicos impone al conjunto de los movimientos la necesidad de sacar
cuentas, de hacer un balance de los beneficios y pérdidas que representó para el
campo popular.   

 
Los riesgos de la subordinación


En una primera etapa, predominó la subordinación de los movimientos a los
gobiernos o bien su desmovilización, división y fragmentación de iniciativas.
Sólo pequeños núcleos mantuvieron un enfrentamiento abierto, mientras la mayor
parte osciló entre la colaboración a cambio de subsidios y otros beneficios
materiales, sin desestimar los cargos en organismos e instituciones estatales.
Otra buena parte de los colectivos se disolvieron.   

Por el contrario, en Chile, Perú y Colombia, los movimientos experimentan una
importante actividad. En los tres países son los indígenas los que han tomado la
iniciativa. El pueblo mapuche se repone de los estragos de la ley antiterrorista
heredada de Pinochet y reactivada por el "socialista" Ricardo Lagos (presidente
entre 2000 y 2006), y junto a estudiantes secundarios y diversos sectores de
trabajadores (minería y forestación en particular) están produciendo una
importante reactivación de las luchas sociales.   

Las comunidades indígenas afectadas por la minería de Perú han puesto en pie una
nueva organización (Conacami) que resiste con vigor y un alto costo en vidas y
presos la actividad minera genocida, que asesina contaminando aguas y haciendo
irrespirable el aire para engordar las ganancias de las multinacionales.
Conacami es una organización de base comunitaria e indígena quechua, que sigue
resistiendo el TLC con Estados Unidos y la política neoliberal de Alan García.
  

En Colombia la larga lucha del pueblo nasa nucleado en la ACIN y el CRIC, ha
fructificado doblemente. La amplia movilización social llamada Minga (trabajo
colectivo), en la que confluyeron decenas de pueblos indígenas, lanzada en
octubre en el Cauca, quebró el cerco militar y la militarización de la sociedad
que mantenía paralizados a los pueblos. Junto a los indios se lanzaron a la
lucha los cortadores de caña, afrocolombianos en su inmensa mayoría,
trabajadores de servicios y organizaciones barriales y de derechos humanos.   

El ejemplo de estos movimientos, nacidos y crecidos en la adversidad, puede ser
un buen punto de inspiración para los demás movimientos del continente. La larga
huelga de hambre de Patricia Troncoso, entre noviembre de 2007 y enero de 2008,
y la Minga indígena colombiana comparten una potente vocación de atravesar el
aislamiento y el genocidio "blando" planificado para hacerlos desaparecer del
mapa, para silenciar su existencia como pueblos.   

En otros países la situación de los movimientos es bien compleja. Quizá el caso
más emblemático sea el de Argentina. La mayor parte del movimiento piquetero fue
cooptado por el Estado a través de los planes sociales y la designación de
dirigentes en cargos de gobierno. El movimiento de derechos humanos, y muy en
particular la Asociación Madres de Plaza de Mayo, que había jugado un papel
destacado en la resistencia al neoliberalismo en la década de 1990, se convirtió
al oficialismo y pasó a defender sin fisuras las políticas gubernamentales. Una
parte de las asambleas barriales desaparecieron.   

Sin embargo, no todo es retroceso. En los últimos cinco años han surgido
infinidad de colectivos, muchos de ellos vinculados a temas ambientales como la
minería a cielo abierto, la forestación y los monocultivos de soja. Así nacieron
unas cien asambleas locales (algunas muy pequeñas, pero muy activas) coordinadas
en la Unión de Asambleas Ciudadanas (UAC), que se ha convertido en uno de los
actores más activos en resistencia contra la minería multinacional.   

Los campesinos y pequeños agricultores formaron el Frente Nacional Campesino,
integrado por unas 200 organizaciones rurales que representan a la agricultura
familiar y comunitaria frente al impetuoso avance de la soya. Esta articulación
agrupa movimientos de larga data (como el MOCASE de Santiago del Estero), junto
a nuevas organizaciones de pequeños productores, incluyendo un puñado de
colectivos de las periferias urbanas.

En Brasil los movimientos no consiguen salir de una larga etapa defensiva,
agudizada bajo el gobierno de Lula. En Uruguay, pese al fortalecimiento del
movimiento sindical, en gran medida por la protección estatal a la actividad de
sus dirigentes, los movimientos están lejos de ser un actor antisistémico y la
organización de los pobres urbanos aún es muy local y fragmentaria. Los planes
sociales son en gran medida responsables de la actual debilidad de los
movimientos.   

En Bolivia la situación es bien diferente. Los movimientos no han sido
derrotados y mantienen una importante capacidad de movilización y de presión
sobre el gobierno y las derechas. La crisis de septiembre fue resuelta a favor
de los sectores populares gracias a la intensa actividad de los movimientos,
entre las que destaca el cerco a Santa Cruz y la resistencia del Plan 3000, la
periferia pobre e india en la ciudad oligárquica mestiza.   

Como apunta Raquel Gutiérrez, en la actitud de los movimientos bolivianos en
esta coyuntura "se nota un nuevo margen de autonomía política recuperada ante
las decisiones gubernamentales", toda vez que han comprendido que el gobierno
será incapaz de detener a la oligaraquía, "pero no están, al menos
tendencialmente dispuestos a subordinarse a que ese gobierno les garantice lo
que anhelan".   

Junto a la presión de los movimientos aparece la lógica estatista, que se
asienta en las profusas burocracias estatales (militares, judiciales,
legislativas, ministeriales, municipales). Esas burocracias son reacias a los
cambios. Pero a ese factor conservador se suman los nuevos aparatos políticos
integrados por una amplia camada de funcionarios electos (diputados, senadores,
concejales, alcaldes) y no electos (ministros y cientos de asesores), cuya mayor
ambición es perpetuarse en esos cargos.   


