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Autor: Norberto Farías
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A: lista por una ronda de pensamiento autonomo entre sujetos de los movimientos argentinos, univ y movs sociales, Adriana Robledo, alberto "rodr?guez"
Assumpte: [Pensamientoautonomo] Rv: [forodocente] LAMAYORÍA DE LA IZQUIERDA SE BORRÓ


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Nº 507- 8/10/2006


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PLAZA DEL GENOCIDIO Y EL PROCESO:



LA MAYORÍA DE LA IZQUIERDA SE BORRÓ




La izquierda, frente a los intentos de reorganización de la ultraderecha, debe pasar de la mera denuncia testimonial a los hechos prácticos para derrotarla.





Por León Pérez, Izquierda.info



      El Partido Comunista Revolucionario (PCR) titula un articulo de Ricardo Fierro “Aplastar la víbora procesista” en su ultimo periódico. Dice, además, que hay un polo fascista desarrollándose. La tapa del ultimo periódico del PTS proclama “Ganar las calles y paro nacional”. El Partido Obrero (PO) coincide con lo del paro nacional. El MST-UNITE dice en su editorial “Terminemos con la impunidad, Todos somos Julio López”. El otro MST, El Socialista, explica en su publicación que “hay que seguir en la calle para pararles la mano a los genocidas, castigarlos y exigir al gobierno que se desmantele el aparato represivo”. 




      El PTS, el PO incluso han avanzado en las últimas semanas y han adoptado nuestra demanda de “disolución de las Fuerzas Armadas y represivas” y comienzan a sostener nuestra posición de que estos organismos son irreformables. El MST-Unite persiste en su llamado a “democratizar” las fuerzas represivas, pero al menos superan en cobertura de los hechos al MAS y el PC que poco o nada han dicho al respecto. 




      Con esta retórica es de suponer que, ante uno de los hechos políticos mas importantes de la semana, la realización el 5 de octubre del Acto de la Plaza del Genocidio (Plaza San Martín) para reivindicar el terrorismo de estado, el Proceso y honrar a los asesinos del pueblo, esta izquierda – que afirma ser revolucionaria – o al menos una gran parte de ella, estaría a la altura de las circunstancias. Es decir, marcharía en masa para detener a la ultraderecha. 




      Nos equivocamos. 




      A pesar de que el propio Altamira de PO nos lo advirtió: “La táctica del Partido Obrero será la de denunciar y atacar la conspiración derechista; mostrar sus lazos con el aparato estatal; mostrar el fracaso de la falsa política de derechos humanos del gobierno; y denunciar, por sobre todo, la tendencia al compromiso del gobierno con sus enemigos ocasionales.” (Prensa Obrera Nro. 965) 




      Es decir que este partido que se reclama revolucionario limita su accionar a la denuncia testimonial, a lo que no le agrega la propuesta práctica ni el desarrollo de la movilización para detener a la ultraderecha en las calles. El PTS, los MST y otras organizaciones de izquierda piensan y actúan en la misma forma. Frente a la Plaza del Genocidio, se borraron. 




      Privilegiaron, por otro lado, marchar un día después, el viernes 6 de octubre, junto a los Organismos de Derechos Humanos K a la Plaza de Mayo en una acción discutida con el propio Kirchner en una reunión con las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo. La intención de la marcha, obviamente reclamando la aparición con vida de Julio López es sin embargo, políticamente, la replica de la “Casa esta en orden” de la Semana Santa de Alfonsín. 




      El 5 de octubre, menos de 2.000 simpatizantes del Proceso y el Genocidio se reunieron en Plaza San Martín para exigir una “amnistía para los militares y policías” del Proceso, escuchar discursos de reivindicación de la “guerra sucia” de la ultima dictadura militar y escuchar un mensaje escrito del Arzobispo Jorge Bergoglio llamando a la “reconciliación” entre asesinos y victimas, entre desaparecidos y secuestradores. 




