Es un mensaje que tiene el incoveniente que es muy extenso, vale la
pena darse el tiempo, la frustración ha sido muy grande y la
conclusión también lo es.
Julio
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Uruguay
De: jorge pedro zabalza zurdatupa@???
MENSAJE AL HORIZONTE REVOLUCIONARIO
Jorge Pedro Zabalza
Carnaval electoral
se excita el interés político.
Son muy especiales estas elecciones 2009: las primeras tras la
clara voluntad de cambio expresada en el 2004 y frustrada en tan sólo
cinco años
¿para qué votar un cambio si después todo sigue igual?
Para "recuperar" desilusionados aparece la nueva tesis: en este
primer período predominó la socialdemocracia, votemos una lista mejor
para la próxima, otro "iluminado" que prometa socialismo y luego se
abrace con culebras yanquis, latifundistas y multinacionales. Como si
el socialismo se lograra juntando votos y conquistando colinas en el
parlamento
Otra vez a discutir candidatos y programas, a caer en las mismas
trampas cazavotos de siempre, sacar a los "malos" para poner a los
"buenos", que ahora sí van a cambiar la cosa
¿nunca se agotará la
capacidad para el autoengaño?
Los militantes no tienen porqué entrar en ese corral de ramas...
es viejo y sabido que la democracia representativa sobrevive gracias
al fraude ideológico repetido cada cinco años, gracias a la estafa
demagógica que obtiene consentimiento con promesas que nadie cumple.
Hay que hincarle el diente al problema real: esta democracia tan
poco democrática no puede resolver los problemas de un pueblo de
pobres
no puede alcanzar la justicia social, redistribuyendo
suficientemente la riqueza, simplemente porque su rol es proteger los
buenos negocios de los dueños del poder económico.
En la última semana de marzo 2008, en el teatro de AEBU se abrirá
una discusión sobre las cuestiones de fondo, las que hacen a una
democracia realmente participativa, al traslado de poder a las
organizaciones de pueblo asalariado, al trabajo de base sembrador de
gérmenes de poder popular.
El destino de las luchas populares no puede ser, de ninguna manera,
acumular votantes para alguna lista o candidato al parlamento, sino un
camino revolucionario hacia el socialismo. Una tradición con raíces
en la mejor historia del movimiento popular y que apunta a fortalecer
el horizonte revolucionario en esta nueva versión de Uruguay Batllista.
Participar o no de las elecciones nacionales no es cuestión de
principios, pero los militantes no tienen que perder tiempo y energías
discutiendo lo novedoso del agujero del mate. En estas elecciones tan
especiales, es hora de negarse a fabricar nuevas falsas esperanzas en
la vía electoral o nuevos caudillos parlamentarios de "izquierda"
presentados como salvadores de la patria. Un debate táctico sí, pero
con enormes implicancias estratégicas en el campo de la lucha
revolucionaria.
Es hora de votar por la revolución social.
Un
pueblo de pobres
Vida digna es trabajo creativo y libre, decidir uno mismo en qué,
cómo y cuándo empleará su fuerza de trabajo. Una alimentación sana y
un tiempo para los afectos (familia, pareja, amigos); vivienda en
óptimas condiciones y un tiempo para las actividades culturales y
deportivas; atención adecuada de la salud y un tiempo para el
desarrollo personal en lo educativo. Vida digna es vida política
activa, el poder de decidir sobre su propio destino.
En el Uruguay Progresista, un millón y medio de personas (85% de
los jubilados y 65% de los asalariados) viven con menos de $8.100. Su
poder adquisitivo es menos de la mitad del que tenían en 1970 los
asalariados y jubilados. Ni siquiera alcanza el nivel de 1998. Lo
recuperado en los últimos tres años, con consejos de salarios y
caridad del plan de emergencia, es una ínfima parte de lo perdido.
Un millón y medio de excluidos de la riqueza que produce este país,
del crecimiento del producto bruto y las exportaciones que alcanza
cifras nunca antes vistas. Marginados por estancieros, industriales y
banqueros que gozan del lujo. Víctimas de los inversores extranjeros
que se llevan millones de dólares de Botnia, de la forestación, de la
banca extranjerizada y de los capitales blanqueados en Punta del Este.
