[Pensamientoautonomo] El retorno de la bipolaridad o la pugn…

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Autor: Profesor J
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Poder, contrapoder y no poder (7)



El retorno de la bipolaridad o la pugna de hegemon?as



Profesor J





La tradici?n de cierto marxismo norteamericano, de donde proviene Petras, de fuerte dependencia al eurocentrismo se manifiesta actualmente de dos maneras, entre otras:



La primera dice con la tendencia a esconder la globalizaci?n del capital y su actual estructura de Imperio que abarca todo el mundo, se?alando insistentemente que el peligro viene de USA, lo que deja siempre la puerta abierta a los empresarios europeos que, al no aparecer junto a los bombardeos e invasiones armadas, pueden presentarse como menos da?inos en nuestras tierras.



Entendemos que Petras tiene como deber luchar contra la burgues?a de su propio pa?s, pero de ah? a que nos quiera llevar a todos a la misma estrategia, hay alguna distancia.



La segunda dice con la metodolog?a de interpretaci?n, las utop?as y la estrategia de la toma del poder. Esta corriente norteamericana, que tuvo una de sus m?ximas expresiones en Montly Review, defiende a brazo partido la estrategia tradicional de acumular fuerzas para asumir los estados de manera centralizada, continuadoras de las maneras cr?ticas con que Trosky se lanz? contra Stalin despu?s de perder la batalla interna por el control del aparato.



La construcci?n del campo socialista, la bipolaridad y la pugna entre hegemon?as (y reparto del mundo) USA-URSS, llev? a esta ?ltima y sus vecinos a buscar alianzas e intercambios con Europa apoyando las luchas de liberaci?n nacional de otros pa?ses, o entreg?ndolas cuando no eran funcionales a la pol?tica de Estado, como sucedi? en la Italia de la posguerra y posteriormente en Portugal, o m?s luego, las inolvidables batallas africanas. Predomin? la pol?tica de estado por sobre la pol?tica de los pueblos. La independencia de la que tanto se hablaba no era tal. Se mov?an los palillos para imponer desde arriba determinadas decisiones antipopulares, como la devoluci?n de las armas en los territorios de control partisano despu?s del armisticio, o el feroz embate del reformismo contra las expresiones del naciente poder popular en Chile durante el gobierno allendista.



Ello llevaba en distintos lugares a que las construcciones estatales o gubernamentales fuesen d?biles, sin real base de sustentaci?n, pues la fuerza se imaginaba que era suficiente si se articulaba en el aparato de poder p?blico. Poderosos ej?rcitos sustentaban esos estados, eficaces polic?as internas que combat?an m?s a la disidencia de izquierda que a los agentes del capital. La idea de la patria socialista se bas? en un concepto irreal que no pod?a ser asumido por los pueblos, que ten?an otras identidades, historias y experiencias, que mal pod?an encajar con el modelo de patria-naci?n erigido por el capital en el proceso europeo de estructuraci?n de los estados modernos, proceso que s?lo se consigui? efectuar por v?a de las monarqu?as absolutas. Una de las pruebas de ello son las din?micas centr?petas de la regi?n balc?nica y de las naciones euroasi?ticas despu?s de la ca?da simplona de la estructura centralizada.



Los anarquistas levantaron la consigna de si hay gobierno estoy en contra. Con visi?n retrospectiva, ser?a la mejor manera de entender en aquellas ?pocas la actitud ante estos procesos de reordenar lo social siguiendo esa l?nea estatal o centralizada.



Hoy esa consigna pierde fuerza por el desarrollo de dos modalidades de intervenci?n directa de la poblaci?n respecto del aparato de poder p?blico, instaladas en las pr?cticas y discusiones sobre el poder, contrapoder y no poder, una es la idea del autogobierno y la otra es la de mandar obedeciendo.



Estas dos modalidades se han extendido por el continente y hacen carne en muchas partes. Recordamos que despu?s de la ca?da del muro las izquierdas se daban vueltas buscando el referente perdido. Algunas, como las eurocomunistas y pr?ximas a ellas, no vacilaron en pasarse abiertamente a la socialdemocracia, otros se fraccionaban una y otra vez por la falta de modelo y la crisis paradigm?tica.

