[Pensamientoautonomo] La mano del gato, las castañas y la au…

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Autor: Profesor J
Data:  
Para: lista por una ronda de pensamiento autonomo entre sujetos de los movimientos argentinos
Asunto: [Pensamientoautonomo] La mano del gato, las castañas y la autodefensa
Las propuestas y las victorias electorales progresistas latinoamericanas de
los últimos tiempos llegaron para contener las multitudinarias
movilizaciones desde abajo que se acrecentaban en las más diferentes
regiones del continente y reconducirlas hacia las instituciones del capital
para evitar que desde el protagonismo social y la autonomía comenzase a
configurarse una nueva sociedad basada en el autogobierno local, las comunas
libres, la autogestión, la economía alternativa, las redes horizontales de
economía solidaria, el deslinde del estado y del mercado, el mandar
obedeciendo, la autodefensa y el cambio social sin tomar el poder.



En Venezuela el Caracazo representaba la cresta de la ola de un movimiento
social emergente donde las multitudes se arrojaron a las calles y la
autoorganización asomaba su cabeza lentamente rompiendo el cascarón. Cuesta
imaginarse el propio cuerpo sumergiéndose en esa ola popular para desde allí
construir junto a otros los pasos y actividades de nuevas formas de vida en
la cotidianeidad del barrio, la familia, el centro de trabajo, el campo, la
localidad, la comunidad. Es más fácil detenerse mientras la multitud avanza,
aferrarse a los lazos y compromisos adquiridos con cierta posición y
estabilidad personal, reunirse con otros en una sala y comenzar a planificar
hacia donde se conduce la energía y la potencia desatada. Es más fácil
ceñirse a un proyecto que reconocer que la multitud desborda. Eso es un
conservadurismo de izquierda sumamente dañino. Una vuelta atrás.



Eso sucedió en Venezuela. Las tesis de control y administración del aparato
del estado para reconducir un proceso de acumulación de capitales con el
cual operar en beneficio de la población, se impusieron por sobre la
dinámica social que avanzaba creciendo como una bola de nieve. El problema
radicaba en que nadie sabía a donde podía llegar:



Unos pensarían "¡Lo perderemos todo!", y ya sabemos quienes son.



Otros dirían "No puede ser que no tengan destino ni meta, y como nosotros la
tenemos clara, hay que hacer todos los esfuerzos para ponerse por delante y
llevarlos, pobrecitos ellos, que están alienados, vamos a inyectarles la
verdad".



La alianza estaba hecha, caía de cajón. La nueva estrategia del capital
estaba perfilada: Sacar las castañas del fuego con la mano del gato. Usar a
la izquierda para no perderlo todo. Y como muchos izquierdistas están
loquitos por administrar el capital por medio del capitalismo de estado, que
llaman socialismo, no fue difícil. Lo complejo es ser comunista o anarquista
sinceramente y luchar en serio por la sociedad sin clases. Pero… no nos
adelantemos, veamos por donde van estas reflexiones…



El Forro de Porto Alegre es el instrumento, los enviados de la quintacolumna
del capital, Attac, recorren el mundo con Bernard Cassens a la cabeza,
mientras Ramonet mueve los hilos en su gabinete de París y la Susan George
agarra a los rebeldes a chicotazos.



El PT de Brasil y la izquierda peronista aliada a sectores reformistas
argentinos, en especial la CTA, el PL y su brazo social Barrios de Pie son
los encargados de llenar buses y más buses de disciplinados militantes que
harían la claque aplaudiendo a rabiar las declaraciones de Lula, D'Elía y
Genaro, mientras una gran cantidad de miembros honestos de grupos y
movimientos se la creen, angustiados por encontrar referentes por fuera de
sus propias manos y llenan algunos espacios desde donde lanzan ineficazmente
consignas alternativas que sólo ayudan a decorar y ambientar el Forro.



El MST venía en crecimiento y su dirección no quiso optar por sumarse a las
iniciativas desde abajo, sino que entregó su apoyo total a Lula y ahora hace
el ridículo cuestionando si hará o no hará cambios en su eventual segundo
gobierno, amenazando con movilizarse "si no lo hace", paralizando las
iniciativas de los campesinos e ilusionando aún más a los cada vez menos
simpatizantes de su causa ya evidenciada como centralizada, vertical y
estalinista.



Lula fue la gran figura de la izquierda mundial, el icono sagrado al que
nadie podía tocar, Petras se arrojó contra él con sólidos argumentos que
casi le cuestan el acceso a espacios de divulgación, pero al poco tiempo
dejó de cuestionarlo. Da Silva en el gobierno aplica el más duro programa
neoliberal en Brasil y sólo se mantiene por que sirve al capital. Y si le
sirve al capital no nos sirve a nosotros. La estrategia de la mano del gato
marcha viento en popa.



