Szerző: Ciummelli Susana Dátum: Címzett: lista por una ronda de pensamiento autonomo entre sujetos de losmovimientos argentinos Tárgy: [Pensamientoautonomo] Gaza, bajo sitio
Gaza, bajo sitio
Por el mar para romper el muro de silencio que encierra y asedia , junto al ejercito israeliano, la Franja de Gaza.
El presente articulo fue publicado en el semanario mexicano Proceso, el día 8 de noviembre de 2008.
Matteo Dean
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La Franja de Gaza es la más grande cárcel a cielo abierto del mundo: en 360 kilómetros cuadrados vive un millón y medio de personas rodeadas por el ejército de Israel, dice Mustafa Barghouti, diputado del Consejo Legislativo palestino.
"Todos los accesos están bajo el control de Israel, excepto la frontera de Rafah con Egipto", afrima Barghouti excandidato a presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP).
Señala que la diferencia entre una cárcel tradicional y la "prisión" de los palestinos es que en la Franja de Gaza las personas tienen que proveerse de comida, procurarse un lugar para vivir y preocuparse por su propia seguridad. En entrevista telefónica en Gaza, donde se encuentra como parte de la misión civil organizada por el movimiento internacional Free Gaza Movement, Barghouti afirma que la situación de Gaza es muy particular porque el gobierno de Israel asegura que su ejército ya salió de la zona, "pero la verdad es que Israel nunca se ha retirado de aquí", e insiste que con excepción de la frontera de Rafah con Egipto, todos los accesos a la Franja de Gaza están controlados por la milicia isreaelí.
Sin embargo, denuncia que Israel presiona al gobierno de Egipto para que cierre esa frontera. "Todos los caminos terrestres están cerrados y nadie puede volar en los cielos de la zona", relata.
Rafah es la ciudad fronteriza que en enero de este año fue objeto de la rebelión de los palestinos, quienes derribaron las rejas y abrieron un acceso a través del cual comenzaron a comerciar bienes de primera necesidad.
"Desde 2006, Gaza vive bajo un verdadero embargo: en teoría podrían pasar 400 camiones al día para traer alimentos, medicamentos, etcétera, pero hoy en Gaza no entran más de 50 camiones", afirma.
"La ocupación, desde un punto de vista estrictamente legal, está ahí. Yo la llamo la 'ocupación digital', pues el ejército controla todo, cada movimiento, desde las pantallas que se encuentran en Tel Aviv", insiste.
Según el político palestino, el gobierno de Israel estaría violando dos leyes internacionales: "La Convención de Ginebra, la cual dice que, en caso de ocupación, los ocupantes deben de garantizar el bienestar y la vida de los ocupados. Sin embargo, el ejército israelí ya ha matado miles de personas.
"¿Cómo explica Tel Aviv las muertes y los asesinatos? Dice que es porque en Gaza hay una situación de guerra. Sin embargo, después de la tregua mediada por Egipto (entre Hamas e Israel), los palestinos no han disparado ni una bala y la única forma de violencia que existe es por parte del ejército de Israel, que mantiene el sitio a Gaza.
"Desde los acuerdos de Anápolis, del 28 de noviembre de 2007, el ejército israelí ha matado a 570 palestinos, 80% de ellos en Gaza. De éstos, 96 eran niños", afirma.
En lo que respecta a la vida política actual en la Franja de Gaza, agrega, "nosotros los diputados no podemos ir a Gaza. Hemos elegido a un gobierno de unidad nacional con representantes electos por 96% de toda la población, inclusive de ese lugar".
"Sin embargo, sólo un mes después de haber instaurado al nuevo gobierno, Condoleezza Rice, secretaria de Estado de Estados Unidos, anunció que no habría diálogo con los electos entre las filas de Hamas. Y como en Gaza gobierna Hamas, entonces todos siguen esa posición y Gaza sigue aislada. ¿Pero qué culpa tiene la población?".
"Que quede claro, el bloqueo de Israel a Gaza golpea casi exclusivamente a la población civil. La verdad es que Gaza está bajo sitio. Por esta razón entramos en barco y regresaremos para dar una señal a Israel y para que la comunidad internacional vea lo que sucede", afirma.
Rompiendo el sitio
"Hay un arco iris que une al Mediterráneo, desde donde estamos ahora", dice David Schermerhorn, de 79 años, portavoz del barco Dignity, de la organización Free Gaza Movement (FGM), que la madrugada del miércoles 29 de octubre atracó en el puerto de la ciudad de Gaza.
"La ocasión es especial, la armada de Israel nos iba a impedir llegar hasta aquí y, sin embargo, aquí estamos", relata.
Por su parte, Osama Qashoo, otro miembro de la organización, señala: "Hemos sido capaces de llevar a un movimiento no violento y efectivo para que terminara con el bloqueo de Israel y para que mostrara la injusticia a la que son sometidos los palestinos."
Antes de zarpar, los integrantes de FGM enviaron una carta al gobierno de Israel, dirigida a los secretarios de la Defensa, Aharon Abramovitz, y de Relaciones Exteriores, Ehud Baraky, en la que notificaban que su viaje comenzaría el 28 de octubre, a bordo de un barco con bandera de Gibraltar, por lo tanto bajo bandera del Reino Unido.
