[Infopalestina.mx] Fwd: editorial de La Jornada: Obama en Is…

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Autor: fazio
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Para: Noticias y actividades sobre la lucha del pueblo palestino
Asunto: [Infopalestina.mx] Fwd: editorial de La Jornada: Obama en Israel: respaldo a la barbarie


-------- Messaggio originale --------
Oggetto: [Palestinaymexico] editorial de La Jornada: Obama en Israel:
respaldo a la barbarie
Data: 21.03.2013 13:54
Mittente: Pedro Gellert <pedrogellert@???>
Destinatario: palestinaymexico@???

La Jornada, jueves, 21 de marzo de 2013
(tomado de: http://www.jornada.unam.mx/2013/03/21/edito)

Obama en Israel: respaldo a la barbarie

En el contexto de su primera visita a Israel desde que arribó a la
presidencia de Estados Unidos, Barack Obama aseguró que su país está
orgulloso de ser el aliado más fuerte y el mayor amigo de Tel Aviv; se
dijo convencido de que la alianza entre ambos gobiernos es eterna;
ratificó el firme compromiso de Washington con la seguridad del Estado
hebreo, y señaló que dicho respaldo es algo que nos hace más fuertes y
más prósperos a ambos.

Es inevitable contrastar el tono y el contenido de la alocución del
mandatario estadunidense en Israel –y en particular, las expresiones
de respaldo y solidaridad hacia el régimen que encabeza Benjamin
Netanyahu– con el discurso pronunciado hace casi cuatro años desde El
Cairo, Egipto, en el arranque de su primer periodo presidencial, en el
que llamó a la reconciliación entre su país y el mundo islámico y
enfatizó la intolerable situación que vive la población palestina a
consecuencia del asedio israelí, así como la ilegalidad de los robos
de tierras perpetrados por el régimen de Tel Aviv.

Tales condenas, sin embargo, en conjunto con los pronunciamientos del
mandatario estadunidense en favor de la creación de un Estado
palestino, fueron sucumbiendo en el transcurso del primer periodo
presidencial de Obama, quien nada hizo para impedir que el gobierno de
Netanyahu prosiguiera con la instalación de asentamientos ilegales en
los territorios palestinos ocupados, para contener la beligerancia, la
barbarie y la unilateralidad con que Tel Aviv se conduce frente a sus
vecinos, o para defender el derecho de éstos a constituirse en un
Estado soberano.

Ahora, según puede verse, el gobierno estadunidense transita de la
incongruencia entre las palabras y los hechos a un acercamiento –sin
precedente durante el primer gobierno de Obama– con el gobierno de
Israel, y a una aceptación, así sea tácita, de las políticas
criminales, violatorias de la legalidad internacional y de los
derechos humanos que el Estado hebreo practica contra Gaza y en la
Jerusalén oriental, Cisjordania y los Altos del Golán, territorios
que, de acuerdo con la legalidad internacional y la realidad
histórica, no le pertenecen.

Si fuera verdad, por lo demás, que Estados Unidos quiere abonar a una
paz genuina entre Israel y sus vecinos, como afirmó ayer Obama,
tendría que esforzarse en crear condiciones mínimas para que ello sea
posible, y eso implica, en primer lugar, condenar el terrorismo de
Estado que practica Israel y forzar a las autoridades de Tel Aviv a
poner un alto a los asesinatos de palestinos, a las políticas de
manipulación demográfica en Cisjordania y al cerco devastador sobre la
franja de Gaza; demandar la devolución de las tierras arrebatadas a
partir de 1948 y que hoy se encuentran en territorio israelí o el pago
de las indemnizaciones correspondientes a los expulsados; reconocer a
las autoridades palestinas democráticamente electas –sean de la
fracción que sean–, y aplicar las medidas de presión política y
económica necesarias para someter el colonialismo, el expansionismo y
el belicismo del Estado hebreo.

Por el contrario, el guiño lanzado ayer por Obama a Tel Aviv y el
hecho de que el mandatario se presente a una gira por Medio Oriente
sin una propuesta concreta para resolver el añejo conflicto confirman
el abandono de algunas de las directrices más avanzadas de la agenda
con que Obama llegó a la presidencia, y hacen obligado preguntarse si
éstas no fueron, en realidad, meros actos de simulación y de
relaciones públicas.