El Uruguay Progresista ya es muy, pero muy, productivo, claro que
produce para los mismos pocos de siempre. Para ese millón y medio (
43% de la población) no hay vida digna. Son pobres.
Pobreza es su condición social, intelectual y cultural: niños que
nacen en la desnutrición y el raquitismo heredado de padres y abuelos;
deserción en la escuela y el liceo; cola en hospitales y mutualistas;
el 11% de los montevideanos viviendo como pueden en asentamientos
irregulares; juventud privada de actividades culturales y deportivas.
Pobreza es desagregación de la familia y filas en las puertas del
ComPen y de Libertad, yendo a visitar a una juventud condenada al
delito de origen social y la drogadicción.
Pobreza es la condición política reducida a espectador de la
farándula de demagogos. Es elegir cada cinco años entre candidatos
designados por los aparatos partidarios en transas no muy públicas.
Pobreza es sociedad fragmentada. Ghettos de ricos al sur de Avenida
Italia y en Punta del Este. Territorios de pobres al norte y el oeste
de Montevideo.
Por muy serio y humanitario que quieran presentarlo, el
capitalismo sólo puede crecer expulsando cada día más trabajadores
hacia la desocupación o el trabajo chatarra o precario, hacia las
tercerizaciones mal pagas y en negro. Es la ley de hierro del
capitalismo: las mayores ganancias se obtienen invirtiendo en
tecnología moderna y disminuyendo la mano de obra empleada.
Para este pueblo de pobres no hay solución en este sistema. ¿Cómo
se resolverá la crisis 2008 generada por la especulación inmobiliaria
en los EEUU? ¿Quién la pagará? Asalariados y jubilados ya lo saben:
una vez más caerá sobre sus espaldas el peso de la concentración y
centralización de los capitales.
No es posible un capitalismo con inclusión social ni con pactos
sociales. La pobreza no la resuelven un Ministerio y 250 ONGs
subsidiando 300 proyectos familiares y cooperativistas y creando un
cuento fantasioso en el capitalismo: los nichos de "economía social".
En uno de sus artículos en el libro publicado por el Movimiento por la
Tierra, Raúl Sendic lo decía tan clarito como siempre:
"Marx vaticinó que el capitalismo crearía a su propio gran enemigo
y enterrador, el proletariado. Pero este capitalismo decadente de
finales del siglo XX, está creando otro enemigo más caótico,
inorgánico y agresivo, que lo acosa de continuo: los sectores
marginados, que se refugian en la delincuencia. Las estadísticas
demuestran que a una desocupación juvenil en ascenso, corresponde una
delincuencia juvenil también en ascenso.
El sistema, la distribución desigual de los ingresos en el mismo,
condena a la privación de las cosas más elementales. Simultáneamente,
el sistema incita al consumo de las cosas más superfluas.
El sistema tiende un cerco sobre el peón o el pequeño productor
rural y los obliga a emigrar, para hacinarse en las grandes ciudades.
El sistema arroja a la desocupación a un sector en aumento de la
población. Si busca defenderse con la venta callejera, el sistema lo
persigue. El sistema enseña a robar y matar desde la televisión. A la
delincuencia la crea una clase social, pero afecta a toda la
población. Para terminar con la delincuencia hay que terminar con el
sistema".
En un volante anónimo de los tiempos de la Comuna de París, se
leía: "Los burgueses son capaces de hacer todo por los pobres. Menos
bajárseles de encima". Este es el fondo de la cosa. Por eso,
parafraseando a Sendic decimos que para terminar con las
consecuencias sociales del capitalismo, hay que "terminar con el
sistema".
La segunda independencia de América Latina
Los inmensos capitales provenientes de la producción de materias
primas, acumulados por Arabia Saudita, Asia y China, están siendo los
salvadores de los grandes bancos yanquis y europeos ahogados en la
burbuja financiera que ellos mismos inflaron.
Ya no es la crisis malaya, el efecto "tequila" o el efecto
"cachaza". Ahora es EEUU el que esta en recesión y contagiando al
resto del mundo. ¡Sálvese quién pueda! Esto es globalización.
