Autor: Nestor Data: A: Lista Por Una Ronda De Pensamiento Autonomo Entre Sujetos De Losmovimientos Argentinos Assumpte: [Pensamientoautonomo] ¿Otra teoría? Subcomandante Marcos
Subcomandante Marcos
¿Otra teoría?
Hace ya tiempo, la madrugada tapatía encontró a Elías Contreras, comisión de
investigación del EZLN, sentado en una de las bancas del parque que está
frente a la catedral que impone su doble poder, el simbólico y el real, a la
ciudad de Guadalajara. Elías Contreras había llegado a esta ciudad para
encontrarse con el Ruso en su puesto de tortas salvadas y, después, con el
chino Feng Chu en los baños públicos de la Mutualista, cuando estaba metido
en lo de resolver aquel desconocido caso del Mal y el Malo.
Para quien no lo sepa, Elías Contreras era un compañero base de apoyo del
EZLN, veterano de guerra, que apoyaba a la Comandancia General del EZLN en
labores de lo que ustedes llaman "de detective" y nosotros llamamos "de
comisión de investigación".
Pero antes de las desconcertantes tortas del Ruso y de la parquedad del
Chino, Elías Contreras había estado sentado en uno de los parques del centro
de esta ciudad de Guadalajara, garabateando en su libreta dibujos, frases
sueltas, párrafos completos y líneas imprecisas, mientras esperaba que el
sol manchara la pared oriente de la catedral.
Yo no sabía de la existencia de esa especie de bitácora de vuelo o diario de
campaña en el que, paradójicamente, Elías Contreras no escribió nada que se
refiriera directamente al caso aquel en el que el amor, ese otro amor, le
llegó como llega de por sí el amor, es decir, por donde menos lo espera uno;
en su caso, acompañado del desconcierto y el miedo que suelen acompañar el
encuentro con lo otro. El amor que se le fue por donde uno teme siempre que
se vaya: por la irremediable ruta de la muerte. Porque, tal vez alguien lo
recuerde, La Magdalena cayó peleando de nuestro lado, el zapatista, contra
el Mal y el Malo. Y era nuestra compañera por partida doble: porque eligió
ser mujer y porque escogió serlo con nosotros. Pero es otra historia que tal
vez encontremos en otra parte.
Elías Contreras nunca dijo que se hubiera enamorado de La Magdalena, el o la
travesti que le salvó la vida en las calles de la ciudad de México y que lo
acompañó en la persecución del tal Morales. Nunca lo expresó abiertamente,
es cierto, pero uno que aprende a escuchar palabras, silencios, gestos y
maneras, sabe también encontrar secretos de los que ni siquiera se sospecha
su existencia. Y Elías Contreras, comisión de investigación del EZLN,
hablaba de La Magdalena callándola, como si las palabras fueran a
lastimarla. Creo, es algo que se me ocurre ahora, que Elías Contreras no era
correspondido en los mismos sentimientos que abrigaba por La Magdalena y que
eso, de alguna forma, le alivió del desbarajuste que esa emoción le
provocaba.
Pero del oculto amor del ahora finado Elías Contreras por La Magdalena y de
lo que en él había en su libreta de apuntes tal vez les cuente en otra
ocasión. O tal vez no les cuente nunca, porque hay personas que no sólo
dejan, como peso, el manifiesto de su muerte; también nos dejan los secretos
de su vida.
Ahora quiero contarles de algunas partes del cuaderno que cargaba Elías
Contreras. No pocas veces la madrugada nos encontró parados frente al fogón
de su cocina y, cuando los silencios de uno y otro se alargaban lo
suficiente, Elías sacaba de su morraleta la ajada libreta y me la pasaba sin
mirarme o decirme algo siquiera.
Yo me asomaba a ella como un intruso torpe. Bastaba darle una mirada rápida
para darse cuenta de que sólo el autor podría descifrar lo que ahí estaba
escrito o dibujado. Como si se tratara de un rompecabezas cuya figura total
ignoran todos, menos quien diseñó las piezas.
A veces leía yo en voz alta alguna frase y él, Elías Contreras, empezaba a
armar las piezas. Como hablando para sí mismo, rehacía una anécdota o un
argumento.
Estaba, por ejemplo, esa sencilla y concisa ética del guerrero que, en
trazos casi ilegibles, debe haber copiado Elías Contreras de algún lado:
1. El guerrero debe ponerse siempre al servicio de una causa noble.
2. El guerrero debe estar siempre dispuesto a aprender y hacerlo.
3. El guerrero debe respetar a sus ancestros y cuidar su memoria.
4. El guerrero debe existir para el bien de la humanidad, para eso vive,
para eso muere.
