[Pensamientoautonomo] Boletín de La Fogata - Año VIII - 10-0…

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Autor: La Fogata
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Para: pensamientoautomo@inventati.org
Asunto: [Pensamientoautonomo] Boletín de La Fogata - Año VIII - 10-07- 2008
La Fogata


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            "NUESTROS SUEÑOS, NO CABEN EN SUS URNAS" 



"El fin de las ideologías"

Jorge Luis Cerletti
La Fogata

Luego de la caída del muro de Berlín y el derrumbe de la ex URSS., cobró vida y creciente fuerza la consigna del "fin de las ideologías". La misma, inducida por el discurso político que responde al gran capital, fue instalado en el imaginario colectivo por los grandes medios de difusión que forman parte de su poder. Vino a simbolizar el "réquiem" al imaginario socialista que prendiera masivamente a partir de las grandes revoluciones del siglo XX y de las ideas que alimentaron las luchas de liberación nacional en el tercer mundo.
Esta mención viene a cuento de la discusión política que hoy se libra donde las palabras por ahora y por suerte, reemplazan a la pólvora de otros tiempos. Los mentores del fin de las ideologías, contradiciendo su propia consigna, han exhumado el término "populismo" que comprende a toda manifestación que contraríe, siquiera en parte, la domesticación política que exige el gran capital. Claro, ya no los asusta el "fantasma del comunismo" ni los "opositores" mientras no hagan peligrar su dominación real. Éstos pueden molestar en tanto aminoren algunos efectos del llamado capitalismo salvaje, hasta que sus representantes más conspicuos lleguen a recuperar en plenitud el control político que les brinda el desgaste de las gestiones opositoras atadas al orden existente.
Pues bien, en estos días vivimos en Argentina un rebrote de "ideologías" que según las voces que decretaron su "fin" debieran estar bien muertas. Es que a raíz del "conflicto del campo" renació con fuerza inusitada la vieja antinomia de "gorilismo" versus peronismo. Esto a pesar de los profundos cambios producidos en nuestro país y de la trama de intereses que no se corresponden cabalmente con semejante antinomia. No obstante, emergió porque en la subjetividad colectiva subyacían en estado latente.
La remozada versión del polo "liberal" fluyó de su entraña discriminatoria y se anida en la gran dosis de egoísmo que nutre al sector alto de nuestra fragmentada clase media. Visión que, según los momentos, se extiende al espectro social más vulnerable a las manipulaciones de los representantes del establishment. Pero lo que nos interesa enfocar ahora son los alcances del resurgimiento de consignas y añejas reivindicaciones propias de la tradición peronista y su resonancia popular en las actuales circunstancias.
Lo primero que surge es destacar el sentimiento peronista que perdura, sobre todo, en los vastos sectores empobrecidos de nuestra sociedad. Fenómeno que no fue capaz de generar la izquierda tradicional que siempre subestimó la fuerza de dicho sentimiento mientras que la derecha peronista lo supo utilizar a favor de sus propios intereses. Y esto trasciende el rol histórico que cumplió Perón, herencia que también incluye el pragmatismo de su liderazgo que barajó con las dos manos los naipes que movilizaron a grupos antagónicos según la ocasión. Prueba de ello resultaron los agudos y violentos enfrentamientos internos que convivieron a su sombra y que hoy asumen otras formas. Pero los sentimientos arraigados en el imaginario colectivo generan más energía que las razones que muchas veces los contradicen y desvirtúan.
Cómo explicarse si no el reinado de Carlos Saúl Iº que en nombre del peronismo y haciendo uso de su tradicional liturgia, produjo la espantosa y retrógrada década de los noventa. Período en el que la Argentina mutó su rostro social generando una pobreza e indigencia sin precedentes. Pero atribuirle sólo a Menem tamaño viraje es tan falso como ignorar que la gran mayoría de la dirigencia peronista, por adhesión u omisión, fue cómplice de semejante proceso. Y buena parte de ella integra el actual gobierno y ni qué decir del reconstituido P.J. Sólo una franca minoría alejada de las mieles del poder mantuvo su dignidad y fidelidad al legado histórico que vio nacer al movimiento y que por ello fue marginada y zaherida por no saber "adecuarse a los tiempos".
Entonces, ¿qué alcances tiene hoy el rebrote de la mencionada antinomia? Por más que las apelaciones al peronismo no sean del agrado del establishment, son las tibias medidas de contenido popular del kirchnerismo, su política de derechos humanos y su alineación con algunos gobiernos "díscolos" latinoamericanos, lo que encrespa su oposición. Por cierto que la gestión gubernamental no altera las bases del poder real ni sus privilegios. No obstante, las retenciones que les recortan un poquito sus superganancias fue el disparador que desató la feroz ofensiva actual que encabeza la derecha. Reaccionan así ante el gobierno que intenta recuperar algunos resortes del Estado para fortalecer su gestión y retacearles su rol de rectores de la política nacional. Y esto es lo que no le perdonan curándose en salud.
Mas, desde el campo popular, ¿debemos sujetarnos a una antinomia que enfrenta el discurso del establishment a un "peronismo" plagado de personajes que juegan para el otro bando disimulados bajo esa camiseta? Pensamos que prestarse al juego de las camisetas y los clishés "no deja ver el bosque" donde prospera la dominación. Porque una cosa es omitir la energía que subyace en la memoria colectiva de las mejores conquistas del peronismo y muy otra es agitar su nombre para negociar lo contrario o para encubrir ambiciones personales. Hoy ya no sirve resucitar las nostalgias del pasado si se piensa en ir construyendo, desde el presente, un futuro que exige superar la experiencia vivida. Esta exigencia política tampoco se aviene a delegarla en un gobierno sujeto a la hegemonía del capitalismo en su etapa de mayor concentración e internacionalización y que pretende "humanizarlo" sin alterar las bases de su poder. Luego, reconocer sus medidas positivas no significa borrar la emancipación del horizonte político. Horizonte que no asume el gobierno ni cabe esperar que alumbre su gestión, pero que sí convoca a la praxis de quienes, con ese fin, promueven la construcción de un auténtico protagonismo popular.
Por lo tanto, reaccionar frente a los designios del establishment apenas es una señal del necesario olfato político que plantea la actual coyuntura. Pero si no se construyen opciones nuevas, desde abajo, seguiremos contribuyendo, voluntariamente o no, a la reproducción de los vicios de este sistema político "corporativo" que convoca al voto de la población mientras los aparatos sustituyen su participación real. Donde, en la mayoría de los casos, las representaciones se han ido transformando en una mercadotecnia de intereses personales y/o de grupos que se ocultan tras las imágenes de la TV. Y este fenómeno ligado al formidable poder de compra alcanzado por el gran capital, le ha servido a éste para desacreditar a la misma política que indujo para que su poder económico evite intermediaciones y pueda apropiársela directamente empleando a los "tecnócratas" de turno. En esos términos, será una cuestión de tiempo que dicho poder se rehaga políticamente del desastre económico social que le produjo a nuestra sociedad y que termine barriendo lo positivo que, a pesar de sus limitaciones, pueda generar el kirchnerismo.
No se trata de plantear en esta situación líneas de máxima ni de pedirle peras al olmo. Pero sí consideramos imprescindible debatir en profundidad las proyecciones esperables del sistema capitalista imperante y la construcción de un movimiento popular capaz de gestar un proceso de emancipación que tenga la necesaria inventiva como para no reincidir en la praxis que abortó las mejores experiencias liberadoras. Para lo cual, el primer y mínimo requisito es alentar un pensamiento crítico libre de prejuicios y dogmatismos. Porque "el fin de las ideologías" significa matar las ideas que propician la emancipación antes de que germinen o fomentar la esclerosis mental de quienes las toman prestadas del pasado esterilizando lo mejor de ellas, su creatividad.---


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El olfato del Subcomandante

Eugenia Gutiérrez
Mujeres y La Sexta
La Fogata



¿A qué huele la guerra? ¿Cuánto duele su olor? Ha pasado medio año desde que cerca de veinte humanistas de varios países se reunieron en la Universidad de la Tierra en San Cristóbal de las Casas, Chiapas. Respondían a una convocatoria de la Comisión Sexta del EZLN, la revista Contrahistorias y el CIDECI y participaban en un coloquio en memoria de un gran hombre: Andrés Aubry. Cuando el coloquio estaba a punto de terminar tomó la palabra el Subcomandante Insurgente Marcos para decir: "Quienes hemos hecho la guerra sabemos reconocer los caminos por los que se prepara y acerca. Las señales de la guerra en el horizonte son claras. La guerra, como el miedo, también tiene olor. Y ahora se empieza ya a respirar su fétido olor en nuestras tierras" (16 de diciembre, 2007).

Para entonces, las Juntas de Buen Gobierno (JBG) de los cinco Caracoles zapatistas llevaban meses denunciando un reguero de agresiones contra comunidades donde viven miles de hombres y mujeres Bases de Apoyo Zapatistas. Las JBG ya nos habían informado con claridad que los gobiernos federal, estatal y locales estaban recrudeciendo la batalla para despojar al zapatismo de los territorios que recuperó en 1994, durante aquellos días en que tantos murieron luchando. Las denuncias de las JBG eran continuas, cerca de cuarenta tan sólo para 2007. Sin embargo, la advertencia hecha desde la paz de un coloquio resultó estremecedora. No hablaba un intelectual progresista que advierte, honesto, lo que es la guerra. Hablaba el guerrero que lo sabe. Su voz no invitaba a contemplar cicatrices. Iba a lo más hondo y sonaba cruda y profunda, como cuando alguien te coloca sobre una herida para que la veas tal cual es: abierta y sangrante.

Durante 2007 se llevaron a cabo tres grandes encuentros de pueblos zapatistas con pueblos de México y del mundo. Miles de personas de países diversos pudimos escuchar en los Caracoles la historia del zapatismo contada por quienes la han escrito. Sabemos desde entonces que ahora, en la autonomía y a pesar de la constante presión militar, las comunidades en resistencia de Chiapas tienen proyectos de salud que priorizan la dignidad humana y que en varios lugares se han construido clínicas de medicina general y de especialidades, acondicionadas algunas para realizar cirugías o transportar pacientes en ambulancias. Sabemos también que la juventud zapatista cuenta con proyectos de educación autónoma que abarcan desde nivel básico hasta bachillerato, incluidos los Centros Culturales de Educación Tecnológica Autónoma Zapatista (CCETAZ), o que las muchachas y los jóvenes estudiarán ciencias y humanidades cuando echen a andar su universidad, ésa que ya planean. Sabemos porque nos lo contaron y porque lo vimos que no está permitido el consumo de alcohol, en respuesta a una exigencia de las mujeres; que las comunidades zapatistas, sin recibir un centavo de ningún gobierno, cuentan con medios de transporte, bodegas de almacenamiento de granos, prácticas de comercio justo, cooperativas de pan, ganado, bordados y pollos, talleres de herbolaria y medicina tradicional, sensibilidad que reconoce lo que falta, entusiasmo para conseguirlo, radios comunitarias, viveros, campañas de vacunación y prevención de enfermedades, sistemas de impartición de justicia que buscan ser justos, comedores autónomos, oficinas de comunicación, bibliotecas.

Y sabemos, como quien distingue el agua del fuego, que en las comunidades zapatistas no se siembra droga.