Las nuevas formas de dominación   


No parece posible superar la dependencia y la subordinación de los movimientos
hacia los estados, sin comprender que los nuevos gobiernos de "izquierda" y
"progresistas" pusieron en pie nuevas formas de dominación, entre las cuales los
planes sociales destinados a "integrar" a los pobres juegan un papel destacado
en el diseño de nuevos modos de control social a cielo abierto.   

Hace pocos días tuve la siguiente conversación con un alto cargo del Ministerio
de Desarrollo Social de Uruguay: Nosotros entendemos las políticas sociales como
políticas emancipadoras y no para disciplinar a los pobres.   

¿Esa es su opinión personal o incluye también al ministerio?   

Es patrimonio del gobierno nacional no sólo del Ministerio de Desarrollo Social
y de mi persona. El gobierno nacional no vino acá para aplacar a los sectores
sociales más pobres, vino para generar oportunidades de integración y de
emancipación.   

Semejante discurso, sin duda honesto, cuestiona de hecho el papel de los
movimientos toda vez que el Estado asume sus discursos y hasta sus propias
prácticas. Al respecto, aparecen tres cuestiones centrales:   

1) El fin de la vieja derecha. Los nuevos gobiernos nacidos de la crisis
de la primera etapa neoliberal, el período privatizador y desregulador, no
pueden asentarse sino destruyendo las bases de la dominación tradicional de las
derechas elitistas. Estas habían tejido amplias redes clientelares en base a
caudillos locales, con las que mantenían sometidos a los más pobres gracias a su
mediación con las instituciones estatales y el control del sistema electoral.   

Los movimientos nacieron en combate contra esas elites. El caso piquetero es
sintomático: fue la lucha para controlar directamente los subsidios,
arrebatándole el control a la red de caudillos locales, lo que le dio sentido y
potencia al movimiento. La oleada de movilizaciones que modificó el mapa
político regional confrontó directamente con esas derechas.   

Los nuevos gobiernos tienden, con mayor o menor éxito, a desplazar a estas redes
clientelares para colocar en su lugar a las burocracias estatales. Tal vez esta
sea la principal acción "progresista" de los nuevos gobiernos. Para el desmonte
de esas redes de las viejas elites, los estados apelan al mismo lenguaje y a los
mismos códigos y modos que los sectores populares organizados en movimientos.   

2) Las nuevas formas de control. La crisis de la disciplina como forma de
modelar los cuerpos en espacios cerrados, fue una de las características más
destacadas de la "revolución del 68". El desborde de las jerarquías
patriarcales, la neutralización del orden en el taller, la escuela, el hospital
y el cuartel, forzaron al capital y a los estados a crear nuevas formas de
control a cielo abierto, poniendo en el centro de su problemática la cuestión de
la población y la seguridad.   

Los planes sociales implementados directamente por el Estado pero ejecutados por
una camada de funcionarios de ONGs, son la forma como las nuevas formas de
dominación ingresan en los territorios y espacios opacos para la disciplina. En
esos sitios el Estado se vuelve capilar, llega a las barriadas que se habían
convertido en bastiones de las revueltas para trabajar en relación de
interioridad, o sea, trabaja con los mismos sectores que se habían organizado en
movimientos ... pero para desorganizarlos.   

Su presencia ya no reviste la forma grotesca del bastón policial (que nunca
desaparece) sino la más sutil del "desarrollo social para la integración y la
ciudadanía". Para eso, las ONGs ponen al servicio del Estado los saberes
acumulados durante décadas de "cooperación", construidos a menudo en base a las
prácticas "participativas" que caracterizaron a la educación popular.   

Tenemos así una nueva legión de funcionarios y funcionarias jóvenes, que ya no
esperan a los niños en las escuelas, a los pacientes en los hospitales, sino que
van directamente a los territorios de la pobreza y la rebeldía. Tienen algo que
les facilita la tarea: conocen los modos de los sectores populares desde
adentro, porque una buena parte de esos funcionarios y funcionarias han
participado con ellos en la resistencia al modelo. O sea, han sido militantes o,
por lo menos, han estado estrechamente vinculados al activismo social.   

Podemos decir, con el sociólogo brasileño Francisco de Oliveira, que los planes
sociales son instrumentos de control en base a un dispositivo biopolítico por el
cual el Estado clasifica a las personas en base a sus carencias y "restaura una
especie de clientelismo" (digamos científico-estatal); con lo que la política
termina por convertirse en algo irrelevante.   

Es cierto que los planes sociales alivian la pobreza, pero no modifican la
distribución de la renta, ni evitan la creciente concentración de ingresos, ni
transforman los aspectos centrales del modelo. Pero al afectar la capacidad de
organización de los movimientos, bloquean su crecimiento y de ese modo son
funcionales a la guerra neoliberal por la conversión de la vida en mercancía.
Llama la atención que la casi totalidad de los intelectuales de izquierda
consideren a los planes sociales como un logro del progresismo.   

3) Una ofensiva contra la autonomía. Los estados ahora adoptan el
lenguaje de los movimientos, incluso dicen fomentar "la autonomía crítica" de
los sectores que reciben planes sociales. Crean formas de coordinación para que
los movimientos participen en el diseño de estos planes y los involucran en la
aplicación de políticas locales (nunca generales, o sea aquellas que puedan
cuestionar el modelo).   

Los movimientos son inducidos a realizar un "diagnóstico participativo" del
barrio o del pueblo; incluso les encargan la ejecución del trabajo asistencial
local, para lo que se inserten en la política del "fortalecimiento organizativo"
diseñada pro el Banco Mundial, que supone elegir qué organización de base está
apta para colaborar con el ministerio correspondiente.   