5. El guerrero debe cultivar las ciencias y las artes, y con ellas ser
también el guardián de su pueblo.
6. El guerrero debe dedicarse por igual a las cosas grandes y pequeñas.
7. El guerrero debe ver hacia delante, imaginar el todo ya completo y
terminado.
No una madrugada, sino una tarde, viendo cómo el sol saltaba de una nube a
otra hasta esconderse tras la montaña, con su cuaderno en mis manos, le leí
a Elías Contreras las siguientes frases, escritas por él mismo:
"La resistencia es detener el destino que impone el de arriba, justo el
tiempo preciso para hacer la fuerza necesaria y destruir entonces esa
desgracia y a quien nos la procura."
Al escucharla, Elías Contreras dijo "Guadalajara, cuando el Ruso y el
Chino". Y acto seguido me contó que escribió ese su pensamiento en la
madrugada de espera en el centro de la llamada Perla de Occidente.
Después seguía otra frase. La leí en voz alta:
"A los cabezas grandes que se venden al dinero les falta la inteligencia,
como les falta coraje, vergüenza y buen modo. Como dicen los ciudadanos, son
mediocres, cobardes, imbéciles y maleducados."
Allá arriba, me dijo Elías Contreras mirando hacia abajo con rencor, no sólo
se inventa una religión donde vale el que tiene y no el que es. También
hacen unos como sus sacerdotes, que escriben y predican la doctrina del
poderoso entre los de arriba y entre los de abajo. Pero son como sacerdotes,
pero también como policías y vigiladores de que nos portemos bien, que sea
que nos aceptemos la explotación y estemos como mansitos, con la cabeza
diciendo "sí" o "no" según la orden. Que sea que el poderoso te chinga
también con el pensamiento. Y esos sacerdotes del pensamiento de los de
arriba son los cabezas grandes que se venden al dinero.
-¿Los intelectuales de arriba? -pregunté.
-Esos -dijo Elías Contreras, comisión de investigación del EZLN, y, sentado
en un tronco, viendo hacia occidente, repitió para mí el argumento que
construyó aquí en Guadalajara, cuando le seguía la pista al Mal y al Malo,
en esa todavía inconclusa tarea de nosotros, los llamados neozapatistas.
De ese argumento, que Elías Contreras me expuso en tzeltal y que, por tanto,
tiene palabras para las que no hay equivalentes en los diccionarios de los
idiomas dominantes y dominadores, saqué los siguientes apuntes:
Los intelectuales de arriba
Si las policías y los ejércitos son los comisarios del buen comportamiento
del ciudadano frente al despojo, la explotación y el racismo, ¿quién cuida
del buen comportamiento en la reflexión intelectual en el análisis teórico?
Si el sistema jurídico que viste de "racional y humana" la violenta
imposición del capital tiene jueces, vigilantes, policías y cárceles,
¿cuáles son sus equivalentes en la cultura en México, en la investigación y
la academia, en la producción teórica, el análisis y el debate de ideas?
Respuesta: los intelectuales que arriba dicen qué es ciencia y qué no, qué
es serio y qué no, qué es debate y qué no, qué es verdadero y qué es falso;
en suma, qué es inteligente y qué no.
El capitalismo no sólo recluta a sus intelectuales en la academia y en la
cultura, también "fabrica" sus cajas de resonancia y les asigna sus
territorios. Pero lo común a ellos y ellas está en su fundamento: simular
humanismo donde sólo hay sed de ganancias, presentar al capital como
síntesis del devenir histórico y ofrecer la comodidad de la complicidad por
la vía de las becas, el pago de publicidad y la interlocución privilegiada.
No hay una diferencia apreciable entre un libro de superación personal y las
revistas Letras Libres, Nexos, ¿Quién? y TV y Novelas. Ni en la redacción,
ni en el precio, ni en el lugar que ocupan en los Sanborns de Carlos Slim
Helú. Si acaso, en que se venden y leen más las dos últimas. ¿En el
contenido? Todas ofrecen el espejo imposible a los que arriba son los que
son.
Los intelectuales de en medio
Igual que en el imposible centro de la imposible geometría del poder, en las
frágiles torres de cristal de la "neutralidad" y la "objetividad" están los
intelectuales que navegan dirigiendo discretas o descaradas coqueterías al
sistema, sin importar el color de quien detente el poder político.
Mirando hacia arriba, estos intelectuales responden a la pregunta explícita
o implícita con la que arranca su quehacer: "¿Desde dónde?" Y en esta
pregunta se anudan las otras preguntas: "¿Por qué?", "¿Con quién?", "¿Contra
quién?"