Hace unos días, cerca de doscientos elementos del ejército federal y la policía estatal de Chiapas irrumpieron en comunidades del Caracol de La Garrucha, llamado "Resistencia Hacia un Nuevo Amanecer". De acuerdo a la denuncia hecha por la JBG "El Camino del Futuro", el miércoles 4 de junio de 2008 llegó hasta las puertas del Caracol un convoy formado por "2 carros grandes de soldado y 3 carros chicos de soldado y 2 carros de seguridad pública, 2 carros de policía municipal y una tanqueta y un carro de PGR", al que poquito después se unió otro convoy proveniente de Patihuitz. Los habitantes del Caracol los rechazaron. Los militares les tomaron fotografías y video. Decidieron rodear el Caracol y anduvieron el camino que lleva a las milpas para dirigirse a la comunidad Hermenegildo Galeana. Según señala la JBG, los militares llevaban el rostro pintado para combate y los guiaba un policía municipal de Ocosingo llamado Feliciano Román Ruiz. A medio camino se toparon con la población civil, hombres, mujeres y niños que los rechazaron a gritos. Los soldados respondieron: "Venimos aquí porque sabemos que hay marihuana y vamos a pasar a huevos". Entonces el pueblo zapatista recurrió a piedras, resorteras, hondas, machetes y todo lo que encontró para rechazarlos. Al no poder pasar, los militares respondieron: "esta vez no vamos a pasar, pero regresamos en 15 días y eso sí a huevos vamos a pasar". Luego se movieron hasta la comunidad de San Alejandro. En su camino los soldados "dejaron pisoteado el sembradillo de maíz, que es único alimento del pueblo para vivir". La comunidad de San Alejandro también los rechazó con lo que pudo y el convoy optó por retirarse.

En este Caracol se han redactado varias páginas de la Otra Campaña, pues fue aquí donde se realizó la primera reunión plenaria (septiembre 2005) y donde inició su recorrido la Comisión Sexta (enero 2006). Además, aquí se llevó a cabo el encuentro "La Comandanta Ramona y las Zapatistas" (diciembre 2007). Este Caracol vive hoy amenazado de incursión militar bajo la acusación de que en su tierra se siembra marihuana. Y no es desconfianza sino memoria: cuando el Aguascalientes que hospedó a la Convención Nacional Democrática en 1994 se volvió emblemático, el gobierno optó por destruirlo y establecer sobre sus restos una enorme base de operaciones militares. La comunidad cercana de Guadalupe Tepeyac fue severamente castigada y conoció el dolor del exilio. El ejército federal mexicano sabe aplastar a la población civil y se especializa en población indígena.

Felipe Calderón Hinojosa, presidente por capricho, parece haber clavado una chincheta roja sobre el nombre "La Garrucha" en su mapa de lugares a reprimir, mapa que ya luce muy rojo. Juan Sabines Guerrero, gobernador perredista de Chiapas, lo anima y le sonríe. Hijo del responsable de la masacre de doce indígenas en Golonchán (junio de 1980), el Sabines actual ha gobernado un Chiapas donde no sólo paramilitares sino policías a su cargo no han dejado de lastimar a la población civil en actos de violencia patéticamente cobardes: niños torturados al ir por agua al río; padres e hijos encarcelados como quien caza una presa; campesinos solos golpeados en grupo o baleados a orillas de una carretera; cortes de agua; mujeres golpeadas, humilladas; familias que ven arder su milpa; familias que ven arder su casa; jóvenes perseguidos por veredas o espiados a la puerta de su hogar para clavarles un machete en el cráneo; cortes de luz; personas de cualquier edad desplazadas en cualquier momento.

Para saber a qué huele la guerra o imaginar qué tanto duele podríamos hablar con todos ellos. Podríamos preguntarles a ellas. Quizá responderían "depende". A veces la guerra huele a la casa que te incendiaron y su olor duele tanto como los años que viviste o pensabas vivir en ella. Otras veces huele a sangre en tu rostro golpeado y su olor te duele igual que las patadas de varias decenas de hombres contra ti solito. Depende. Tal vez la guerra huele al marido que te robó la policía y duele tanto como la sentencia que, sin motivo, le ha impuesto un juez brutal. Habría que hablar con ellos, preguntarles a ellas. Cada testimonio de la violencia estatal de los dos últimos años ha sido presentado con detalle por las JBG, documentado por organismos civiles, videograbado por brigadistas solidarios e incluso recogido en documentales. Los hechos están allí, al alcance de los sentidos de quien quiera conocerlos.

Cuando el Subcomandante Marcos subrayó en San Cristóbal de las Casas que podía olerse la guerra, la comunidad de La Garrucha estaba lista para recibir a miles de mujeres de decenas de países. Seis meses después, la comunidad de La Garrucha está lista para recibir al ejército de Felipe Calderón con toda su violencia. La pareja que tenía planeado casarse el 20 de junio, pues se casa. Bueno, en realidad adelanta la fiesta, la comida y el baile porque la boda será después. Las mujeres que ya echaron a andar la nueva "Clínica Comandanta Ramona" se reúnen en el piso superior de esta construcción sobresaliente para seguir tomando su curso de salud sexual y reproductiva. El comedor autónomo alimenta sin parar a los comensales citadinos con una cocina de gas donde el fogón es historia. Las niñas visten los mil colores de siempre y los niños hacen las diabluras de costumbre. La mujer anciana que vive sola no deja de preparar los panes de maíz. El auditorio generoso que nos ha alojado no cambia su fisonomía mientras en una esquina del templete central del pueblo sobresale la figura de una enorme vigilante que mira hacia la entrada del Caracol, que aguanta sol y lluvia y que es varias compañeras en una: Emiliana Digna Ramona, la muñeca regalo entregada al Encuentro de Mujeres en diciembre de 2007, la que bailaba sin parar.

Todo indica que esta comunidad, como cualquier comunidad zapatista, espera la ofensiva militar. Y en esa espera, la comunidad sigue viviendo. Como bien dice la Junta de Buen Gobierno en su comunicado del 4 de junio: "Somos lo que ya saben hermanos y hermanas de México y del mundo".

Caracol de La Garrucha, junio 2008.


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Rebelión: los hombres del campo en Argentina luchan contra la dictadura de la soja

La apuesta por la leguminosa profundiza la concentración de tierras iniciada en la dictadura.

Federico Peña
La Fogata



Una alfombra verde se extiende como una mancha voraz en Argentina desde hace 15 años. En ese tiempo, cada píxel de la foto del campo de este país austral ha ido cambiando los colores del trigo, el maíz y los bosques originarios por un verde dólar.

En la postal, los campesinos brillan por su ausencia. Apenas se distinguen algunas cosechadoras, tractores y fumigadoras. Así es más de la mitad de la superficie cultivable de Argentina, la foto que más le duele a Rosalía Pellegrini: "Eso no es el campo. La soja no se sirve en nuestra mesa. Queremos demostrar que hay una alternativa".

Esta joven dejó la carrera de Ciencias Políticas para fundar la Cooperativa de Trabajadores Rurales de San Vicente, a 70 kilómetros de Buenos Aires. Junto a otras 20 personas optó por el trabajo campesino comunitario con conciencia ecológica. Pero el gran sueño es "sentar las bases para volver al campo" y corregir los desequilibrios generados por la revolución de la soja en el mapa agrario argentino para devolver al otrora granero del mundo su soberanía alimentaria.

Detrás de su incontestable éxito económico y de su no cuantificable aporte como motor de la recuperación de la crisis de 2001, la soja esconde graves efectos secundarios. "Desde 1990, la sojización argentina ha profundizado el proceso de concentración de tierras iniciado en la dictadura. Cerca de 300.000 campesinos han sido expulsados de sus tierras. Hablamos de indígenas y poblaciones originarias que han sido desplazados de sus hogares a las villas miseria de las grandes ciudades", explica Daniel Martín, titular de la cátedra de Sociología Rural del Instituto Gino Germani de la Universidadde Buenos Aires.

Pero esta leguminosa también tiene su cara positiva, según Martín. Permitió la subsistencia de productores agropecuarios acuciados por las deudas y al filo de la expulsión de sus tierras en los duros años que vivió el campo durante el menemismo. "Los que están en las rutas, en su mayoría pequeños productores, pudieron quedarse en sus tierras gracias a la soja. Es decir, que el cultivo que expulsó a miles de productores es el que permitió quedarse a otros. El drama es que éstos están obligados a defender lo mismo que los grandes productores. Atentan contra sí mismos", dice.

Padre de siete hijos, Genaro Obispo Maza nació en la provincia de Santiago del Estero hace 38 años. Con la llegada de la dictadura en 1976, su familia fue desalojada de su tierra y se mudó a la capital provincial. Al igual que un millón de santiagueños -más numerosos que los 800.000 que permanecen en la provincia-, Genaro repitió el éxodo, esta vez a los superpoblados suburbios bonaerenses.

La mayoría de los inmigrantes llegados a este cinturón son como Genaro. Fueron extirpados de su origen rural y llegaron con el sueño de conseguir un trabajo. Pero lejos del éxito, en el asfalto los esperaba el hacinamiento en barrios chabolistas, una tasa de desempleo del 34% y el más absoluto abandono del Estado.

"Yo nací campesino, no como los que salen a las rutas (en las protestas contra el Gobierno de Kirchner), que solo quieren llenar sus bolsillos. No les importa la tierra. Míreles las manos". Por los surcos de las suyas deja caer a la tierra unas semillas de pimiento que crecerán en la huerta de la Cooperativa de Trabajadores Rurales de San Vicente, donde Genaro trabaja ahora.


Vender "a pulmón"


Dentro de estas dos hectáreas de tierra fiscal abandonada, la huerta de la cooperativa crece a base de zapallo (calabaza), lechuga, col, pimiento, tomate y otras verduras y hortalizas. También crían gallinas y venden pollos y huevos. La venta es en bicicleta a los vecinos de la zona y por medio de la Red Tacurú, que comercializa sus productos con etiqueta de comercio justo en la capital. "Todo es a pulmón, todo es de a poco. Pero a nosotros nos alcanza para el autoconsumo. Claro que es una vida muy austera", dice Nahuel, uno de los fundadores.

Pero, se mire por donde se mire, la soja es imbatible, aún con el aumento de los impuestos a las exportaciones aprobado el pasado 11 de marzo. Su precio internacional hace saltar la banca. Al exportarse el 95% de su producción, el Gobierno no regula sus precios internos, como lo hace con el maíz y el trigo. A diferencia de otras semillas, además, crece en suelos pobres y resiste mejor que ninguna las adversidades climáticas y las plagas. Estas condiciones la transformaron en un monopolio. Si en 1990 había un millón de hectáreas de soja en Argentina, para 2001 ya ocupaba 11,5 millones de hectáreas. En su segunda fase, avanzó a golpe de escopetas y abogados sobre las tierras de poblaciones y bosques nativos. El resultado son 16,9 millones de hectáreas de soja, más de la mitad de la superficie cultivable del país.

La figura de los fondos de siembra, que entró en escena a comienzos del milenio, explica una parte de la ecuación. Si en la década de los noventa el negocio estaba en los bonos estatales, desde el año 2000 el mayor beneficio está en la soja. Provistos de dinero, pero sin tierras, estos colectivos de inversores alquilan campos en distintas zonas del país, lo que les ahorra riesgos climáticos y les permite multiplicar sus ingresos gracias a que existe un gran mercado para este producto. El interés que pagan por sus créditos es menor que el de los pequeños productores porque tienen menos riesgo.

Ante este paradigma, pocos terratenientes se resisten a alquilar sus tierras a precio de oro y riesgo cero. Cambian la producción por una vida de rentas. Así se explica que el 70% de la superficie cultivada con soja en Argentina sea en campos alquilados. Dado que no se cumple la ley de arrendamientos, que obliga a contratos de tres años, lo que obligaría a rotar los cultivos, la ley del mejor postor --el productor de la legumbre- se impone. El monocultivo verde se ha vuelto una constante, incluso a riesgo de desertificar la tierra y quitarle sus nutrientes.

La revolución es de tal magnitud, que los alquileres ya no se miden en toneladas de carne de vaca sino en quintales de soja. La vaca de carne y hueso también ha sido desplazada a zonas agrícolas marginales o a 'feed lots', unos graneros compartimentados en cubos de 3 metros cuadrados donde comen piensos en lugar de pastar libremente por los campos, como dicta la tradición gaucha y exige el diente cárnico de los argentinos.

