[Pensamientoautonomo] Rv: [colectivoinsurgente] La Sexta: "L…

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Autor: juan Carlos Etchegaray
Datum:  
Betreff: [Pensamientoautonomo] Rv: [colectivoinsurgente] La Sexta: "La Razón y la ira"


EDUARDO <microfono2004@???> escribi?:A: Colectivo insurgente <colectivoinsurgente@???>
De: EDUARDO <microfono2004@???>
Fecha: Sat, 3 Sep 2005 13:16:25 -0300 (ART)
Asunto: [colectivoinsurgente] La Sexta: "La Raz?n y la ira"






La Sexta: "la raz?n y la ira"

Sergio Rodr?guez Lascano


La Sexta Declaraci?n de la Selva Lacandona representa una nueva
fase en la pr?ctica y el pensamiento del Ej?rcito Zapatista de
Liberaci?n Nacional (EZLN). Seg?n ellos mismos lo han planteado,
el proceso que permiti? llegar a ese objetivo dur? tres a?os.
Tres a?os de di?logos, intercambios, acercamientos, asedios. Tres
a?os para madurar un diagn?stico, una concepci?n y una
propuesta. A diferencia de otros que pretenden tener una respuesta para
todo y act?an con una profunda irresponsabilidad ?en tanto nunca
hacen un balance de lo que dicen, m?s a?n ni siquiera les
interesa saber si alguien los escucha?, el Comit? Clandestino
Revolucionario Ind?gena-Comandancia General del EZLN asume con
responsabilidad lo que propone y lo que hace, en tanto no son
comentaristas de lo que pasa sino actores comprometidos que luchan por
cambiar al mundo y al pa?s.

Tres a?os nos pueden parecer mucho para llegar a una propuesta,
acostumbrados a regirnos por los tiempos del poder, pensamos que
el tiempo no nos pertenece, que est? sobredeterminado por los
conflictos, la agenda y la geograf?a de los se?ores del dinero y
sus palafreneros (por lo menos as? se ven ellos): la clase
pol?tica.

La Sexta es una propuesta pol?tico-organizativa. Y, como tal,
representa una apuesta pol?tica que en su dise?o, elaboraci?n y
ejecuci?n requiere de una visi?n m?s o menos precisa de qu? se
pone en riesgo, qui?nes son los interpelados, cu?l es el marco
general de referencia, con qu? tiempos y en qu? espacios.
Desgraciadamente la impaciencia por el ?xito y la eficacia no tan s?lo
buscan determinar las relaciones sociales de dominio sino que
tambi?n influyen, muchas veces, en la visi?n de los que luchan en
contra de ese dominio. La pol?tica de los de abajo necesita romper
con esa impaciencia y con esas cargas ideol?gicas. La pol?tica
de los de abajo requiere de su tiempo y su espacio. La Sexta
refleja la maestr?a que significa poner el tiempo del lado de los
trabajadores del campo y la ciudad. ?Por qu? no antes? Porque no
se pod?a. ?Por qu? no despu?s? Porque no se deb?a.

Una cuesti?n similar acontece con el problema del espacio. El
EZLN siempre se ha movido en los tres planos del espacio de la
pol?tica: lo local, lo nacional y lo internacional. Algunas veces
como planos diferenciados, otras como la combinaci?n de dos de
ellos y otras combinando todos los planos. Y siendo indudable,
como ellos mismos lo se?alan en la Sexta, que la cuesti?n ind?gena
(la lucha por los derechos de los pueblos indios) fue el hilo
conductor de lo fundamental de su pol?tica, ellos nunca
renunciaron a contar con una propuesta nacional m?s all? de los pueblos
indios. En la sexta, los tres planos del espacio de la
confrontaci?n con el poder del dinero se ubican como los lugares de
actuaci?n.