En Argentina el caso es dramático, de una enorme oleada popular de
multitudes ocupando las calles al grito "que se vayan todos", pasaron a
seguir la estrategia Kirchner aplaudida fuertemente por la izquierda
continental –recordamos a Hebe de Bonafini llamando a apoyar medidas de este
presidente burgués- mientras los destacamentos disciplinados de las
diferentes izquierdas penetraban las asambleas vecinales y otras instancias
sociales para disputar su conducción aniquilando la autonomía que venía
desde todas partes envolviendo a sectores que no llegaban por un proyecto,
sino a cambiar su vida cotidiana. Una por una se fueron vaciando las
asambleas, esa izquierda asesinaba las expectativas que allí se generaban,
disgregando los pequeños y múltiples procesos que nacían con importantes
iniciativas. Y así a la gente no le quedó nada, las manos vacías. Hasta el
gato sonreía, como el gato de Alicia. Buen trabajo destructivo. Mejor no lo
podían haber hecho para la cohesión social que el capital necesitaba detrás
de Kirchner para recomponer las instituciones que habían perdido todo valor
para la sociedad. Si eso no fue un paso atrás, no sabemos como llamarlo. A
pesar de ello diversos MTDs y otras iniciativas siguen su lento paso de
gigantes consolidando espacios locales autónomos, pero otros prefieren
seguir las huellas del MST brasileño.



En Bolivia la constituyente se transformó en el espacio institucional de
disputa de proyectos. Mientras la oligarquía consolida espacios regionales
de poder con el cual ataca fieramente al gobierno de Morales y una
importante cantidad y diversidad de movimientos sociales y originarios
prefieren asegurar las capacidades y autoorganización local antes que quemar
todas las naves en las instituciones. Ese proceso indica que no ha sido tan
fácil domesticar y cohesionar a los pobres detrás del estado. Hay grandes
expectativas de que los caminos puedan seguir siendo definidos por los de
abajo en diferentes lugares que no se someten a la aplanadora del MAS ni a
la fuerza de la oligarquía. El gato teme quemarse las manos, sabe que ahí
hay fuego de verdad.



Teniendo en cuenta estos factores los diferentes actores mexicanos intentan
superarlos cada uno tras sus objetivos. Uno de los candidatos del capital,
López Obrador, nada de izquierdista, pero apoyado por sectores reformistas y
socialdemócratas, ha asumido un discurso y una práctica robada de los
movimientos sociales de abajo. Como no ha podido acceder al gobierno ha
lanzado otro, un gobierno paralelo, con el cual aspira a obtener los mismos
resultados, es decir, evitar la autoorganización social, la autonomía y la
construcción de alternativas de una nueva sociedad desde las localidades,
manteniendo gente aferrada detrás de él, como en el juego de seguir al
líder.



Los zapatistas y una gran diversidad de colectivos rebeldes, autónomos y
movimientos locales están desarrollando la Otra Campaña, diferente de la
campaña electoral e institucional, donde se están efectuando reuniones y
discusiones en diferentes localidades por donde circula la caravana
zapatista participando en los encuentros y en las discusiones de redes y
programas locales de autoorganización y lucha social. Esta iniciativa,
nacida del EZLN, resultó una interesante alternativa para evitar la acción
envolvente y mediática del juego electoral del sistema, es decir, no sólo
criticar lo que se hace por arriba, sino desarrollar pasos concretos de
avance de la organización y movilización social en torno a realidades y
necesidades locales, como en Chiapas, Atenco, Oaxaca, Parota, Michoacán y
otros más.



Si en Brasil, Argentina y otros lugares se hubiese hecho algo parecido, otro
gallo cantaría, pero los sectores que aparecían como más avanzados
prefirieron sumarse a los cantos de sirena de administrar las instituciones
del poder. Y fueron avasallados. Habrá que extraer lecciones para los
futuros pasos. Ya no es más posible asistir a las elecciones solamente
proclamando la abstención o el voto nulo. Será necesario para cada proceso
electoral unir y articular a los de abajo, las autonomías y experiencias
comunitarias y autogestionarias, para practicar formas alternativas de
entender la dinámica social, pero, más aún, no hace falta esperar los
procesos electorales para lanzarse a ello. Tal vez deberíamos iniciar en
todos los países del continente nuestras propias Otras Campañas de
articulaciones y movilizaciones locales y regionales. El encuentro de
Chanavayita apunta en esa dirección, es bueno leer y discutir la declaración
que de allí salió para el debate y que puede verse en la página
http://clajadep.lahaine.org