"El modelo neoliberal de la década de los noventa se ha trasladado al campo", dice Martín. Lejos de percibir una solución al dilema de fondo, producto del pulso entre el Gobierno y los productores en las carreteras por el aumento de los impuestos a la soja, este sociólogo ve con escepticismo el papel estatal. "Está claro que se discute quién se queda con la renta. Pero nadie pone en cuestión el modelo productivo que se da con la soja, laminería y los hidrocarburos, que amenazan con vaciar el país", se queja.


Contra los desalojos


Su fe, en todo caso, está puesta en los diferentes movimientos campesinos indígenas que, según sus datos, aglutinan a unas 500.000 familias en todo el país. Estas organizaciones surgieron a comienzos de la década pasada para denunciar las amenazas -con armas y matones, contaminando sus aguas o matando sus animales- y frenar los desalojos forzosos por parte de los empresarios sojeros. Así surgió en 1990, con una veintena de familias y unas pocas hectáreas de tierra, el Movimiento Campesino de Santiago del Estero (Mocase-Vía Campesina). Hoy suman 15.000 familias distribuidas en cuatro puntos de la provincia desde donde se frenó el avance de la invasión sojera.

Cristina es coordinadora de la localidad de Pinto, donde 400 familias comparten 4.000 hectáreas. Allí crían todo tipo de animales y cultivan zapallo, maíz, sandía y sorgo, entre otros. De soja ni hablar. Para frenar el éxodo y convencer a los campesinos de que la unión hace a la fuerza, han tenido que hacer de todo. Si las condiciones de vida en esta provincia son lamentables -faltan caminos, escuelas y hospitales-, en las áreas rurales son peores. Tras más de una década de cooperativismo, enseñando el trabajo de la tierra y creando cadenas productivas, Cristina dice que el trabajo pendiente es mucho, pero que su base es sólida. "Todo lo que se come en nuestra provincia, sale de nuestras tierras", ofrece como dato.

Mientras el pulso entre el Gobierno y "ese campo" sigue por otro carril, Cristina apunta contra los dos bandos: "Cuando el Gobierno quiera discutir el modelo agropecuario neoliberal y no números, allí nos tendrá para trabajar en pos de la soberanía alimentaria de nuestro pueblo".

"Este es un cultivo a prueba de boludos"


La soja transgénica -o genéticamente modificada-, introducida a principios de la década de los noventa y reconocida oficialmente desde 1996, crece en suelos no aptos para otros cultivos, resiste como ninguna las inclemencias del tiempo, tolera el uso de herbicidas y fertilizantes a gran escala y no requiere de gran cuidado. Por eso le llaman yuyo (la hierba que crece sola en el campo).

A diferencia del maíz y del trigo, que requieren de conocimientos, "la soja es un cultivo a prueba de boludos". Esta expresión, acuñada por los hombres del campo, encierra el éxito de la patria sojera, el cáncer del campo para los ecologistas y las agrupaciones campesinas.

Una de las consecuencias más devastadoras del éxito de la leguminosa ha sido la deforestación para ganar superficie cultivable. En el período 2002-2006 dejaron de existir 1.108.669 hectáreas de bosque nativo en el país producto de la expansión de la frontera sojera. Esto significa una pérdida de 277.000 hectáreas por año, 760 por día, 32 por hora, una cada dos minutos.

Desde 1996, en Salta y en Santiago del Estero desaparecieron 414.936 y 515.228 hectáreas de bosques originarios, respectivamente. Las comunidades indígenas desplazadas y la biodiversidad de estas provincias fueron las que pagaron más cara la adaptabilidad de la soja transgénica. Por la ausencia de personas y la omnipresencia del cultivo, los campesinos han bautizado a la soja como "desierto verde".


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Otro paso en la militarización

Raúl Zibechi
La Jornada
La Fogata

Por primera vez, las fuerzas armadas de Perú reconocieron que está prevista la construcción de una base militar en Ayacucho, en el valle del río Apurímac, donde en mayo ingresaron 150 soldados del Comando Sur de Estados Unidos como parte del operativo Nuevos Horizontes 2008. El presidente Alan García venía negando esa posibilidad, pero el jefe del ejército, general Edwin Donayre, afirmó que existen conversaciones con Washington para construir un "aeródromo militar" en la zona.
Desde hace algunos meses se especula acerca del lugar que elegirá el Comando Sur para sustituir el papel que viene jugando la base de Manta (Ecuador), en funcionamiento desde 1999, cuyo contrato vence el año próximo y, según anunció el presidente Rafael Correa, no será renovado. Días atrás Hugo Chávez mencionó la Guajira, frontera entre Colombia y Venezuela, como lugar estratégico para construir la nueva base. Otras fuentes estiman que el lugar elegido podría ser Iquitos, sobre el río Amazonas, donde las fuerzas armadas estadunidenses ya tienen elementos operando. Pero existen indicios firmes de que puede ser Ayacucho.
El analista militar peruano Ricardo Soberón estima que "la selección de Ayacucho tiene que ver con el interés de Estados Unidos de estar en el corazón de la zona más problemática en términos de seguridad que hay en el país y porque está equidistante del conflicto armado en Colombia y de los conflictos políticos en Bolivia" (Página 12, 17/6/08).
En suma, se trataría de una base situada a 600 kilómetros al sur de Lima, capaz de cubrir una amplia franja de la región andina, a la que el Comando Sur concede la máxima importancia. Basta observar el mapa para concluir que la base representa una clara amenza al control que Brasil pretende ejercer sobre la Amazonia, y que con ella se estrecha el anillo de bases que conforma un cerco al único país de la región que puede contrarrestar el dominio estadunidense.
La zona elegida presenta algunas particularidades: fue importante base de operaciones de Sendero Luminoso y aún existen pequeños grupos de esa organización, es una región con cultivos de coca, y es uno de los territorios campesinos más pobres del país. La forma de operar del Comando Sur recuerda lo sucedido en Paraguay en los últimos años. Hace pocos meses el parlamento peruano aprobó el ingreso, de forma rotativa, de un destacamento de militares estadunidenses durante cinco meses al departamento de Ayacucho, para participar en el Ejercicio Combinado Conjunto de Acción Cívica Humanitaria Nuevos Horizontes 2008.
La labor de los uniformados, como confirmó en Paraguay en 2006 una misión de la Cada (Campaña por la Desmilitarización de las Américas), consiste no sólo en ayuda "humanitaria", sino sobre todo en estudiar el terreno física y socialmente, habituar a la población a la presencia de militares extranjeros y recoger datos para establecer un sólido control social de los campesinos. La denominada "acción integral" que aplica el Plan Colombia II, destinado a la "recuperación social del territorio", se inscribe en la misma estrategia.
En Perú, como quedó demostrado en las pasadas semanas, la acción del Comando Sur choca con la presencia de una sociedad organizada. El Frente de Defensa del Pueblo de Ayacucho convocó una movilización y paro regional para el 8 de julio, para exigir el retiro de las tropas estadunidenses. La congresista departamental Elizabeth León apoyó el paro y señaló que la población es la última en enterarse de estas decisiones. Perú aún está intentando cicatrizar las heridas de la terrible experiencia de la guerra sucia entre el ejército y Sendero, que en la década de 1990 se cobró por lo menos 70 mil víctimas, dos terceras partes campesinos quechuas.
Pero la construcción de una nueva base militar debe situarse en los objetivos de largo plazo del Comando Sur, que se ha convertido en la pieza maestra de la estrategia de Estados Unidos en América del Sur. En efecto, el informe 2007 del Southern Command establece para los próximos 10 años "el plan estratégico más ambicioso que haya concebido en años una agencia oficial estadunidense respecto a la región", según afirma Juan Gabriel Tokatlian (Le Monde Diplomatique, Edición Cono Sur, junio 2008). Dicha estrategia supone tres cambios de larga duración: de la contención se pasa a la primacía, que no tolera competidores; de la disuasión a la guerra preventiva, y se sustituye la red de alianzas estables por coaliciones puntuales para cumplir objetivos trazados unilateralmente por el Pentágono.
En los primeros seis meses de este año sucedieron varios hechos que permiten confirmar que la región se está convirtiendo en escenario de un conflicto por la hegemonía y el control de los bienes comunes. El ataque al campamento de las FARC en territorio ecuatoriano y la reactivación de la cuarta flota de Estados Unidos, dirigida al Caribe, América Central y del Sur, son los datos más evidentes. El descubrimiento de importantes yacimientos de petróleo en el litoral marítmo de Brasil termina de convertir a este país en una potencia del siglo XXI. Por último, la creación de la Unasur (Unidad de Naciones Sudamericanas) y, sobre todo, la propuesta de Lula de crear un Consejo de Defensa Sudamericano, ponen en negro sobre blanco lo que se está jugando en la región.
Si recordamos que el Plan Colombia consiguió modificar el equilibrio militar de la región, emparejando al ejército de tierra de ese país con el de Brasil, las cosas empiezan a cerrar. En algunos existe clara conciencia de la necesidad de defenderse, de ahí los acuerdos firmados en febrero de 2008, entre Brasil y Argentina, para la cooperación nuclear y de defensa. Pero la embestida imperial es muy fuerte, cuenta con aliados importantes en la región andina, como Perú y Colombia, y, por encima de todo, hay varios gobiernos, como el de Uruguay, que tienen más dudas que opciones por la región.


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"Llenar el plato o llenar el tanque: ésa es la cuestión"
El negocio del biocombustible y su incidencia directa en el precio de los alimentos

La inminente escasez de combustibles fósiles coloca a Santa Fe en una compleja situación. Frente a la demanda de biodiesel, se multiplican los cultivos de granos en la provincia. Pero, ¿cuáles serán los costos de generar esa oferta?

Graciela Cristina Gomez
Abogada
La Fogata



"Nos enfrentamos a una competencia entre los 800 millones de conductores que quieren proteger su movilidad y las 2.000 millones de personas más pobres del mundo que quieren sobrevivir. Los supermercados y las estaciones de servicio ahora compiten por los mismos recursos".(Lester Brown, fundador del Instituto World Watch )

El avance del negocio de los biocombustibles en el país tiene como escenario principal a las tierras y el complejo industrial vinculado a la soja de la provincia de Santa Fe. Tanto que el Ministerio de la Producción provincial cuenta con una Secretaría de Sistema Agropecuario, Agroalimentos y Biocombustibles. No es para menos: en el sur santafesino están las dos más grandes plantas procesadoras y exportadoras de este producto en el país, con una capacidad de producción de más de 200.000 toneladas anuales cada una. La película recién comienza, ya que por ejemplo el gigante francés Louis Dreyfus espera empezar a producir 300.000 toneladas en su planta a inaugurar, también cerca de Rosario. Mientras tanto, empresas ya asentadas invirtieron en el corto plazo lo necesario para duplicar su producción de combustible a base de oleaginosas. En la conjunción de tierras productivas, capacidad de procesamiento y la inmediata salida a través del puerto rosarino están las claves del crecimiento de esta denominada "alternativa renovable" a la crisis energética mundial causada por la lenta muerte de los combustibles fósiles, que lleva sus precios a niveles impensados no mucho tiempo atrás (ya ronda los 130 dólares el barril, mientras que hace sólo 10 años se ubicaba en 13 dólares).
La Secretaría de Agricultura de la Nación informó que el año pasado las ventas al exterior de biodiesel alcanzaron los 268 millones de dólares, que provinieron de 319.093 toneladas despachadas (lo que equivale a un valor de 841 dólares la tonelada). De esos envíos, el 73% se destinó solamente a los Estados Unidos, mientras que el resto se dirigió a países de Europa. La excitación que produce esta rama de los agronegocios no es para nada producto de una ficción, sino que la causan los números a futuro. Por ejemplo, las estimaciones señalan que este año las exportaciones podrían llegar al millón de toneladas y que el valor de la tonelada seguramente superará los 900 dólares. Esto fue determinante para que el ex ministro de Economía Martín Lousteau emitiera la resolución 126, es decir, la siguiente a la tan polémica resolución 125 que elevó las retenciones de las exportaciones de cereales y desencadenó los reclamos de las entidades rurales en un conflicto que ya lleva casi tres meses.
Aquella resolución, la 126, subió al 20% los derechos a la exportación de biodiesel, los que anteriormente estaban en el irrisorio nivel del 5% ¡con reintegros del 2,5%! En el anterior esquema impositivo se gravaba en 32% las ventas al exterior de aceite de soja. La diferencia con el biodiesel se fundamenta en que éste es un subproducto de aquella. Estas enormes facilidades seguramente han sido un factor determinante para el boom de inversiones en biodiesel, que en Santa Fe además gozan de exenciones impositivas más que atractivas desde el gobierno de Jorge Obeid. En el nuevo esquema, el aceite de soja pagará en promedio, y siempre que se mantenga en la actual banda de precios, un 40% y el biodiesel, como ya se mencionó, un 20%.

