Uno de los problemas del puro pensar es terminar construyendo objetos
ideales, ideales por perder su contacto con el verdadero acontecer.
Con el acontecer a secas.
Algo que podríamos llamar la realidad, sólo que la tal realidad, la
representación que nos hagamos de ella, el conjunto de
representaciones que nos hablará de ella, habrá de diferir kilómetros
la de unos de la de los otros. Signo de los tiempos. Señal de la
fragmentación en que naufragamos.
Por supuesto, no es necesario ser parte de cada realidad para poder
hablar de ella. En el caso la realidad palestina y la realidad israelí.
Entoces, de qué se trataría. Pienso, es mi ocurrencia, de las
resonancias que mi puro pensar, mi pensar, tendría, supongo que
tendría, la comunicación que intento, el intercambio que intento, con
mi propia comunidad, con lo más cercano. Con mis amigos. Con mis
pares. Con quienes comparto experiencias cotidianas.
Entonces, la expresión de Alberto Asambleas, toma sentido. Tomar
partido. Decir a los vientos qué tiene sentido para un nosotros y qué
no tiene sentido. Armar un sentido, si se quiere autocrático, una
resolución que se pide sea recibida acríticamente y que ordene los
actos del conjunto.
Sin embargo, acota Profesor J, si no tenemos en cuenta la formación de
representaciones simbólicas perdemos la oportunidad de remover las
bases de los pensamientos que animan al conjunto.
Quiero hacer una síntesis, quisiera poder hacerla. Un dibujo, creo que
en los mejores tiempos de Humor, que representaba una entrada en una
facultad en los 70, cartelones, pasacalles, apelaciones a los derechos
en Asia, en Africa, a las alteraciones de los derechos humanos en la
época y un pibe de la calle tirado sobre la vereda delante de las
pintadas.
Si perdemos el contacto con el inmediato todo pierde sentido. Esta es
mi resolución singular. Cualquier experiencia global debe, debería,
referirse a mi acontecer personal. Debería pedir a mis congéneres, mis
congéneres son aquellos quienes con que comparto el género, la tela de
la cosa diaria, redistribuir lo que puedo advertir de los sucesos
lejanos en nuestros propias sucesos.
No se trata de insistir en la lógica del sujeto y del objeto. De
ninguna manera. Se trata de generar una lógica de lo próximo, de lo
inmediato, de lo que puedo hablar, de lo que puedo interpretar que
sucede lejano y acerca de la manera cómo me incluye.
Julio