      Era la ocasión para pasar de la simple denuncia a la acción práctica. Si 20-30.000 militantes de izquierda, de las organizaciones de Derechos Humanos y aun dirigentes y partidos democráticos tomaran en serio estos intentos de reorganización de la derecha – que ya se expresa en secuestros y desapariciones como la de Julio López, amenazas a testigos, jueces y fiscales – hubiesen rodeado a los ultraderechistas y disuelto su acto, la lucha por el juicio y castigo de los culpables hubiese pegado un salto cualitativo y la demagogia del gobierno hubiese quedado plenamente demostrada. Ni mencionemos el hecho de que una acción tal es la que necesita Julio López para ser liberado, si es que aun esta vivo. 




      La izquierda, como los partidos del régimen, no hizo nada. Solo Convergencia Socialista, una pequeña organización revolucionaria, acompañada por miembros de la Asamblea de San Telmo y un grupo de activistas de HIJOS marcho hacia la Plaza del Genocidio a repudiar a los asesinos y a exigirles que entreguen vivo a Julio López. Correctamente, CS llamo a formar un frente único a todas las organizaciones de izquierda y que se reclaman de los derechos humanos y democráticos. 




      El solo anuncio de la contramarcha – que recibió plena cobertura en todos los medios nacionales e internacionales – tuvo su efecto entre los fascistoides. Los organizadores del acto de Plaza San Martín habían anunciado que llevarían 15.000 personas (Clarín, 4 de Octubre) pero solo lograron reunir 2.000. 




      A pesar de que Convergencia Socialista movilizo unos cientos de militantes, el nerviosismo y el miedo cundía en Plaza San Martín. Ni los cientos de policías dispuestos por el gobierno para defender a los Procesistas les daban tranquilidad. El acto Procesista se apuro y sus asistentes se marcharon apresuradamente sin marchar a ningún sitio aunque tenían planes de hacerlo. 




      Si la acción de Convergencia Socialista logró esos resultados, una manifestación de masas de la izquierda y los sectores democráticos de la sociedad hubiese forzado a los fascistoides a retirarse con la cola entre las piernas. 




      Más aun, los derechistas estaban tan preocupados con las posibilidades del repudio, que retrocedieron en sus manifestaciones publicas aduciendo que ellos “no apoyaban a los miembros del gobierno del Proceso” y que estaban por la “reconciliación”. 




      La izquierda como el PCR, el PTS, MST y PO les dejaron la cancha libre para que se reorganicen, tomen confianza y se atrevan a más. Entre los que participaron de la Plaza del Genocidio están los que secuestraron a Julio López y los que intimidan a jueces, fiscales y testigos o sus cómplices. ¿Tiene alguien alguna duda al respecto? 




      En algunos casos, esta negativa de la izquierda a pasar a las acciones practicas contra la ultraderecha y limitarse al puro propagandismo de denuncia, tomo ribetes reaccionarios como la declaración de Vilma Ripoll, del MST-Unite que le dijo a los periodistas de Canal 26 que “repudiaba” la contramarcha contra los fascistoides. Ya con anterioridad, en una reunión de la izquierda, un representante de su partido había expresado su oposición a la contramarcha con el argumento de que a algunos sectores de la sociedad “no le caería bien”. 




      Cuadros y dirigentes del PO, los dos MST y el PTS, así como el PCR y el PC se ocuparon durante días de aconsejar, y en algunos casos hasta prohibir, la concurrencia de sus militantes a la contramarcha del 5 de octubre. De todas formas, pequeños grupos de jóvenes del PTS, del PO y otros grupos de izquierda se unieron a Convergencia Socialista y a muchos independientes en la protesta contra el Proceso y el Genocidio y la exigencia de la devolución con vida de Julio López. Desoyeron a sus direcciones y eso debería indicarles a estas que deben rectificar de inmediato su social democratización. 




      Es necesario acabar con la ultraderecha antes que logre consolidarse. Escracharla siempre, disolverla cuando es necesario y no dejarle un solo espacio libre para su crecimiento o desarrollo. Esperamos que se realice un intenso y fructífero debate en sus filas y en las de las organizaciones de Derechos Humanos para que se independicen del gobierno y sus planes y pasen de las simples palabras y la denuncia testimonial a la acción concreta. 








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