La resistencia se fue extendiendo desde abajo con autonom?a, una nueva modalidad se abr?a camino y hab?a que cortarla de ra?z antes de que se estableciese como nuevas maneras de entender y practicar la din?mica emancipatoria. Con astucia y estrategia se planifica el Forro de Porto Alegre y se concentran esfuerzos en la salida electoral de Lula, con la mayor astucia a?n, si cabe, de abrir las puertas al capital europeo mediante invitaci?n a ministros, parlamentarios y a?n primeros ministros de la socialdemocracia. Las ONGs hicieron de puente de plata, ya que de ah? provienen sus finanzas.



La estrategia de contenci?n de la lucha aut?noma estaba trazada. Dieterich levanta la idea del camino revolucionario del MERCOSUR, funcional al apoyo que sectores importantes del Forro dieron para la elecci?n de Kirchner y neutralizaci?n de la ofensiva de las multitudes que se autoorganizaban en casi todas las regiones argentinas. Lento pero tesonero fue el trabajo de las izquierdas tradicionales para horadar la actividad asamblearia y horizontal que se instalaba con balbuceos de ni?o, para reordenar las voluntades en torno al camino hacia el estado.



La estrategia de humanizaci?n del capitalismo hasta tener con que sustituirlo hizo estragos en las movilizaciones antiglobalizaci?n, los representantes de Attac fueron siempre los m?s entusiastas, a los que se sum? alegremente el reformismo de todos los pelajes. En un comienzo la Susan George, vicepresidenta de Attac Francia, destap? la olla y mostr? la cola del diablo hasta que Ramonet la hizo callar por imprudente, pues se hab?a lanzado en picada contra los que luchaban en las calles y legitimaba las conversaciones con la polic?a para ordenar las manifestaciones callejeras, lo que era m?s impertinente que elefante entrando a una vidrier?a, pues si bien esa era la idea, no hab?a que decirla tan claramente.



Hoy, vistos los fracasos de Lula y de la humanizaci?n capitalista, sectores de izquierda, entre ellos Petras, se han inclinado a apoyar la alianza Cuba-Venezuela por arriba. El reformismo se ha volcado junto a algunos partidos y grupos izquierdistas a sumarse al bolivarismo superestructural, es decir, apoyar a Ch?vez y todo lo que se hace all? est? bien




Esta alianza, a la que se pretende instalar el factor subjetivo del llamado socialismo del Siglo XXI, no es m?s que una reedici?n local del viejo campo socialista, bas?ndose en la convocatoria chavista de avanzar hacia un nuevo tipo de socialismo. Petras lo define como l?der afro-venezolano y lo pone en oposici?n directa a USA.



As?, dos corrientes se manifiestan en el continente, dejando atr?s los coletazos moribundos de Attac y la m?quina del Forro Social, que ahora pasa a subordinarse a los encuentros en Venezuela, comenzando con el Festival Mundial de la Juventud. Por una parte la sostenida acci?n de las formas de organizaci?n y din?mica social por abajo y por la otra la corriente de acceder a los gobiernos para dirigir transformaciones por arriba.



Estas dos corrientes tiene adem?s de sus caracter?sticas, determinadas maneras de vincularse o no entre si. Veamos:



Por una parte, la corriente superestructural combate denodadamente a las organizaciones aut?nomas, penetr?ndolas por todos lados, sin vacilar en golpearlas cuando es el caso, aunque en muchas oportunidades se les dirigen sonrisas y apretones de manos para ganar su voluntad frente a los desaf?os electorales, como en Chile.



Las corrientes aut?nomas han sido m?s sagaces en esa pol?tica de relaciones, por una parte los zapatistas han convocado h?bilmente a extensos sectores de izquierda no adscrita a las elecciones, con lo que se fortalece el campo aut?nomo y libertario. Los aut?nomos en Bolivia no se pronuncian atacando a Evo Morales como hacen los ex insurreccionalistas de la COB, que ahora son electoralistas. Las comunidades ecuatorianas siguen participando en el parlamento sin sacrificar la organizaci?n de localidades. Los mapuche est?n presentes en todos los campos. Los MTDs aut?nomos en Argentina, como Solano y La Matanza, no se desgastan en frentes amplios volcando sus esfuerzos en consolidar las relaciones internas y la cooperaci?n y apoyo mutuo con otras experiencias similares, en especial en el sur del pa?s y algunas asambleas de Buenos Aires.