El día después de mañana :

El conflicto entre las entidades rurales y el gobierno puso al desnudo buena parte de la política agropecuaria nacional, que hasta hace poco era desconocida por la gran mayoría de los argentinos no vinculados directamente al sector.
Pero lamentablemente la discusión ha quedado enfrascada en la cuestión de las retenciones (que en definitiva no implican más de 1.500 millones de pesos) sin que se ponga sobre el tapete el problema más grave, esto es, el modelo agropecuario del país, que se relaciona directamente con la seguridad alimentaria de los argentinos.
En ese marco, el rol de los biocombustibles producidos localmente despierta grandes temores por su vínculo lineal con la tendencia nacional al monocultivo -de soja transgénica en este caso- con una consecuente expansión casi sin límite de la frontera agrícola.
Según datos de la organización ambientalista Greenpeace, para proveer materia prima para las plantas de biodiesel existentes y proyectadas en Santa Fe y todo el país se necesitarán más de 9 millones de hectáreas destinadas sólo al cultivo de soja, cifra que casi iguala a la superficie de la provincia.
A esto se suman las especiales condiciones del complejo sojero en el sur santafesino para el procesamiento del cereal, tanto para aceite como para biodiesel.
El año pasado Pablo Bertinat, del Taller Ecologista de Rosario, señaló: "Santa Fe posee el mayor complejo internacional de producción de aceite de soja: las particulares condiciones geográficas y económicas del país después de la devaluación de 2001 permiten a las empresas radicadas en el Gran Rosario generar costos de trituración del poroto de soja dos veces menores que los de Estados Unidos y hasta tres veces menores que los de Brasil. Con una nueva coyuntura de demanda internacional con precios favorables y con las proyecciones de consumo en el tiempo, la voracidad por ampliar la frontera agrícola y obtener más tierras para el cultivo de la soja -el cual se está perfilando como la principal fuente de producción de agrocombustibles- presenta perspectivas alarmantes. Se trata de un negocio para las corporaciones y los bloques de poder ligados a los agronegocios en el país".
Una de las consecuencias más preocupantes de este crecimiento desproporcionado se ve en las góndolas. Es que la ausencia de políticas acertadas ha conducido a que disminuyan profundamente producciones vitales para la seguridad alimentaria nacional, como por ejemplo la ganadería, la lechería y demás cultivos, todos ellos desplazados por la seducción de las ganancias que proporciona la soja. Hay leyes básicas de cualquier economía capitalista: aquella que indica que a menor oferta y mayor demanda los productos se encarecen, aquí se cumple a rajatabla. Los índices de inflación de la canasta básica (no oficiales, demás está decir) así lo indican: las proyecciones para este año la ubican en el 30%.
"La carne sube, porque cada vez tenemos menos vacas. La gente no quiere ser ganadera sino sojera", señaló la doctora Graciela Gómez, de Romang, quien se ha pronunciado varias veces y por distintos medios para alertar de las consecuencias de la feroz ampliación de la frontera agropecuaria para la soja, entre ellas las vinculadas a los fertilizantes.
"Si a los productores les explicás lo del glifosato, no lo entienden o no lo quieren entender. Creen que el glifosato es biodegradable", dijo casi resignada.
Tras subrayar que las ganancias generadas por el negocio biodiesel son solamente para "las grandes corporaciones cerealeras", invitó a observar lo que sucede en México, donde "la comida básica, que es la tortilla de maíz, se encareció a niveles impensados desencadenando protestas. Allá el maíz se exporta masivamente a Estados Unidos para producir bioetanol. Es muy grave". A esto añadió que en la provincia "no hay granjas hortícolas y las que quedan y están cerca de plantaciones de soja son afectadas con las fumigaciones. En 10 años, las tierras que se cultivan con soja no servirán para nada y a esto lo advierten los mismos organismos oficiales. No hay un pájaro, las tierras no tienen ni gusanos. Esta era una tierra rica en nutrientes, pero ahora no hay nada, no hay aves. Las pocas que hay se las encuentra muertas".
"Hay momentos en los que el precio del tomate está por las nubes, las papas y el zapallo parecen un lujo; nuestro famoso asado pasa a formar parte de las guarniciones. Y mientras, las vacas no tienen donde pastar. ¿Las pondremos en los techos de las casas?", se preguntó la profesional.
Siguiendo en esa línea de pensamiento, explicó que los biocombustibles "dan beneficios cada seis meses, y los pastos en los que se crían las vacas lo dan a varios años, por lo que se comenzaron a usar estos terrenos para la producción de biocombustibles. La conclusión es un aumento de precio en la carne de vaca, duplicando o triplicando su valor en Argentina".

Una guerra contra los pobres:

A principios de año, en el diario inglés The Guardian, George Monbiot se explayó en torno a la grave crisis mundial de las fuentes de energía. Allí dio cuenta de que la Unión Europea ha reconocido que "la dependencia del petróleo del sector del transporte es uno de los problemas más serios que sufre Europa en cuanto a la inseguridad en el abastecimiento de energía". Por lo tanto, para diversificar los abastecimientos de combustible y, en parte, para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, la UE ordenó a los estados miembros que para 2020, el 10% del combustible usado en los coches sea reemplazado por biocombustibles. No es casual entonces que tantos capitales internacionales inviertan en Santa Fe en el negocio del biodiesel: los números van a cerrar y más que positivamente.
"Esto no resolverá el pico del petróleo, pero puede que incluso lo ponga en perspectiva al provocar un problema aun mayor", anticipó Monbiot. Sucede que la misma UE aceptó que "los biocombustibles no son una panacea verde. Las reglas incluidas en borrador dicen que estos no deben ser producidos destruyendo bosques primarios, pastos y humedales, ya que esto puede causar un aumento neto en las emisiones tóxicas. Tampoco se podrá dañar ningún ecosistema con una gran biodiversidad para producir biocombustibles".
Sin embargo, en Santa Fe se deforestaron entre 1998 y 2006 más de 32.000 hectáreas de monte nativo, según datos de la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación.
"Si los biocombustibles no pueden ser cultivados en tierras vírgenes, estos deben confinarse a la existente superficie agrícola, lo que significa que cada vez que llenamos el tanque quitamos comida de las bocas de la gente. Esto además aumenta el precio de los alimentos, lo que anima a los agricultores a extender los cultivos hacia otras tierras, bosques primarios, pastos antiguos, humedales y todo lo demás. Nos podemos felicitar por mantenernos moralmente puros, pero los impactos son los mismos. No hay salida para esto: en un planeta finito con un abastecimiento de alimentos muy ajustado, o se entra en competencia con los pobres o se utilizan nuevas tierras", concluyó drásticamente el artículo del matutino inglés.
La tendencia apunta a que si el mundo reclama biocombustibles, se cumplirá con esa demanda. ¿Será al costo de los bolsillos y el hambre de los santafesinos?
Y una vez que los tanques de los modernos vehículos del primer mundo estén repletos de combustible extraído de vegetales plantados aquí ¿con qué se llenarán nuestros platos?

Radiografía del negocio del biodiesel en la provincia de Santa Fe :

Empresas que ya operan : Ecofuel AGD-Bunge (Puerto General San Martín) ,Renova Glencor-Vicentín y Patagonia Bioingeniería,(San Lorenzo) ,Vicentín (Avellaneda) ,Biodiesel S.A ( Sancti Spíritu )
Las que se van a instalar: Louis Dreyfuss , ( General Lagos),Asociación de Cooperativas Argentinas, Explora y Puerto Quebracho ( Puerto General San Martín),Raiser, Noble, Enarsa y Green Fuel Corp. ( Timbres)

Más producción, menos dueños :

El Censo Nacional Agropecuario (CNA) de 1988 en Santa Fe arrojó que existían 37.029 explotaciones agropecuarias. En 2002 el número había disminuido a 28.103, lo que significa una reducción más del 24%. La cuestión se explica en un análisis de la Facultad de Ciencias Agropecuarias de la UNL, en base a un estudio hecho sobre el departamento Las Colonias. Allí se señala que, según el CNA, había en 1988 3.128 establecimientos y que en 2002 quedaban 2.122. Sin embargo había crecido la cantidad de hectáreas ocupadas: en la primera muestra eran 581.388; en la segunda 606.454.

Verdadero pequeño productor :

Ángel Strapazzon es dirigente del Movimiento Campesino de Santiago del Estero-Vía Campesina, que ante la cuestión del conflicto con el agro tiene una postura que no se alinea ni con el gobierno ni con las entidades agropecuarias sino que, por el contrario, es crítica con ambos. En la cuestión puntual del alza de los alimentos, Strapazzon lamentó que en Argentina "estemos destinando el 25% de los monocultivos para hacer biocombustible, comida para los automóviles. Sabemos que de los 800 millones de automóviles que andan en el mundo, 500 millones no tendrían que andar. Los ricos se compran en sus casas tres y cuatro automóviles. En Europa, por casa, hay uno por persona. Es increíble que tengamos que destinar lo que comemos los seres humanos a darle de comer al exceso de automóviles que hay en el mundo. Debemos trabajar la tecnología renovable como la energía solar, la energía eólica, debemos seguir incursionando en eso", propuso.
El dirigente santiagueño expuso además, como otra razón del alza de los precios a nivel mundial, que "el 80% de los alimentos están en manos de ocho o nueve corporaciones transnacionales como son la Dreyfus, Monsanto, Syngenta, Cargill. No puede ser que los gobiernos del mundo se hayan dejado robar de las manos. Esto lo ha afirmado la FAO (el organismo de la ONU encargado de agricultura y alimentación): el derecho a conducir o, por lo menos, poner normativas al ida y vuelta de los alimentos del mundo".
Para Strapazzon, el problema de la escalada del precio de alimentos no se cierra solamente en la soja, sino que también se vincula a otros monocultivos. Da otro ejemplo: "es también un problema la siembra de monocultivos como el eucalipto. En Uruguay, Entre Ríos y Corrientes hay ricas tierras que se utilizan para hacer pasta de celulosa en vez de alimentos. Un eucalipto bebe más de 100 litros de agua por día. La vaca, la famosa vaca uruguaya que hasta hace poco competía por el favor con la nuestra, usa entre 40 y 50 litros por día y, sin embargo, han cerrado un montón de establecimientos ganaderos para poner eucaliptos. Más de 25.000 trabajadores rurales, peones, estos gauchos uruguayos, los charrúas uruguayos que eran excelentes productores de vacas, se han quedado en la calle: el eucalipto no necesita mano de obra. Con Botnia dicen que van a tomar a 5.000 empleados. Está bien, pero ¿y los otros 20.000? ¿Y los otros 100.000 que trabajaban en frigoríficos o en el sistema de agroindustria de la carne?", se preguntó.