Se está entrando en una nueva fase en la historia del capitalismo.
La época del quiebre de la hegemonía económica de los EEUU y el
surgimiento de la cada vez más sólida supremacía económica de los
capitales asentados en China India y los países del sudoeste asiático.
¿Este hecho indica el fin del imperialismo? No. De ninguna manera.
Estamos frente a un proceso de reacomodo del capitalismo. Un reajuste
que terminará beneficiando, una vez más, a los gigantescos monopolios
que concentran la propiedad del capital "global" y centralizan las
decisiones económicas en el mundo entero.
La única industria aún radicada en los EEUU, el complejo
petrolero-armamentístico, precisa de la guerra consumidor final de
sus productos- para reproducir su capital y mucho más ahora, para
hacer frente al cambio de roles en el mundo. Es la razón del artillero
que subyace bajo la histeria militarista del payaso Bush.
Intervención preventiva en Irán, extensión del Plan Colombia en una
agresión directa a Venezuela, violencia provocada en África
una vez
más la guerra es la solución de los problemas financieros en los
países centrales del sistema.
Sin embargo y contradictoriamente, las agresiones a los pueblos de
Afganistán, Palestina e Irak también están siendo un tiro por la
culata para el poder militar más poderoso de la historia de la
humanidad.
La dispersión del poder económico a nivel mundial y los EEUU sin
saber como salir de Oriente Medio, han creado nuevas condiciones
políticas, y en América Latina el dominio imperialista está siendo
cuestionado como no lo era diez años atrás. De distinta manera, los
pueblos de Venezuela, Bolivia y Ecuador ahora acompañan al pueblo
cubano. Cuba ya no está sola.
Se está presenciando el reinicio de la lucha por la segunda
independencia de los pueblos de América Latina. Una nueva hora de los
hornos
"y no se ha de ver más que la luz", al decir de José Martí.
En Bolivia la lucha de los pueblos originarios puede tomar la forma de
una guerra civil en cualquier momento. En Colombia los ejércitos
guerrilleros de las FARC y el ELN, ya ejercen un poder político y
militar paralelo y opuesto al poder centralizado en el Estado
oligárquico y pro-imperialista.
Venezuela desafía abiertamente a los EEUU con iniciativas de
solidaridad entre los pueblos que conmueven el continente entero
(recursos energéticos, organismos financieros, canje de prisioneros,
etc.). Tan orégano es el campo, que hasta los gobiernos de Argentina y
Brasil se atreven a hacer alguna pirueta.
En cambio, aunque todavía no está claro en la conciencia popular,
el gobierno progresista del Uruguay, aparece como cabecera de puente
de los intereses imperialistas en el continente. Bajo la consigna
"comerciar con todos" se impulsan acuerdos con los EEUU que obran en
contra de la creación de un "mercado interno" en América Latina (agua
fría al MERCOSUR y al Banco del Sur).
Frente a los proyectos energéticos de la región, que apuntan a la
liberación nacional, el gobierno progresista se alinea con el IIRSA de
las multinacionales.
Se opta por el "modelo a la chilena" (con todas sus consecuencias
sociales y políticas), en lugar de hacerlo por el "modelo a la
boliviana" de claro contenido independentista.
Pero la política de contenido más profundamente colonialista es la
profundización del Uruguay agroexportador. Con ella penetran el
monocultivo forestal y de soja transgénica, la extranjerización de la
tierra y de los frigoríficos y usinas lácteas, únicas industrias
nacionales competitivas a nivel mundial.
Para resolver sus propios problemas, el pueblo de pobres del Uruguay
no tiene otra opción que sumarse a la lucha por la emancipación de
América Latina y replantearse la propiedad de los recursos naturales y
de los medios de producción. No queda más remedio que afiliarse a un
modelo de desarrollo propulsor del marcado interno y dirigido a
agregar fuerza de trabajo y tecnología a los productos de exportación.
En Alto Perú (hoy Bolivia) la rebelión ya estaba en las calles en
1808; Buenos Aires tuvo su mayo en 1810 y los pobres de esta orilla
del Uruguay vivieron su "admirable alarma" en 1811.