As?, cada uno de esos sectores se encuentra en franco proceso de fortalecimiento, acelerando el fin de las pol?ticas de la humanizaci?n.



Creemos que el proceso venezolano debe ser apoyado en sus organizaciones sociales y din?micas de construcci?n aut?noma de capacidades locales. No nos parece prudente atacar a su gobierno ni concentrar en ?l los apoyos, pues sin organizaci?n de base, todo proceso camina hacia su fin. No es suficiente convocar desde el bolivarismo organizado de manera vertical, ya esas f?rmulas han fracasado, en especial si se considera la fuerte presencia del capital, las empresas y el mercado, que estar?n ah? durante mucho tiempo. La batalla ideol?gica est? perdida de antemano si no se aseguran los avances de la autoorganizaci?n social independiente de las comunidades, barrios y regiones sobre la base de nuevas relaciones de democracia directa, autogobierno y capacidad de imponer desde abajo las decisiones que tomen los gobiernos.



Esa deber?a ser una nueva pol?tica de alianzas erigida desde los movimientos sociales hacia las organizaciones que orientan sus trabajos hacia el control de los estados. Los apoyamos desde abajo, pero no se metan con nosotros. El avance hacia una nueva sociedad debe estar marcado por los avances en las localidades y deben ser seguidos por las medidas institucionales, no al rev?s. La derrota del sandinismo en Nicaragua se debi? en gran parte a ello. El FSLN se confi? en el control del aparato y la organizaci?n vertical de sus seguidores y grupos sociales, hoy d?a sigue haciendo lo mismo. No conf?an en la autoorganizaci?n social. Como en Chile, Allende y los partidos de su coalici?n no confiaron para nada en la capacidad creciente del poder popular y se apoyaron en las negociaciones superestructurales con militares, parlamentarios y empresarios, con lo que se debilitaron a?n m?s, participando con ello en la creaci?n de las condiciones para el golpe militar. Petras estuvo en Chile y vio
claramente que los avances s?lo se dar?an si se erigiese ese poder popular. En esa ?poca ve?a en el MIR la potencialidad organizativa, pero no en las propias organizaciones sociales, sino en la capacidad de la vanguardia de conducir el proceso de acumulaci?n de fuerzas para la toma del poder. Lo mismo hace hoy con el MST, sin importarle si se trata de una organizaci?n vertical y autoritaria que no permite la autonom?a ni la iniciativa protagonista en los campamentos y asentamientos que controla, todos ellos disciplinados y dirigidos con mano de hierro por militantes seleccionados. Poco va a salir de ah?.



La extensi?n de la mano zapatista hacia los pueblos cubano y venezolano tiene ese trasfondo: respetamos sus procesos, pero nuestros interlocutores son los pueblos. M?s claro echarle agua. Lo mismo hacia el MST brasile?o: los respetamos, es decir, tenemos diferencias, pero no nos metemos con ustedes, pero
que camine la palabra.



Frente a ello, Petras aparece con un nuevo texto. En ?l insiste en que el ?nico enemigo es USA, desconoce las luchas locales en Bolivia aduciendo que las principales movilizaciones fueron por la nacionalizaci?n, cuando ha sido notorio que ha sido por la asamblea constituyente en primer lugar. A?n la propia Coordinadora del Gas levanta esa bandera de lucha. Con relaci?n a Venezuela s?lo se refiere al resultado de las encuestas y votaciones que respaldan al presidente Ch?vez y su programa nacional-populares, sus iniciativas constitucionales y las alianzas gubernativas y del congreso, escondiendo la importancia y necesidad de la autoorganizaci?n social por abajo en las localidades como estrategia de continuidad ante cualquiera eventualidad. No aprendi? nada del caso chileno, cegado por su voluntad estatista.