López Obrador lanzó la estrategia de orientarse hacia un plebiscito y una
asamblea constituyente, que resulta más importante que su condición de
presidente paralelo, aunque ambas se imbrican muy bien para los objetivos
propuestos, ya que la idea es mantener movilizados, bajo control y en
permanente vigilia a sus seguidores, que no bajen la guardia. Y eso es muy
bueno para el sistema, pues Calderón, el presidente electo, difícilmente
habría podido manejar una fuerte oposición que ante la derrota electoral se
sentiría atraída por la Otra Campaña.



De esa manera López Obrador se transforma en la carta sistémica de control
de población y cohesión institucional, esto es, la mano del gato con la que
el capital saca las castañas del fuego.



Aún así, el sujeto no las tiene todas consigo, pues algunas votaciones se le
escaparon, por ejemplo, cuando propusieron en la convención del 16 de
septiembre a Carlos Imaz (involucrado en los *videoescándalos*) como miembro
de la comisión de resistencia civil, desde el público la gran mayoría se
opuso, pero … igual se les impuso, o sea, la convención fue una farsa,
puesto que las cartas estaban marcadas. Lo mismo sucedió con varias otras
mociones, pero el griterío de los comparsas y matones apagó las voces
disidentes. Lo mismo había sucedido en el Forro de Porto Alegre, donde las
disciplinadas huestes del PT, del MST, de la CTA y del PL impidieron
cualquier asomo de definiciones contrarias a las que habían sido elaboradas
por el comité central, digo, por la comisión organizadora.



No es casual que en el caso chileno las juventudes comunistas hayan decidido
organizar la "autodefensa" contra los grupos rebeldes y autónomos que no se
suman a la marcha del ganado domesticado y que, por el contrario, levantan
las banderas de la lucha frontal contra el sistema. Ya habíamos visto a la
Susan George estimulando el uso de las camisas blancas para rodear las
manifestaciones en Barcelona e impedir el contacto de las mansas
muchedumbres, que desfilaban como corderos al matadero, con la combatividad
de los jóvenes rebeldes y grupos libertarios. En Génova, esa política de
aislamiento de los que luchan costó la vida de Carlos. En otros lugares ha
costado muchas vidas. El genocidio de la dictadura militar chilena se debió
a eso: las burocracias reformistas en el gobierno optaron por la alianza con
los militares y el empresariado en vez de sumarse al creciente poder popular
autónomo.



La molotov en la ventana del palacio de La Moneda resultó todo un símbolo.
Las llamas que de ahí surgían fueron lo contrario de las llamas producidas
por los bombarderos, una era la expresión del golpismo y el genocidio, la
otra, pequeña, ínfima, minúscula, casi imperceptible en comparación con las
grandes llamaradas que mataron a Allende, representa la ira popular contra
la impunidad de los criminales, la rabia contra los gobiernos de la farsa
democrática, la voluntad de seguir combatiendo con todas las formas de
lucha. Vaya mi aplauso para los jóvenes que arriesgando su vida y su
libertad fueron capaces de traernos esa llama de esperanza, que sin duda se
extenderá como fuego en la pradera alimentando la decisión y combatividad de
los estudiantes, pescadores artesanales, mapuche, aymaras, trabajadores
autónomos, colectivos barriales, deudores habitacionales, mineros, cesantes,
mujeres y muchos otros.



Cuando esos jóvenes combativos, en todo el continente y en otros lados, se
vuelquen a los barrios y campos poniéndose a la disposición de fortalecer la
autoorganización y la autodefensa social –sin abandonar la lucha callejera,
eso es claro- y las experiencias comunitarias y autogestionarias se vuelquen
a un trabajo de elaboración de redes horizontales, economía alternativa y
programas locales de lucha, estaremos poniendo en práctica los primeros
pasos del socialismo cotidiano del Che, del comunismo, o de la anarquía, que
son sinónimos.



Así, los que usan las manos del gato para sacar las castañas del fuego se
quemarán juntos: los capitalistas y los gatos izquierdistas que vienen por
lana saldrán trasquilados.



La alianza por abajo entre los grupos rebeldes, anarquistas y los colectivos
autónomos y autogestionarios en los barrios y localidades sería una atinada
respuesta a los soterrados y agazapados estrategas felinos de la castaña de
la alianza espuria de capitalistas e izquierdistas de pacotilla.



Abrazos

Profesor J