El arte de la pol?tica es dominar el tiempo y el espacio. Y
lograr esto muchas veces significa ceder espacio para ganar tiempo,
o ceder tiempo para ganar espacio, o ceder tiempo y espacio para
ganar m?s tiempo y m?s espacio, o no ceder nada para ganar


El lenguaje de la Sexta

La forma de la Declaraci?n me parece inmejorable. A m? me
recuerda mucho la primera. No quiero decir con esto que las otras
Declaraciones no sean muy importantes, lo que me interesa subrayar
es que el tono me parece m?s cercano. Refleja de una manera
n?tida (me parece) la discusi?n que tuvieron las comunidades
ind?genas de Chiapas y da la impresi?n de estar escuchando las
discusiones que tuvieron y las conclusiones a las que llegaron. Eso dicho
de otra manera hubiera sido mucho menos impactante y mucho menos
profundo. Entonces, aunque en la Declaraci?n se se?ala el salto
hacia adelante que propone dar el EZLN al dirigirse ahora a los
trabajadores del campo y la ciudad en su conjunto y trabajar
para su organizaci?n, lo hace desde los modos y el lenguaje de las
comunidades ind?genas zapatistas. De esta manera la visi?n del
mundo, de M?xico, de lo que se proponen hacer cobra una fuerza
mucho m?s grande y significativa. Una vez m?s no se trata de una
proclama, de las t?picas en !
la historia de la izquierda mexicana, sino que lo que se nos
ofrece es una experiencia y, producto de ?sta, una propuesta donde
nos dan a conocer su visi?n de la vida y de la lucha, lo cual
permite que la riqueza del contenido sea acompa?ado de un lenguaje
fresco y vital.

Por otro lado, el tono de la Declaraci?n permite que la
comprensi?n de lo que ah? se plantea sea m?s f?cil. Atr?s de la Sexta se
encuentra lo que Adolfo Gilly ha se?alado en otras ocasiones: la
fusi?n entre la raz?n y la ira. Pero lograrlo es una verdadera
creaci?n. Cuando la raz?n no se encuentra con la ira de los
despose?dos, normalmente se vuelve fr?a e insustancial. Cuando la ira
se presenta sin la raz?n, normalmente es est?ril y vana. Raz?n e
ira son los dos elementos de la Sexta.

Efectivamente, como dijo nuestra compa?era, Eugenia Guti?rrez,
en una reuni?n de la revista Rebeld?a, se trata de un nuevo Ya
Basta. Pero al retomar las demandas originales de la Primera y al
se?alar la voluntad de construir una fuerza de la mera izquierda
basada en los trabajadores del campo y la ciudad, este Ya Basta
es m?s grande y m?s audaz y, desde luego, no exento de riesgos.

Las partes de un todo

Un texto de esta naturaleza deb?a de iniciar con dos
definiciones: ?De lo que somos?, ?De d?nde estamos ahora?. Estos dos
apartados no buscan fundamentalmente recordar diversas fases de lo que
ha sido la pol?tica del EZLN sino algo m?s profundo: la decisi?n
de lucha del zapatismo, su capacidad para saber escuchar, su
voluntad de cambiar las relaciones de dominio que oprimen a nuestro
pueblo, la b?squeda de abrir espacios para la reorganizaci?n del
antagonismo social, la vocaci?n de no rendirse frente a la
ofensiva arrasadora del capital (lo cual permiti?, para una parte de
la generaci?n del 68 ?por lo menos ese es mi caso?, contar con
una especie de pulm?n artificial cuando pens?bamos que todo
estaba perdido; y para una nueva generaci?n que, sin haber sufrido
las derrotas de la lucha socialista, en medio del mayor
escepticismo, encontrara otra forma de hacer y entender la pol?tica), la
voluntad por hacer renacer la esperanza. Ese largo camino (sin
hablar del anterior, el m?s!
duro, el que solamente les pertenece a ellos) tuvo la virtud
de convertirse en el camino para muchos otros. Eso es, creo yo,
el significado profundo de los dos primeros apartados.