El genocidio según Fidel Castro :

Excitado por las perspectivas comerciales del bionegocio, el ex gobernador Jorge Obeid explicaba el año pasado: "Para los que tenemos más de 50 años esto puede ser difícil de entender, porque para nosotros los combustibles están bajo tierra en el sur de país o en zonas petroleras, pero hoy tenemos la posibilidad de que en pocos años seamos los productores de biocombustibles del mundo". Y sentó posición: "Yo estoy convencido de que es una discusión incorrecta y en algunos casos mal intencionada. Los que están interesados en esto (en cuestionar este tipo de emprendimientos) son los grandes productores de petróleo que quieren seguir con su negocio". Paradojas de la realidad, uno de los principales opositores a los biocombustibles es Fidel Castro, con quien Obeid dialogó tanto que hasta escribió el libro Cuba, Fidel y el peronismo. Mis encuentros con Castro y otros textos. Quién sabe, quizás en esas reuniones el viejo líder cubano le haya hecho saber al santafesino su pensamiento: al referirse al impulso que George Bush y Lula Da Silva le dieron a la producción de etanol a partir de la caña de azúcar, Castro lo calificó como "la internacionalización del genocidio" por considerar que "el negocio en general condenará a la muerte de hambre y sed a 3.000 millones de personas en todo el mundo".

De nutrientes y de plagas :

(Fragmentos de un informe del doctor Walter Pengue, incluido el estudio "El avance de la frontera agropecuaria y sus consecuencias", de la Secretaría de Medio Ambiente de la Nación)
-"En Argentina, la intensificación de la producción sojera ha llevado a una importante caída en el contenido de nutrientes del suelo. La producción continua de soja ha facilitado la extracción, sólo en el año 2003, de casi un millón de toneladas de nitrógeno y alrededor de 227.000 de fósforo. Sólo para reponer a estos dos nutrientes, en su equivalente de fertilizante comercial, se necesitarían unos 910 millones de dólares".
"La investigación ecológica sugiere que la reducción de la diversidad paisajística devenida por la expansión de los monocultivos a expensas de la vegetación natural, ha conducido a alteraciones en el balance de insectos, plagas y enfermedades. En estos paisajes, pobres en especies y genéticamente homogéneos, los insectos y patógenos encuentran las condiciones ideales para crecer sin controles naturales. El resultado es un aumento en el uso de agroquímicos los que, por supuesto, luego de un tiempo ya dejan de ser efectivos, debido a la aparición de resistencia o trastornos ecológicos típicos de la aplicación de pesticidas. Además, los agroquímicos conducen a mayores problemas de contaminación de suelos y polución de aguas, eliminación de la biodiversidad y envenenamiento humano".


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El ingenio voraz y los indígenas.
El negocio del agroetanol

Héctor Mondragón
Grupo Semillas - Colombia
La Fogata

Una parte importante de las grandes propiedades en el valle geográfico del Cauca fue dedicada a la agricultura comercial, destacándose la producción de caña de azúcar y soya. La crisis agrícola de los años 90 prácticamente eliminó los cultivos temporales y dejó el campo a la ganadería y la caña, la cual se ha expandido casi por todo el valle a partir del surgimiento de la producción de alcohol carburante o etanol en el último lustro. Esta es la causa de fondo del conflicto que enfrenta a ingenios y a indígenas por la tierra y a ingenios y corteros de caña por el salario y las condiciones de vida.

El gobierno ha incumplido con la reparación integral de la masacre de la hacienda El Nilo, lo que se evidencia en el actual proceso de entrega de tierras a los ingenios azucareros para la producción de agrocombustibles. En lugar de la adquisición de tierras para los indígenas, por el Ministerio del Interior, de los predios priorizados ofrecidos por sus propietarios y con estudios técnicos, varios fueron arrendados por el Ingenio Cauca INCAUCA, para sembrar caña de azúcar con destino a la producción de etanol. Entre los cuatro predios a los que se había dado alta prioridad, tres están entre los arrendados por Incauca.

Todos los discursos de los gobiernos nacional, departamental y municipales acerca de que las fincas ofrecidas no debían darse a los indígenas o sólo a los indígenas, sino que debían ser para los afrocolombianos o los campesinos, quedaron al descubierto como maniobras demagógicas destinadas a tender una cortina de humo que cubriera la real destinación que querían dar a las fincas: Incauca, para la producción de etanol; nada para los afros ni para los campesinos.

La Organización Ardila Lülle, propietaria de INCAUCA, es uno de los principales grupos financieros que operan en el país. Se originó en la industria de bebidas gaseosas (Lux, Postobón, Colombiana, franquicia de Pepsi), de la cual controla cerca de la mitad del mercado, alcanzando un alto grado de integración vertical, al extenderse a la producción de envases, tapas, líquido carbónico y azúcar y a partir de esta, alcohol, etanol y electricidad. Además tiene importantes inversiones en los sectores de comunicaciones (RCN), disquero, textil y agropecuario (Agroindustrias de Urabá, Bananal, Ganadería Hipsala, Ganadera Seguros, Cipreses, Forestales Doña María) [1] .

El 20% del consumo de azúcar en Colombia corre por cuenta de las bebidas, por lo que Ardila Lülle decidió adquirir el 15% de Manuelita [2], en 1981 se separó con su propio ingenio (INCAUCA) y actualmente se precia de ser "el productor individual de azúcar más grande del mundo", pues controla más del 33% de la producción y del mercado [3]. Además de INCAUCA, tiene el 52% del Ingenio Providencia y al menos el 35% del ingenio Risaralda, con la Federación de Cafeteros, el estado y la Corporación Financiera de Occidente, controlada por el Citibank.

El oligopolio azucarero es completado por los grupos Caicedo (ingenios Riopaila y Castilla) y Manuelita y los aliados de este, los ingenios Mayagüez y La Cabaña. El grupo Caicedo liga su producción con la empresa Colombina, productora de confitería [4]. Manuelita es la principal proveedora de Coca Cola, y expandió sus actividades a la palma aceitera en el Meta y otros lugares de los Llanos orientales; en donde promueve un proyecto de producción de biodiesel.

Ardila Lülle el principal promotor de los proyecto de alcohol (Sucromiles) producción de etanol o alcohol carburante. Sus ingenios Cauca (Alcoquímica), Providencia y Risaralda producen el 65% del etanol colombiano a partir de azúcar, en tanto que Manuelita produce el 20% (posee además en Perú la empresa Laredo y participa de la empresa Vale de Paraná en Brasil) y Mayagüez, de las familias Holguín, Correa y Hurtado, el 15% [5].

El negocio del etanol tiene un fundamento burocrático. Aunque los precios internacionales de los combustibles han levantado la producción de agrocombustibles, los costos de producción en Colombia son muy altos, un 50% más altos que en Brasil, pero la ley 693 del 19 de septiembre de 2001 ordenó que a partir de septiembre de 2006 la gasolina en las ciudades colombianas de más de 500 mil habitantes debe contener etanol. Tal imposición sustentada con supuestas motivaciones ecológicas y sociales es decisiva, pues el costo de producción del etanol es superior al de la gasolina: Ardila Lülle vende el galón de etanol a US$ 2,40 mientras Ecopetrol vende el de gasolina a US$ 1,26 [6]. La maquinaria de las plantas para producir alcohol no paga impuestos de aduana. Una resolución del Ministerio de Minas impide que el etanol se obtenga de minerales o gases y obliga a extraerlo de biomasa [7]. Para completar, la ley 788 de 2002 exoneró al etanol del impuesto al valor agregado IVA y de los impuestos y sobretasas a los combustibles, exenciones que cuestan al estado 100 millones de dólares por año [8].

Los ingenios pagan a los empresarios productores de caña 50 mil pesos colombianos por tonelada "si es para azúcar" y 30 mil pesos "si es para etanol". Este precio arbitrariamente fijado valiéndose de su condición de monopsonio, así como las crecientes divergencias de intereses entre los ingenios y los empresarios productores de caña, causó la salida de estos de Asocaña y la fundación de la Asociación de productores y proveedores de Caña, Procaña, así como de Azucar que agrupa a los proveedores del Ingenio Risaralda.

La firma LMC International realizó un estudio que demostró que en Colombia se paga uno de los precios más altos del mundo por hectárea de caña cosechada, 82% más que China, 75% más que en Brasil, 63% más que en Guatemala, 42% más alto que en Tailandia; 28% más que en Australia y 6% más que en Sudáfrica. El presidente de Procaña, José Vicente Irurtia informó que los precios de la tierra y particularmente en el Valle del Cauca, son de los más elevados del mundo [9]. Los grandes terratenientes se embolsillan pués por ahora una buena tajada del negocio del etanol.

La estrategia de Ardila Lülle para proveerse de caña más barata, dentro de su tradición de integración vertical, ha sido la de ampliar su capacidad para producir directamente caña de azúcar, arrendando tierras. No ha comprado tierras, porque sabe que este negocio no será de largo plazo. Y es en este plan que ha ingresado al norte del Cauca; aprovechando el incumplimiento del gobierno con los indígenas, ha arrendado varias de las fincas ofrecidas a la venta por sus propietarios, fincas que tenían estudios técnicos favorables: San Rafael, en Santander de Quilichao; García Arriba, en Corinto; y La Elvira, en Miranda. Además INCAUCA arrendó La Laguna de Santander; y la finca más disputada durante el conflicto reciente La Emperatriz.

Al ser dedicadas a producir caña de azúcar, las fincas requieren más agua. Todo el proceso de producción del etanol es altamente consumidor de agua, tanto en el cultivo de la caña, como en la planta, además del agua requerida por la concentración de trabajadores. Los administradores de las fincas arrendadas comenzaron a hacer propuestas para negociar el desvío de corrientes de agua o su canalización. Las comunidades han interpretado además que está ligado a la expansión de la caña, el proyecto de desviación del río Mondomo que corre por Caldono, hacia el acueducto de Santander de Quilichao.

La multiplicación de la caña en el norte del Cauca plantea la transformación del conflicto por la tierra en conflicto por el agua y generaría disputas que resolverían los Consejos de Cuenca. La desviación del agua de los resguardos hacia las fincas cañeras, provocaría un éxodo indígena, que sería una fuente de mano de obra para las fincas. La perspectiva de trabajo como corteros de caña no es nada halagadora para los indígenas. Unos 30 mil trabajadores no tienen contratos laborales y son explotados en condiciones del capitalismo salvaje. Los antes fuertes sindicatos de industrias han sido reducidos a lo mínimo y la contratación se hace con supuestas "cooperativas", creadas para esconder la relación laboral y pagar al destajo y sin prestación social alguna.

Las "cooperativas" de corteros de caña comenzaron a realizar huelgas desde 2003 cuando 1.600 obreros pararon el ingenio La Cabaña y más recientemente desde el 25 de mayo de 2005 cuando 2.700 corteros del ingenio Cauca pararon labores, seguidos de otros 7 mil de Mayagüez, Manuelita y otros ingenios. El desconocimiento de la relación laboral impidió declarar la ilegalidad de las huelgas y el invento de las "cooperativas" se volvió contra sus inventores. Pero las condiciones laborales de los trabajadores de la caña siguen siendo muy malas, fue asesinado Edison Arturo Sánchez dirigente de la huelga en Castilla y además, en el ingenio La Cabaña han sido desconocidos los acuerdos con los trabajadores y despedidos los huelguistas. Ante la imposibilidad de disciplinar la mano de obra y la necesidad de incrementar la productividad, los ingenios planifican ahora la mecanización del corte, con lo cual los supuestos efectos de la producción de etanol sobre el empleo, se invertirían.