Todo esto busca "crear Estado" en las prácticas cotidianas de los sectores
populares, justo allí donde habían aprendido a "crear movimiento". Los planes
sociales se dirigen al corazón de los territorios que generaron las revueltas.
Buscan neutralizar o modificar las redes y las formas de solidaridad,
reciprocidad y ayuda mutua creadas por los de abajo para sobrevivir al modelo.
Una vez desaparecidos los vínculos y saberes que les aseguran autonomía, pueden
ser controlados con mayor facilidad.   

Nada de esto debe atribuirse a una supuesta maldad de los nuevos gobiernos
progresistas. Cada vez que los de abajo desbordan las formas de dominación,
aparecen necesariamente otras nuevas, más perfeccionadas que las anteriores.
Sólo neutralizando estos planes sociales, superando esta ofensiva contra la
autonomía del abajo, los movimientos pueden volver a ponerse de pie y
reemprender los caminos de la emancipación.   

Raúl Zibechi es analista internacional del semanario Brecha de Montevideo,
docente e investigador sobre movimientos sociales en la Multiversidad
Franciscana de América Latina, y asesor a varios grupos sociales. Es colaborador
mensual con el Programa de las Américas (www.ircamericas.org).
Versión ligeramente modificada del texto leído en el Festival de la Digna Rabia,
Lienzo Charro, México DF, 28 de enero de 2008.  

Para usar este artículo, favor de contactar a

americas@???. Las opiniones
expresadas aqui son del autor y no necesariamente representan las opiniones del
Programa de las Américas o el Centro para la Política Internacional.  


Recursos  
¿Está construyendo
Brasil su propio "patio trasero"?

http://www.ircamericas.org/esp/5722  
Colombia: El conflicto social desplaza la guerra

http://www.ircamericas.org/esp/5675  
Buenos Aires: los más pobres resisten la "limpieza social"

http://www.ircamericas.org/esp/5597
Cientos reunidos para confrontar la militarización de Latinoamérica

http://www.ircamericas.org/esp/5625


Una
experiencia sindical novedosa  
Eduardo Lucita  
La Arena  

En el subsuelo de la Capital Federal se ha desarrollado esta semana un hecho
sindical de características inéditas. El Cuerpo de Delegados de Subterráneos de
Buenos Aires (CD) convocó a todos los trabajadores a un plebiscito para
determinar si están de acuerdo en constituir un sindicato propio. Lo más notable
es que los trabajadores han votado masivamente.

 

Todo proceso de reestructuración capitalista, como el desenvuelto desde mediados
de los años '70, lleva implícito su contrapartida la reorganización de los
trabajadores sobre nuevas bases. Expresión de esta reorganización son los
sindicatos SUN en Francia, los Conmitato de Base en Italia, o los nuevos
sindicatos surgidos en Corea del Sur y Sudráfica, o la Conlutas en Brasil.

 

En nuestro país la formación de la CTA a principios de los '90 fue una primera
expresión de este proceso aunque tendencias internas contradictorias bloquearon
su desarrollo. Más recientemente los sindicatos de ceramistas y docentes de
Neuquén, del neumático de San Fernando, la regional Bahía Blanca-Cnel Dorrego de
la CTA y particularmente el Cuerpo de Delegados de Subterráneos son muestras de
que un nuevo sindicalismo está surgiendo, con características y prácticas
marcadamente diferenciadas de las existentes en el período anterior, donde las
organizaciones de base actúan con autonomía de las direcciones sindicales.

 

Recambio generacional

 

El plebiscito convocado por el CD es la culminación de un proceso que reconoce
sus inicios en 1994, una vez que la empresa estatal mutara en Metrovías SA. bajo
un régimen de concesión de derecho privado e ingresara a su planta toda una
camada de jóvenes, la mayoría sin ninguna experiencia gremial previa, pero que
seguramente formaron parte de la oleada democratizadora y participacionista que
cubrió el país en los primeros años '80.

 

Metrovías SA. cubrió así rápidamente las vacantes producidas por los despidos
encubiertos bajo la forma de retiros voluntarios y jubilaciones anticipadas que
habían reducido fuertemente la planta de personal pero no los servicios a
prestar.

 

Nueva dinámica sindical

 

El año 1997 puede considerarse "bisagra" en este colectivo obrero, un punto de
inflexión en la relación capital/trabajo. En ese período se producen varios
acontecimientos y conflictos, resultado de la actividad autónoma de los
trabajadores, que una y otra vez se expresaron al margen de las conducciones
oficiales del sindicato que tiene su representación formal, la Unión Tranviarios
Automotores (UTA).

 

Este proceso desemboca en el año 2000 en las elecciones de delegados por líneas
y sectores que arrojan como resultado una renovación casi total de los
representantes gremiales. El nuevo CD instala formas de participación y
resolución orientadas a la democratización de la toma de decisiones,
incorporando prácticas asamblearias y otras formas de consulta a las bases.

 

Esta nueva dinámica sindical logró conquistas muy sentidas como: recuperación de
la jornada de 6 horas por trabajo insalubre y la consiguiente creación de
puestos de trabajo; limitar sensiblemente la terciarización de tareas
incorporando al convenio numerosos trabajadores antes precarizados y mal pagos;
sensibles mejoras en las condiciones de trabajo y en el nivel de las
remuneraciones y una suerte de estabilidad laboral, ya que hace una década no
hay despidos en el subte.

 

Representatividad y conflicto intergremial

 

Los logros alcanzados tienen su correlato en los procesos electorales. Cada vez
que deben renovarse los mandatos de los delegados por líneas y especialidad la
participación es masiva, del orden del 80 por ciento del padrón, y los triunfos,
de quienes sostienen una línea independiente del sindicato oficial, abrumadores.
Esto adquiere mayor significación si se tiene en cuenta que solo el 12 por
ciento de los trabajadores del subte está afiliado a la UTA, sin embargo en las
elecciones internas votan masivamente afiliados y no afiliados.