Sobre la tercera parte, yo creo que representa una conclusi?n de
lo que ha sido la experiencia pr?ctica del zapatismo. La forma
de ver al mundo refleja la capacidad para entender una serie de
cambios que se han realizado en los ?ltimos 20 a?os. En un
art?culo publicado en el peri?dico La Jornada, Emmanuel Wallerstein
plantea lo siguiente: ?Desde 1994 la rebeli?n zapatista en Chiapas
ha sido el movimiento social m?s importante del mundo, el
bar?metro y el disparador de otros movimientos antisist?micos por todo
el planeta?. Para luego plantearse una pregunta: ??C?mo puede
ser que un peque?o movimiento de ind?genas mayas en una de las
regiones m?s pobres de M?xico pueda desempe?ar un papel tan
importante?? Efectivamente, responder esta pregunta es un reto.
Parad?jicamente, en los an?lisis cr?ticos y en algunas ocasiones
hostiles que se han realizado sobre la Sexta, de alguna manera, se
contesta esta pregunta sin buscar contestarla. Desde aquellos que
le reclaman al zapatismo su!
vuelta al lenguaje ?duro? de la izquierda o la vuelta a ?las
viejas teor?as de la lucha de clases? y por lo tanto el abandono
de la peque?a lucha por ?el empoderamiento local basado en la
sustentabilidad y en la agroecolog?a? hasta los que de plano dicen
que al zapatismo nunca le interes? el movimiento ind?gena o que
jam?s elabor? una teor?a sobre este movimiento.

Aqu? parece que existe un problema de los que elaboran la
interpretaci?n. ?C?mo fue posible que el EZLN lograra ganar un
consenso sobre la forma de construir una propuesta constituyente y
soberana para los pueblos indios de M?xico? ?C?mo fue posible que un
grupo de nost?lgicos de izquierda lograran un consenso entre
cientos de comunidades ind?genas para que se construyera una
autonom?a cercada por decenas de miles de soldados y combatida por
todos los medios posibles? ?C?mo fue posible que el mensaje
zapatista tuviera el eco internacional que ha conquistado? Por eso los
mismos que est?n elaborado esta cr?tica, en otros momentos ya
hab?an tratado de cuestionar el car?cter ind?gena de los
zapatistas. La raz?n es simple. Para estos compa?eros el movimiento
ind?gena es autogestionario pero siempre necesitar? a un intelectual
que lo interprete, que decida qui?n s? es verdaderamente
ind?gena y qui?n no, desde luego un intelectual que no viva con ellos,
que vaya de vez en cuando a !
la comunidad, que escriba muchos libros sobre sus pl?ticas con
los comuneros y que forme muchas o&shy;nG?s que consigan recursos
financieros para las comunidades y para sus investigaciones.

Una de las caracter?sticas que bajo esta concepci?n se le pone
al movimiento ind?gena es que no se metan en pol?tica nacional.
Para la pol?tica nacional est?n los partidos pol?ticos, que son
malos pero necesarios. Bajo esta ideolog?a de la reservaci?n, el
movimiento ind?gena debe ser local y punto.

Pero el EZLN nunca ha enga?ado a nadie. Desde el inicio ha sido
claro su planteamiento. Se trata de un movimiento
pol?tico-social que est? basado (y creo estar? basado siempre) en las
comunidades ind?genas en los altos, el norte y la selva de Chiapas; que
lucha en contra del desprecio, la discriminaci?n, la violencia,
el despojo y la explotaci?n de los pueblos indios de M?xico; que
en su apellido lleva una parte significativa de su definici?n
(de Liberaci?n Nacional); que tomaron las armas y se constituyeron
en un ej?rcito rebelde para luchar en contra del neoliberalismo,
pero tambi?n para ser escuchados por los otros sectores de la
sociedad, incluida una izquierda que hab?a sido incapaz (en
t?rminos mayoritarios) de sobrevivir a la oleada cardenista y hab?a
entregado sus banderas a cambio de un cierto estatus social, una
izquierda que segu?a esperando a una clase obrera ideal vestida
de overol, como se espera a Godot en la famosa obra de teatro de
Samuel Beckett, sin percat!
arse de que Godot hab?a llegado vestido de ind?gena maya; una
organizaci?n que no busca la toma del poder sino combatir todas
las formas de poder y en especial aquella, la m?s despreciable de
todas, la del poder del dinero. Sin duda se trata de un resumen
demasiado apretado y sin duda esquem?tico, pero nadie puede
llamarse a enga?o, el zapatismo siempre ha sido claro.