Los indígenas del norte del Cauca conocen bien la problemática de los corteros de caña y se han solidarizado activamente con sus movilizaciones. El 14 de septiembre de 2005 oyeron en asamblea a una delegación de corteros exponer sus condiciones de trabajo [10].

Tanto sacrificio de corteros, indígenas, empresarios productores de caña, y el Estado por un negocio que en Colombia, además de ser burocráticamente establecido, está limitado por los ciclos de precios del petróleo, los combustibles y la energía en general. En el período de altos precios, mucha gente tiende a pensar que el alza resulta de una tendencia. Pero si observamos la variación de los precios del petróleo a lo largo de varias décadas, tenemos claro, en primer lugar el carácter cíclico de las oscilaciones estos precios, como sucede con las oscilaciones de los precios de cualquier producto; en segundo lugar, observamos que la exageración de los movimientos cíclicos comienza desde 1974 y no porque el petróleo esté próximo a agotarse sino por motivos políticos.

El alza de 1974 fue provocada por el embargo decretado por los países árabes contra occidente, tras la guerra palestino-israelí. El fortalecimiento de la Organización de Países Exportadores de Petróleo OPEP y luego en 1979 la revolución iraní, llevaron al extremo el alza, hasta niveles de precios reales superiores a los actuales. Posteriormente la guerra entre Iraq e Irán y la venta por estos dos países de todo el petróleo que podían producir, condujeron a la crisis a la OPEP y a una caída muy fuerte de los precios. Los precios volvieron a subir en a comienzos de 1991 por la guerra del golfo, tras la ocupación iraquí de Kuwait y el subsiguiente ataque a Iraq por Estados Unidos. Luego los precios cayeron estrepitosamente hasta 1999. Los sucesos del 11 de septiembre de 2001 y la invasión a Iraq en 2003, los dispararon hacia arriba nuevamente.

En el mediano plazo, lo más probable es la baja cíclica de los precios de los combustibles, provocada por las inversiones en exploración petrolera, que ya empiezan a provocar hallazgos gigantes, como los realizados en 2007 en el mar, por China y Brasil; el cultivo de muy grandes extensiones para producir agrocombustibles en la India, China, Brasil, Africa; las nuevas tecnologías para producir agrocombustibles con bagazos o maderas y para ahorrar consumo de gasolina en los automóviles, tales como la "ignición por compresión de cambio homogéneo", que permite consumir 15% menos de combustible [11]; la producción de vehículos eléctricos recargables, que ya se fabrican alternativos para electricidad y gasolina [12] y desde el 2010 serán exclusivamente eléctricos [13], con cada vez mayor kilometraje entre recarga y baterías más pequeñas y fáciles de recargar, en menor tiempo; la multiplicación de proyectos para generar energía eléctrica, entre los que se destaca el Plan Puebla Panamá, centrado en la construcción de represas hidroeléctricas en México, Centroamérica y Colombia y la interconexión para conducir electricidad hasta Estados Unidos. Además, la caída de la economía en Estados Unidos, iniciada en 2007 por la crisis hipotecaria y continuada por la crisis bursátil de enero de 2008, tiende a convertirse en una nueva recesión mundial, que frenará la demanda de energía.

La única posibilidad para prolongar el alza de los precios a mediano plazo, sería una guerra en Irán que se convirtiera en guerra atómica y causara la destrucción de grandes yacimientos en el golfo Pérsico. Un posible ataque estadounidense o israelí a Irán, conjuntamente con la amenaza de invasión de Turquía al Kurdistán iraquí, han contribuido a elevar los precios. Pero si se conjuran las amenazas de guerra, los precios bajarán y si se concretan y se produce la captura de los yacimientos iraníes, la caída será extrema.

Es claro que el negocio de los agrocombustibles no es económicamente sostenible a mediano y largo plazo y constituye en cambio el clásico negocio de las economías bonanza, que tanto daño social y ecológico han hecho a nuestros países. Monocultivo, desvío de cursos de agua, contaminación con pesticidas, destrucción de biodiversidad, desplazamiento de población, que una vez clausurado el negocio ya no serán reversibles; el daño quedará hecho, para que solamente la élite del país salga beneficiada.

En el caso de Colombia la perspectiva es peor. No se podrá exportar el etanol producido con caña de azúcar por su alto costo de producción, no es competitivo internacionalmente. El país sí es exportador de petróleo y puede producir gasolina a un costo de producción equivalente a la mitad del costo del etanol. Por cada galón de etanol caro que se consuma en Colombia se exportará un galón de gasolina barato, vendido caro a los consumidores europeos o norteamericanos y NO se reducirá la contaminación de la atmósfera por la gasolina. La Unión Europea ya reconoció que no fue capaz de prever los problemas ambientales y sociales derivados de la obtención de agrocombustibles [14] y como lo señala John Pickett, del Rothamsted Research, que participó en la elaboración de un informe de la Academia Nacional de Ciencias de la Gran Bretaña, "incrementar indiscriminadamente la cantidad de biocombustibles, puede no conducir automáticamente a la mejor reducción de emisiones" gases de efecto invernadero [15].

[1] Sobre la estructura del grupo Ardila Lule, ver: Naranjo Ojeda, Luis Bernardo La República, Bogotá18 de diciembre de 19998, p. 3B y; Silva-Colmenares, Julio 2004 El Gran capital en Colombia: 181-218; Bogotá: Planeta.
[2] Silva-Colmenares, Julio 1977 Los verdaderos dueños del país: 35. Bogotá: Fondo Editorial Suramérica.
[3] Silva Colmenares 2004, p. 208-218.
[4] Espinal, Carlos Federico; Héctor J. Martínez y Luz Stella Beltrán 2005 La agroindustria del azúcar en Colombia. Documento de Trabajo 80; Bogotá: Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural, Observatorio de Agrocadenas.
[5] Silva Colmenares, 2004.
[6] Serrano Gómez, Hugo 2006 "¡Qué horror!, etanol a US$ 100/ barril"; Vanguardia Liberal, Bucaramanga, 20 de noviembre de 2006.
[7] Robledo, Jorge 2004 El negocio de los alcoholes carburantes se puso en marcha en medio de una gran demagogia oficial y para privilegio de unos pocos; Debate en el Senado, 11 de septiembre de 2004.
[8] Suárez Montoya, Aurelio 2006 "¿Quién se come el queso del etanol?"; La Tarde, Pereira, 12 de septiembre de 2006.
[9] "Amargo debate por precio de la caña"; El País, Cali, 23 de febrero de 2007.
[10] Asamblea y Autoridades Indígenas del Cauca 2005 Somos menos que esclavos. ACIN
[11] Ya usada, por ejemplo en el Opel Vectra.
[12] Como el Volvo ReCharge Concept y el Opel Flextreme
[13] Chevrolet Volt y Lotus APX.
[14] Morales, Juliett "Admite Unión Europea que ignoró problemas vinculados al etanol". Prensa Latina, Londres, 14 de enero de 2008.
[15] "Europa podría prohibir importación de algunos cultivos para producir biocombustibles". El Tiempo, 14 de enero de 2008.


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Destruyendo la agricultura africana.