 

La representatividad del CD es incuestionable y así lo han reconocido numerosas
veces el Ministerio de Trabajo y la propia Metrovías negociando directamente con
ellos. Esta situación no podía menos que crear conflictos con una dirección
sindical formada en las peores prácticas burocrático-autoritarias del modelo
sindical argentino. La conducción del la UTA pasó de hacer oídos sordos a los
reclamos de las bases del subte a la agresión física a los delegados por patotas
organizadas. A tal punto que en la actualidad las reuniones son casi
clandestinas y las conferencias de prensa las realizan en el ámbito del Congreso
Nacional.

 

A mediados de diciembre pasado la UTA organizó la elección de delegados
modificando los criterios democráticos como forma de restarles
representatividad. El CD respondió llamando a no participar en esas elecciones
amañadas. Resultado: la participación no alcanzó al 7 por ciento del padrón y
las bases no reconocen a los nuevos delegados burocráticos.

 

Un nuevo sindicato

 

Así planteadas las cosas los delegados reales llegaron a la conclusión, no sin
fuertes discusiones, que ya no tenían espacio. Que para defender sus logros
debían organizar su propio sindicato, no por una concepción divisionista como lo
explicaron reiteradas veces, sino para no retroceder en su concepción de un
sindicalismo democrático y participativo.

 

La convocatoria al plebiscito es entonces la culminación de un largo proceso de
logros y disputas, de enfrentamientos con la patronal y la burocracia sindical.
Pasado el primer día de votación, en que una vez más la patota sindical buscó a
los golpes impedir la libre expresión de los trabajadores, los cómputos
conocidos hasta ahora no dejan dudas. La participación es del 75 por ciento, aun
contando que febrero es un mes de vacaciones, y el voto por el SÍ suma un 95 por
ciento.

 

El primer paso está dado, paralelamente han presentado en el Ministerio de
Trabajo pedido de reconocimiento formal para la "Asociación Gremial de
Trabajadores de Subtes y Premetro" se apoyan en la Ley 23.551 de Asociaciones
Sindicales, en el convenio 98 de la OIT y en el reciente fallo de la Corte
Suprema sobre libertad de afiliación sindical.

 

Tanto el Ministro de Trabajo como el Secretario General de la CGT han
manifestado su oposición a la creación de un nuevo sindicato desconociendo el
derecho de los trabajadores a darse sus propias formas de organización. Sin
embargo la disputa recién comienza y cualquiera sea su resultado será un antes y
un después para el verdadero gremialismo del país.  

 



    Chile: El Gobierno aplicará la Ley Antiterrorista al mapuche detenido en 
    Santiago  

