Autor: Profesor J Data: Dla: lista por una ronda de pensamiento autonomo entre sujetos de los movimientos argentinos Temat: [Pensamientoautonomo] El paro de los profesores y trabajadores de
la salud
En Chile el gremio del colegio de profesores hace años es coto de caza de
los partidos de izquierda gobiernista y la reformista, como el gremio de
trabajadores de la salud, que había participado en la fundación de la
Asociación Nacional de Empleados Fiscales Anef convocada por el inolvidable
Clotario Blest, fundador también de la Central Única de Trabajadores CUT y
del Movimiento de Izquierda Revolucionaria MIR.
En la salud manda el Partido Socialista en alianza con sectores del partido
radical y algunos demócratas cretinos, digo cristianos. El PC y la FSD ahí
son minoritarios, al contrario de la organización de los profesores, donde
la FSD y el PC tienen mayor peso que sus aliados socialistas, a los que se
les conforma entregándoles algunos puestos de menor valía, en especial en
regiones. En la salud los socialistas les devuelven con la misma moneda y
todos tan amigos.
Los trabajadores de la salud llevan 15 días de huelga nacional y la
insatisfacción de las bases se está acrecentando, pasando a llevar en parte
a las dirigencias, lo que puede ser indicador de un aumento de la conciencia
de trabajadores con autonomía, como lo indica la ocupación del Hospital
Fricke de Viña del Mar, la toma del hospital regional de Concepción y las
barricadas con corte de calles en el Hospital Van Buren de Valparaíso. De
otras regiones las noticias traen similares inquietudes de los trabajadores.
Sin duda estamos ante una radicalización de las formas de lucha que va más
allá de las anteriores movilizaciones de los últimos años.
El funcionalismo público había sido en Chile un importante sector social de
apoyo al Frente Popular y su política keynesiana del Estado de Bienestar, la
alianza que conduciría a Chile al desarrollo capitalista por vía de la
conciliación de clases y la constitución de una fuerte capa de funcionarios
burócratas que junto a la aristocracia obrera asegurarían la transición
pacífica al socialismo, el capitalismo de estado. El gobierno
empresarial-militar expulsó a 100 mil de estos funcionarios en pocos días,
en una operación limpieza necesaria no sólo para asegurarse una base de
sustentación proclive, sino, lo más importante, para el inicio del proceso
de jibarización estatal exigido por la escuela de Chicago. La picardía
popular no tardó en hacer irónicos y despiadados juegos de palabras con las
dos últimas sílabas del nombre de esa ciudad yanqui donde se daban clases de
neoliberalismo mientras en la Escuela de las Américas se enseñaba
contrainsurgencia. Una escuela para los intelectuales dirigentes y
administrativos, otra para los perros de la jauría militar. Después acusaban
de intervención a los cubanos por darle instrucción a miembros de la
resistencia, que no era más que la posibilidad de defenderse de la plaga de
asesinos y torturadores que nos enviaban bien entrenados los yanquis, puros
Rambos de pacotilla acostumbrados a ponerse capucha para que no les
identifique el o los destinatarios de la golpiza –o de los tiros de barco,
como en Mehuín-. Y si uno de nosotros se coloca capucha para levantar
barricadas de resistencia contra el capital, ponen el grito en el cielo. El
símbolo fálico de la patria para ellos es empuñar un fusil o una espada para
atravesar haciendo sangrar el cuerpo de las víctimas de su poder patriarcal.
Años le tomó a la Anef recomponerse, más aún si su principal dirigente,
Tucapel Jiménez, firme opositor a la dictadura, había sido asesinado
alevosamente y las reparticiones públicas con jefes militares y cadenas de
sapos y confidentes paniaguados de los uniformados. En los últimos años se
ha ido perdiendo el miedo, pero a la vez se ha ido escapando a la conducción
de los partidos, problema que sumado a las disputas por espacios de poder
interno en el PC, llevaron a Pávez, presidente del colegio de profesores, a
salir de sus filas con una fuerte base de apoyo para constituir rápidamente
(antes que la gente se siguiera escapando) la Fuerza Social y Democrática
FSD teóricamente "no partidaria", pero que en nada se distingue de las
políticas del PC. Desde los profesores se fueron extendiendo hacia otros
gremios fraccionando la dirigencia reformista en muchos sectores por la vía
de levantar esa falsa alternativa no partidista agrupando a los
insatisfechos. El mismo perro con diferente collar.