Walden Bello
Global Research.
La Fogata

La producción de biocombustibles es ciertamente uno de los culpables de la actual crisis global de alimentos. Pero mientras que el desvío de cereales de su uso como alimentos a la producción de biocombustibles ha sido uno de los factores que han disparado los precios de los alimentos, el problema primordial ha sido la conversión de economías en su mayor parte autosuficientes en el sector alimentario en importadores crónicos de alimentos. En este tema, el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional (FMI), y el la Organización Mundial del Comercio (OMC) figuran como los principales villanos..
Ya sea en Latinoamérica, Asia, o África, la historia ha sido la misma: desestabilización de los productores locales por una embestida tras otra de los programas de ajuste estructural del FMI-Banco Mundial que destruyeron las inversiones gubernamentales en el campo, seguida por un masiva afluencia de importaciones de productos agrícolas subsidiados de la Unión Europea y Estados Unidos, después de que el Acuerdo sobre Agricultura de la OMC se entrometiera en los mercados..
La agricultura africana es un caso de estudio de cómo políticas económicas doctrinarias que sirven intereses corporativos pueden destruir la base productora de todo un continente..
De Exportadores a Importadores.
En la época de la descolonización en los años 60, África no es que fuera autosuficiente en la producción de alimentos, es que era un exportador neto de alimentos, el valor promedio de sus exportaciones era de 1,3 millones de toneladas por año entre 1966 y 1970. Hoy, el continente importa el 25% de sus alimentos, siendo casi todos sus países importadores netos de los mismos. Las hambrunas se han convertido en un fenómeno recurrente, sólo en los últimos tres años se han producido emergencias alimentarias en el Cuerno de África, el Sahel, África del sur y África central..
La agricultura sufre una crisis profunda, y sus causas son muchas, entre las que se incluyen guerras civiles y la difusión del SIDA. Sin embargo, un hecho fundamental que dio origen a esta situación fue la retirada paulatina de los controles gubernamentales y mecanismos de apoyo debido a los programas de ajustes estructurales a los cuales la mayoría de los países africanos fueron sometidos como el resultado del precio que tuvieron que pagar para obtener asistencia del FMI y el Banco Mundial para hacer frente a sus deudas externas..
En vez de disparar una virtuosa espiral de crecimiento y prosperidad, los ajustes estructurales llevaron a África a un descenso en las inversiones, incremento del desempleo, reducciones en el gasto social, reducción del consumo, y bajo rendimiento, todo combinado para crear un círculo vicioso de estancamiento y deterioro económico..
Levantar el control de precios de los fertilizantes a la vez que se reducía el sistema de créditos para la agricultura, simplemente llevó a la reducción de solicitudes de subvenciones, reducciones en la producción, y reducciones en las inversiones. No hace falta ser economista para predecir este resultado, el cual fue eliminado por los paradigmas del libre mercado del FMI y el Banco Mundial. Lo que es más, la realidad se negó a ajustarse a las esperanzas doctrinarias de que la retirada del estado pavimentaría el camino para que el sector privado y el mercado dinamizaran la agricultura. En vez de eso, el sector privado creyó que la reducción del gasto del estado crearía más riesgo y falló en la posibilidad de ser una alternativa. En un país tras otro, las predicciones de la doctrina neoliberal produjeron justo lo contrario: la retirada del estado "espantó" más que "atrajo" la inversión privada. En aquellos casos en los que empresarios privados vinieron a reemplazar al estado, como hace notar un informe de Oxfam, "lo han hecho algunas veces en condiciones altamente desfavorables para los agricultores pobres," dejando "más inseguridad alimentaria para los agricultores, y dependencia de los gobiernos de flujos inciertos de ayuda." El generalmente pro sector privado Economist estaba de acuerdo, admitiendo que "muchas de las firmas privadas traídas para reemplazar los investigadores del estado resultaron ser monopolistas buscando beneficios.".
El poco apoyo que se le permitió ofrecer al gobierno fue encauzado por el Banco Mundial hacia la generación de productos agrícolas para la exportación, para generar divisas que el estado necesitaba para hacer frente a su deuda con el Banco Mundial y el FMI. Pero, como ocurrió en Etiopía durante la hambruna de principio de los 80, esto llevó al uso de buenas tierras de cultivo para cultivos dedicados a la exportación, mientras que los cultivos dedicados a alimentos básicos se relegaron a suelos cada vez menos adecuados, lo que exacerbó la inseguridad alimentaria. Lo que es más, el hecho de que el Banco Mundial animara a varios países cuyas economías estaban sufriendo ajustes a concentrarse en la producción de los mismos cultivos para la exportación llevó a una sobreproducción que colapsó los precios en los mercados internacionales. Por ejemplo, el éxito mismo del programa de Ghana para expandir la producción de cacao disparó una caída del 48% en el precio internacional del cacao entre 1986 y 1989, amenazando con, como lo expresó un informe, "incrementar la vulnerabilidad de la economía entera a los caprichos del mercado del cacao." En 2002-2003, un colapso en los precios del café contribuyó a otra emergencia alimentaria en Etiopía..
Lo mismo que en muchas otras regiones, el ajuste estructural en África no significó simplemente bajada de las inversiones, sino la ausencia de las mismas. Pero hubo una gran diferencia. En América Latina y Asia, el Banco Mundial y el FMI se limitaron en la mayoría de los casos a la macroeconomía, o a la supervisión del desmantelamiento del papel económico del estado desde arriba. Estas instituciones dejaron los sucios detalles de la implementación de estas políticas a las burocracias del estado. En África, donde trataban con gobiernos muchos más débiles, el Banco Mundial y FMI gestionaron aspectos de la microeconomía con decisiones tales como la rapidez con la que los subsidios debían ser eliminados, cuantos funcionarios tenían que ser despedidos, o incluso, como en el caso de Malawi, que parte de la reserva de cereales del país debería ser vendida y a quien. En otras palabras, los procónsules residentes del Banco Mundial y el FMI se metieron en las mismas entrañas de la implicación del estado en la economía agrícola para hacerla pedazos..
El papel del comercio.
El impacto negativo de los programas de ajuste se agravó con prácticas comerciales injustas por parte de la Unión Europea y Estados Unidos. La liberalización de los mercados permitió la entrada de ternera barata subsidiada de la Unión Europea en África occidental y del sur, llevando a los productores a la ruina. Con sus subsidios legalizadoss por el Acuerdo sobre Agricultura de la OMC, los productores de algodón de Estados Unidos inundaron de algodón los mercados mundiales a un precio del 20-55% del coste de la producción, llevando de paso a la bancarrota a los productores de algodón de África occidental y central..
Estos sombríos resultados no fueron accidentales. Como lo expresó el entonces Secretario de Agricultura de Estados Unidos John Block al inicio de la Ronda de Uruguay de negociaciones comerciales en 1986, "la idea de que países en vías de desarrollo deberían alimentarse a si mismos es un anacronismo de una era pasada. Podrían asegurar mejor su seguridad alimentaria confiando en los productos agrícolas de Estados Unidos, los cuales están disponibles, en muchos casos a costes más bajos.".
Lo que Block no dijo fue que el coste más bajo de los productos de Estados Unidos se debía a los subsidios que se estaban volviendo mayores cada año, a pesar de que la OMC se suponía que tenía que retirar paulatinamente cualquier tipo de subsidio. De los 367.000 millones de dólares en 1995, el primer año de la OMC, la cantidad total de subsidios a la agricultura proporcionados por los gobiernos de los países desarrollados subió a 388.000 millones en 2004. Los subsidios suponen actualmente el 40% del valor de la producción agrícola en la Unión Europea y el 25% en Estados Unidos..
Las consecuencias sociales de los ajustes estructurales que tiraron a la basura el sistema agrícola eran predecibles. Según Oxfam, el número de africanos que viven con menos de un dólar al día se duplicó a 313 millones de personas entre 1981 y 2001, esto supone un 46% de todo el continente. El papel de los ajustes estructurales en la creación de pobreza, así como en debilitar severamente la base agrícola del continente y consolidar la dependencia de las importaciones, era difícil de negar. Como admitió el economista jefe para África del Banco Mundial, "No pensamos que el coste humano de estos programas podía ser tan alto, y las ganancias económicas tan lentas en llegar.".
Esto fue, sin embargo, un raro momento de ternura. Lo que era especialmente inquietante es que, como lo hizo notar el profesor de economía política de Oxford Ngaire Woods, "la aparente ceguera del Banco Mundial y el FMI al fallo de su política en el África sub-sahariana persiste aún cuando los propios estudios de estas instituciones no consiguen mostrar efectos positivos en las inversiones.".
El caso de Malawi.
Esta testarudez llevó la tragedia a Malawi..
Fue una tragedia precedida por el éxito. En 1998 y 1999, el gobierno inició un programa para dar a cada familia minifundista un "paquete de arranque" de fertilizantes y semillas gratis. A esto le siguieron varios años de experimentación exitosa en los que los paquetes se distribuyeron solamente a las familias más pobres. El resultado fue un excedente nacional de cereales. Lo que vino después, sin embargo, es una historia que se consagrará como un caso clásico de estudio en los libros futuros sobre los diez errores garrafales de la economía neoliberal..
El Banco Mundial y los donantes de ayuda forzaron a una drástica reducción y finalmente la eliminación total de este programa, argumentando que los subsidios distorsionaban el mercado. Sin los paquetes gratis, la producción de alimentos cayó en picado. Mientras tanto, el FMI insistió en que el gobierno vendiera una gran parte de sus reservas estratégicas de cereales para permitir a la agencia de reserva de alimentos pagar sus deudas comerciales. El gobierno accedió. Cuando la crisis en la producción de alimentos se convirtió en una hambruna en 2001-2002, apenas quedaba ninguna reserva para llevar urgentemente a las zonas rurales. Unas 1,500 personas perecieron. El FMI, sin embargo, no mostró ningún arrepentimiento; de hecho, suspendió sus pagos del programa de ajuste al gobierno con el argumento de que "el sector paraestatal continuará suponiendo un riesgo a la implementación con éxito del presupuesto 2002/2003. Las intervenciones del gobierno en los mercados alimentarios y otros mercados agrícola.ahuyentan un gasto más productivo.".
Cuando una crisis de alimentos aún mayor se desarrolló en 2005, el gobierno finalmente se hartó de la estupidez institucionalizada del Banco Mundial y el FMI. Un nuevo presidente introdujo de nuevo el programa de subsidio a los fertilizantes, permitiendo a dos millones de minifundistas comprar fertilizantes a un tercio de su precio de venta al público y semillas con descuentos. El resultado: cosechas extraordinarias durante dos años seguidos, un excedente de un millón de toneladas de maíz, y el país transformado en un suministrador de cereales a otros países de África del sur..
Pero el Banco Mundial, como su agencia hermana, aún se agarró tozudamente a su desacreditada doctrina. Como el director del Banco Mundial le dijo al Toronto Globe and Mail, "Todos esos agricultores que mendigaron, pidieron prestados y robaron para comprar fertilizantes extra el año pasado están ahora examinando su decisión y pensándoselo dos veces. Mientras más bajo sea el precio del maíz, mejor para la seguridad alimentaria pero peor para el desarrollo del mercado.".
Huyendo del fracaso.
El desafío de Malawi al Banco Mundial hubiera sido probablemente un acto heroico de resistencia pero inútil hace una década. El ambiente es distinto ahora. Debido a la ausencia de ningún caso claro de éxito, los ajusten estructurales han sido desacreditados en toda África. Incluso algunos gobiernos donadores que en su día subscribieron su política se han distanciado ahora del Banco Mundial, el caso más prominente es el de la agencia oficial de ayuda Británica que co-financió el último programa de fertilizantes subsidiados de Malawi. Tal vez la motivación de estas instituciones es prevenir una mayor erosión de su menguante influencia en el continente por su asociación con políticas fallidas e instituciones impopulares. Al mismo tiempo, están ciertamente al corriente de que la ayuda china está emergiendo como una alternativa a los condicionamientos del Banco Mundial, el FMI, y los programas de ayuda de los gobiernos occidentales..
Más allá de África, incluso antiguos partidarios de los ajustes, como el Instituto Internacional de Investigación en Política Alimentaria (Internacional Food Policy Research Institute, IFPRI) en Washington y el rabiosamente neoliberal Economist reconocieron que la abdicación del estado en temas de agricultura fue un error. En un comentario reciente sobre el aumento de los precios de los alimentos, IFPRI afirmó que "las inversiones en el medio rural han sido gravemente descuidadas en las últimas décadas," y dice que es la hora de que "los gobiernos de los países en vías de desarrollo incrementen sus inversiones a medio y largo plazo en investigación agraria y su transferencia, infraestructura rural, y el acceso a los mercados para los pequeños agricultores." Al mismo tiempo, la adherencia del Banco Mundial y el FMI al libre mercado fue atacada desde el corazón mismo del stablishement económico, con un comité de luminarias encabezado por el profesor de la Universidad de Princeton ,Angus Deaton, acusando al departamento de investigación del Banco Mundial de ser parcial y "selectivo" en sus investigaciones y presentación de datos. Como dice el dicho el éxito tiene un millar de padres y el fracaso es huérfano..
Incapaz de negar lo obvio, el Banco Mundial finalmente ha reconocido que todo el proyecto de ajustes estructurales fue un error, aunque coló esta concesión en medio del Informe del Desarrollo Mundial de 2008, tal vez con la esperanza de que no atraería demasiada atención. No obstante, fue una admisión irrefutable:.
"El ajuste estructural de los 80 desmanteló el elaborado sistema de agencias públicas que proporcionaban a los agricultores acceso a la tierra, créditos, seguros, y organización cooperativa. La expectativa era que eliminando el estado se liberaría el mercado para que actores privados tomaran estas funciones-reduciendo los costes, mejorando la calidad de los servicios y eliminando el sesgo regresivo. Con demasiada frecuencia, eso no ocurrió. En algunos lugares, la retirada del estado fue solo provisional en el mejor de los casos, lo que limitó la entrada privada. En el resto de los lugares el sector privado apareció solo lentamente y su acción fue parcial, sirviendo principalmente a los empresarios agrícolas pero dejando a los minifundistas expuestos a extensos fallos del mercado, altos costes y riesgos en las transacciones, y carencias en los servicios. Mercados incompletos y brechas institucionales impusieron costes enormes sobre el crecimiento asumido y pérdidas de asistencia pública para los minifundistas, amenazando su competitividad y, en muchos casos, su supervivencia"..
En suma, la producción de biocombustibles no creó sino que exacerbó la crisis alimentaria global. La crisis se ha venido fraguando durante años, mientras que las políticas promovidas por el Banco Mundial, el FMI, y la OMC, disuadían de forma sistemática la autosuficiencia alimentaria y animaban a la importación de alimentos mediante la destrucción de la base local productiva de la agricultura de pequeños propietarios. En toda África y en el Sur global, estas instituciones y las políticas que han promovido están hoy en día totalmente desacreditadas. Pero aún está por verse si el daño que han causado puede remediarse con el tiempo suficiente para impedir consecuencias más catastróficas que las que estamos experimentando actualmente..
Notas.
1. Charles Abugre, "Behind Crowded Shelves: As Assessment of Ghana´s Structural Adjustment Experiences, 1983-1991," (San Francisco: food First, 1993), p. 87..
2. "Trade Talks Round Going Nowhere sans Progress in Farm Reform," Business World (Phil), Sept. 8, 2003, p. 15..
3. Citado en "Cakes and Caviar: the Dunkel Draft and Third World Agriculture," Ecologist, Vol. 23, No. 6 (Nov-Dic 1993), p. 220.
4. Morris Miller, Debt and the Environment: Converging Crisis (New York: UN, 1991), p. 70..
5. Ngaire Woods, The Globalizers: the IMF, the World Bank, and their Borrowers (Thaca: Cornell University Press, 2006), p. 158..
Enlace artículo original:
http://www.globalresearch.ca/index.php?context=va&aid=9196.
Jesus Maria y Mariola Garcia Pedrajas son colaboradores de Rebelión. Esta traducción se puede reproducir libremente a condición de respetar su integridad y mencionar al autor, a la traductora y la fuente.
Traducido para Rebelión por Jesus Maria y Mariola Garcia Pedrajas.


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¿Cambio? ¿Qué cambio?.