Así mismo, indicaron que serían 26 pasajeros, y "6 metros cúbicos" de medicinas. Después de confirmar que no tenían la intención de violar las aguas territoriales de Israel, a través de la misiva invitaron a los dos representantes del gobierno de Tel Aviv a participar en el viaje para que atestiguaran "la real situación de la Franja de Gaza". No hubo respuesta.
Luego, en un comunicado, señalaron: "Somos una organización internacional compuesta por observadores de derechos humanos, trabajadores del ámbito de la ayuda internacional y periodistas. Tenemos mucho tiempo y mucha experiencia de trabajo en la Franja de Gaza y en la West Bank, adquirida trabajando a invitación de la sociedad civil de Palestina."
La organización, decía el texto, se compone de "maestros, doctores, enfermeras, ingenieros, choferes, músicos, secretarias, abogados, estudiantes, políticos y familiares de los palestinos de aquellos territorios, todos procedentes de distintos países: Italia, Irlanda, Canadá, Grecia, Túnez, Alemania, Australia, Estados Unidos, Inglaterra, Escocia, Dinamarca, Israel y Palestina".
Sin embargo, "debido al incremento de las presiones del gobierno de Israel sobre los territorios palestinos, es imposible entrar a Gaza, pues los permisos son denegados. Por esta razón, hemos decidido romper el cerco alrededor de la Franja de Gaza".
En entrevista telefónica, los miembros de FGM afirman que no es la primera vez que logramos romper el muro del sitio: "Zarpamos desde el puerto de Larnaca en la isla de Chipre el día 28 por la tarde, como lo hicimos hace dos meses", el 23 de agosto pasado, cuando dos barcos de la misma organización, el Free Gaza y el Liberty, lograron cruzar hasta el vetado puerto de Gaza.
"Después de dos años de recoger fondos, sobre todo en el ámbito de las iglesias -dicen--, este verano, con 40 pasajeros de la sociedad civil internacional, llegamos a Gaza para llevar bienes de primera necesidad y nuestra solidaridad a un pueblo que está sufriendo el sitio de facto del gobierno de Israel."
Invitados por varias organizaciones, entre ellas la Campaña Internacional por el Fin del Sitio a Gaza, el Palestinian Medical Relief Society y el Gaza Community Mental Health Programme, los organizadores del movimiento reivindican la operación: "Eran 41 años que ningún barco lograba entrar al puerto de Gaza".
Durante su permanencia en el lugar, los activistas han denunciado que "desde hace 15 meses el gobierno de Tel Aviv impide a los pescadores palestinos salir a trabajar, limitando a una milla la posibilidad de salir al mar. Los Acuerdos de Oslo de 1993 permitían salir hasta las 20 millas, pero Israel ahora ha decidido hacer caso omiso de esa resolución".
Voces desde Gaza
Entre los huéspedes de la misión que arribó a Gaza en octubre pasado se encuentra, además del diputado palestino Mustafa Barghouti, la irlandesa Premio Nobel de la Paz en 1976, Mairead Corrigan Maguire.
Protagonista del proceso de paz en Irlanda del Norte, Maguire ha estado en distintas ocasiones en Palestina. Incluso, resultó herida por la protesta en Bil'in en contra del muro que Israel construyó alrededor de los territorios del West Bank, en abril de 2007.
En entrevista, la ciudadana irlandesa cuenta los motivos por los que forma parte de la misión:
"He visto lo que está sucediendo aquí y he entendido que por causa de la política de Israel se está realizando un castigo colectivo entre toda la población en Gaza.
"Aquí hay una crisis humanitaria de enormes proporciones. Hemos preguntado a la población qué necesitan y ellos nos han pedido cosas elementales: medicinas, pastillas para la tos y para el dolor de cabeza, cosas elementales que ellos no tienen. Sabemos que el sistema de alcantarillado se ha roto y entonces todo termina en el mar, lo que provocará un serio riesgo de enfermedades."
Y abunda sobre la política del gobierno de Israel:
"Pienso que el gobierno de Israel debe empeñarse seriamente en el diálogo y hablar con los representantes electos por los palestinos, o sea con Hamas, que ha conseguido 74% de las preferencias.
"No soy la voz democrática de los palestinos, hay que hablar con los propios enemigos para resolver los problemas."
Entre la tripulación del Dignity también hay un ciudadano israelí. Se llama Spiro Gideon y es miembro del Israeli Committee for a Middle East Free From Atomic, de Biological and Chemical Weapons y de Yesh Gvul, organización pacifista que sostiene a los soldados israelíes que rehúsan ir a los territorios ocupados.
Spiro Gideon afirma que "el gobierno de Israel sostiene que Gaza y el movimiento de Hamas son entidades hostiles. Disparan misiles en contra de los pueblos alrededor de Gaza con el pretexto de acabar con Hamas, porque quieren restablecer el control de Al-Fatah, más moderada y cercana a la vía del diálogo con Tel Aviv.
"Israel cree que con el sitio empujará a la gente a rebelarse en contra de Hamas", concluye