Pedro Cayuqueo  
www.azkintuwe.org  
 Esta es la primera vez que,
en el período de la intendenta Nora Barrientos en Wallmapu, se aplica esta
normativa especial, promulgada por la dictadura de Pinochet para perseguir
opositores políticos y que otorga mayores facultades a las policías y al
Ministerio Público. La Moneda había rehusado querellarse por esta normativa,
siguiendo la línea establecida por la Presidenta Michelle Bachelet ante las
presiones de organismos de derechos humanos.  
 Un giro en la política para
enfrentar las reivindicaciones territoriales mapuches en Wallmapu mostró ayer el
gobierno, que decidió invocar la Ley Antiterrorista en el caso de Miguel Angel
Tapia Huenulef (45), activista detenido ayer jueves tras un violento operativo
simultaneo registrado en la comuna de Lo Prado, región Metropolitana, y en el
sector rural de Huichahue, comuna de Padre las Casas. Así lo confirmó ayer el
ministro del Interior, Edmundo Pérez Yoma, quien se encontraba de visita en la
ciudad de Concepción. “En este caso se configuran todos los antecedentes de una
organización o el intento de una organización terrorista, por consiguiente vamos
a aplicar todas las medidas correspondientes, inclusive, vamos a invocar la
aplicación de la Ley Antiterrorista en este caso”, afirmó el alto personero. A
través de la abogada de la Gobernación de Cautín, Doris Tello, hoy el Ejecutivo
presentará en el Tribunal de Garantia de Lautaro una querella donde se pedirá la
aplicación de la citada legislación pinochetista. La policía vincula a Tapia
Huenulaf a un atentado incendiario en contra del fundo San Leandro, en Lautaro,
el 12 de enero de este año y un ataque al edificio de la Defensoría Penal
Pública de Temuko en diciembre del 2008. “Fue detenido y en su domicilio se le
incautaron diversas especies entre ellas una subametralladora nueve milímetros
con dos cargadores y elementos de explosivos los cuales eran para la fabricación
de explosivos para el sector, además de 18 plantas de marihuana”, explicó el
comisario de la 44° Comisaría, capitán Boris Morales. Sin embargo, la familia
del activista acusó un montaje, uso de excesiva violencia de parte de la
policía, y aseguraron que el real problema era su origen mapuche. “Solamente por
ser mapuches nosotros hemos vivido esto. Mi hermano siempre ha defendido nuestra
propia causa que es la mapuche, todas las injusticias que nosotros hemos
recibido hoy día tanto en el sur como acá en Santiago es solamente por ser
mapuches”, alegó su hermana Alicia. Tapia ya registraba otras tres detenciones
anteriores desde 1998, ello por participar en movilizaciones de comunidades en
conflicto con empresarios turisticos y madereras. En 1999 fue acusado de robo y
daños en la hacienda Lleu-Lleu (VIII Región) y detenido junto a los ex miembros
de la CAM, José Huenchunao y Eduardo Meñaco. En dicha ocasión, el gobierno
presentó en su contra un requerimiento por infracción a la Ley de Seguridad
Interior del Estado. Contradicciones del gobierno Esta es la primera vez que, en
el período de la intendenta Nora Barrientos en Wallmapu, se aplica esta
normativa especial, promulgada por la dictadura militar de Pinochet para
perseguir opositores políticos y que otorga mayores facultades a las policías y
al Ministerio Público. La Moneda había rehusado querellarse por esta normativa,
siguiendo la línea establecida por la Presidenta Michelle Bachelet ante las
presiones de organismos internacionales de derechos humanos. En mayo de 2006, al
referirse en Austria a las condenas de dirigentes mapuches, la Mandataria
aseguró que “no voy a aplicar la Ley Antiterrorista, porque considero que la
justicia ordinaria tiene bastante fuerza para actuar”. El propio Vicepresidente,
Pérez Yoma reiteró en agosto de 2008 que no aplicarían esta norma en el marco de
las reivindicaciones mapuches: “Es el juez el que decide qué ley aplica, pero a
nosotros la Ley de Seguridad Interior del Estado nos da las mismas garantías”.
La decisión de aplicar este marco legal para investigar los delitos que se le
imputan a Tapia Huenulef, coincide con el escándalo que desató el despido de la
abogada Alicia Guzmán del Río (29), quien fue cesada en sus funciones por no
concurrir a la audiencia donde el fiscal Sergio Moya formalizó a un joven
mapuche por cuatro delitos terroristas. Mauricio Huaiquilao Huaiquilao permanece
en prisión preventiva en la cárcel de Temuko como presunto autor del incendio
que destruyó la propiedad del agricultor Eduardo Luchsinger en Vilcún, el 16 de
agosto del 2008. En entrevista dada al diario El Austral, la profesional sostuvo
que había decidido no ir a tribunales porque el “gobierno no quiere aplicar la
Ley Antiterrorista” y que es parte de las políticas públicas que la Presidenta
Michelle Bachelet ha dado a conocer en sus discursos. La profesional agregó: “Mi
no concurrencia tiene relación básicamente con que yo tenía conocimiento que el
fiscal pretendía formalizar por infracción a la Ley Antiterrorista, hecho que en
definitiva se aparta de las conclusiones que manifestó la Presidenta de La
República, respecto de la no aplicación de esta ley, y eso no quiere decir que
la querella se abandone”. Satisfacción en la derecha El senador Alberto Espina (RN),
valoró el “cambio de actitud” del Ejecutivo para enfrentar las movilizaciones
mapuches y que en los últimos meses han afectado intereses de agricultores y
empresas forestales de Wallmapu. “Creo que esto es una demostración de que el
gobierno reconoce que en esta materia ha actuado mal, con debilidad y con una
tolerancia inexcusable respecto a grupos militares, frentistas, que provienen de
fuera de la región como ha quedado demostrado con el nuevo detenido y el arsenal
de armas incautado”, precisó el parlamentario. El congresista fue enfático en
sostener que espera que ésta no sea, como ha ocurrido en otras ocasiones, una
simple declaración de voluntad, que tiene por objeto apaciguar los ánimos de las
víctimas, pero que después “no se traduce en nada concreto”. Espina recordó que
hace unos meses conversó el tema con el propio ministro del Interior, Edmundo
Pérez Yoma. “En esa ocasión yo le hice ver que él tenía todas las facultades
para actuar con la Ley Antiterrorista y que la policía daba cuenta de casos que
tenían por finalidad intimidar a una población y que se debía aplicar la
normativa”. Al respecto el senador Roberto Muñoz Barra (PPD), dijo que “si bien
hay problemas pendientes con los mapuches, el Estado de derecho se debe aplicar
a todos por igual. Yo lamento que estos grupos radicalizados estén dando una
visión equivocada de la inmensa mayoría de comuneros que trabajan en forma
pacífica”. El parlamentario PPD agregó que de las 1.800 comunidades que existen
en la región, unas 15 ó 20 apoyan estos hechos radicales. “Los detenidos en los
últimos meses son mapuches urbanos de otras ciudades y que durante el verano
vienen a cometer estos hechos”, subrayó .  