Alexander Cockburn
CounterPunch.
La Fogata

El martes 3 de junio, Barack Obama reclamó el mayor premio que el Partido Demócrata puede ofrecer, a saber, su nominación como candidato a la presidencia. Al siguiente día, el vendedor del "cambio" regresó desde Minnesota a Washington para ponerse públicamente a los pies de una organización cuya principal misión es asegurar que ningún gobierno de EEUU presione nunca al estado de Israel para obligarle a cambiar sus políticas. Los términos de la rendición de Obama explotaron como retóricas bombas de racimo por todo Oriente Medio. Ante Israel y sus vecinos, lo que seguramente significó fue que quienquiera que fuese el que llegara a la Casa Blanca el próximo enero, no habría diferencia alguna con el papel desempeñado por Bush como garante de la intransigencia israelí..
Las conferencias del American Israel Public Affairs Committee (AIPAC) se han convertido en escaparates del peso político de este grupo de presión. La influencia es real. Un político que enoje al Lobby contemplará de inmediato cómo la financiación de su campaña se queda seca y se ve obligado a afrontar toda una serie de desafíos-sorpresa por parte de opositores bien financiados. Retrocediendo hasta septiembre de 1991, nos encontramos con que el Presidente George Bush padre se enfrentó al Lobby señalando que EEUU gastaba casi 1.000$ al año por cada israelí, sugiriendo que eso representaba una extorsión de manos del AIPAC. "Estoy en contra de algunas fuerzas poderosas", dijo en una conferencia de prensa. "Tenemos hasta 1.000 miembros del lobby trabajando en el Capitolio en el otro aspecto de la cuestión. Y aquí tan sólo un pequeño chico solitario". Quiso emprender esa particular batalla, pero hay quien señala la consiguiente hostilidad del AIPAC como uno de los factores importantes que al año siguiente contribuyó a su derrota frente Clinton. Si realmente fue así, desde luego que George hijo se aprendió bien la lección..
Mientras congresistas y senadores estadounidenses y sus equipos se arracimaban en los pasillos del centro de convenciones, toda una audiencia de 7.000 funcionarios judíos provenientes de todos los lugares de EEUU no paraban de jalear mientras, uno tras otro, los tres aspirantes se dirigían a la tribuna para hacer las políticamente provechosas declaraciones de lealtad a Israel..
Antes de dar comienzo a su campaña para la nominación, Obama puso especial cuidado en conseguir el apoyo de influyentes judíos estadounidenses de Chicago, como la familia Crown, asociada con la firma aeroespacial General Dynamics..
Como escribí aquí en febrero, hubo un tristemente célebre escándalo durante los años de Kennedy en el que se vio implicado su Secretario de Defensa, Robert McNamara, quien desautorizó cualquier inspección experta y cualquier recomendación de adquisición, insistiendo en que fuera General Dynamics en vez de Boeing quien fabricara el desastroso F-111. Lo que se sospecha es que Henry Crown, de Chicago, hizo alguna llamada para conseguir algún que otro favor por el papel jugado a la hora de decidir en 1960 el voto por JFK en el Condado de Cook, Illinois, ante la furia impotente de una Hillary Clinton adolescente, que era entonces observadora, por Nixon, en el recuento de votos. Crown, de Chicago Sand and Gravel, tenía 300 millones de dólares de la mafia en bonos de General Dynamics, y después del desastre del Convair, General Dynamics necesitaba el F-111 para evitar irse a pique, llevándose así consigo los 300 millones de dólares de la mafia..
Henry Crown pasó ya al gran paraíso venal en el cielo, pero sus descendientes en el clan Crown son devotos contribuyentes de Obama, dándole decenas de miles de dólares, como puede atestiguarse rápidamente echando una ojeada a la página de Internet del Center for Responsive Politics. La familia Crown sigue aún profundamente implicada en los asuntos de General Dynamics. Lester y James Crown han conseguido sendos puestos en la junta de la compañía en años recientes. General Dynamics está muy involucrada con contratistas militares israelíes. En un panfleto de 2003 de la empresa General Dynamic citado por Chicago Indymedia se proclamaba "una alianza estratégica con Aeronautics Defense Systems Ltd.", una firma israelí con sede en Yavne. Aeronautics Defense Systems Ltd. es la firma que desarrolló el dispositivo de vigilancia aérea Unmanned Multi-Application System (UMASa) que el ejército israelí utiliza para "proporcionar un panorama 'a vista de pájaro' en tiempo real de la zona vigilada a los comandantes de combate y a los puestos del mando aéreo". La historia de Indymedia citaba al entonces Viceprimer Ministro israelí Ehud Olmert declarando que el acuerdo entre General Dynamics y Aeronautics Defense Systems para unir a "ambas compañías de tecnología punta en defensa y seguridad interior" era "la prueba adicional de los beneficios comerciales y tecnológicos que las alianzas entre industrias estadounidenses e israelíes podían producir". Un ojo en el cielo de Gaza se convierte en un dólar en la "caja de guerra" de Obama..
El 11 de enero de este año, pegado a los talones de un editorial alabando a Obama como Amigo de Israel en el rabiosamente sionista New York Sun, Lester Crow hizo circular una recomendación para la comunidad judía, expresando su impaciencia por "compartir con vosotros mi confianza en que el historial estelar del Senador Barack Obama en relación con Israel me asegura con gran alivio que, como Presidente, será el amigo de Israel que todos queremos ver en los incondicionales de la Casa Blanca para la defensa de la seguridad de Israel y comprometido en ayudar a que Israel consiga la paz con sus vecinos. Pocas figuras públicas inspiran tanta esperanza y optimismo como Barack Obama. Por favor, pasen este mensaje a todos aquellos que puedan estar interesados"..
Preocupado por los rumores avivados por la campaña de Clinton de que seguía siendo musulmán en secreto, Obama insistió en que antes de las primarias del 22 de abril en Pensilvania, un estado con un voto judío políticamente significativo, su campaña abrió un blog en lengua judía en Israel..
Por eso, Obama llegó este año a la conferencia del AIPAC determinado a eliminar todas las dudas que pudieran quedar de que él es Amigo de Israel. "Utilizaremos todos los elementos del poder estadounidense para presionar a Irán", aseguró al AIPAC. "Haré todo lo que esté en mi poder para impedir que Irán consiga armas nucleares. Todo lo que esté en mi poder. Y con todo, quiero decir todo". Juró que no hablaría con Hamas, los representantes elegidos del pueblo palestino. Ante el estruendoso aplauso, declaró: "Jerusalén permanecerá como la capital indivisa de Israel"..
Como Uri Avnery, el veterano escritor y activista por la paz israelí protestó furiosamente a raíz de esa última sentencia:.
"Ahora llega Obama y recupera del basurero el gastado lema de 'una Jerusalén indivisa como capital de Israel para toda la eternidad'. Desde Camp David, todos los gobiernos israelíes han comprendido que ese mantra constituye un obstáculo insuperable para cualquier proceso de paz. Por eso ha desaparecido -sigilosamente, casi en secreto- del arsenal de consignas oficiales. Ningún palestino, ningún árabe, ningún musulmán hará jamás la paz con Israel si el complejo de Haram-al-Sharif (también llamado Monte del Templo), uno de los tres lugares santos del Islam y uno de los más destacados símbolos del nacionalismo palestino, no se transfiere a soberanía palestina. Ese es uno de los meollos del conflicto. Por esa misma cuestión, se puso fin a la conferencia de Camp David de 2000"..
Los asesores de política exterior de Obama se desgarraron las vestiduras y al siguiente día su campaña emitió una aclaración: "Jerusalén es una cuestión del estatuto final, lo que significa que tiene que ser negociada entre las dos partes" como parte de "un acuerdo con el que ambas puedan vivir". Más o menos es lo mismo, insistían en que Jerusalén, a los ojos de Obama, debe ser la capital de Israel..
El talento que salta a la vista de Obama es su capacidad para adaptar su retórica con una velocidad inquietante para despejar cualquier sospecha que pueda surgir entre los poderosos asegurándoles que, aunque pueda parecer que se sale de madre, no deben preocuparse. Al principio de su campaña fue criticado por no llevar la bandera estadounidense en un alfiler en la solapa. En la conferencia del AIPAC llevaba un alfiler doble con las banderas estadounidense e israelí. ¿Hay un "Obama verdadero" esperando aparecer, una vez que haya superado el turbio negocio de agradar a los votantes? Realmente no. La fabricación del "auténtico" Obama es un proyecto en curso, y el AIPAC es un evaluador importante de la evolución de "cambio"..
Aunque la humillación de Obama tuvo amplia cobertura por todo el Oriente Medio, la prensa aquí, desde el New York Times al "Democracy Now" de Amy Goodman (véase el artículo de Mumhammad Idrees de la pasada semana) guardaron silencio. Fue evidentemente considerado como un regalo, indigno de un comentario editorial, que un hombre que podía muy bien ser el próximo presidente, estuviera desactivando la política de "cambio" precisamente cuando más necesaria era a instancias de los hombres que Jon Stewart ridiculizó en su show con tono de voz crispado llamándolos "los sabios de Sion". Stewart disparó algunos comentarios bastante mordaces sobre el AIPAC, para mi sorpresa, porque no soy precisamente un gran fan suyo, después de comprobar que se ha convertido en un programa de culto, a la mayor gloria de Stewart, de manera muy parecida a los devotos de "Democracy Now" y de Goodman, quienes esperan sus emisiones como si fueran una variante más de una experiencia religiosa..
El secuestro al pueblo estadounidense de las noticias importantes del mundo es una de las tareas principales de la prensa aquí. Hace un par de semanas, Patrick Cockburn escribió dos importantes primicias [*], en las que perfilaba los términos precisos del "acuerdo" secreto que EEUU está intentando hacer tragar con embudo a los iraquíes sobre las bases militares permanentes. Constituía una inmensa historia política de Oriente Medio, especialmente de Iraq. Los medios europeos le dieron cobertura. Encontré un relato detallado en las primicias de Patrick, con comentarios inteligentes, sobre el papel dirigente de la Santísima Trinidad. Pero no encontré nada aquí en casa. Ni en el New York Times, ni en el Washington Post, ni en las cadenas de radio y televisión. El 12 de junio, Goodman y Gonzalez le hicieron una útil entrevista a Patrick en "Democracy Now". Y el viernes 13 de junio, CSPAN tuvo a Patrick en su programa Washington Journal y los televidentes supieron lo que su gobierno está tramando..
Furia asiática hacia Laura Bush.
De las Primeras Damas se espera que cojan un problema y lo hagan suyo. Ladybird Johnson trabajó duro para hacer más bellos los EEUU. Nancy Reagan dijo NO a las drogas. Laura Bush ha metido a Myanmar, también conocida como Birmania, en su corazón. Pero ahora está tratando de meter la pata allí..
A raíz del terrible ciclón, la Primera Dama dijo que los EEUU considerarían el envío de ayuda a Birmania sólo si la junta militar birmana aceptaba la llegada de un equipo estadounidense de respuesta ante el desastre para asesorar sobre el alcance de la devastación causa por el ciclón Nargis. Muchos en la región creen que el principal papel de tal equipo sería preparar a la opinión internacional para una "intervención humanitaria". "Las exigencias políticas de la primera dama estadounidense fueron inadecuadas" dijo Aung Naing Oo, un analista político birmano exiliado. "En estos momentos en que las personas están muriendo y sufriendo tanto, si EEUU quiere realmente ayudar, puede hacerlo sin formular exigencias políticas"..
La cínica forma estadounidense de respuesta ante el ciclón asesino y el resentimiento que esto ha causado es objeto del fascinante informe en la nueva edición de nuestro boletín..
N. de la T.:.
[*] Véase en Rebelión la traducción de los dos artículos de P. Cockburn referidos:.
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http://www.rebelion.org/noticia.php?id=68481.
http://www.rebelion.org/noticia.php?id=68619.
Fuente: http://www.counterpunch.org/cockburn06132008.html
Traducido del inglés para Rebelión por Sinfo Fernández.



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