Es la hora de un Grito de Asencio. Por la revolución social en América
Latina. El pueblo uruguayo no dejó sola a Cuba y no dejará solas a
Venezuela y Bolivia.
Tierra para los/las que trabajan
El "arreglo de los campos" sigue siendo el nudo para la felicidad de
los más infelices. Habrá que desatarlo como lo desató el pueblo
artiguista.
En el año 2005 el Anuario Estadístico Agropecuario y DICOSE
(Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca), hicieron públicas
cifras muy interesantes. Establecen que unas 2176 empresas ganaderas,
propietarias de predios mayores a 1000 hectáreas, poseen el 55% (¡más
de la mitad!) de las tierras ganaderas, el 40% del ganado vacuno y el
37% de los ovinos. ¡Son los dueños del Uruguay!, según canta Daniel
Viglietti.
Afirmados en su monopolio de las tierras y ganados, gozan del
privilegio de contraer deudas pesadas que no pagan (y no les cobra
nadie); de ser los importadores maquinaria, fertilizantes y semillas;
de presionar a los gobiernos desde la Asociación rural y la Federación
Rural y sus "partidos políticos"), para obtener decisiones que
favorezcan sus intereses (el subsidio estatal para la instalación
gratuita de "caravanas" en el ganado, por ejemplo).
Estos señores que se quedan con la parte de león en las
exportaciones de alimentos (unos 2.500 millones de dólares), no pagan
más de 60 millones de dólares al año de impuestos. ¡Y todavía se
quejan que el Estado es caro!
Es feroz la concentración del poder económico ganadero. Botón de
muestra: el latifundio de Gallinal Heber posee más de 100.000
hectáreas y el de Martinicorena supera las 150.000. Entre sociedades
anónimas, arrendamientos y lazos familiares, hoy son menos de 500
familias las que constituyen la "oligarquía vacuna" (tierras + vacunos
+ ovejas).
La tierra, el agua y los ganados son los recursos naturales más
importantes del país. Nuestro petróleo. De ninguna manera la principal
riqueza del pueblo puede ser propiedad abusiva de tan pocos.
En los 30 últimos años han desaparecido casi la tercera parte de los
"productores rurales" (unos 25.000 establecimientos) y en los últimos
cinco años, el 25% del territorio nacional cambió de manos. Es un
proceso de "contrarreforma agraria". A medida que crece la
concentración del poder económico, avanza a todo vapor el proceso de
despoblación del campo.
En la franja comprendida entre la costa del Río Uruguay y la ciudad de
Tacuarembó, hay un habitante cada dos kilómetros cuadrados. O sea que,
esa zona de los departamentos de Artigas, Salto y Paysandú sigue
siendo el mismo desierto que hace cien años. Menos de 190.000 personas
residen en el campo. Es el desierto.
El 85% de la superficie ganadera son campos naturales o mejorados (un
tractor cada 2000 hectáreas) donde se crían y engordan los novillos
que produjeron los más de 1.000 millones de dólares de carne que
vendió el Uruguay. En los 2176 latifundios que concentran la
producción, hay un peón cada 400 hectáreas y 250 novillos por peón. El
jornal de un tractorista es $150 y el de un $140
con tamaña
plusvalía, ¿para qué quiere gente el latifundio?...la expulsa.
Los dueños de las tierras y ganados no quieren producir más. No
quieren recolonizar el campo, introducir tecnología y dar trabajo. No
les interesa invertir. Sus ganancias tienen destino más redituable y
menos riesgoso que la producción: depositan en Bahamas y compran los
bonos de Astori, invierten en Punta del Este, viajan a Miami, compran
"0 Kilómetros".
Para dar un salto en la producción agropecuaria, en cantidades y
calidad, no se precisa de la inversión extranjera, hay expropiar el
poder económico concentrado en la "clase vacuna" y redistribuirlo
entre los que trabajan. Tierra para los/las que trabajan, la consigna
de Raúl Sendic y la histórica UTAA, expropiar sin indemnización los
latifundios mayores a 2.500 hectáreas y recolonizar los campos en base
a varias formas de propiedad combinadas (estatal, cooperativas de
ayuda mutua, colonias y pequeñas parcelas individuales dadas en
usufructo).