Otra de las definiciones del zapatismo ha sido el ubicarse en la
izquierda. Desde luego esa ubicaci?n ha sido conflictiva, tanto
para el zapatismo como para el resto de la izquierda. El EZLN
representa tres aspectos en lo que tiene que ver con el
pensamiento de izquierda: continuidad, negaci?n y superaci?n. Se trata de
t?rminos parad?jicos entre s? y sin embargo tienen una gran
utilidad para tratar de aproximarnos a la lucha de los pueblos de
los altos, el norte y la selva de Chiapas.

Continuidad, negaci?n y superaci?n de lo que eran las viejas
formas de entender el mundo en el pensamiento de izquierda.
Continuidad en el terreno de comprender el significado de la
explotaci?n y del capitalismo como tal. Negaci?n en tanto rompen con la
vieja visi?n de la izquierda la cual a pesar de sus declaraciones
de fe internacionalistas siempre ubic? el terreno de su an?lisis
y de su acci?n pr?ctica en el espacio del Estado-Naci?n, de la
clase obrera nacional y del partido revolucionario nacional.
Superaci?n al explicar de manera sencilla la forma que ha adquirido
la fase actual del capitalismo y la necesidad de contar con
nuevas herramientas de an?lisis para comprender las actuales
tendencias de ese sistema. De esta manera, la globalizaci?n no es la
simultaneidad de la inform?tica o de las innovaciones
tecnol?gicas, sino que tiene apellido y ese apellido es un adjetivo que
califica y determina a la globalizaci?n: el neoliberalismo. Aqu? no
se trata de buscar las cosas!
buenas del neoliberalismo (ese es el error de te?ricos
emborrachados por la modernidad como Toni Negri), sino ubicar la
esencia del mismo como un sistema de depredaci?n y muerte (lo cual
tampoco significa suspirar por un pasado lleno de horrores del
mismo capitalismo). Para volver al aspecto de la continuidad al
se?alar que paralelamente a la globalizaci?n neoliberal se ha estado
generando la otra globalizaci?n, la de la Rebeld?a. Eso tiene
que ver con un viejo principio emancipador de que, desde el inicio
de su historia, el capitalismo ha generado su antagonista. La
diferencia, y aqu? est? otro aspecto de superaci?n, es que la
Rebeld?a no es ?nicamente producto de la globalizaci?n neoliberal
sino tambi?n de la asunci?n de la ?tica como un aspecto
definitorio del quehacer pol?tico, lo cual no exist?a en otras ?pocas en
las que no se entend?a que muchas veces la gente se rebela no
?nicamente como producto de su situaci?n material de vida, sino
tambi?n por la agresi?n a la f!
orma de organizar su vida y sus relaciones, la destrucci?n de !
su econo
m?a moral donde lo que se destruye es una racionalidad
diferente, una sociedad armoniosa donde no s?lo se producen materias
primas sino, antes que nada, relaciones m?s justas y libres. Y,
desde luego, el aspecto m?s fuerte de negaci?n y superaci?n al
ponerse por fuera de la estatalidad, tanto en lo que tiene que ver
con la visi?n t?pica que espera que todo venga desde arriba y por
lo tanto, de lo ?nico que se trata es de ejercer cierta presi?n
para que eso suceda, como con los que buscan ocupar el aparato
de Estado para desde ah? realizar los cambios en la sociedad. Al
trasladar la espacialidad de la lucha de los de abajo del Estado
hacia la sociedad el resultado es, por decirlo suavemente, un
aut?ntico reto para las teor?as emancipatorias. La gram?tica de la
rebeld?a zapatista es diferente de otras gram?ticas, sin
embargo, lo novedoso es que se trata de una gram?tica que, al no tener
muchas reglas que encorseten su libertad, busca ir al encuentro
con las otras gram?ticas, e!
ntre otras las de la izquierda tradicional.