Desde la antesala del poder, haciendo méritos en la corte del mandarín de
moda sexenal, estos intelectuales no están en medio, sino en tránsito hacia
arriba. Se ponen a disposición, con la herramienta del análisis y el debate
teóricos, en las banquetas del poder político y económico de México, con un
letrero que reza: "Se hacen discursos. Se justifican programas
gubernamentales. Se asesoran empresarios. Se hacen publicaciones al gusto.
Se amenizan fiestas, reuniones de accionistas y gabinetes".
Junto a estos intelectuales están los que, lenta o rápidamente, declinaron
sus principios, claudicaron y buscan desesperadamente una coartada que los
salve frente al espejo. Son los intelectuales prudentes, maduros y sensatos
que han depuesto las armas de la crítica con las caricias de quienes visten
de izquierda su quehacer de derecha.
Pero no deja de ser desconcertante la posición deshonesta de estos
intelectuales afectos al sistema. La pobre coartada del cambio pausado,
racional y responsable no alcanza a santificar la cueva de ladrones que es
la autodenominada izquierda electoral. Se visten con la frágil fugacidad de
los medios de comunicación y con ella disfrazan no sólo sus inconsecuencias,
también su renuncia a todo ejercicio de análisis crítico de la clase
política. Acosados por los fantasmas que sus prudencias crearon, ratifican
un profundo desprecio por la inteligencia.
Y hay quienes se dicen de izquierda radical y hasta zapatistas (seguramente
del mismo modo en que Guajardo se dijo zapatista). Desde la comodidad de la
academia se erigen en los nuevos jueces, los neocomisarios de las buenas
maneras en el debate sobre lo que realmente significa el irresistible
ascenso de AMLO en la modernidad democrática, es decir, en las encuestas.
Son quienes dicen que toda crítica a la clase política es promover el
abstencionismo y, con una lógica tomista, que con eso se favorece a la
derecha. Los que seleccionan y editan la realidad nacional para presentar lo
impresentable. Los que guardan silencio ante el trato que el presidente
municipal de Tulancingo, Hidalgo, de filiación perredista, otorga a
indígenas y personas de la tercera edad; ante el brinco frenético del PAN y
del PRI a los brazos abiertos del PRD en cualquier punto de la geografía
nacional; ante el nepotismo de los cabildos perredistas en Tabasco; ante la
venta de su franquicia al cacique en turno de cualquier estado; ante la
aprobación de leyes de destrucción neoliberal por las bancadas del sol
azteca; ante la sospechosa similitud de nombres y apellidos de las listas de
candidaturas perredistas con las de antaño del PRI y del PAN.
Son los mismos que quieren que nos traguemos la piedra de molino de que hay
que sostener el proyecto macroeconómico, al mismo tiempo que se cambia la
macropolítica.
Son los mismos que venden la ilustrada resignación a domicilio: el cada vez
menos malo es la única opción... cómoda.
Son los mismos que dicen sin empacho que el gobierno protege la otra campaña
para que ataque a López Obrador, mientras las diversas policías fotografían,
vigilan y hostigan a l@s integrantes de la Karavana, a las coordinadoras
estatales, regionales y locales. Los mismos que sienten un profundo
desprecio por sus lectores y que, sin vergüenza alguna, un día dicen que
Rosario Robles es una heroína y al otro si te vi ni me acuerdo.
Son los mismos que descalificaron a los jóvenes estudiantes del CGH que en
1999-2000 lograron con su movimiento, contra todo, mantener a la UNAM como
universidad pública y gratuita; los mismos que aplaudieron en silencio la
represión a los jóvenes altermundistas en esa vergüenza del calendario de
Jalisco que es el 28 de de mayo de 2004.
Son los mismos que suspiran con deleite por los segundos pisos, el tren
bala, el proyecto transístmico, las co-inversiones en Pemex y la industria
eléctrica, la entrada de México al circuito de beisbol de ligas mayores, los
conciertos en el Zócalo de la ciudad de México, el privilegio de la
interlocución con las autoridades.
¡Ah! ¡Por fin una escenografía de nivel, o sea de segundo piso, para no ver
o fingir no ver a l@s de abajo, l@s provocador@s, l@s acelerad@s, l@s
aretud@s, l@s pelos parados, l@s revoltos@s, l@s nac@s, l@s maldit@s, l@s de
abajo.
¿A quién importa que sean los mismos en la política de arriba y que sea el
mismo programa "macroeconómico" de antes? ¿Quién se fija en esas minucias?