Capital para los/las que trabajan
Los EEUU de mediados del siglo XX, a raíz de sus guerras y de la
competencia comercial (Japón, URSS y Europa), se desfinanciaron y,
como eran los dueños de la maquinita, para resolver su problema,
imprimieron un par de millones de millones de dólares.
El "tsunami" de dólares fue a parar a los bancos y organismos
financieros internacionales y, como "barco parado no gana flete", ese
papel que rebosaba las cajas fuertes fue ofrecido a los países del
Tercer Mundo, a quienes poco menos que se obligó a aceptar préstamos
en condiciones esclavizantes fijadas por los prestamistas.
La Deuda Externa no obedeció a las necesidades de los pueblos deudores
sino a la necesidad del propio imperialismo que imprimió esa masa de
dólares que está en la base de la especulación. Cuando al Uruguay
llegó la cuota que le correspondía en el reparto del excedente mundial
de dólares, ella no fue a los campos y las industrias, sino que fue
atrapada por un montón de bancos que se instalaron en este generoso
país ( la banca española franquista y la secta Moon, por ejemplo).
En Uruguay, con un discurso patriotero y chauvinista, la dictadura se
abrió totalmente al capital especulativo internacional, montando el
más cruel mecanismo de succión de que tenga noticia la historia. No
sólo porque los gobiernos pagan puntualmente los servicios de la
Deuda, sino porque hoy los bancos privados son todos extranjeros y
remiten sus ganancias al exterior.
El sistema bancario es el administrador políticamente protegido
(exoneraciones, secreto bancario, off shore) de la especulación
internacional. Tal vez por eso, exista la certeza que sin estatizar la
banca no se puede dominar la economía productiva en el Uruguay de hoy
día.
La Deuda Externa es una estafa que permitió crear un imperio pirata,
enseñaba Raúl Sendic: "De hecho estamos encadenados a un sistema que
en nada se diferencia al de la colonia, cuando teníamos que pagar un
'diezmo' y otros impuestos a los españoles. Al cabo de más de 150 años
de liberarnos de aquellos opresores, nos sorprendemos pagando no ya un
10% sino un 30% de lo que exportamos a otros opresores, que no han
necesitado montar un costoso aparato de dominación aquí, porque pueden
usar el local: 'nuestras' Fuerzas Armadas.". (página 250, "Raúl
Sendic, Deuda y Tierra")
Desde 1975 (más o menos) creció el producto bruto interno y también
las exportaciones crecieron al doble. Los créditos externos
facilitaron la importación inclusive de productos agrícolas. Fueron
tiempos récord de importaciones de cero kilómetros.
La dictadura en Uruguay produjo un "milagro a la uruguaya": al tiempo
que protegía los negocios y negociados del capitalismo mafioso, bajó
el poder adquisitivo de los salarios a la mitad. Hubo una rapiña
descarada a los trabajadores, una transferencia de los ingresos del
asalariado al capitalista. Esa es la explicación histórica del golpe
de Estado: la misión de las fuerzas armadas fue proteger el robo a
mano armada al pueblo asalariado.
Para lograr la independencia económica y financiera de este pueblo
pobre, hay que capitalizar el poder adquisitivo del salario y las
pasividades. Hacer lo contrario de lo que hicieron la dictadura y los
gobiernos de la democracia tutelada.
No pagar más la Deuda Externa y volcar lo ahorrado al salario, las
jubilaciones y los pequeños productores industriales y rurales.
Estatizar la banca privada, estableciendo un corralito para volcar
hacia el poder adquisitivo del salario, la jubilación y los pequeños
capitales, el capital parásito nacional y extranjero depositado en los
bancos.
El gobierno progresista es el adalid de los buenos pagadores de la
deuda externa a la usura internacional. Se "honra la deuda" y así se
contribuye a la salvación de esos mismos capitales estadounidenses y
europeos que hoy están crisis financiera y, de paso les entrega el
bienestar del pueblo.
¿Cuál sería la peor consecuencia del No Pago? La protesta de los
burgueses uruguayos que son tenedores de títulos de Deuda Externa. La
negativa a pagar la Deuda afecta principalmente a esos "peores
americanos" de siempre, que se enriquecen con el hambre del pueblo
asalariado, así como a los acreedores internacionales hoy en
decadencia. En palabras crudas, al no pagar a europeos y yanquis, los
capitales asiáticos y chinos correrían a ofrecer sus servicios a los
"malos pagadores".
¿Cuál sería el mejor efecto del No Pago? La inyección de capital a ese
pueblo de pobres, sacar del subconsumo a la mitad de la población del
Uruguay y convertirla en dinamizadores de la demanda interna de bienes
¡Un poco de imaginación! ¿Sería o no un incentivo a la producción
semejante distribución de capital entre los pobres de este pueblo de
asalariados y jubilados? Hasta George Bush toma medidas que favorecen
el consumidor para incentivar el mercado interno y sacar de la
recesión a los EEUU. Los únicos que siguen pensando con sin los
esquemas del Banco Mundial y del BID, se hacen llamar "progresistas"
en el Uruguay.
El
horcón del medio
Por la Reforma Agraria, el No pago de la Deuda Externa, la
estatización de la banca y un aumento sustancial de salarios y
pasividades
. los cuatro puntos que Raúl Sendic (padre) resumió en el
Estadio Franzini, el 19 de diciembre de 1987.
Este el programa tiene sus más antiguas raíces en el Primer Congreso
del Pueblo (1964). Poco más tarde alimentó los procesos fundacionales
de la CNT (1966) y del Frente Amplio (1971), así como sirvió de insumo
a promesas demagógicas como "Mi compromiso con Usted" de Wilson
Ferreira Aldunate en 1971.
El programa de un "Uruguay para los pobres" no es tan complicado:
recuperación del poder adquisitivo y del control sobre los recursos
naturales y el capital financiero; sumarse al frente de los pueblos
latinoamericanos en lucha por una economía independiente de los
capitales extranjeros y de los organismos financieros internacionales.
En cambio, el elenco progresista apuesta al modelo "Uruguay para los
ricos y aspirina para los pobres". Apuesta a las inversiones
extranjeras, es decir, gobierna para los organismos financieros
internacionales y para el capital multinacional; protege a los grandes
grupos económicos más o menos criollos. Intocado, el poder económico
ha aumentado sus beneficios durante estos meses.
Hay un continuismo en el modelo, pero aplicado ventajosamente con
relación a los partidos tradicionales, que nunca pudieron controlar y
manejar la subjetividad política del movimiento popular. Ahora se
vende la imagen "gobierno reformista de izquierda, paciencia y
esperar". La figura emblemática del modelo (Danilo Astori) aparece
como el gran reformista y no como el gran entregador.
La lucha por un "Uruguay para los pobres" choca de frente con la
oligarquía vacuna y el imperialismo alineados tras el modelo "Uruguay
para los ricos". Más viejo que el agujero del mate.
Cuando el pueblo pobre gana en poder perjudica a los dueños del poder,
que reaccionarán como lo han hecho en Venezuela y Bolivia, como lo
hicieron con Cuba Revolucionaria. Nadie se hace ilusiones. Como
siempre el modelo fondomonetarista entraña la represión violenta.
¿Será por eso que preparan los instrumentos jurídicos que la legitimen
(delito de usurpación, ley de procedimiento policial)?
Los dueños del Uruguay, han demostrado mucha sabiduría estratégica:
cuando se les agotó el juego demagógico de sus partidos políticos,
colonizaron la cabeza del elenco dirigente del progresismo, pero
¿qué
harán cuando se les desgaste la opción progresista?
El principal instrumento político de los dueños del poder son las
fuerzas armadas. Nacieron traicionando al pueblo armado y organizado
que, conducido por José Artigas, luchaba por tierra para los humildes.
Ahora el ejército uruguayo está siendo mano derecha del Pentágono y
cómplice de las intervenciones militares encubiertas con la bandera de
la ONU. En especial, es intolerable la presencia de tropas uruguayas
en los inicios de un genocidio contra el pueblo haitiano.
Estas fuerzas armadas naturalmente represoras, culpables todavía sin
castigo del terrorismo de Estado, subordinadas al imperialismo, deben
ser reemplazadas por el pueblo pobre armado y organizado. La lucha por
sociedad justa, donde se viva dignamente en el trabajo creativo y
libre, implica la desarticulación de estos ejércitos represivos.
¿Quién puede dudar que se reorganiza el terrorismo de estado? Los
dicen ellos mismos. Lo dijo la fuga de Gilberto Vázquez y lo dicen los
"archivos" de la cárcel VIP. Lo dicen las declaraciones de Gloodofsky,
del general Pereira y del "legionario" Carlos Silva. Están organizados
para la acción política (que en su caso siempre es armada) y para ello
tienen su política de alianza que abarca el progresismo y a los viejos
guerrilleros frustrados.
Trabajo de base y gérmenes de poder popular
El discurso "como te digo una cosa te digo la otra" confunde al
pueblo y desarma la conciencia militante. Se abandona la lucha por la
emancipación social y se asimila política con transa y conciliación de
clases. Se desmoviliza el movimiento de base para no poner "un palo en
la rueda del gobierno", de un gobierno que ya es de derecha y necesita
del aguijón para arrancarle algo bueno.
Se acepta el "acomodo" y el nepotismo. Se defiende al corrupto
argumentando que "corrupción era la de los colorados y blancos" Se
disuelve el sentimiento antiimperialista del pueblo uruguayo,
sustituyéndolo por una falsa "tercera posición", que se presenta como
astuta y negociadora.
Se deterioró la idea de justicia en aras de un vaporoso sentimiento de
perdón y olvido y para explicar tamaña concesión, se tergiversa la
historia de la lucha revolucionaria de los últimos cuarenta años,
borrando para siempre el "odio de clases" como motor anímico de la
luchas populares.
Decayeron el espíritu crítico y la rebeldía Predomina el sentimiento
de que no somos Bolivia, Venezuela o Ecuador, se acepta la imagen
batllista de la Suiza de América. Se asiste a una victoria ideológica
de la clase dominante.
Esta crisis de valores y sentimientos también se manifiesta en la
fragmentación política del horizonte revolucionario, en la dispersión
y atomización de la militancia, en debilidad para la lucha por
recuperar el dominio de las tierras y el capital. Sin un horizonte que
clarifique la táctica y la estrategia, la brújula se descompone y se
camina sin saber hacia dónde.
¿Cómo recrear la ética y los valores revolucionarios? ¿Cómo recomponer
el horizonte revolucionario? Proclamarlo en una declaración o en un
mensaje como éste no es el camino. Es apenas poner en la mesa su
discusión.
Se recompone en el trabajo de base. Trabajo de base para restablecer
desde abajo los vínculos políticos basados en ideas críticas y
militantes. En el terreno social la crítica a la democracia
capitalista, hace crecer gérmenes de poder popular y echa los
cimientos de un movimiento independiente y combativo.
El norte es recomponer vínculos entre los luchadores sociales,
recreando en las bases el sentimiento de que, aún hoy, en estas
condiciones, es posible luchar hacia el socialismo. Vínculos que
desarrollen una fuerza militante capaz de no dejar que aíslen
conflictos combativos como el de los obreros del Frigorífico Las
Piedras y el de la pesca artesanal en el Río Uruguay.
El camino del poder popular lo señaló la solidaridad que despertó la
ocupación de tierra que hicieron los "peludos" en Bella Unión, la
lucha por los cuatro militantes presos en noviembre del 2005 y por la
libertad para Fernando Masseilot y la marcha de FUCVAM y varios
sindicatos por todo el litoral uruguayo.
Es el camino que señalan los movimientos vecinales renacidos en la
campaña por la anulación de la ley de caducidad, el agotador batallar
denunciando las consecuencias sociales del modelo forestal y las
diferentes expresiones antiimperialistas que recibieron a George Bush.
Trabajo de base sembrando gérmenes de poder popular: la alternativa
del horizonte revolucionario para el carnaval electoral que ya llegó.
26 de febrero de 2008