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Autor: jchueco
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Betreff: [Pensamientoautonomo] Enfrentarse al imperio no necesita gente extraordinaria

La Perla de Henoko, Okinawa
Por julian aguon
Este artículo se publicó en el Marianas Variety, Guam, el 3 de julio de 2006
Hace dos años este noviembre, el poder del pueblo se enfrentó directamente
con los gobiernos de los dos paies más ricos del mundo. En la tarde del 16 de
noviembre del 2004, activistas de Okinawa en pequeños botes y canoas salieron
a parar una grúa de 500 toneladas comisionada por el gobierno central para
empezar a taladrar el fondo marino en aguas costaneras de la aldea de Henoko
para construir otra base militar estadounidense. Arriesgaron sus vidas en lo
que se ha convertido en una escena repetida. El pequeño Okinawa reta la
tierra grande de Japón y a los amos ? EU.

Aquí la historia: los gobiernos socios de Japón y EU planifican rellenar el
mar cercano a Henoko, en la parte este de Okinawa, para construir una base
aérea con una pista completa estimada en 2500 metros de largo y 730 de ancho.
Según el escritor okinawense, Yui Akiko, el taladrazo preliminar demarcó
unos 63 puntos en el fondo marino al interior y al exterior de los
arrecifes de
coral. Dos años y muchos sacrificios más tarde, el pueblo mantiene
paralizado el Buró de Facilidades de Defensa de Naha (NDFAB), el
brazo local encargado con el barrenazo del fondo oceánico.

En todo esto, los ancianos están al centro de la lucha. Abuelas y abuelos
bucean frente a los barcos gubernamentales, paralizando su trabajo. Personas
de setenta, ochenta y noventa años de edad averguenzan al estado con un poder
más allá del poder y dirigen las protestas, huelgas de hambre y bloqueos
dentro y fuera del agua. Su coraje ha movido la zona costanera. En
el muelle,
los pescadores del norte y sur de Henoko se han unido a su lucha. Su
determinación paralizó al NDFAB treinta y dos veces en un periodo de
cinco meses.

Un aliado extraño apareció en estos tiempos. El dugong de Okinawa, un tipo
de manatee de agua salada geneticamente aislado que se alimenta con el
sargazo en aguas de Heoko, ha permitido a los manifestantes llevar el
caso ante los tribunales. Utilizando la Ley de Especies en Peligro
de Extinción y la Ley
Nacional de Preservación Histórica, grupos civiles para la protección del
dugong sometieron un pleito contra Donald Rumsfeld, Secretario de la
Defensa y
el Departamento de la Defensa de los EEUU, por poner en peligro un mamífero
raro. Todavía no se ha decidido este pleito.

En una visita reciente a Henoko, pude apreciar este mar que mueve a estas
personas ancianas. Su majestuosidad, escondido y profundo, ha sostenido al
pueblo de esa aldea y las cercanas durante generaciones.
Especialmente después
de la toma de las tierras para crear el Campamento Schwab, zona para
entrenamientos militares. Por eso están dispuestos a proteger el mar
no importa las consecuencias. Su edad les permite recordar como,
después de la Segunda Guerra Mundial, los militares estadounidenses
se apoderaron de enormes predios de terrenos agricultores quitándoles
así su sociedad agrícola e
imposibilitandoles encontrar trabajo fuera de las bases.

La más reciente propaganda estatal es que la base de Henoko cumple un deseo
del pueblo que durante años han reclamado el cierre de otra base en el centro
de Okinawa ? Futenma. Pero la maniobra, a fin de cuenta, fue muy barata.
Estos abuelos saben mejor que permitir que su ira sobre una base nuble su
juicio sobre otra.

A final de todo, hay una gran lección en esto de Henoko. Una perla en la
ostra de su experiencia: Enfrentarse al Imperio no necesita gente
extraordinaria. Solamente necesita firmeza.