Sobre la parte cuatro. Se aplica lo que he se?alado en la parte
anterior, pero se agregan otras cosas. En el discurso zapatista
la cuesti?n de la Patria siempre ha sido muy importante, pero
ahora cobra un relieve mayor. La Patria ha sido arrasada, el
neoliberalismo no es simplemente un modelo econ?mico, sino un
mecanismo letal para destruir los lazos identitarios de una Naci?n. La
Patria, concepto que viene de las primeras revoluciones sociales
?las cuales, en un exceso, fueron caracterizadas como burguesas
por la manera en que concluyeron, pero que fueron aut?nticas
expresiones de energ?a popular acumulada en la b?squeda de poner el
devenir de una sociedad bajo control de la misma?, cobra ahora,
para pa?ses como el nuestro, una importancia vital. La
diferencia es que antes se buscaba a la burgues?a para que encabezara esa
lucha y ahora la burgues?a nacional no existe y por lo tanto la
defensa de la Patria es una tarea para los de abajo, para los
trabajadores del campo y la !
ciudad. La descripci?n que se hace en la Sexta de c?mo se ha
desarticulado a la Patria se ubica en funci?n de los sujetos
sociales de la misma: los trabajadores, los campesinos, los
ind?genas, los j?venes, los homosexuales, etc?tera. El proceso de
destrucci?n de la Patria no se ubica ?nicamente en funci?n de las
privatizaciones econ?micas, sino tambi?n en funci?n de la b?squeda
por eliminar todas las identidades sociales, colectivas,
comunitarias, entre otras, la cultura. En esa din?mica, el instrumento
para realizar ese proceso de destrucci?n ha sido la clase
pol?tica, nada m?s que, como sucede casi siempre, las mismas fuerzas que
ellos instrumentaron por una serie de actos de sumisi?n frente
al verdadero poder, ahora se vuelven contra ellos mismos.
Aprendices de brujos, hoy la patria est? en peligro, pero la clase
pol?tica en s? misma lleva en la frente el sello de la crisis, la
ilegitimidad y la muerte.

En el apartado cinco, el EZLN se dirige como nunca antes a
realizar un di?logo con los movimientos sociales que hoy resisten en
el mundo y en M?xico. Pero con una serie de planteamientos
nuevos. No dividen al mundo, como antes se hacia, entre, por un lado,
el norte explotador de los pa?ses metropolitanos, el sur
explotado que luchaba de diversas maneras contra el imperialismo, y los
pa?ses socialistas que eran los buenos. La nueva geograf?a del
mundo se ha simplificado: lo que en otro texto han bautizado como
el norte social y el sur social. Y entonces es fundamental
destacar la lucha del pueblo cubano por no dejarse avasallar por el
Imperio, pero tambi?n es indispensable se?alar que no se confunde
gobierno y sociedad en el seno del Imperio o de los imperios.
Que es necesario dirigirse al pueblo norteamericano o al europeo,
no como simples apoyadores de las causas rebeldes de los pa?ses
antes llamados subdesarrollados, sino como sujetos sociales que
luchan en contra de las r!
elaciones de explotaci?n, despojo, desprecio y represi?n que
sus gobiernos y los due?os del dinero mundial llevan a cabo en
contra del sur social, en el cual est?n incluidos. Se trata de
ubicar una relaci?n de igualdad dentro de la diferencia en los
mecanismos de lucha. Se trata de ubicar la importancia de estos
compa?eros. Y en el caso de los pa?ses como el nuestro se trata de
destacar a aquellos que est?n luchando y resistiendo y creando
nuevas formas de rebeld?a que no tienen paralelo en la historia
reciente.