Luego se alían con el movimiento Surda, que dice ser autónomo, pero no lo
es, ya que su eje estratégico es la formación de lo que llaman nueva
izquierda –siguiendo los lineamientos de Martha Harnecker-que suministra el
contenido "conciente" a los movimientos sociales. Este movimiento conquistó
algunas posiciones en universidades y hoy día –cuando ha empezado a
declinar- se ha aliado con los disidentes del PC agrupados en la FSD
conquistando juntos la poderosa Federación de Estudiantes de la Universidad
de Chile Fech. Ahora están analizando constituir bloques locales para
presentarse a las elecciones municipales.
Así las cosas, llega con todo su esplendor la movilización de los pingüinos
y ambas agrupaciones, FSD y Surda, imaginan que ha llegado su hora de
ponerse a la cabeza de una movilización más amplia. Por medio de las
organizaciones que controlan, el Colegio de Profesores y la Fech, invitan a
los estudiantes secundarios a integrarse a una comisión educacional paralela
a la del gobierno. Pero los pingüinos resultaron más sagaces, algunos
obviamente influidos por el PC se negaron a asistir, pero la gran mayoría
declinó la invitación por diferentes razones, a pesar de la fuerte campaña
del blogg de la Surda, "El Quinto Infierno", que había ganado cierta
simpatía entre los muchachos y muchachas para comenzar a perderla una vez
que se le vio la cola al diablo.
De esa manera estas dos agrupaciones cupulares, la FSD y la Surda, que
esconden la cola reformista con mensajes de autonomía, fracasaron
estrepitosamente en la tentativa de conformar un fuerte bloque "social"
partiendo por la educación y hoy aspiran en el paro nacional a realizarlo de
hecho convocando a las demás organizaciones de todo tipo a "sumarse", lo que
agregado al de la salud, se anhela que resulte una poderosa movilización con
la cual exigir algunas reformas y promoverse para luego mandar a la gente a
sus casas hablando maravillas de lo fantástico que son estos "nuevos"
líderes.
Nada han aprendido de los nuevos tiempos estos dirigentes que aspiran a
montarse en la cresta de la ola social actualmente iniciada por los
pingüinos. Mal les va a ir, pero luego volverán nuevamente a las andadas,
hasta llegar a las elecciones municipales, donde se mostrarán con todo su
esplendor institucional.
Por nuestra parte pensamos que las discusiones y movilizaciones debe
orientarse a fortaleces las capacidades locales de autoorganización y
resistencia en todos los planos, concentrando energías en cada barrio para
consolidar allí redes de cooperación y apoyo mutuo entre experiencias
autogestionarias y comunitarias. Si los profesores van al paro, hay que
apoyarlos, obviamente, pero no en la forma que desea la dirigencia, sino en
la forma que sabe hacerlo la organización social desde abajo en los espacios
de vida cotidiana y de relaciones directas cara a cara. Por ejemplo, no es
difícil que los Comités Populares para una Nueva Educación y Trabajo CET, o
como se les llame, o dos o tres colectivos locales, convoquen a la población
del barrio a reunirse frente a la(s) escuela(s) del sector que estén en
paro. Eso se puede coordinar con los estudiantes y apoderados alejándose de
las organizaciones tradicionales como juntas de vecinos o similares que en
su mayoría más cumplen funciones para el cuadrante policial que para la
población, aunque digan o crean hacer lo contrario.
La idea es constituir una asamblea barrial que pueda discutir estos temas
abiertamente con horizontalidad y respeto a la diversidad. Hágalo en su
barrio, aunque lleguen pocas personas, que sea una experiencia.
Con relación a las municipalidades, es de conocimiento común que no cumplen
funciones de apoyo o solución de las necesidades de la población, sino
únicamente de trasladar de arriba hacia abajo las políticas orientadas por
el mal gobierno y el capital, por lo que será más eficaz plantearse
estratégicamente la constitución de municipios paralelos autónomos que
puedan ir desarrollando fórmulas de solución a los problemas y necesidades
de empleo, habitación, educación, salud, recreación y otros, no mediante la
"participación popular", sino sobre la base del "protagonismo social". La
fuerza social de los barrios, presente o latente, ya no puede ser más
capitalizada por los partidos y agrupaciones oportunistas que cuando llegan
a ganar espacios de poder en las instituciones, los utilizan en su propio
beneficio o para cumplir funciones encomendadas por las burocracias
dirigentes.
Las asambleas barriales y las coordinaciones locales entre agrupaciones
populares con experiencias autónomas autogestionarias y comunitarias,
entonces, no deberían solamente apuntar a una economía alternativa en la
forma de redes de intercambio que evadan el estado y el mercado
constituyendo nuevas relaciones sociales, sino también a la discusión y
preparación de las condiciones para instalar esos municipios paralelos.
Así estaremos avanzando hacia una nueva sociedad de hecho y no de promesas.