Dice Petras que en Bolivia, Ecuador, M?xico y Brasil, hay debate y discusi?n sobre crear un nuevo instrumento pol?tico de clase basado en la toma del poder estatal. Que yo recuerde en M?xico solamente algunos sectores muy reformistas se plantean ese prop?sito, a menos que desconozca ol?mpicamente la iniciativa zapatista que ha concitado el apoyo y adscripci?n de diversos sectores. En Bolivia los ?nicos nuevos que aparecen discutiendo el tema son los ex insurrecionalistas de la COB. En Ecuador no hay din?micas nuevas fuera de los forajidos divididos en dos corrientes, la mayoritaria o hegem?nica que tiende a la institucionalizaci?n y la minoritaria, pero de grandes perspectivas, que apunta al asambleismo y la horizontalidad en pos de una nueva sociabilidad. En Brasil, ya hace tiempo que se fraccion? el PT y ahora otros m?s van detr?s de un nuevo micro partido.



El golpe de gracia del texto de Petras se encuentra en los dos siguientes p?rrafos:



?La emergencia de un modelo venezolano basado en una econom?a mixta, en el bienestar social, en la pol?tica exterior nacionalista e independiente y en la masiva participaci?n popular en el proceso pol?tico, bajo el liderazgo de un presidente afro-venezolano presenta un formidable 'punto de referencia' para el florecimiento de los movimientos sociales en Am?rica Latina.

?La declaraci?n del presidente Ch?vez en junio del 2005 de que ?l era un socialista del siglo XXI, y que no ve ning?n futuro en la explotaci?n capitalista e imperialista, ciertamente, relegitima un Marxismo renovado, que busca unir a la nueva configuraci?n de las fuerzas sociales radicalizadas - los indios, los negros, los obreros precarios y los descendentes empleados p?blicos - con los sectores militantes de los sindicatos obreros y movimientos campesinos?.



Veamos estas dos frases claves:

?punto de referencia para el florecimiento de los movimientos sociales en Am?rica Latina.



?un marxismo renovado que busca unir a la nueva configuraci?n de las fuerza sociales radicalizadas con los sectores militantes de los sindicatos obreros y movimientos campesinos?



He aqu? la s?ntesis de la propuesta de Petras.

En primer lugar un marxismo renovado por arriba, desde el punto de referencia para el florecimiento.



Produce la impresi?n de que las flores a?n no se hab?an abierto o que no hab?an flores, con los que hace tabla rasa del proceso continental de nuevas propuestas por abajo basadas en la autoorganizaci?n territorial en pos de programas de luchas que no aspiran a la toma del poder, sino a construirlo en cada lugar. Cae en el mismo vicio de Ramonet: no hay salidas, busquemos, justamente cuando los pueblos se levantan con autonom?a.

Como que reci?n se hubiera descubierto la p?lvora, mientras todos la est?n usando en muchas partes.

En verdad se trata de reorientar las luchas sociales hacia la subordinaci?n detr?s de los militantes obreros y campesinos. Por eso Petras insiste tanto en las vanguardias. Obviamente guiadas por el marxismo, pero no el marxismo libertario, no se?or, sino el marxismo estatista, aquella corriente de algunos seguidores de lo que Engels bautiz? en contra de la voluntad de Marx de ?marxismo?, una de las m?s poco confiables interpretaciones de las ideas de Marx, que ten?a muchas y diversas.

La cr?tica de Petras a los partidos que se quedaron debajo de la cama entonces apuntaba a que deb?an haber estado all? conduciendo a las masas al asalto del poder.



Mal har?an las comunidades ind?genas de subordinarse a ello dejando atr?s sus proyectos. Mal har?an los desempleados en abandonar las b?squedas de la autogesti?n para sumarse a las vanguardias. Mal har?a la juventud, mayoritaria en el continente y de la cual Petras nunca habla, pues no se alinea mucho con esas propuestas superestructurales.



El referente del que nos habla Petras parece ser el que estaba faltando, un nuevo modelo socialista, alg?n ap?stol a quien seguir, esto es, el fin de la autonom?a, la autogesti?n y el autogobierno, nada de eso, hay que sumarse a los que van detr?s del control, del estado.



?Dejar de lado la construcci?n de capacidades locales??Dedicarse a apoyar las medidas de los gobiernos?



No, gracias. Eso ya lo hicimos y no vamos otra vez. Que los gobiernos aprendan a mandar obedeciendo, que apoyen la extensi?n de los autogobiernos locales. No es al contrario, amigo Petras.



Profesor J

profesor_j@???

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