Sobre la sexta parte, o sea la mera Sexta declaraci?n, al
plantearse el c?mo, el texto adquiere su mayor fuerza. Primero cuando
se ubica la lucha zapatista como la que busca llevar a cabo un
gran giro que rompa con la visi?n instrumentalista, tan cara a la
izquierda latinoamericana: no se trata de ver al resto de los
movimientos y luchas como simplemente solidarios con el zapatismo.
Ofrecer ma?z a los cubanos o a los bolivianos, o artesan?as y
pozol a los europeos implica la idea de que es posible construir
otro mundo, no que otro mundo es posible como algo que es ubicado
en un futuro incierto, sino que es posible construirlo desde ya
y que ese otro mundo se lograr? si se respetan las diferencias y
si se crea un pie de igualdad entre todos. Que no se camina para
hacer encuentros para que se luzcan los que m?s saben (?) sino
para que se encuentren los que est?n resistiendo, intercambien
experiencias, donde no haya modelos, pero al mismo tiempo se vaya
creando el sedimento que!
permita la ejecuci?n de la sinfon?a de los pueblos del mundo.
Y en el caso de M?xico, al ubicar la forma de buscar construir
una metodolog?a de trabajo de abajo, por abajo y para abajo, con
la mera izquierda. Pero ahora no se trata de abrir espacios sin
horizonte para todos, sino con la firme convicci?n de que todos
est?n incluidos no s?lo en la movilizaci?n sino en el objetivo
com?n a definir por todos.

Finalmente, pero no por poco importante, se encuentra lo
fundamental. La Sexta declaraci?n promueve un m?todo para generar un
proceso de conformaci?n de una nueva fuerza pol?tica: ?la mera
izquierda?; un programa de lucha; y la necesidad de trabajar por
una nueva Constituci?n. Una vez m?s nos encontramos con uno de los
aspectos centrales de la pr?ctica y el pensamiento zapatista. Se
pudo hacer una proclama y formular un programa terminado al que
se llamara simplemente a adherirse. Al buscar que se suscriba la
Sexta lo que se promueve es un camino para concretar un tiempo y
un espacio propios. Un camino para caminar juntos un programa de
lucha, una forma de organizaci?n y una b?squeda por cambiar el
pa?s y el mundo. No se trata de elaborar un programa que
signifique la suma de todo lo que un grupo de individuos crea que sea
mejor para las masas. De lo que se trata es de construir el
espacio para que de manera individual y colectiva se vaya construyendo
una propuesta radical p!
ara transformar las relaciones de explotaci?n y de dominio. No
ser? un programa que sirva para negociar con el poder lo que nos
pueda otorgar, sino un mecanismo de organizaci?n propio. Porque
cuando la poblaci?n decide las razones para luchar, entonces
existe la convicci?n suficiente de luchar por esas razones. Los 11
puntos originales del zapatismo no eran una serie de demandas
sumadas entre s? sino el resultado del intercambio de las
comunidades ind?genas zapatistas. La fuerza de esos 11 puntos originales
resid?a no ?nicamente en su validez como un conjunto coherente y
efectivo sino que eran el resultado de la experiencia de pueblos
enteros. Por eso, despu?s de m?s de 11 a?os de su aparici?n por
medio de la insurrecci?n, despu?s de m?s de 11 a?os de
hostigamiento militar y paramilitar, despu?s de soportar las mentiras de
la clase pol?tica, en especial de aquellos que dijeron que nunca
traicionar?an la causa ind?gena, despu?s de emboscadas y
traiciones, despu?s de que de m!
anera recurrente los medios los han dado por muertos, esas com!
unidades
zapatistas siguen manteniendo sus puntos iniciales y lo siguen
defendiendo sin importar los sacrificios que eso ha implicado.
Un programa cobra su validez cuando es la encarnaci?n de un
sujeto, de un pueblo, de una comunidad, de muchos sujetos, pueblos y
comunidades. Entonces se convierte en algo m?s que palabras
ensambladas y se transforma en su raz?n de ser, en una fuerza que
expresa energ?a humana, la m?s importante de todas las energ?as,
por lo menos en el terreno de la sociedad. El problema no es si
alg?n grupo de izquierda asume el punto de la nueva Constituci?n
como una parte esencial de la estrategia. El verdadero reto es
cuando millones de trabajadores del campo y la ciudad entienden
que es indispensable volver a organizar desde sus cimientos al
pa?s y al mundo. El camino es m?s largo y sinuoso, el otro, el de
las peque?as vanguardias, es m?s corto y aparentemente m?s
luminoso; pero despu?s de muchos a?os de lucha emancipatoria es
necesario se?alar que ni siquiera !
la felicidad se impone.