¡Que se vayan todos!
Naomi
Klein  
The Nation  
* http://www.sinpermiso.info
Viendo a las
multitudes en Islandia blandiendo y golpeando ollas y cacerolas hasta hacer caer
a su gobierno me acordaba yo de una popular consigna coreada en los círculos
anticapitalistas en 2002: "Ustedes son Enron; nosotros, la Argentina".   
Su mensaje
era suficientemente simple. Ustedes –políticos y altos ejecutivos amalgamados en
alguna que otra cumbre comercial— son como los temerarios estafadores ejecutivos
de Enron (claro que entonces no sabíamos ni la mitad de lo ocurrido)—. Nosotros
–el populacho mantenido al margen— somos como los argentinos, quienes, en medio
de una crisis económica misteriosamente parecida a la nuestra, salieron a la
calle con ollas y cacerolas al grito de: "Que se vayan todos". Forzaron la
dimisión de cuatro presidentes en menos de tres semanas. Lo que hizo única la
rebelión argentina de 2001-2002 fue que no iba dirigida contra ningún partido
político concreto, ni tampoco contra la corrupción en abstracto. Su objetivo era
el modelo económico dominante: fue la primera revuelta de una nación contra el
capitalismo desregulado de nuestros días.   
Ha tomado su
tiempo, pero, finalmente, desde Islandia hasta Letonia, pasando por Corea del
Sur y Grecia, el resto del mundo está llegando al mismo resultado: ¡que se vayan
todos!   
Las estoicas
matriarcas islandesas que sacaban sus cacerolas mientras sus hijos buscaban
proyectiles en el frigorífico (huevos, desde luego, ¿también yogures?)
reproducen las tácticas que se hicieron famosas en Buenos Aires. Un eco de la
rabia colectiva contra unas elites que destruyeron un país otrora próspero
pensando salir de rositas. Como dijo Gudrun Jonsdottir, una oficinista islandesa
de 36 años: "Estoy hasta el moño de todos esto. No me fío del gobierno, no me
fío de los bancos, no me fío de los partidos políticos y no me fío del FMI.
Teníamos un país estupendo, y se lo han cargado".   
Otro eco: en
Reikiavik, los manifestantes no se conforman con un mero cambio de rostros en la
cúspide (aunque la nueva primera ministra sea una lesbiana). Exigen ayudas al
pueblo, no a los bancos; investigación penal de la debacle; y una profunda
reforma electoral.   
Parecidas
exigencias pueden oírse en Letonia, cuya economía ha experimentado la
contracción más drástica dentro de la Unión Europea y en donde el gobierno se
halla al borde del precipicio. Durante semanas, la capital se ha visto sacudida
por protestas, incluidos unos disturbios en toda regla el pasado 13 de enero.
Como en Islandia, los letones están indignados por la negativa de sus dirigentes
a aceptar la menor responsabilidad por la catástrofe. Preguntado por la
Televisión Bloomberg por las causas de la crisis, el ministro de finanzas letón
soltó displicentemente: "ninguna en especial".   
Pero los
disturbios letones sí son especiales: las mismas políticas que permitieron al
"Tigre Báltico" crecer a una tasa del 12% en 2006, están ahora causando una
violenta contracción que se estima del 10% para este año: el dinero, emancipado
de toda barrera, viene tan prontamente como se va, tras rellenar, eso sí,
algunos bolsillos políticos. No es casual que muchas de las catástrofes de hoy
sean los "milagros" de ayer: Irlanda, Estonia, Islandia, Letonia.   
Pero todavía
hay algo más argentinesco en el aire. En 2001, los dirigentes argentinos
respondieron a la crisis con un brutal paquete de austeridad dictado por el FMI:
9 mil millones de dólares de recorte del gasto público, señaladamente en sanidad
y educación. Lo que se reveló un error fatal. Los sindicatos de los trabajadores
realizaron una huelga general, los maestros sacaron sus clases a la calle, y por
doquiera proseguían las protestas.
Esa misma
negativa de los de abajo a ser inmolados en la crisis es lo que une hoy a muchos
manifestantes de todo el mundo. En Letonia, buena parte de la cólera popular se
ha centrado en las medidas gubernamentales de austeridad –despidos masivos,
recorte de servicios sociales y brusca disminución de los salarios en el sector
público— tomadas para hacer méritos ante el FMI, de quien se espera un préstamo
de urgencia: no, definitivamente, nada ha cambiado. Las revueltas del pasado
diciembre en Grecia fueron desencadenadas por el asesinato a tiros por la
policía de un adolescente de 15 años. Pero lo que las mantiene vivas, con los
agricultores recogiendo el testigo de los estudiantes, es la general cólera que
desierta en el pueblo griego la respuesta del gobierno a la crisis: se ofrece a
los bancos un rescate por valor de 36 mil millones de dólares, mientras se
recortan las pensiones de los trabajadores y se da a los campesinos poco más que
nada. A pesar de las molestias causadas por el bloqueo de carreteras de los
tractores, el 78% de los griegos opina que las exigencias de los agricultores
son razonables. Análogamente en Francia, en donde la reciente huelga general
–desencadenada en parte por los planes del presidente Sarkozy de reducir
espectacularmente el número de profesores— se atrajo el apoyo del 70% de la
población.   
Acaso el
hilo más robusto que atraviesa a toda esa revuelta global sea el rechazo a la
lógica de la "política extraordinaria", por emplear la expresión acuñada por el
político polaco Leszek Balcerowicz para describir el modo en que los políticos
acostumbran ahora a ignorar las disposiciones legislativas para avilantarse a
"reformas" de todo punto impopulares. Un ardid que está dejando de funcionar,
como acaba de descubrir ahora el gobierno de Corea del Sur. En diciembre pasado,
el partido gobernante trató de servirse de la crisis en curso para lanzarse a un
más que discutible acuerdo de libre comercio con los EEUU. Llevando a nuevos
extremos la política de puertas cerradas, los legisladores se cerraron a cal y
canto en la Cámara para poder votar en privado: defendieron la puerta con mesas,
sillas y butacas. Los políticos de la oposición no se dejaron impresionar: con
martillos percutores y sierras eléctricas, echaron la puerta abajo y entraron en
el Parlamento organizando una sentada que habría de durar doce días. Se aplazó
el voto, a fin de permitir un mayor debate. Una victoria para un nuevo tipo de
"política extraordinaria".   
Aquí, en
Canadá, la política es notoriamente menos pronta a escenas chocarreras que
terminan en YouTube, pero tampoco ha estado exenta de sorprendentes
acontecimientos. El pasado octubre, el Partido Conservador ganó las elecciones
nacionales con un programa sin ambición. Seis semanas después, nuestro primer
ministro tory se sacaba de la chistera un proyecto presupuestario que privaba
del derecho de huelga a los trabajadores del sector público, abolía la
financiación pública de los partidos políticos y no contenía el menor atisbo de
estímulo económico. Los partidos de oposición replicaron con la formación de una
coalición histórica, que no consiguió hacerse con el poder sólo porque se
suspendió abruptamente la sesión parlamentaria. Los tories han regresado ahora
con un presupuesto revisado: las políticas extremistas de derecha han
desaparecido, y hay un paquete de estímulos económicos.   
La pauta es
clara: los gobiernos que responden a la crisis creada por la ideología de libre
mercado con una acrecida dosis de la desacreditada medicina, no sobrevivirán al
intento. Como están gritando en la calle los estudiantes italianos: "No
pagaremos por vuestra crisis".   
Naomi
Klein es autora de numerosos libros, incluido el
más reciente

The Shock Doctrine: The Rise of Disaster
Capitalism .     

