Autor: Profesor J Data: Dla: lista por una ronda de pensamiento autonomo entre sujetos de los movimientos argentinos CC: greis_ba, redum, colectivollenodearte, Laura Ayala, asaautonomas, ivana coronel, cecilia1182003, Dante Mereu, vicentelopez, vocesdeflorida, Lau, colectivoinsurgente, Arquimedes Piol, argentinaposible, comisiondepracticos Temat: [Pensamientoautonomo] ¿Estalla crisis continental de la vivienda?
La noticia desde Venezuela decía que el 2 de septiembre varias decenas de
familias sin techo ocuparon un galpón en el municipio Varela. Otras familias
comenzaron a llegar posteriormente a anotarse como sin techo en una acción
espontánea que al parecer luego fue "canalizada" por una ONG.
Esas familias inauguraron una especie de septiembre rojo continental, ya que
simultáneamente la agencia APG Noticias informaba desde Tarija, Bolivia, que
"A las 500 familias que ya se encuentran asentadas en el Parque Las
Barrancas, se sumaron otras 1400 familias que se inscribieron recientemente
pero ingresaron a la lista de espera".
El 6 de septiembre cientos de familias sin casa ocupan terrenos en
Peñalolén, Santiago de Chile mientras dos de ellos se quemaban a lo bonzo en
el centro de la ciudad. En Chile y otros lugares los deudores habitacionales
se han mantenido movilizados y realizando fuertes protestas.
* *
El 22 de septiembre la policía desaloja familias que ocuparon viviendas
desocupadas en el estado de Bolívar, Venezuela, mientras diversas
movilizaciones y tomas de terrenos en distintos países anunciaban, sin
llamar la atención, que algo venía, lo que se hace más perceptible en estos
últimos días:
Hace dos días atrás se realizaron fuertes movilizaciones en Chiapas por
parte de los sin techo, que ocuparon las oficinas del ministerio de la
Vivienda. Ayer 21 de septiembre la dramática noticia llegaba del Perú donde
familias desesperadas por no tener donde vivir ocuparon terrenos
contaminados por una empresa minera y los sin techo paraguayos convocaron a
movilizaciones en todo el país.
La más fuerte, sin duda, fue la ocupación ayer 21 en Lugano, Buenos Aires,
atacada violentamente por la policía, por la que se efectúan hoy día marchas
de protesta.
No parece casualidad que hoy, 22 de septiembre, se estén realizando
movilizaciones en varias regiones de España por el derecho a la vivienda,
con lo que la crisis parece adquirir dimensiones planetarias.
Sabido es que hay una fuerte migración del campo a la ciudad y de los países
más pobres hacia las metrópolis, ello acrecienta la crisis provocada por la
falta de empleos y la precarización del trabajo, además del descenso
porcentual de los presupuestos destinados a la vivienda por parte de los
gobiernos. A ello hay que sumar las miles de familias que perdieron su casa
por la erupción del Tungurahua en Ecuador, los más de dos millones de
personas que perdieron su vivienda por las recientes inundaciones en el
estado de Orissa, India, los miles de desplazados por los enfrentamientos en
Colombia y muchas otras causas naturales o sociales que agudizan la
situación. Las periferias de las ciudades aún no ocupan el lugar de
autoorganización y combatividad que manifiestan las comunidades originarias
o en defensa del medio ambiente y su vida contra la contaminación
capitalista, pero estas dinámicas pueden ser los prolegómenos de nuevas
formas de protagonismo de los de abajo.
Sin duda el problema de los sin techo está tocando techo. Por diferentes
lados se agrieta el dique de contención del sistema y los pobladores se
organizan para ocupar terrenos y reivindicar ese derecho.
Las periferias de las ciudades cambian su cara. Hasta ahora aparecían en los
noticieros con la policía persiguiendo traficantes, pero en estos días la
imagen ha cambiado considerablemente. Los movimientos de los sin techo
ocupan páginas noticiosas más que antes.
Hay tres tipos de organizaciones que caracterizan estas dinámicas. Por una
parte están los partidos, que utilizan el problema para acumular fuerzas o
lanzarse contra las autoridades por ser de otra corriente. Por otra parte
hay las formas espontáneas derivadas de la desesperación y por último
aquellas maneras de autoorganización que junto al problema de la vivienda
asumen otras orientaciones, en especial tendientes a desarrollar espacios de
vida en común, nuevas relaciones humanas y sociales. La primera –de los
partidos- es el aprovechamiento de la espontaneidad y de la necesidad,
mientras la tercera –la autoorganización- es una derivación de esa necesidad
y espontaneidad.
Las tomas de terrenos urbanos van a continuar y hay que estimularlas y
apoyarlas, no sólo para "acrecentar" la resistencia o para salir a marchar
posteriormente con las banderas de las organizaciones, sino, lo más
importante, para aproximar a las personas a construir conciencia del estar
juntos, que entre muchos pueden buscar soluciones con sus propias manos. De
ese modo el trabajo paciente entre los marginados en las periferias debería
caracterizarse por una larga preparación previa, reuniones informativas y
asamblearias, práctica de la autonomía y la democracia directa, distribución
de tareas para el compromiso y el protagonismo de todos, constitución de
comités de sin techo, sin casa o allegados, etc. por barrio. Y lo que es más
importante aún, hacer listas de los desempleados, jóvenes y mujeres de entre
ellos dispuestos a conversar también sobre formas de economía
autogestionaria basada en la cooperación y apoyo mutuo, como aprovechar los
recursos del terreno, como hacer ollas comunes y comedores populares,
destacar voluntarios para cuidar a los niños, preparación de medidas
sanitarias y de primeros auxilios, contacto con abogados para la defensa
jurídica, planificación de movilizaciones para ir a los cuarteles a
protestar por los presos.
Hay que asegurar la retaguardia de las ocupaciones, es decir, contar con
otro lugar para la retirada en caso de no poder resistir la ofensiva
estatal, o al menos poder regresar a los lugares de donde vinieron
manteniendo las comunicaciones y las reuniones periódicas para no perder lo
avanzado, para cuidar y cultivar el tejido hecho, para desarrollar los
emprendimientos productivos que generen fondos comunes. Mantener la cohesión
del grupo social es la tarea fundamental, ya que la misión del estado y sus
fuerzas represivas será evitar el reagrupamiento, mantener la dispersión,
impedir que se concentren para no dejarlos ser un sujeto social y sigan como
víctimas aisladas del mercado.
Pensamos que la hora es propicia para organizar y multiplicar más colectivos
autónomos de los sin techo y de los desempleados en los barrios periféricos
de las ciudades. Es prudente estructurar un pequeño boletín informativo
barrial que pueda informar y motivar a estas formas de autoorganización, no
nos referimos a los informativos de las organizaciones, sino a un pequeño
noticioso elaborado por los propios protagonistas locales. De la misma
manera los grupos artísticos, murales, teatrales y musicales populares
podrían concentrarse en el tema y los analistas escribir y publicar sobre
ello.