La idea es construir un gran movimiento social y pol?tico que
tenga una caracter?stica doble: que sea constituyente y soberano.
Constituyente porque implica la creaci?n de relaciones sociales
nuevas, entre otras las relaciones sociales que permitan su
construcci?n, pero tambi?n las que permitan conjuntar, que no negar,
sus diferencias y desde luego porque busca reconstruir el pa?s y
el mundo desde abajo. Soberano porque nadie decidir? por ?l.

Posdata:

El Subcomandante Insurgente Marcos ha enviado un nuevo
comunicado titulado: ?Un ping?ino en la Selva Lacandona?, que tambi?n se
hubiera podido llamar: ??A qui?n tenemos que pedir permiso??.
Parece que la Sexta Declaraci?n de la Selva Lacandona caus?
malestar entre algunos que consideran que el EZLN no debe salir de la
selva sino es de acuerdo al calendario y la agenda que el poder
ha dise?ado, es decir a apoyar al candidato del ?centro
democr?tico?.

?Qui?n est? en condiciones de otorgar los permisos? ?Los que
consideran que la explotaci?n, el despojo, el desprecio y la
represi?n no son temas adecuados para los ind?genas?

Pero resulta que la explotaci?n, el despojo, el desprecio y la
represi?n la sufren los pueblos indios de M?xico, quiz? como
nadie en este pa?s. ?Los productores de caf? no son explotados? ?Los
ind?genas que no les queda otro camino que irse a trabajar a los
Estados Unidos no son explotados, despreciados y reprimidos? ?Y
no fueron v?ctimas del despojo con las modificaciones al
art?culo 27 Constitucional?

Entonces parece lo m?s natural que esos pueblos indios (sin cuya
insurrecci?n ?por cierto? no existir?a el IFE ciudadanizado, o
las diversas reformas electorales, entre muchas otras cosas)
busquen a los trabajadores del campo y la ciudad de M?xico y el
mundo, se dirijan a ellos y les propongan caminar juntos para
construir un camino propio, aut?nomo, otro.

En 1994, los zapatistas interpelaron a la sociedad y
preguntaron: ??Qui?n tiene que pedir perd?n y qui?n puede otorgarlo?? Hoy
podr?an formular una nueva pregunta: ?Qui?n tiene que pedir
permiso y qui?n puede otorgarlo?

El CCRI-CG del EZLN le pidi? permiso a los pueblos zapatistas y
ellos respondieron positivamente. Lo que sigue es comenzar a
andar el camino y ver si los trabajadores del campo y la ciudad de
M?xico y el mundo est?n dispuestos a construir esa otra cosa.

http://www.revistarebeldia.org/html/modules.php?op=modload&name=News&file=article&sid=347



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