*Traducción para

www.sinpermiso.info : Roc F.
Nyerro
www.sinpermiso.info/textos/index.php?id=2344



TALLERES HLE/periodismo
    a distancia


a cargo de
Hernán López Echagüe


Pensar, decir, disentir y opinar; elucubrar, conjeturar e informar, con absoluta
libertad y autonomía, haciendo a un lado toda estructura de pensamiento
heredado, se ha convertido en arte difícil de apreciar, cuando no en actividad
profana. A eso apuntan estos talleres. Una
experiencia colectiva e individual. Grupal pero personal. Tan virtual como
humana. Talleres de difícil definición que
han convocado hasta el momento a más de ochocientas personas de
diversos lugares: Argentina, Uruguay,  España, Italia, Inglaterra,
Japón, Estados Unidos, Canadá, Israel, Cuba, Puerto Rico, Venezuela, Bolivia,
Ecuador, Perú, Chile y México.


Abierta la
inscripción


Taller de crónica periodística


Duración: 2 meses


Fecha de inicio: 6 de marzo de
2009


 Taller de redacción periodística


Duración: 2
meses


Fecha de
inicio: 19 de marzo de 2009

 Informes
e inscripción:

giussani.laura@???


López Echagüe publicó en
diversos medios de la Argentina y el exterior, fue redactor de las revistas
Humor y El Periodista, del diario Página 12, y corresponsal del periódico
O’Globo, de Río de Janeiro. Entre sus libros, se destacan: El enigma del general
(1991), Gajes del oficio (1993), El otro (1996), La Frontera (1997), Palito.
Detrás de la máscara (1998), El hombre que ríe (1999), Como viejos lobos (2001),
La política está en otra parte (2002), Tierramemoria (2004) y Crónica del ocaso
(2007).

 


Para visitar la página de
Hernán López Echagüe, entrá directamente a




http://ar.geocities.com/hlediario 




Gaza y el nuevo
      mapa de Oriente Próximo 


Nazanin
Amirian  
http://www.nazaninamirian.es  
Mientras Tel Aviv
y Hamas se declaran triunfadores del último asalto cíclico del ejército israelí
a Palestina, lo único indiscutible es que, además de haber desgarrado miles de
vidas, este conflicto ha dibujado un nuevo y peligroso mapa político en Oriente
Medio. La presencia aplastante de la OTAN en esta región tras la ocupación de
Irak y de Afganistán, ha cambiado el frágil balance de las fuerzas en este
enclave vital del mundo, en favor de las fuerzas más reaccionarias civiles y
militares, religiosas y laicos, de la siguiente forma:  
Israel: la
operación «Plomo fundido» ha sido una nueva fase del Plan Dagan, ideado en 2001
por general Meir Dagan, el actual dirige del Mossad, y entonces asesor de
seguridad nacional de Ariel Sharon, diseñado para desmoronar la Autoridad
Palestina dirigida por Yaser Arafat, e impedir la formación de cualquier
gobierno independiente en los territorios palestinos. Ahora se descubre por qué
Sharon mandó a sus soldados, en 2005, al desmantelamiento televisivo de los
asentamientos ilegales de unos 7.000 judíos en Gaza. ¡No era para exhibir su
comprimario de paz sino desalojar al último judío de allí para poder bloquearla
y luego bombardearla tranquilamente! La actual victoria militar de Israel a
demás allana el camino a la entrada de las "fuerzas de paz", cuya misión sería,
desarmar a los palestinos (mientras se sigue armando a Israel), maquillar la
ocupación, legitimar el Aparthied a los árabes y de paso cubrir al consorcio
israilita-estadounidense Yam Tethys que acecha para apoderarse de las reservas
marítimas de gas de la Franja.  
Palestina: al
dolor crónico incrustado en el alma y en el cuerpo de sus gentes se añade ahora
una honda sensación del fracaso y de estar atrapados en un callejón sin salida.
Con un terrible balance de decenas de miles de muertes, heridos, mutilados,
refugiados, otros miles de casas, escuelas, fábricas destruidas y dañadas, los
palestinos además hoy están más divididos que nunca. Una Autoridad dirigida por
Mahamud Abbas desprestigiada por su colaboracionismo con Tel Avive, y un Hamas
criticado por su estrategia suicida en una batalla tan desproporcional; aventura
tan increíble que algunos observadores no descartan la posibilidad de que la
organización islamista hubiese caída en la trampa tendida por Shin Bet, el
Servicio de Seguridad hebreo, con el fin de intensificar su radicalismo, así
justificar la limpieza étnica en curso, bajo el salvoconducto de la "guerra
contra el terrorismo", e imposibilitar la participación política de los
palestinos en la gestión de sus territorios. La soledad de los palestinos
dirigidos por Hamas se hizo mayor cuando sus dos únicos aliados, el Hezboláh
libanés, y el gobierno de Irán, se limitaron a enviarle el apoyo "moral". La
Organización chiita dirigida por Hasan Nasrolah, mientras rechazaba abrir un
frente desde el Líbano para reducir el asedio israelí a Gaza, se apresuraba a
desmentir que fueses responsable del disparo de cohetes desde el sur del Líbano.
Él, consciente de que los libaneses no le perdonarían si desviara los misiles
hebreos hacia su territorio, en las actuales circunstancias no tiene ningún
interés en enemistarse con los gobiernos árabes que le acusan de ser la quinta
columna de Irán. A Hamas le quedan pocas salidas: o resistir un tiempo más en un
contexto regional nada favorable a los derechos palestinos, o reconciliarse con
la Autoridad Palestina y negociar con el Estado israelí. ¿No han hecho lo mismo
el iraquí Moghtada Al Sader o el libanés Nasroláh con los gobiernos de sus
países a los que consideraban "ilegítimos"?  
Egipto- La
pasividad de los principales gobiernos árabes respondía ¿cómo no? a sus
intereses. Egipto -país fronterizo con Gaza y el único que le podía ayudar-
tiene dos motivos para mirar con satisfacción el derrumbe del gobierno de Hamas:
los estrechos lazos de esta organización sunnita-árabe con el enemigo persa-chiita,
y el ser la rama palestina de los Hermanos Musulmanes, principal grupo opositor
egipcio, autor del asesinato en 1981 del presidente Anwar el-Sadat.  
Siria- La
destrucción total de Irak, y el bombardeo a Libia -"domesticando" a Gadafi-, por
EEUU y sus aliados, ha demostrado a los sirios hasta qué punto es eficaz la
pedagogía de miedo oculto en el refrán "cuando la barba de tu vecino vieres
pelar…". El ultimátum tuvo el sello del ataque "preventivo" de Israel contra el
hipotético reactor nuclear sirio, el seis de septiembre del 2007. Suficiente
para que un mes después, Bashar al Asad asistiera a la conferencia de Annapolis,
junto a Israel, EEUU y los países árabes para elaborar una estrategia común
contra Irán, como afirmaba el congresista demócrata Gary Ackerman. Siria había
cambiado de bando, por si aun no se han enterado quienes le piden que declare a
Israel en defensa de Gaza.
Irán- Considerado
por Tel Avive su principal enemigo, se puede deducir que los ataques contra
Hezbolah y Hamas – a los que Israel vincula a Irán-, también forman parte de la
estrategia de Israel para aislar aun más a Irán. Sin embargo, la relación entre
Hamas (organización árabe y sunnita) e Irán es muy compleja. Para empezar, su
cuartel general está en Siria y no en Irán, y que los cohetes de Qassam no son
armas iraníes sino un artefacto de fabricación palestina. De hecho la postura de
Teherán sorprendió tanto a Israel como al propio Hamas.  
Ante la presión
de algunos sectores del propio régimen islámico que pedían a la máxima autoridad
del país, Alí Jamenei, declarar la guerra a Israel, la cordura fue la nota
dominante. Una implicación de Teherán no sólo entorpecería las conversaciones
(que no negosaciones) propuesta por Obama y un posible acercamiento entre ambos
estados con intereses comunes en buena parte de Oriente Medio y Asia Central,
sino involucraría a Irán en una peligrosa aventura militar. El Ayatolá Jemení
llegó a desconcertar incluso a sus propios militares. Por un lado animaba a que
cientos de jóvenes se alistaran para ir a Gaza (no se sabe cómo), por otro,
mandaba al hermano de Ahmadineyad para desalojar a los jóvenes que esperaban en
el aeropuerto de Teherán para ser enviados a la guerra.  
La situación
exige la mesura. El gobierno hebreo firme en su decisión de imponer la "Doctrina
Begin" –evitar que algún otro país de Medio Oriente posea armas nucleares-, y
habiendo fijada la fecha del 2009 como punto de no retorno del programa nuclear
iraní, desconfía de la eficacia de las sanciones económicas y las presiones
políticas para arrodillar a Irán, por lo ha elaborado su propia agenda:
neutralizar a los aliados de Irán –Siria, Hamas y Hezbolah-, en las proximidades
de su frontera.  
El eje formado
por Israel, los principales países árabes y el Occidente estrecha su cerco
alrededor de Irán, atrapado en el medio de dos países ocupados –Irak y
Afganistán-, y rodeado por los cuatro costados por los socios de la OTAN. Ni los
hebreos ni los países árabes perdonan a EEUU el haber entregado el poder a los
chiitas proiranies en Irak, y Mubarak acusa a Irán de querer "tragarse a los
Estados árabes". La reunión celebrada el 15 de diciembre en Nueva York entre los
cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad con representantes de
Arabia, Emiratos Árabes, Kuwait, Bahrein, Qatar y Oman, Jordania, Egipto e Irak
tuvo como objetivo coordinar sus políticas de presión sobre Irán, demostrando
hasta qué punto ese "mundo islámico" unido contra el occidente cristiano es un
bulo. La brusca bajada del precio del crudo de 160 dólares el barril a unos 45,
en menos de tres meses, que afecta directamente a Irán (además de Rusia y
Venezuela), ha sido un motivo más del empeoramiento de las relaciones de Irán
con los saudíes a quienes acusa ser responsable; pues, la renta del petróleo
cubre alrededor del 70 por ciento del presupuesto del gobierno de Ahmadineyad,
que además debe afrontar las consecuencias de la crisis económica mundial. Aun
así, y como paradoja, este tipo de "guerras de baja intensidad" en Oriente
Medio, beneficia a los exportadores de petróleo, entre ellos Irán. Con el inicio
del ataque a Gaza el precio del crudo aumentó de los 40,2 dólares a los 58 el
barril. Además, el gobierno de Ahmadineyad consiguió suspender la moción de
censura contra uno de sus ministros, "por la situación de la región" y cerrar el
diario Kargozaran por criticar a Hamas. De paso, demostró al mundo de que él
tenía razón en señalar a Israel como el peligro para la paz regional. Aunque,
Egipto y Turquía han intentado arrebatarle el protagonismo en el mundo musulmán:
Mubarak diseña planes de paz entre palestinos e israelíes, y Erdogan utiliza el
Foro Económico de Davos para criticar a Israel y convertirse en el héroe,
mientras le compra armamentos para hacer lo mismo a sus propios kurdos.  
La batalla se
encrudece: Obama saca de la lista de organizaciones terroristas a los
Muyahedines, un grupo armado islamista opositor al gobierno iraní, instalada en
Irak, y Joe Biden repite un viejo ultimátum a Irán: "si persigue la construcción
de la bomba atómica pondrá en peligro la paz en la región y el bienestar de su
propio pueblo". La República Islámica, mientras, celebra el lanzamiento al
espacio de un pequeño satélite experimental de fabricación nacional, provocando
la habitual alarma en Occidente, y un gran entusiasmo entre sus ciudadanos
orgullosos de sus científicos. Por cierto, si EEUU espera el resultado de las
elecciones presidenciales del próximo mes de junio para elaborar su política
sobre Irán, es que sigue sin enterarse de quien manda en este país.  
http://www.nazaninamirian.es/?p=647



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