¿Quién se preocupa porque ese programa represente la continuación y
profundización de la destrucción de la nación mexicana?
Son los mismos que ofertan la calamidad de no conformarse con lo que hay,
mano, tampoco hay que ponerse muy exigentes, mano, porque si Madrazo o si
Calderón, si el PRI o el PAN, a ver, ¿qué dirán las naciones extranjeras? Lo
de los grandes inversionistas, mano, bueno pues ésos ya entendieron, ahora
falta que entiendan, o sea que obedezcan, los de abajo. Pero ya está
amarrado todo, mano, es la nuestra, mano. Ahora sí se nos hizo. Una
asesoría, viajes, comidas, codearse con los meros meros.
Son lo que cargan sus agujereadas cubetas de agua para enfrentar la promesa
escrita en Guanajuato: "aún hay muchas alhóndigas por incendiar". Son los de
la piel frágil que se resquebraja ante el primer señalamiento crítico y se
desgañitan repartiendo etiquetas de "intolerantes", "estalinistas",
"ultras", "trasnochados", "inmaduros".
Los intelectuales de en medio... Donde la otra dice "despierten", esos
intelectuales dicen, suplican, ruegan, imploran: "sigan dormidos".
L@s otr@s intelectuales
Desde abajo y desde la izquierda, un movimiento que se construye a sí mismo,
la otra, construye también nuevas realidades. Los neozapatistas pensamos que
estas nuevas realidades que ya surgen, y que irán apareciendo más adelante,
necesitan otra reflexión teórica, otro debate de ideas.
Esto requiere de l@s otr@s intelectuales, primero, la humildad de reconocer
que se está frente a algo nuevo; y, segundo, integrarse, hacer suya la otra,
en ella conocerse y conocer al indígena, al obrero, al campesino, al joven,
a la mujer, al niño, al anciano, al maestro, al estudiante, al empleado, al
homosexual, lesbiana y transgénero, a la trabajadora y trabajador sexual, al
ambulante, al pequeño comerciante, al cristiano de base, al trabajador de la
calle, al otro, a la otra.
Nosotros pensamos que deberían participar directamente en las reuniones de
adherentes en sus estados y, además, escuchar todo lo que dicen tod@s l@s
adherentes en todo el país. Gracias a los medios alternativos, los otros
medios, es posible seguir de cerca esta hermosa lección de historia nacional
contemporánea. En su medio y con su modo, l@s otr@s intelectuales
seguramente producirán análisis y debates teóricos que asombrarán al mundo.
Como zapatistas pensamos que la otra campaña puede decir con orgullo que se
merece a l@s mejores intelectuales de este país que forman parte de ella;
ahora que ellas y ellos, con su quehacer propio, digan si se merecen a la
otra campaña.
La palabra que falta
En el viejo y ajado cuaderno de apuntes de Elías Contreras, comisión de
investigación del EZLN, hay una hoja suelta, cuidadosamente doblada, donde
se lee:
Hay piedras que aún callan. Cuando hablen los secretos que guardan, ya nada
será igual, pero, es seguro, será mejor para todos. Valdrá el ser y no el
tener. Otra mano levantará la bandera y el mundo olerá, se oirá, sabrá y se
sentirá como lo que debe ser: la digna casa de quienes lo trabajan.
Otra vela para sombra
Madrugada. Arriba, la luna sigue en su deslavado desnudarse de la luz azul
que la viste. La oscuridad le perdona las cicatrices y le ofrece, generosa,
otro velo para su impudicia. Abajo, la sombra se acurruca en el último
rincón de su desvelo.
¿Eso que se levanta es un viento o un puente buscando lejos la otra orilla
para acabar de tenderse?
Un suspiro, tal vez.
Y otra vez la duermevela y sus ilusiones: una serpentina suspirada y liada
en un cuello ausente, el ansia levantándose y hundiéndose en el bajo
vientre, el leve respirar de la sombra en el oído de la noche, el deseo
vistiendo la morena luz de la penumbra, un beso largo y húmedo en los otros
labios, la mano escribiendo una carta que nunca llegará a su destino:
Daría lo que fuera por enredarme entre sus piernas, por confundir nuestras
humedades, por desgastarme en la luna hendida de sus caderas. Daría lo que
fuera, menos dejar de hacer lo que es mi deber hacer.
Amanece.
El sol empieza a ayudar a las casas y edificios en su lánguido inclinarse a
occidente.
El otro Jalisco afila la palabra y afina el oído.
Afuera preguntan:
"¿Listo?"
Adentro la sombra dobla con cuidado el ansia, la pone en el bolsillo
izquierdo de la camisa, cerca del corazón, y responde: