[Pensamientoautonomo] La otra nota de l@s vecin@s de Las Flo…

         “OTRA VEZ EL CARRO ADELANTE DEL CABALLO”

   Una vez más quieren imponernos un plan sin que nosotros participemos.  
   Ya habíamos decidido sobre los criterios de adjudicación, que son principios para organizar la acción en base al reconocimiento de los derechos de los vecinos.  
   Una vez más la “urgencia” de la obra quiere forzar a que cambiemos la decisión tomada y que sabemos cuenta con el consenso  del barrio.  
   Una vez más la “urgencia” nos quiere obligar a aceptar lo que nunca hubiéramos elegido...estos departamentos. ¡Pero aquí están!  
   Ahora “la urgencia” nos quiere obligar a actuar de cualquier modo para que en razón de “la rapidez” una vez más nuestra gente sienta que se le adjudica a cualquiera, que los que esperan desde hace décadas sigan esperando; que se favorece en la práctica “al que copa”, “al que entrando hace poco tiempo aprovecha la oportunidad” “al que achicó los pasillos que antes eran anchos” “al más guapo, fuerte o con poca vergüenza y que golpea a los funcionarios para conseguir cosas” mientras que la mayoría de nuestra gente es sencilla y de vida simple y esas cosas no las hace.  
   Que el hombre simple y sencillo no atropella, no grita porque tiene sus fuerzas puestas en la vida humilde cotidiana y en los sueños de progreso escondidos en su corazón. Nosotros debemos expresar lo que muchos en el barrio querrían decir y no se animan porque han perdido la fe en las organizaciones y a veces, en sus propios vecinos.  
   Que nuestra gente sencilla necesita sentirse escuchada, comprendida, orientada y sobre todo, que no se “la ventajea” porque la ley es pareja para todos.  
   Que nuestra gente sencilla sabe que en la medida que vea que a su vecino, que su delegado, lo escucha y atiende su problema también él podrá dar el paso de escuchar y hacerse cargo del querer de su vecino.  
   Que nuestra gente sencilla sabe que muchas veces ha perdido la capacidad de hablar y de escucharse porque “los de afuera” han quebrado la conciencia de que “se puede” y han reducido la fuerza de voluntad a sólo sobrevivir porque es la manera de mantener el dominio sobre el barrio. TAMBIEN ES CALIDAD DE VIDA DECIDIR SOBRE NUESTRO FUTURO Y CÓMO HACERLO.  
   Los “recambios” no son un problema: el problema es la falta de respeto y la falta de voluntad para ponerse a dialogar con el vecino, escuchar sus inquietudes, sus angustias, sus esperanzas...Qué importancia tiene el tiempo!!!  
   El tiempo del barrio es muy distinto del tiempo del que sólo quiere hacer negocios: está cargado de esperanza y de deseos de gozar con los suyos, con los amigos y con los vecinos un espacio mejor. Esperar para hacer esto es precisamente lo que sostiene al pobre que ha aprendido que la verdadera dignidad está en sí mismo, en su conducta de todos los días, en el trato cotidiano. La vida del pobre no es un negocio.   
   Si el Municipio no quiere invertir dinero en contratar empleados para trabajar en el barrio, es un problema del municipio no nuestro.   
   Si el Municipio no quiere hacer gastos para un recambio digno y respetuoso, es un problema del municipio no nuestro.  
   Si el Municipio no quiere invertir en tierras, habiendo fábricas con fuertes deudas disponibles en abundancia, es un problema del municipio no nuestro.  
   Si el Municipio quiere construir un barrio residencial en el Batallón y no viviendas sociales, es un problema del municipio no nuestro. (Un engaño más).    
   Si el Municipio decide resolver una urgencia no enviando en tiempo y forma a Provincia la solicitud de investigación que nos garantice a todos los vecinos que nadie con propiedad o ya adjudicado saque alguna ventaja, es un problema del municipio. (Si esto es así, es una garantía más que perderemos).   
   No nos engañemos más: los problemas terminan cayendo sobre nuestras espaldas y sobre nuestro futuro con el argumento de que       todo “este sacrificio es en beneficio para nosotros”.     
   “Los tiempos que se aceleran” son excusas para continuar con el atropello. Nunca más viviendas de cualquier modo. Nunca más falta de diálogo. Nunca más falta de escucha. Nunca más trabajo de punteros. Nunca más trabajo de ventajeros. Nunca más a los que sólo preocupa la construcción por intereses políticos o económicos.    
   No nos engañemos. Esta lucha, el ponerle “los puntos” a Sanz no nos hará perder las viviendas o nunca más se construirán. De ningún modo: la oportunidad la da el Presidente no el municipio.   
   Un barrio organizado y con voluntad de construir siempre será escuchado. El No oportuno de hoy nos abre el camino a otro Si, al que nosotros queremos dar y al que no pudimos dar en otras etapas del plan habitacional.     
   El Si a construir significa no permitir cualquier vivienda entregada a cualquiera de cualquier modo por cualquier razón. El Si es poner en claro la voluntad por un plan de viviendas en el que todos participemos. ¡Y este es el momento del Si!.  
   Nada justifica el hacinamiento de hormigón al que estaremos sometidos y que se transformará en señal imborrable para el resto de Villa Martelli y Florida de que “somos villeros”. Todos seguirán diciendo “allí viven los villeros”. “De los monoblocks vienen los ladrones y los secuestradores”.  
   No nos importa esperar seis meses para entregar las viviendas, si con eso cada vecino está conforme y siente que su lugar es reconocido y respetado por todos. El vecino respeta a quien respeta. No queremos vecinos “señalados” por usurpadores, ladrones o aprovechadores. Tenemos que recrear un nuevo vecindario. Y comienza con las decisiones de hoy.  El vecindario crecerá en la confianza cuando entre todos podamos mirarnos a la cara y reconocernos los derechos que todos tenemos.  
   La ausencia de palabra, de diálogo, fracturó al barrio: no perdamos la oportunidad de reconstruir aquella vieja red de confianza que nuestros abuelos cuando vinieron aquí supieron experimentar. Este es el momento. No permitamos que la palabra fuerte sea la de otro!!!  
   El momento es RESISTENCIA y ACCIÓN PARA CONSTRUIR UN NUEVO MODELO, EL QUE SIEMPRE QUISIMOS.