io direi che s'=E8 dimesso..ma quest'altro non mi sembra molto meglio...
Abbracci, Stefano
CARLOS MESA, EL NUEVO PRISIONERO DE PALACIO
Tras derribar a piedra y palo al gobierno del millonario Gonzalo S=E1nche=
z
de
Lozada, la rebeli=F3n de los pobres y excluidos ha conminado al nuevo
Presidente Mesa a no exportar el gas, a industrializarlo en el pa=EDs y
recuperarlo de las manos de las transnacionales. Menuda tarea para un hom=
bre
que no tiene partido ni apoyo social y se sustenta solo en la Embajada y
en
un desmoralizado Ej=E9rcito
Redacci=F3n de Econoticiasbolivia.com
La Paz, octubre 17, 2003 (Hrs. 21:00).- El nuevo Presidente de Bolivia,
Carlos Mesa Gisbert, era, hasta hace poco, un declarado "gonista", un
ferviente admirador de Gonzalo S=E1nchez de Lozada. Admiraba su inteligen=
cia,
su destreza pol=EDtica, su capacidad para inventar y recrear pol=EDticas =
neoliberales. Hoy, debe administrar el desastre que ha dejado el millonar=
io,
que despu=E9s de intentar ahogar en sangre la protesta de los pobres, ha =
escapado en helic=F3ptero de la furia de la sublevaci=F3n civil m=E1s gra=
nde del
sur de Am=E9rica.
No es un d=EDa feliz para =E9l, pese a que est=E1 a minutos de que el Con=
greso
de
la Rep=FAblica le imponga la banda presidencial. Se lo ve abrumado. Est=E1=
muy
solo, no tiene partido ni movimiento social que lo respalde. En el fondo,=
nadie conf=EDa en =E9l. Ni siquiera la Embajada de Estados Unidos, que s=F3=
lo
a
=FAltima hora y con muchas reticencias le ha dado el visto bueno para que=
gobierne o, al menos, no se caiga de inmediato.
David Greenlee, el Embajador, se ha reunido con =E9l anoche, de emergenci=
a,
tras convencerse que mantener a Goni era perderlo todo. De mala gana est=E1=
aceptando a Mesa, le duele que sea tan d=E9bil, tan timorato, tan inexper=
to.
Mesa ha sido un exitoso periodista e historiador. Ha hecho fortuna con su=
canal de televisi=F3n. Es un millonario admirador del neoliberalismo. Ant=
e
la
Contralor=EDa ha declarado que posee a sus 53 a=F1os una fortuna de un mi=
ll=F3n
y
medio de d=F3lares, mucho, demasiado, en un pa=EDs donde un tercio de la =
poblaci=F3n pasa hambre y otro tercio apenas tiene para comer lo m=E1s
indispensable.
En los sectores populares tampoco tiene arrastre ni simpat=EDa. Sus prome=
sas
no cumplidas de combatir efectivamente la extendida corrupci=F3n p=FAblic=
a y
su
silencio ante la matanza de tantos bolivianos (m=E1s de 70) le ha valido =
perder el escaso apoyo que ten=EDa entre la gente, especialmente en los
sindicatos y la poblaci=F3n m=E1s pobre. Muchos creen, est=E1n seguros, q=
ue no
hay
gran diferencia entre =E9l y Goni.
Por ahora, en t=E9rminos pol=EDticos, s=F3lo tiene el apoyo de los partid=
os
neoliberales ca=EDdos en desgracia, que se escudan y se refugian detr=E1s=
de
=E9l
para no perder todo, como S=E1nchez de Lozada. Es un apoyo muy d=E9bil, i=
ncluso
inc=F3modo para el nuevo Mandatario que los quiere en segunda fila, no
visibles, por lo que ha comenzado a volcar sus ojos hacia la clase media.=
All=ED, en los segmentos m=E1s acomodados, en la alta burocracia, entre l=
as
"personalidades" y en los sectores empresariales est=E1 su =FAnica espera=
nza.
All=ED quiere generar una base social que lo sustente y que lo preserve d=
e
la
insurgencia popular, de la sublevaci=F3n de los pobres, de la revoluci=F3=
n
social.
Muchos de sus nuevos amigos ya han comenzado a organizarse. Han contribui=
do
a la huelga de hambre de las clases medias que aisl=F3 m=E1s a Goni y aho=
ra
quieren cosechar el triunfo que otros han abonado con su sangre, en busca=
de
la continuidad institucional, con algunas reformas pero nada que se parez=
ca
a una revoluci=F3n social, nada que incomode al se=F1or Embajador.
Mesa y sus amigos, muchos de ellos en los grandes medios de comunicaci=F3=
n,
quieren armar un "gobierno de unidad nacional", unir a las clases medias
y
convencer a los trabajadores y a los vecinos m=E1s pobres que Mesa es muy=
diferente a Goni. Fallido intento, por ahora.
El Cabildo abierto de la Central Obrera Boliviana (COB), el poder de la
calle, el otro poder, ya ha dicho su palabra y ha ordenado al nuevo
Presidente lo que debe hacer: "No exportar gas ni por Chile ni por Per=FA=
,
industrializarlo en Bolivia y recuperar el gas y el petr=F3leo para los
bolivianos". Menuda tarea para un hombre solo, prisionero de las masas
insurrectas.
Si no cumple con estas demandas, una Asamblea Popular, autoconvocada y
conformada por representantes laborales, sindicales y populares asumir=E1=
la
tarea de arrebatar el gas y el petr=F3leo de manos de las transnacionales=
,
dice el l=EDder de la COB, el minero Jaime Solares. El grito y los palos =
de
la
ululante multitud confirman la advertencia.
La certeza entre los rebeldes es que la sublevaci=F3n popular ha derribad=
o
a
pedradas y palo a S=E1nchez de Lozada, pero a=FAn no ha logrado nada sobr=
e el
gas, el petr=F3leo, la tierra y territorio, la coca y otras demandas soci=
ales
que van orientadas a destruir al neoliberalismo.
Y eso tambi=E9n lo saben los parlamentarios que eligen hoy al nuevo Presi=
dente
con un mandato hasta agosto del 2007, aunque, en verdad, muy pocos piensa=
n
que durar=E1 tanto. El mismo Congreso est=E1 acorralado, prisionero, en m=
edio
de
un combate mortal entre el pueblo insurrecto, organizado, que tiene al
frente al otro poder real sustentado en los grandes intereses de las
transnacionales del gas y del petr=F3leo, en los intereses norteamericano=
s,
defendidos hasta ahora por la metralla y los tanques del Ej=E9rcito.
En Bolivia, a un mes de iniciada la guerra del gas, la sublevaci=F3n civi=
l,
la
gigantesca rebeli=F3n de los pobres y excluidos, s=F3lo ha escrito la pri=
mera
p=E1gina de su historia.
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